Mundo árabe

 

Notas:

1. Enclave situado en la región Oriental, provincia de Figuig, a 200 km de la frontera con Argelia.

2. Sustituido el pasado 6 de septiembre por Mustafá Mansuri (RNI). Tahiri, miembro del partido del Istiqlal, ha sido uno de los grandes impulsores de la entrada en vigor del nuevo código de los hidrocarburos.

3. Compañía norteamericana creada por la fusión entre la sociedad estadounidense Skidmore Energy (88%) y la marroquí Medi Holding (12%); esta última estaba dirigida por el príncipe Muley Hicham Alaoui, primo hermano de Mohamed VI, en la actualidad integrado en la misión de la ONU en Kosovo y, por Muley Benslimane, actual administrador general, casado con la princesa Lalla Zineb, prima hermana del rey. La compañía ha obtenido seis licencias de prospección en un área de 62.000 km2.

4. Aprobado por el Parlamento en diciembre de 1999 y promulgado el pasado mes de marzo.

5. 1 de septiembre, 2000, pág. 3. Este mismo diario publicó durante el pasado verano las memorias de Abraham Serfaty. En la actualidad es el diario más leído en Marruecos con una tirada de 103.000 ejemplares.

6. 12-18 de septiembre, 2000, pp. 32-35.

7. Sobre el término majzen, consúltese el Informe central sobre Marruecos en el número 40 de Nación Arabe, invierno 1999.

8. La Vie Economique, 30 de mayo, 2000.

9. El primer gobierno de la "era de la alternancia" fue presentado el 14 de marzo de 1998.

10. Véase el Informe central sobre Marruecos en el número 40 de Nación Arabe, invierno 1999.

11.Los ministerios de Justicia, Habús y Asuntos Islámicos, Asuntos Exteriores e Interior son designados directamente por el rey.

12. El pasado mes de abril vieron prohibida su publicación los semanarios Le Journal y Assahifa por pretender difundir una entrevista con Mohamed Abdelaziz, líder del Frente Polisario. Ese mismo día, era cesado todo el equipo directivo de la cadena de televisión pública 2M por hacerse eco de esta medida.

13. Con anterioridad, otras mujeres al frente de Secretarías de Estado tenían el rango de ministro.

14. El 12 de marzo de 2000 tuvieron lugar dos masivas manifestaciones; en Casablanca se concentraron quienes estaban en contra del Plan de Integración de la Mujer y en Rabat aquellos que se mostraban a favor.

15. "De Abbas al-Fassi al primer ministro Yusufi", en Nación Árabe núm. 40, invierno 1999, pp. 82-87.

16 .Le Journal, 16-22 septiembre, 2000, pág. 15.

17. Formación política de tendencia islamista que proviene de la asociación Al-Islah wa At-Tajdid (Reforma y Unidad) constituida en 1982; integrándose en 1996 en el MPCD (Movimiento Popular Constitucional y Democrático) que dirige el doctor Abdelkrim Jatib. En las elecciones del 14 de noviembre de 1997 obtienen nueve diputados.

18. El sistema bicameral, después de una breve experiencia en 1962, es una de las principales aportaciones de la reforma constitucional de 1996. El parlamento marroquí se compone de dos cámaras. La cámara de representantes elegida cada cinco años por sufragio universal directo y la cámara de consejeros, elegida para nueve años renovándose por tercios cada tres años. El texto constitucional estipula que la segunda cámara reposa sobre la base de una triple elección, las 3/5 partes serán elegidas en cada región por los representantes de las colectividades locales y los 2/5 restantes son elegidos por los representantes de las cámaras profesionales y los representantes de los trabajadores en el ámbito nacional.

19. La Gazette du Maroc, 20-26 de septiembre, 2000, pág. 7.

20. Le Matin du Sahara et du Magreb, 14 de octubre, 2000, pág. 2.

21. Le Journal, 23-29 de septiembre, 2000.

22. Ibid, pág. 11.

Marruecos

 

Las buenas noticias sobre el hallazgo de gas y petróleo se ven contrastadas con la crítica situación económica, social y política del país

Marruecos: La Transición en entredicho

Manuel Lorenzo Villar
Arabista y miembro del TEIM (Universidad Autónoma de Madrid), reside actualmente en Rabat

