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Análisis
PALESTINA

La orden militar israelí Nº 132 permite a los soldados sionistas detener a los niños palestinos menores a partir de los 12 años

* Este texto ha sido elaborado por Paloma Valverde para CSCAweb.

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Enero-2004
Febrero-2004
Marzo-2004
Abril-2004


Malograr la infancia palestina

Los menores bajo la ocupación de Israel

Paloma Valverde*

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 3 de mayo de 2004
Paloma Valverde, 29 de abril de 2004

"Un 80% de las madres y padres palestinos da cuenta del cambio en la conducta de sus hijos, lo que los especialistas atribuyen al aumento de la tensión psicológica entre la población infantil palestina afectada por la violencia en la que viven de forma cotidiana, que viene a perjudicar su estabilidad emocional, su rendimiento escolar, su comportamiento, sus relaciones familiares y sociales, sus estándares éticos, y su visión de la vida que está completamente distorsionada"

El pasado día cinco de abril se conmemoraba el Día Internacional del Niño, una jornadaa que sigue sin tener sentido alguno para los niños palestinos tras haber transcurrido 14 años, desde que en 1989 la comunidad internacional celebrase la Convención de los Derechos del Niño. Sin embargo, en la Palestina ocupada casi 550 niños y niñas han muerto a manos del ejército israelí desde el comienzo de la segunda Intifada, en septiembre de 2000. Sólo en 2003, fueron asesinados 130 niñas y niños palestinos -21 ya en el primer trimestre de 2004- y la mayor parte de ellos como consecuencia directa de los disparos recibidos (normalmente en la cabeza o en la espalda), tras ser alcanzados por metralla de obuses disparados contra sus casas por el ejército de ocupación, o bien por falta de atención médica; otros menores han podido conservar la vida pero a costa de las heridas que sufrirán durante el resto de sus vidas físicas o psicológicas resultado de haber sido testigos directos del asesinato o la tortura de sus padres, de la destrucción de sus casas, de ver cómo sus hermanos eran convertidos en escudos humanos por el ejército israelí en el asalto a casas de la vecindad o sus hermanas violadas por las tropas del ejército de ocupación.

Secuelas de la represión

9.000 es el número de niños y niñas heridos o mutilados por el ejercito de ocupación israelí desde el comienzo de la segunda Intifada (septiembre de 2000) que UNICEF ha podido documentar [1], aunque quizás el número real sea aún más elevado; de ellos varios centenares viven ahora con discapacidades permanentes. Lo que sí se sabe a ciencia cierta [2] es que ni un solo niño palestino ha quedado al margen de las consecuencias directas o indirectas de la violación de sus derechos y que quedará marcado de por vida por los hechos vividos bien directamente en su persona o por hechos de los que ha sido testigo. Consecuencia de ello es que un 80% de las madres y padres palestinos da cuenta del cambio en la conducta de sus hijos, lo que los especialistas atribuyen al aumento de la tensión psicológica entre la población infantil palestina afectada por la violencia en la que viven de forma cotidiana, que viene a perjudicar su estabilidad emocional, su rendimiento escolar, su comportamiento, sus relaciones familiares y sociales, sus estándares éticos, y su visión de la vida que está completamente distorsionada. Sólo en Gaza existen 11 centros de ayuda psicológica para los menores que necesitan superar traumas; traumas que por otra parte les acompañarán durante el resto de sus vidas. Un 50% de los niños y niñas palestinos ha sufrido el terrible impacto de ser testigos de la vejación y humillación de sus padres por parte del ejército israelí, lo que les supone un tremendo golpe psicológico en términos de desolación, miedo y frustración al comprobar que sus padres son personas vulnerables que ya no pueden protegerles. Un 80% de la población infantil palestina ha vivido en primera persona la demolición de su propia casa o la de un ser querido, amigo o familiar.

Violación de derechos básicos

Además de la violación sistemática y constante del más elemental de los derechos -la vida y la integridad física- que sin tregua lleva a cabo el ejército de ocupación contra la población palestina y en especial contra los niños en aplicación de la política de aniquilación ideada por el gobierno Sharon -con la complacencia de los sectores liberales de la Kneset, el parlamento israelí- los niños y niñas palestinos son privados de su derecho a la salud y a la educación de manera constante y cotidiana, y todo ello dejando de lado la carga emocional que han de soportar y el forzado crecimiento psicológico a que se ven sometidos unos niños para los que salir a la calle a jugar puede suponer la muerte.

