Entrevista a Bahiy Eddin Hasan, director del Instituto de Derechos
Humanos de El Cairo
Entrevista realizada para CSCAweb por Vanesa
Casanova Fernández
CSCAweb(www.nodo50.org/csca), 4 de
febrero de 2002
Bahiy Eddin Hasan, director
del Instituto de Derechos Humanos de El Cairo, destacado activista
por los derechos humanos en Egipto y activo participante en la
organización del foro alternativo de la Conferencia Mundial
Contra el Racismo de Durban (Sudáfrica) del pasado mes
de septiembre, repasa en esta entrevista con CSCAweb el estado
de los derechos humanos en el Mundo Árabe, la situación
interna egipcia, el enjuiciamiento a Ariel Sharon o la propia
conferencia de Durban
CSCAweb: ¿Cuál es la
situación de los derechos humanos en Egipto en comparación
con el resto de países del mundo árabe?
Bahiy Eddin Hassan: Si
comparamos Egipto con otros países de la región,
podríamos decir que se encuentra en una posición
intermedia en lo que respecta a los derechos humanos. En general,
el respeto (las condiciones) por los derechos humanos en el mundo
árabe no es buena, y tampoco puedo decir que Egipto es
el peor ni el mejor país al respecto. Comparativamente
hablando, por ejemplo, la situación en países como
Marruecos o Líbano es algo mejor, mientras que la situación
en Libia, Iraq, Siria, Sudán o Arabia Saudí, y
por supuesto Argelia, o Túnez, es muchísimo peor.
En nuestra institución, por supuesto, no estamos en absoluto
satisfechos con el estado de los derechos humanos en el mundo
árabe ni en mi país, Egipto; país al que
además creo le corresponde adoptar un papel protagonista
en la defensa de los derechos humanos en el mundo árabe.
CSCAweb: ¿Cuál es el
estado actual de la sociedad civil egipcia, particularmente en
lo que afecta a la relación entre los diferentes actores
sociales y el Estado en el actual contexto de autoritarismo y
creciente represión?
B.E.H.: La sociedad egipcia está creciendo. Egipto es
uno de los países que antes fue testigo del nacimiento
de organizaciones no gubernamentales, ya desde finales del siglo
XIX. De hecho, las organizaciones no gubernamentales en Egipto
vivieron su "época dorada" durante la primera
mitad del siglo XX, durante el denominado periodo liberal o semi-liberal
en Egipto. Tras la Revolución de 1952 y la adopción
de estilos de gobierno totalitarios por parte del régimen,
las organizaciones no gubernamentales se derrumbaron, y lo que
sobrevivió fueron organizaciones de caridad, organizaciones
religiosas, etc. Al mismo tiempo, usted sabe que no existía
ninguna libertad para establecer partidos políticos, y
tampoco había libertad de prensa y ese tipo de cosas.
Pero ya durante los setenta y de manera más clara durante
los años ochenta, las ONG, tras la adopción de
nuevas leyes que permitían la formación de partidos
políticos y la ampliación de las libertades políticas,
comenzamos a movernos hacia un sistema plural "restringido"
y muchas organizaciones volvieron a establecerse. Hacia la mitad
de la década de los ochenta, fuimos testigos del verdadero
nacimiento del movimiento por los derechos humanos en Egipto.
Ya había habido muchos intentos de establecer organizaciones
de derechos humanos durante los setenta, pero por una razón
u otra, todos fracasaron porque en aquel entonces se sufría
entonces las consecuencias de un régimen de gobierno autoritario.
El establecimiento de organizaciones de derechos humanos dio
paso a un nuevo modelo de ONG [en Egipto], como por ejemplo organizaciones
que trabajan por los derechos de la mujer o del menor no como
organizaciones de caridad (evidentemente, hay cientos de organizaciones
y grupos que sí lo hacen). Todo esto comenzó después
del establecimiento de la Organización Egipcia de Derechos
Humanos (Egyptian Organization for Human Rights) como organización
"madre" del movimiento de derechos humanos en Egipto.