Publicado en Nación Árabe, núm 43, invierno de 2001

El pasado 20 de agosto se celebró en Marruecos el 47 aniversario de la denominada 'Revolución del Rey y del Pueblo', que coincidió con el 37 cumpleaños del rey Mohamed VI. En el discurso que éste dirigió al país con motivo de tal acontecimiento, anunció el descubrimiento de petróleo y gas "de buena calidad y en cantidades abundantes" en la región de Talsint [1]. En la misma alocución, el monarca exhortó a su pueblo a no caer en la tentación de "una economía rentista donde el único y principal recurso resida en la riqueza proveniente del petróleo". Se trata, sin duda de unas afirmaciones un tanto aventuradas, máxime cuando las exploraciones no han hecho más que comenzar y las cifras en torno a los recursos del subsuelo marroquí no están muy claras, habiendo establecido las previsiones para iniciar su comercialización no antes del año 2003. En cualquier caso, las buenas noticias sobre el hallazgo de gas y petróleo se ven contrastadas con la crítica situación económica y social, y por un nuevo gobierno de Yusufi.

La euforia no tardó en instalarse en una sociedad necesitada de esperanzas, elevando, en algunos casos, a Marruecos al rango de "nueva monarquía petrolera". El ahora ex-ministro de Energía y Minas, Yusuf Tahiri [2], no dudó en declarar que el país se integraba desde ese momento entre los países productores de petróleo, con unos recursos que supondrían la autosuficiencia energética para 22 años y un volumen de 10.000 a 20.000 millones de barriles, según las informaciones aportadas por la compañía concesionaria, Lone Star Energy [3].

A pesar de la confusión creada en torno a la cuantía de las reservas de hidrocarburos, los numerosos estudios y sondeos que se están realizando actualmente en el territorio marroquí parecen indicar que existen importantes yacimientos. El incremento del interés de las compañías petroleras se debe en buena medida a la entrada en vigor de un nuevo código de los hidrocarburos [4] donde queda estipulado el precio de alquiler del suelo para estos trabajos en 1.000 dirhames (17.000 pesetas) por km2 y año, incluyendo numerosas ventajas fiscales como la exención de impuestos durante diez años para las compañías operadoras y tasando la participación estatal en un 25%. Por tanto, las petroleras recogerán el 75% de las ganancias quedando establecidos unos royalties que varían del 3,5 al 10%.

El autoabastecimiento como objetivo

El principal objetivo que se ha marcado el gobierno marroquí, en primera instancia, es llegar al autoabastecimiento a partir del año 2003, un verdadero reto para un país que hasta ahora debe importar todo el crudo del exterior, con un consumo diario establecido en 125.000 barriles y nueve millones de toneladas anuales, lo que eleva a 13.000 millones de dirhames la factura anual en este concepto.

La cuantía de las cifras aportadas por el ministro era, a priori, realmente desorbitada, lo que provocó un buen número de reacciones, en su mayoría encaminadas a desmentir tales afirmaciones. Las primeras surgieron de la persona de confianza que el rey había nombrado el mismo día 20 de agosto para estar al frente de la ONAREP (Office National de Recherches et d´Explotations Pètroliéres), Amina Benkhadra, que fijó las reservas momentáneas del yacimiento de Talsint entre 50 y 100 millones de barriles, lo que equivaldría a la producción de diez días en Arabia Saudí.

En todo este baile de cifras que se manejaban en torno a las reservas de petróleo, cobraron especial relevancia las declaraciones hechas por Abraham Serfaty al diario Al-Ahdat Al-Magribia [5], donde criticaba con dureza los datos aportados por el ministro de Energía, acusándole de irresponsable y de "haber caído en la trampa de las compañías americanas" e igualmente, de "inducir al rey a cometer un error de peso y con ello, a todo el pueblo marroquí".

Estas duras afirmaciones del antiguo opositor venían precedidas de una entrevista publicada por Le Jeune Afrique-Intelligent [6] donde afirmaba que "el majzen ya no existe en Marruecos", una aseveración que ha sorprendido notablemente a buen número de analistas, entre quienes toma cada vez más fuerza la idea de una neomajzenización del sistema marroquí [7]. Las palabras de Serfaty resultan realmente contradictorias y sorprendentes, ya que el sistema, después de algo más de un año de reinado de Mohamed VI, no ha sufrido transformaciones considerables, puesto que el majzen sigue implantado con fuerza en la sociedad marroquí y los cambios llevados a cabo durante este periodo han tenido más un carácter simbólico que estructural, permaneciendo prácticamente inalterables los cimientos heredados de la época anterior. Si bien es cierto que las intervenciones del rey tienen un marcado tinte progresista así como un amplio eco social, también lo es que sus mensajes no se traducen en hechos concretos.