Menores encarcelados

No hay cifras exactas sobre el número de niños detenidos -torturados y/o violados- desde el comienzo de la segunda Intifada [3], una práctica habitual del ejército israelí desde que se promulgó la orden militar israelí Nº 132 que permite la detención de menores a partir de los 12 años, violando no sólo los derechos internacionales del niño sino las más elementales leyes del derecho humanitario y las establecidas en la IV Convención de Ginebra en sus artículos Art. 14, que expresamente protege los derechos de los niños tanto en los conflictos armados como en los territorios ocupados, y en el Art. 76, que defiende su derecho "[...] a recibir la visita de los delegados de la Potencia protectora y del Comité Internacional de la Cruz Roja, de conformidad con las disposiciones del artículo 143 de la Convención".
Aunque el número de detenidos no es del todo exacto sí lo es el número de 340 niños que aún continúan en prisión desde su detención y que 30 de ellos lo están sin que se haya celebrado juicio ni tenga visos de celebrarse [4].

Los niños son detenidos normalmente en actos de violencia que ejecuta el ejército de ocupación israelí y contra la que niños y adolescentes se defienden lanzando piedras. Algunos, pierden la vida por tirar una piedra a un blindado porque la respuesta a las piedras son las balas; otros logran escapar, pero los más son detenidos, amenazados y torturados física o psicológicamente, por lo que bajo el miedo se autoinculpan de delitos de los que desconocen tanto el significado como el alcance. Otras veces, los niños son detenidos por ser simplemente son testigos de actos violentos realizados por el ejército, o víctimas colaterales, es decir, no eran el objetivo militar prioritario. Se han documentados otros casos -desgraciadamente cada vez más frecuentes- en los que los niños son objetivo directo de las balas israelíes simplemente por estar en la calle jugando o de camino a casa.

Las familias no sólo sufren por el hecho de la detención de sus menores, conociendo las condiciones de los centros de detención a los que son transportados, sino por los sufrimientos y penurias que se les avecinan a ellos mismos. La consecuencia de un detenido en la familia es, como mínimo, la destrucción de la casa si no nuevas detenciones entre otros miembros de esa misma familia, allegados o no, ya sea unos días o varios meses después de la primera detención, pero todas las familias saben que antes o después eso ocurrirá. Se han documentado algunos casos en los que la familia del detenido ha abandonado su vivienda y pese a ello el ejército israelí la ha demolido.

Los llamados centros juveniles de detención no son sino organizados centros de tortura donde los menores sufren el hacinamiento, los castigos corporales, la falta de atención médica y de alimentación adecuada, violando en su totalidad el Art .76 de la IV Convención de Ginebra así como las recomendaciones que la Comisión de Derechos del Niño de Naciones Unidas específicamente ha hecho a Israel respecto a esta materia, la última del 21 de agosto de 2003, en el documento CCPR/CO/78/ISR en el que, entre otras cosas, el Comité muestra "[...] su preocupación por la detención prolongada sin que [el menor] pueda ser visitado por abogados u otras personas del exterior, en violación de los artículos 7, 9, 10 y 14 párrafo 3 (b) de la Convención [de Derechos del Niño]". Las palizas y los períodos de incomunicación no son medias excepcionales en estos centros. Muchas veces tras estos hechos los menores son liberados sin cargos.

Violación del derecho a la educación en las prisiones de menores

Respecto a la educación, el Estado de Israel viola sistemáticamente la obligación impuesta por el derecho internacional, específicamente el Art. 24 de la IV Convención de Ginebra. que establece que el menor ha de proseguir su educación. Por ejemplo en la cárcel de Telmond, al norte de Israel, donde un profesor suele acudir todos los días para impartir clases, por problemas de espacio los alumnos se tienen que ceñirse a turnos alternos para asistir a clase. La organización Defensa Internacional del Niño, tras las investigaciones que lleva a cabo de forma sistemática y conocedora de la terrible situación que sufren estos menores desasistidos ha puesto en marcha una campaña en apoyo a la que desde aquí hacemos un llamamiento, dirigida, por un lado a la recogida de firmas para solicitar a la Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, que ponga fin a la detención y encarcelamiento ilegal que sufren los niños palestinos a manos de las autoridades israelíes en violación del derecho internacional [5] y por otro lado, con la finalidad de establecer una red internacional solidaria y de apoyo tanto a los niños detenidos como a sus familias que sufren, como ya hemos visto, directa e indirectamente las detenciones [6].