La dinámica especial que caracteriza a las ONG se activa
entonces, pero durante el final de los ochenta y principios de
los noventa, el gobierno o mejor dicho, el régimen político
imperante, llegó a la conclusión de que la llamada
sociedad civil había sacado los pies del tiesto, había
crecido más de lo previsto. De manera que el régimen
empezó a mirar a las organizaciones de derechos humanos
como peligrosas, y desde el principio de los noventa comenzaron
a imponerse más restricciones sobre los sindicatos, sobre
la prensa, o por ejemplo en la elección de cargos políticos
como alcaldes, de los decanos en las facultades, y cosas así.
Finalmente, en 1999 se promulgó una nueva ley, muy restrictiva,
que afectaba a las organizaciones no gubernamentales y que tenía
como objetivo restringir o limitar su crecimiento. Por fortuna,
un año después el Tribunal Supremo Constitucional
rechazó la ley por considerarla anticonstitucional. De
manera que desde el año 2000 nos encontramos en un periodo
de transición. Si usted me hubiese hecho esta misma pregunta
hace seis meses, yo le habría respondido que sería
de esperar la promulgación de una nueva ley igualmente
restrictiva que maniobrase para evitar ser tachada nuevamente
de anticonstitucional por los tribunales, pero tras lo ocurrido
en Durban y el papel tan importante desempeñado por las
ONG árabes y el impacto que todo ello tuvo en los medios
de comunicación árabes, yo creo que la imagen de
las organizaciones no gubernamentales en Egipto y en el mundo
árabe en general ha mejorado muchísimo. Incluso,
ahora la gente comienza a mirar hacia los grupos de defensa de
los derechos humanos como si fuéramos una especie de héroes,
sobre todo en comparación con sus gobiernos, que fracasaron
completamente [en la Conferencia] y no pudieron hacer frente
al chantaje norteamericano. Yo espero que lo que pasó
en Durban y el impacto que tuvo en la opinión pública
empujará al gobierno [egipcio] a revisar su actitud.
CSCAweb: ¿Cómo es en
estos momentos la relación entre las organizaciones no
gubernamentales y el conjunto de la sociedad egipcia?
B.E.H.: Debido a lo que se ha sufrido bajo el totalitarismo,
se puede decir que no existe, a ningún nivel, ninguna
forma de representación real para la gente del país.
No estoy hablando solamente de organizaciones no gubernamentales,
sino también de partidos políticos, sindicatos,
etc. En esta situación, se puede entender por qué,
para el pueblo egipcio, los grupos y asociaciones de carácter
religioso se han convertido en las más francas y abiertas,
porque ellos tienen los medios para organizar a la gente, para
hablarles, para hacerles adoptar esta o aquella posición.
Ellos son quienes controlan las mezquitas y utilizan la santidad
en su discurso político. Se puede decir que salvo las
organizaciones religiosas, todos los demás grupos, sean
quienes sean, no representan a la gente de la calle porque no
hay un espacio real para la interacción entre esos grupos
y la gente, incluyendo a los partidos políticos que tienen
una trayectoria más larga que las ONG, e incluso publican
sus periódicos a diario, etc. Por ejemplo, si usted pregunta
a diez personas de forma aleatoria por la calle cuántos
partidos políticos conoce, le sorprendería ver
lo que responde cada uno: tres, diez, etc. Dudo mucho que encuentre
usted a una persona de diez, incluso a una de cien, que sepa
la respuesta. Si les pregunta los nombres de los partidos políticos,
quizás recuerden el nombre del partido gobernante, pero
nada más, y ello a pesar de que los partidos políticos
de la oposición tienen sus periódicos, como he
dicho. Las organizaciones no gubernamentales se encuentran en
una situación completamente diferente. Pero por otra parte,
me gustaría decir que los grupos de derechos humanos reciben
muchas quejas [de la gente], a pesar de que los medios de comunicación
no se ocupan de cubrir sus actividades. Por ejemplo, recibimos
cartas de gente normal y corriente, gente muy pobre a veces,
quejándose sobre muchísimas cuestiones. Incluso
hay mucha gente que no tiene forma de saber dónde está
esta o aquella organización, y simplemente escriben en
el sobre "Al grupo de derechos humanos" o "A los
grupos internacionales de derechos humanos". Porque eso
es lo que escuchan en la BBC, en las noticias, y en muchas ocasiones
estas cartas llegan a nuestras manos. Esto es un ejemplo de que
la gente normal tiene interés en las organizaciones de
derechos humanos y de que en cierto sentido nos ven como defensores
de los mismos, de que somos algo alternativo.