El mismo día de la publicación de la entrevista en Al-Ahdat Al-Magribia, Serfaty fue nombrado consejero de la ONAREP. Con anterioridad a su designación, el secretario de Estado de Interior, Fuad Ali al-Himma, uno de los hombres de confianza del rey, se había desplazado al domicilio de Serfaty para comunicarle la proposición de Palacio, que éste último aceptó. Sin duda, la medida adoptada por el monarca no obedece totalmente a cuestiones puramente científicas, ya que, desde su encarcelación en 1972, Serfaty no ha vuelto a ejercer su profesión de ingeniero de minas; se trataría más bien de una manera de excusarse y de rehabilitarle por todos los males sufridos.

En cierta medida, toda la euforia desatada alrededor del petróleo ha eclipsado otros acontecimientos de gran relevancia que han tenido lugar en Marruecos en estos últimos meses en el ámbito social y político.

Las buenas perspectivas de futuro en torno a los hidrocarburos se ven contrastadas con la actual situación económica y social del país. El pasado 23 de junio fue presentado un informe del Banco Mundial [8] cuyas conclusiones no son excesivamente optimistas. El informe señala que, durante la década de los 90 los resultados de la economía marroquí se han ido estancando, contrariamente, a lo sucedido en los años ochenta, en los que se conocieron momentos de mayores dificultades con el Plan de Ajuste Estructural. Para el periodo1991-98, la tasa de crecimiento anual se sitúa en el 1,9%, mientras que la población crece el 1,8% por año. Por primera vez después de diez años, el país ha registrado un fuerte crecimiento del paro y de la pobreza. Sólo en 1998, el sector textil y la construcción han perdido 50.000 empleos. El desempleo se aproximó al 22% en el medio urbano en 1999. La sequía padecida durante el año pasado ha provocado un nuevo éxodo rural, estableciendo las estimaciones de un 19% de la población que vive en el umbral de la pobreza en 1998, mientras que en 1991, era del 13%.

Para anticiparse a una crisis económica y social previsible, el Banco Mundial estima que deben alcanzarse cotas de crecimiento económico del 6 al 8%. Asimismo recomienda que, para alcanzar estos índices, deben afrontarse dos grandes tabúes: la devaluación del dirham y la cuestión del empleo. Según este organismo, dos de las lacras que arrastra Marruecos en materia laboral son el elevado número de trabajadores en el sector público, que absorbe el 11,6% del PIB, así como la escasa flexibilidad laboral existente en la empresa privada.

Las posibles soluciones que se barajan para atemperar esta difícil coyuntura se centran especialmente en los procesos de liberalización y de privatización iniciados en el sector de las telecomunicaciones, que prevén unos ingresos de 4.000 millones de dólares en los tres próximos años, que podrían contribuir a la contención del déficit presupuestario, ampliándose las inversiones públicas, dirigidas especialmente a la protección de las capas sociales más desfavorecidas.

Las repercusiones de este crítico informe apenas han tenido eco en la sociedad y en los medios de comunicación, ya que desde las instancias oficiales no ha sido difundido, bajo el pretexto de que no se trataba de un documento oficial, sino simplemente de un estudio preliminar sobre la situación del país.

Nuevo gobierno Yusufi

Al margen de las cuestiones económicas y sociales, la esfera política ha estado marcada por tres acontecimientos: el nuevo gobierno de Yusufi, las elecciones legislativas parciales celebradas en seis circunscripciones y la consulta electoral para la renovación de un tercio de la Cámara de Consejeros.

El 6 de septiembre, Mohamed VI presentaba el primer gobierno de su reinado y el segundo gabinete de la era de la alternancia [9], también denominado Yusufi II [10]. En lo sustancial, este nuevo gobierno apenas aporta cambios profundos respecto al anterior. La principal novedad presentada ha sido la reducción de 41 ministerios a 33, así como la entrada de cuatro nuevos ministros, donde destaca la figura de Abbas El-Fassi (secretario general del Partido del Istiqlal) que asume la cartera de Empleo, así como la función de portavoz del gobierno.

Al frente de los ministerios claves, también llamados de soberanía [11], permanecen los mismos titulares. Entre las salidas más notables destacan las de Jalid Alioua (Unión de Fuerzas Socialistas Populares, USFP), que estaba al frente del ministerio del Empleo, la de Habib al-Malki (USFP) que detentaba la cartera de Agricultura, y la de Larbi Messari (Partido del Istiqlal), que regía las directrices del ministerio de la Comunicación, siendo su gestión muy criticada desde la prensa por las diversas medidas de censura adoptadas [12]. Por otro lado, hay que destacar que, por primera vez en la historia de Marruecos, una mujer alcanza el rango de ministra: Nezha Chekruni [13], antigua secretaria de Estado, se sitúa al frente del ministerio encargado de la Condición de la Mujer, de la Protección de la Familia y de la Infancia y de la Integración de los Disminuidos, sustituyendo a Said Saadi, que fue quien presentó el polémico Plan de Integración de la Mujer, que sirvió como pretexto para la convocatoria de dos masivas manifestaciones en Rabat y en Casablanca el pasado 12 de marzo [14].