Derecho a la salud

La asistencia sanitaria, el cuidado y, en definitiva, la salud de los niños y niñas que viven en los
Territorios Ocupados (TTOO) se enfrenta en primer lugar a la precariedad en la que viven las familias -se estima que un 70% de las familias se encuentran por debajo del umbral de la pobreza- por lo que el acceso a las medicinas es prácticamente nulo; en segundo lugar se enfrentan a las tremendas dificultades que tienen que sufrir sus padres o familiares para poder obtener el permiso que les permita poder trasladarles a un hospital. Estos permisos pueden llegar a tardar varias semanas en obtenerse, sin olvidar los ataques y retenciones a que son sometidas las ambulancias. Estas prácticas violan los artículos 14, 23 y 50 de la IV Convención de Ginebra [7].

Debido a la reciente prohibición de las autoridades israelíes de permitir la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza -donde 600.000 palestinos dependen de ella [8]- los casos de malnutrición están aumentando de forma alarmante. UNICEF ha constatado en las investigaciones llevadas a cabo en los TTOO que un 37,9% de los niños de entre seis meses y cinco años sufren anemia (el 22,5% de manera leve, el 15,3% de manera moderada y el 0,2% de manera grave.) Además, el 3,5% de los niños con anemia sufre bajo peso y de ellos, un 2,5% sufren pérdida del peso corporal en más de un 10% [9] y un 9% cortedad de talla. Esto no es un hecho aislado que se viene a producir ahora sino la consecuencia final de un proceso sobre el cual ya el 15 de abril de 2002 alertaba la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en una nota en la que expresamente decía: "El bloqueo total que está sufriendo la Franja de Gaza [...] ha paralizado la economía palestina, [...] ya seriamente afectada por los frecuentes cierres de fronteras [...] con millones de personas empobrecidas y en situación de extrema inseguridad alimentaria". La nota termina diciendo: "Todas las informaciones en nuestras manos apuntan a una catástrofe considerable en la Franja de Gaza y Cisjordania". [10].

Efectiva y desgraciadamente lo que era una advertencia, una nefasta predicción, se ha cumplido, convirtiéndose en un hecho incontestable, una realidad implacable que está llevando a la muerte inminente a decenas de niños y niñas palestinos y a una muerte lenta a sus mayores. Si la construcción del Muro del Apartheid priva a las poblaciones palestinas del acceso a sus recursos naturales -tierra y agua- dejándoles a merced de la ayuda humanitaria internacional, las últimas restricciones impuestas por el gobierno sionista de Sharon, que impide la llegada de esta ayuda, dejan al pueblo palestino morir de inanición ante la mirada cómplice de la Unión Europea.

Derecho a la Educación

Pese a que la IV Convención de Ginebra, en su artículo 24, establece el derecho inalienable de los niños a su propia cultura y educación [11], UNICEF ha sido testigo desde el comienzo de la segunda Intifada de que cerca de 1.300 escuelas han sufrido serios problemas de índole diversa en su labor docente debido a los toques de queda, los asedios, los asaltos, los cierres y la propia destrucción de los edificios que albergan las escuelas y universidades. En el año 2003, la organización Defensa Internacional del Niño ha documentado 34 casos de escuelas palestinas destruidas y sólo durante los meses de febrero y marzo de 2004 el Centro Palestino de Derechos Humanos de Gaza (CPDH) ha constatado la destrucción de 10 escuelas y de la Universidad de al-Aqsa, en Gaza, a manos del ejército de ocupación israelí.

Controles militares

A ello hay que añadir otro elemento no menos distorsionante y vejatorio: la humillación y el acoso que miles de estudiantes israelí -independientemente de su sexo y de su edad- tienen que sufrir y soportar en los controles militares de paso obligado para acudir a los colegios, institutos o universidades. A tal extremo han llegado los acosos y humillaciones que tal y como denuncia el CPDH se han documentado casos de niños y niñas que han abandonado sus estudios para evitar tener que pasar por esa situación cada día. Sin embargo, esto no es lo peor que le puede ocurrir a un menor en Palestina. Lo peor es que por el mero hecho de ir al colegio puede morir. En el año 2003, según ha documentado y denunciado la organización de derechos humanos Palestine Monitor, murieron 23 niños y de ellos cuatro lo hicieron en el camino de casa al colegio o viceversa (también se produjeron heridos de bala así como vejaciones diversas).

Los niños y niñas palestinos, hay que subrayar, no sólo son atacados por las tropas del ejército de ocupación sino también por los colonos judíos, asistidos, protegidos y amparados por el propio ejército israelí. El último caso documentado ha sido el de un joven de 16 años que murió a la salida del colegio tras ser apaleado por un grupo de colonos el 8 de marzo en el barrio de Sheikh Jarrah, de la ciudad vieja de Jerusalén [12].