CSCAweb: En Egipto se han producido
algunos cambios, como la ley del divorcio que fue un trabajo
de muchos grupos de activistas. Cuando la ley fue aprobada, la
reacción fue doble: hubo quien se alegró mucho,
pero también hubo una notable oposición a la ley
no solo desde sectores conservadores e islamistas, sino desde
el propio gobierno. ¿Cuáles son sus "armas"
para hacer frente al discurso islamista y conservador que atrae
a sectores tan amplios de la población?
B.E.H: Es evidente que con la mayoría de la gente es necesario
tener en cuenta el discurso religioso. Esto no significa, evidentemente,
que uno tenga que utilizar ese discurso ni sus argumentos, pero
sí que hay que ser consciente de ello y ser capaz de responder
a cualquier comentario u opinión que tenga una base religiosa
precisamente porque es el discurso más popular. Pero como
he dicho anteriormente, no hay suficiente espacio político,
de manera que los temas religiosos siempre dominan las discusiones.
CSCAweb: Muchas mujeres en grupos
de activistas intentaban, por ejemplo, cambiar las leyes de divorcio
dentro de lo que la sociedad consideraba principios islámicos
válidos aceptados por la legislación islámica.
Pero, ¿no afecta esto negativamente a los intentos de
alcanzar la igualdad a todos los niveles?
B.E.H: Continuaré con lo que he dicho antes: debemos ser
conscientes de los diferentes discursos religiosos que se utilizan,
y digo "discursos" porque no hay solamente uno. En
segundo lugar, nosotros siempre hemos enfatizado la diversidad
que existe dentro del propio Islam, y promovemos la idea que
el Islam entendido como texto sagrado no contradice los principios
elementales [que nos inspiran], pero claro, todo ello depende
de la interpretación. De manera que nosotros nos ocupamos
de ofrecer interpretaciones más modernas, sin acogernos
a ninguna en particular, pero sí a aquellas que nos ayuden
a dar respuestas a las necesidades de la gente. Hablamos de ello
en nuestras publicaciones, organizamos debates, etc. Evidentemente,
como organización no nos inclinamos por una interpretación
ni por otra. Igualmente, todo depende de cómo se desarrolle
la vida misma. Hay gente que se opone a esta o aquella ley que
toca el tema de la mujer, pero en realidad muchos de ellos no
son conscientes de lo que pasa en la vida real, del sufrimiento
de las mujeres. Otros lo saben, pero lo esconden. En realidad
se trata también de informar a la sociedad, de que hay
problemas reales que hay que solucionar.
CSCAweb: ¿Considera usted
que el creciente grado de islamización de la sociedad
egipcia y la falta de laicismo de parte del Estado perjudica
a los derechos de las minorías en el país?
B.E.H: Por un lado, el argumento es cierto. Pero por otro lado,
hay un problema con ese mismo argumento. Incluso si las leyes
y la Constitución afirman que un país es un Estado
islámico, esto no es razón suficiente para justificar
la existencia de desigualdades entre la gente. En un debate que
tuvo lugar en la comisión de Derechos Humanos de NNUU,
se afirmó que el declarar una religión como "religión
de Estado" no podía ser considerado como una fuente
que propiciara la violación de los derechos humanos, a
menos que las prácticas del Estado condujeran a que se
cometieran este tipo de violaciones. En principio, no existe
una conexión directa.