Entre las primeras valoraciones que se pueden extraer de este nuevo gabinete observaremos que los cambios introducidos se han basado fundamentalmente en la continuidad y en la búsqueda de un difícil equilibrio entre las siete formaciones políticas que lo integran. Tres partidos pertenecientes a la Kutla (USFP, PI y Partido del Progreso y del Socialismo, PPS) y cuatro aliados políticos, el Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), el Movimiento Nacional Popular (MNP), Partido Socialista Democrático (PSD) y el Frente de Fuerzas Democráticas (FFD), dan forma al nuevo gobierno, lo que le convierte en una verdadera caja de Pandora, donde están integrados, desde hombres de Palacio y militantes de la izquierda hasta nacionalistas conservadores y berberistas, cada uno con unos postulados y unas metas distintas, más aún cuando las próximas elecciones legislativas se perfilan en el horizonte del 2002.

En cuanto al reparto de carteras ministeriales, la USFP cuenta con diez ministros (Primer Ministro incluido); el Partido del Istiqlal está representado con cuatro ministros y el PPS con dos. Fuera de la coalición se encuentra el RNI con cuatro ministros, el MNP con tres y el PSD y el FFD ambos con una cartera ministerial.

La apuesta de Abbas El-Fassi con su entrada en el gobierno plantea un buen número de incógnitas. En primer lugar, habría que plantearse en qué medida puede afectar su participación al futuro de la Kutla. Puede reforzar la coalición con su aportación pero, desde otra óptica puede tratarse de un regalo envenenado por su, hasta ahora, apoyo crítico [15] que ha ofrecido al gobierno, con un pie dentro de la coalición y otro fuera ejerciendo las críticas; incluso la implicación directa de su partido en el gobierno podría inscribirse en el marco de una táctica electoralista con miras a la preparación de las próximas legislativas. Además, estar al frente del ministerio de Empleo podría ser un arma de doble filo, por la gran problemática que encierra este departamento (crecimiento del desempleo, diplomados en paro, plan de integración de la mujer, aumento considerable de las huelgas, adopción del nuevo código de trabajo) y la gran repercusión que tiene ante la opinión pública, lo que supone un verdadero desafío para él mismo y para su partido.

Las resonancias de la entrada en el gobierno del jefe de filas del Istiqlal han salpicado a su propia formación, siendo numerosas las voces que han discrepado abiertamente por tal decisión. El caso más significativo es el de Jalid Jamaï, miembro del Comité Ejecutivo del partido y hasta el pasado 20 de septiembre, redactor jefe del diario L'Opinion, de donde fue destituido por las críticas vertidas contra el máximo mandatario istiqlaliense, "por la ausencia de democracia con la que dirige el partido" [16].

Entre todos estos vaivenes políticos, se han organizado dos consultas legislativas que han dejado entrever la abierta crisis que sufre la clase política marroquí, no sólo en su seno, sino frente a la sociedad, donde la credibilidad y la confianza en sus representantes parece estar muy lejos de lo deseado.

El 31 de agosto se convocaron elecciones legislativas parciales en seis circunscripciones (tres en Casablanca y otras tres en Tetuán, Uxda y Settat respectivamente). Globalmente, los resultados de esta consulta podrían considerarse como un primer test con vistas a las elecciones legislativas del 2002. Entre las primeras valoraciones que se pueden hacer destacan, por encima de todo, los altos índices de abstención, que han sido el denominador común (la media de participación se situó por debajo del 10%), siendo éste un indicador que revela la cada vez mayor separación y el escaso interés que suscita la política en la sociedad marroquí, un dato que debería hacer reflexionar a las formaciones políticas sobre la labor y la veracidad de su acción. En segundo lugar, el balance obtenido por los partidos de la Kutla es realmente negativo, ya que sus candidatos sólo vencieron en una de las seis circunscripciones, siendo el PJD (Partido de la Justicia y el Desarrollo) [17] el que puede considerarse como vencedor de esta consulta con la designación de dos de sus candidatos (en Mabruka, circunscripción de Casablanca y en Uxda).