El mérito de estos niños y niñas, adolescentes y jóvenes palestinos que acuden cada día a los centros de estudios y que continúan su formación con ilusión es encomiable y heroico porque a todo lo anterior, y como si aún no fuera suficiente, hay que sumar el ambiente en el que viven -sobreviven- y es que la mayoría de las familias cuenta con algún muerto, herido, o detenido entre sus seres queridos; viven bajo el umbral de la pobreza, sus casas han sido destruidas o dañadas de algún modo y en algún grado; han de ayudar -si no trabajar- para el sostenimiento de la familia y todo eso después de acudir a clase y hacer sus deberes; muchos de ellos ya han sufrido la experiencia traumática de la pérdida de un compañero, un amigo o un vecino por muerte violenta y siempre a manos del ejército de ocupación; su alimentación es precaria y su vida no parece tener futuro. Sin embargo, la dignidad y la capacidad de lucha de los niños y adolescentes palestinos se muestra en las cifras que aporta la ONG estadounidense Save the Children [13] que revela que el 85 % de los adolescentes palestinos piensa que su futuro es incierto y sin embargo sólo un 30% de ellos no está muy seguro de poder hacer algo para cambiar su futuro. Por el contrario, un combativo 70% está seguro de que puede hacer algo para cambiar su destino y ese "algo" está relacionado con la educación que están recibiendo. La educación constituye para el pueblo palestino una forma de resistencia.

Mientras la política del Estado sionista de Israel continúa inventando y llevando a la práctica nuevos y cada vez más sofisticados y dañinos métodos de exterminio, la resistencia a la ocupación -reconocida como un derecho legítimo de los pueblos ocupados por la II Convención de Ginebra en su Art. 13º, por la III Convención de Ginebra en su Art. 4º, por la Carta de Naciones Unidas en sus artículos 1, 51 y 55- continúa paso a paso el camino de la supervivencia, un camino cuyo final no es otro que el de la victoria del heroico pueblo palestino.

Notas de la autora:

1. Ver: www.unicef.org/spanish/infobycountry/opt.html
2. Defensa Internacional del Niño (
www.dci-pal.org); Campaña por los Derechos Humanos en Palestina (www.phrconline.org); Centro Palestino de Derechos Humanos (www.pchrgaza.org) o UNICEF (http://unicef.org), por sólo citar unas cuantas.
3. Las ONG que trabajan en Palestina estiman que el número de detenidos desde el comienzo de la segunda Intifada fue alrededor de 2.500.
4. Datos aportados por la ONG Defensa Internacional del Niño, Sección Palestina, fundada en 1992, cuyo trabajo específico consiste en la denuncia, promoción y protección de los derechos de los niños palestinos.
www.dci-pal.org
5. Véase:
www.dci-pal.org/prisonweb/petitionspanish.html
6. Véase:
www.dci-pal.org/prisonweb/adoptpris.html
7. "[...] las Partes en conflicto podrán designar en el propio territorio y, si es necesario, en los territorios ocupados, zonas y localidades sanitarias y de seguridad [...] [para] proteger contra los efectos de la guerra a los heridos y a los enfermos, a los inválidos, a los ancianos, a los niños menores de quince años, a las mujeres encintas y a las madres de niños de menos de siete años.(Art. 14) La Potencia ocupante no deberá entorpecer la aplicación de las medidas preferenciales que hayan podido ser adoptadas antes de la ocupación en favor de los niños menores de quince años, de las mujeres encintas y de las madres de niños menores de siete años, por lo que respecta a la nutrición, a la asistencia médica y a la protección contra los efectos de la guerra." (Art. 50, párrafo 5º)
8. Véase en CSCAweb:
Violaciones de los derechos humanos en Palestina llevadas a cabo por las fuerzas de ocupación israelíes en marzo de 2004
9. En términos médicos este fenómeno se conoce con el nombre de emaciación y es debido a la nutrición inadecuada o inanición.
10. Véase
www.fao.org/spanish/newsroom/news/2002/2002_06.htm
11. "[...] Las partes en conflicto tomarán medidas [para que] los niños menores de quince años [...] se les procuren, en todas las circunstancias, la manutención, la práctica de su religión y la educación; ésta será confiada, si es posible, a personas de la misma tradición cultural."
12. Véase nota 6.
13. Organización que cuenta además con delegaciones en Inglaterra y Suecia (
www.savethechildren.org).