CSCAweb: ¿Cuál es su
evaluación general de la Conferencia Mundial contra el
Racismo de Durbán? ¿Cuál va a ser el impacto
de la conferencia en el trabajo de las organizaciones de derechos
humanos en el mundo árabe?
B.E.H: Creo que Durban fue una victoria para las víctimas
del Sur en general, no solamente para los árabes. La declaración
final del foro no gubernamental estaba muy bien articulada a
la hora de tratar los problemas de las víctimas y las
acciones que hay que tomar para combatir este sufrimiento. Las
víctimas tuvieron éxito a la hora de marcar el
tono general durante la Conferencia, el lenguaje utilizado, etc.
Todo ello, a pesar de los obstáculos, extremadamente serios,
que EEUU, Israel, e incluso la Unión Europea pusieron
para el desarrollo de la Conferencia. Con respecto al mundo árabe,
Durban fue una gran victoria. La gente no se lo esperaba, a pesar
de que habíamos estado trabajando y preparando la Conferencia
durante largo tiempo. La gente no se podía creer que se
pudiera conseguir tanto en una Conferencia internacional de este
calibre. Todo esto ha tenido un impacto muy positivo en cuanto
a la imagen de las organizaciones no gubernamentales en general,
y de los grupos de derechos humanos en particular, dentro del
mundo árabe (grupos que durante largo tiempo habían
sido objeto de campañas de desestabilización e
intentos de desacreditarlos). Se nos había tachado de
agentes de una cultura importada, de agentes del imperialismo.
Todo esto se ha acabado, gracias a la victoria de las ONG frente
a EEUU y muy especialmente frente a Israel. Simultáneamente,
los gobiernos árabes fracasaron completamente y fueron
incapaces de obtener ningún resultado positivo. Yo espero
que Durban haya dado a las organizaciones árabes un espíritu
de mayor dinamismo cara al futuro, y que contribuya a que los
gobiernos árabes de la región reconsideren su postura
con respecto a estas organizaciones.
CSCAweb: ¿Cómo interpreta
usted que durante la Conferencia gubernamental de Durban, EEUU
e Israel optasen por retirarse? ¿Cuál ha sido el
papel de la UE tras la retirada de EEUU e Israel?
B.E.H: Olvidémonos de Israel porque no tenía ningún
peso a la hora de decidir el resultado de la Conferencia a menos
que EEUU le respaldase. Pero todo lo relativo a la retirada de
EEUU, y antes de eso las amenazas Es increíble que un
país que se dice promotor y defensor de la democracia
también en las relaciones internacionales, sea un país
que al mismo tiempo se autoconcede el derecho de vetar el diálogo
democrático en una Conferencia y que encima diga al resto
del mundo sobre qué se puede o no se puede hablar. Entonces,
¿para qué se celebra una conferencia? Creo que
esta posición es consistente respecto a las posiciones
y la actitud de la Administración Bush respecto, por ejemplo,
a la ratificación de diversos tratados internacionales.
Por otra parte, se ha vuelto a poner de manifiesto cuán
grande es el apoyo que EEUU brinda a Israel, ¡hasta el
punto de tratar de imponer su veto sobre la agenda y las conclusiones
en una conferencia como esta! Además está el hecho
de rechazar el empleo de la palabra "Israel" en cualquier
parte [de la declaración final]. Pero lo más sorprendente
para mí fue el papel de la UE, que en el fondo jugó
el papel de "reserva" de EEUU. Creo que esto ha sido
una ocasión muy clarificadora para poner en claro cuál
es el verdadero papel de la UE. En varias ocasiones, la UE se
ha escondido detrás de EEUU, pero después de la
retirada norteamericana, tuvieron que revelar su verdadera posición.
En esta conferencia, no era la Unión Europea la que estaba
en la mesa: era EEUU, pero sin estar presente de manera oficial.
CSCAweb: ¿Cuál fue
el papel de las grandes organizaciones del Norte durante la conferencia,
en particular de Amnistía Internacional y de Human Rights
Watch?
