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ESPAÑA / JORDANIA



Capitales del dolor

CSCAweb: 18-03-04

* Laith Shbeilat es jordano, ex parlamentario y miembro de la Asociación contra el Racismo y el Sionismo. Desde su formación política y su militancia en un islamismo dialogante y comprometido con el avance democrático y el desarrollo de la justicia social, Shbeilat ha sido detenido y encarcelado en repetidas ocasiones por el régimen de Jordania (la última en los meses previos a la invasión de Iraq, en noviembre de 2002) debido a su público posicionamiento contra el embargo y la guerra contra Iraq, contra el proceso de normalización israelo-jordano y contra el avance de la represión en su país. Shbeilat participó en la Conferencia Internacional contra el Embargo a Iraq organizada por la CELSI en 1996 en Madrid. Durante 1997 fue encarcelado bajo la acusación de faltar a la monarquía hachemí y de desestabilizar la vida nacional. Como consecuencia de su prolongado encarcelamiento se puso en marcha una intensa campaña de respaldo popular en Jordania y en el Mundo Árabe que obligó al rey Husein a promulgar un perdón que, sin embargo, no fue aceptado por Shbeilat, quien reivindicó hasta el final que se retirasen los cargos contra él. Finalmente, tras el aumento de la presión popular árabe e internacional, el Ministerio de Justicia jordano retiró los cargos y el rey Husein se vio obligado a acudir a la propia prisión para excarcelarle.

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Carta al CSCA de Laith Shbeilat tras los atentados de Madrid del 11 de marzo

Laith Shbeilat*

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 22 de marzo de 2004
Laith Shbeilat (Jordania), 17 de marzo de 2004
Traducción: Loles Oliván (CSCAweb)

"No hay nada que pueda convencerme de que ese horror no está relacionado con importantes y sofisticados aparatos de Estado, con quienes tienen interés en propagar una guerra de civilizaciones. No son solo las manos de los criminales -sean cuales sean sus nacionalidades o sus orígenes- las que hay que condenar, sino, mucho más, a aquéllos que han planificado esas acciones directa o indirectamente, infiltrándose en las mentes de fanáticos y dirigiéndolas abierta o encubiertamente para cometer tales crímenes"

Quiero manifestar mis más profundas condolencias y las de millones de activistas de base como nosotros a nuestros queridos amigos y amigas, a los valientes pueblos del Estado español y al maravilloso grupo de militantes del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe y de la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq.

Recibimos como un gran shock la horrible noticia de la carnicería asesina absolutamente execrable que tuvo lugar en Madrid el 11 de marzo y que condenamos sin paliativos. Esos actos contra inocentes son del todo inaceptables, tengan lugar en Madrid o en cualquier parte del planeta. No hay nada que pueda convencerme de que ese horror no está relacionado con importantes y sofisticados aparatos de Estado, con quienes tienen interés en propagar una guerra de civilizaciones. No son solo las manos de los criminales -sean cuales sean sus nacionalidades o sus orígenes- las que hay que condenar, sino, mucho más, a aquéllos que han planificado esas acciones directa o indirectamente, infiltrándose en las mentes de fanáticos y dirigiéndolas abierta o encubiertamente para cometer tales crímenes.

El glorioso Corán dice:

"Fue por esa razón que nosotros decretamos para los hijos de Israel que quienquiera que mate un alma [por venganza tras haber matado otro] o por corromper la tierra será como si hubiese matado a toda la Humanidad, y quien quiera que dé la vida a un alma, será como si hubiera dado la vida a toda la Humanidad".

La locura de los intocables

Todos los pueblos del mundo amantes de la paz que hacen frente a las fuerzas del mal de la globalización de la guerra, de la destrucción y del imperialismo deben unirse para salvar la Humanidad de esta locura establecida por los intocables, por el terrorismo de Estado de los grandes poderes que no rinde cuentas y que dirige a gente común a la locura, al fanatismo y a cometer actos criminales que son igualmente condenables.

En estos trágicos momentos os reservamos nuestro amor sincero y nuestra simpatía. Y que el terrorismo caiga sobre el terrorismo de Estado de los grandes poderes que lo causan y que originan todos los actos de terror.

Con mi más profundo afecto, os ruego transmitáis nuestros sentimientos a los millones de amigos y amigas del Estado español.

Que Dios os bendiga y bendiga vuestra noble tarea.

Sinceramente,

Leith Shbeilat
Amán, 17 de marzo de 2003