La segunda de las convocatorias electorales, celebrada el 15 de septiembre, se centraba en la renovación del tercio de la Cámara de Consejeros (90 escaños sobre un total de 270) [18]. Ateniéndose a los resultados del escrutinio, se observa cómo han sido los partidos de la Kutla los grandes derrotados, ya que tanto la USFP como el Istiqlal no han recuperado más que siete escaños de los 17 que dejaban vacantes (lo que deja a ambas formaciones con un total de 30 representantes). Los partidos de la llamada derecha y de centro han sido quienes aglutinado la mayoría de los escaños; concretamente el RNI (Reagrupación Nacional de Independientes) es la primera fuerza en la segunda cámara con 44 representantes [19]. Pero dejando a un lado lo estrictamente estadístico, lo más significativo de esta consulta ha sido la corrupción electoral, quedando constancia de la compra de votos por un buen número de candidatos. Muchos habían pensado que con la marcha de Dris Basri, estas prácticas habían desaparecido, pero la realidad demuestra que este tipo de acciones fraudulentas han llegado a impregnar seriamente tanto a la clase política como a la sociedad marroquí, resultando una ardua tarea su erradicación.

El pasado 15 de septiembre pasará a la historia, ya que, por primera vez, el ministerio del Interior, famoso en etapas anteriores por la fabricación de hombres y formaciones políticas y por la manipulación de elecciones, reconoció, por medio de su actual ministro, Ahmed al-Midaoui, lo que todo el mundo sabía y que desde la administración se había negado en tantas ocasiones, "en este proceso electoral se ha recurrido al dinero para la compra de votos". Pero en esta ocasión, al margen de la ineficacia administrativa para evitar dichas prácticas, quien se ha visto interpelado no es el ministerio sino la clase política, que recurre a estas prácticas con cierta regularidad. Por ello, todo parece indicar que en el campo político marroquí no se han producido cambios notables. En ese sentido, la corrupción se erige como un verdadero mal endémico y continúa siendo una de las grandes asignaturas pendientes en Marruecos.

Recomposición y renovación políticas

Ante una situación como la actual donde la sociedad se aleja y vive de espaldas a la política, parece cada vez más necesaria una recomposición del campo político y una renovación de los planes de acción de los partidos, de sus discursos y de sus programas, así como de una democratización interna que dé paso a nuevas generaciones (no hay que olvidar que un buen número de dirigentes permanecen en sus puestos desde hace 20 o 30 años) con quienes la ciudadanía se identifique y se reconozca.

Algunas formaciones, como la USFP llevan más de once años sin celebrar su congreso (previsto para marzo de 2001), creciendo gradualmente las discrepancias internas como sucede con su organización juvenil, la Chabiba Ittihadia, que desde su publicación semanal Annachra, expresa su disconformidad con las instancias superiores del partido. Esta actitud ha desembocado en el cierre de la publicación desde el pasado verano. Dicha acción pone de manifiesto las diferentes concepciones políticas que las nuevas generaciones socialistas mantienen respecto a su órgano superior, integrado mayoritariamente por aquellos que provienen del movimiento de la independencia.

A la crisis de los partidos ha hecho referencia Mohamed VI en varias de sus intervenciones, lanzando serias alusiones a la regeneración de la clase política. En su discurso de apertura del año parlamentario, el pasado 13 de octubre, interpeló a todos los políticos y a su acción. "Insistimos en la rehabilitación de la acción política, en el sentido noble del término que implica toda la legitimidad de las ambiciones personales y humanas, pero entre las cuales la finalidad sea la emergencia de hombres de Estado, que se distingan por su servicio y no por la búsqueda de intereses personales o de una categoría." [20].

Las alusiones con cierta regularidad por parte del monarca a la instauración de un verdadero juego democrático, implicando en ello a las formaciones políticas, contrasta con la pasividad y la falta de iniciativas de éstas, en sus llamadas para que todo aquello que se preconiza desde Palacio se traduzca en hechos concretos. En este contexto, el semanario Le Journal [21], publicaba el siguiente titular: "¿Por qué hay que cambiar la Constitución?". En sus páginas interiores se señalaba que "Actualmente, el desarrollo de los dominios de intervención del soberano, en detrimento de las prerrogativas del gobierno, deja entrever que es el rey quien dirige la política de la nación ofreciendo sus directrices a corto y a medio plazo al equipo del gabinete de Yusufi" [22].

Transcurrido algo más un año de reinado de Mohamed VI y ante el descrédito que se vive entre la clase política, la pasividad en la entrada en vigor de las reformas previstas por el gobierno y su escaso calado ante la opinión pública, se erige cada vez con más fuerza la figura del rey que, basándose en su gran popularidad, alarga cada vez más sus competencias, mostrándose como el epicentro de todas las decisiones de importancia y ejerciendo, más que de árbitro, de actor principal de la escena política, todo ello, ante la escasa capacidad de reacción de los partidos políticos.