B.E.H: En realidad ninguna ONG firmó como tal la Declaración
final [de organizaciones no gubernamentales], sino que la declaración
fue adoptada por los diferentes grupos de discusión que
representaban a diferentes grupos, aunque efectivamente hubo
una votación. Las organizaciones internacionales tenían
un grupo de discusión propio que no votó en contra
de la declaración final, y tampoco votó en contra
de los párrafos relativos a Palestina. Pero sí
hubo reservas con respecto a la utilización de algunos
términos legales, como por ejemplo, "genocidio".
Nosotros tenemos nuestras diferencias con las organizaciones
internacionales de derechos humanos, pero esto es algo normal
ya que ellos operan en capitales del Norte, trabajan a nivel
global, y nosotros lo hacemos de manera más localizada.
Ellos se ven constantemente sujetos a un discurso político
y mediático que es diferente del que nos envuelve a nosotros
Pero estas diferencias en actitud, en prioridades, debería
ser, en mi opinión, una cuestión que motive el
diálogo, porque creo que en el fondo tanto nosotros como
las organizaciones internacionales tenemos motivaciones similares.
Lo que espero es que estas diferencias se expresen mediante el
diálogo.
CSCAweb: Los tribunales belgas han
admitido a trámite una querella contra Ariel Sharon, el
actual Primer Ministro israelí, por su responsabilidad
en la ejecución de las masacres de Sabra y Chatila en
1982. ¿Cómo evalúa usted esta iniciativa,
y qué impacto puede tener en el futuro? ¿No es
ahora más urgente que nunca plantear la creación
de un Tribunal Internacional de Justicia competente para juzgar
este tipo de crímenes?
B.E.H.: El caso contra Sharon es muy importante, tanto o más
que el caso Pinochet, que por cierto atrajo tanta atención
precisamente por ser el primero. Pero esta demanda es aún
más grave porque se dirige contra un individuo que todavía
ejerce una función política, y cuyo país
de origen es un protegido del superpoder, EEUU. Me gustaría
creer que no estamos construyendo castillos en el aire, y espero
sinceramente que el caso siga adelante y que veamos a Sharon
ante los tribunales. El problema con respecto al Tribunal Internacional
de Justicia es que son muy pocos los países del mundo
a los que les gusta la idea. Creo que la formación de
un tribunal así llevaría muchísimo tiempo,
con todas las ratificaciones, tratados, etc. que implicaría
ponerlo en funcionamiento, pero por supuesto sería positivo.
CSCAweb: ¿Por qué Sharon
es juzgado en Bélgica, y no en el lugar en el que se cometieron
las masacres, en Líbano?
B.E.H.: Evidentemente, los responsables de las masacres han recibido
protección. Existió una investigación libanesa,
pero sin embargo nadie tiene acceso a los documentos ni a las
conclusiones, y ni siquiera sabemos si la investigación
ha concluido o no. Nadie dentro de Líbano se atrevía
a tocar este tema hasta la demanda presentada en Bélgica.
A mí me da la impresión de que hay actores políticos
[en Líbano] muy importantes que están intentando
encubrir a los perpetradores de las masacres. Dudo mucho que
algunos libaneses en el Sur estén contentos con la demanda
contra Sharon por la parte que les toca.
CSCAweb: ¿Podría usted
resumir su visión sobre el futuro de la protección
de los derechos humanos en las sociedades árabes actuales?
B.E.H.: Creo que es nuestra obligación promover una cultura
de los derechos humanos en el mundo árabe. En este sentido,
tenemos que encontrar los medios para llegar a la gente normal
de la calle, hacerles llegar esta cultura de los derechos humanos.
Para eso, necesitamos medios de comunicación verdaderamente
independientes. Hacer a la gente consciente de esta realidad
debería ser nuestra prioridad y es la herramienta más
útil con la que contamos. Esto podría contribuir
a que se produjera un cambio en el equilibrio de poder actual.

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