La captura de Sadam Husein,
la resistencia en Iraq y el imperialismo estadounidense
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 19 de diciembre de 2003
'Workers World Newspaper', 15 de diciembre de 2003
Traducción: Loles Oliván (CSCAweb)
"Sea
cual sea el papel que Sadam Husein haya jugado en la resistencia,
si es que ha jugado alguno, es una ilusión de los hacedores
del Imperio de Washington pensar que el pueblo iraquí
vaya a acomodarse alguna vez con la esclavitud colonial, sea
bajo el control directo, a través de una ocupación,
o indirecto, a través de un gobierno títere. La
justicia para el pueblo iraquí comenzará el día
en que los criminales de guerra de Washington sean llevados a
juicio"
La afirmación de Administración
Bush acerca de que la captura de Sadam Husein constituye un gran
paso para llevar la democracia y la libertad a Iraq debe ser
denunciada por todos los que se opusieron la guerra, por los
que se oponen a la ocupación y por los que están
en contra de la empresa global del imperialismo estadounidense
en Iraq.
La captura de Sadam Husein
por las fuerzas militares estadounidenses es un acto ejecutado
exclusivamente en beneficio del reforzamiento de la criminal
ocupación colonial y del debilitamiento de la resistencia
iraquí. Sea cual sea el resultado inmediato de esa captura,
sin embargo, no podrá alterar en ningún aspecto
significativo el histórico sentimiento anticolonial del
pueblo iraquí ni su determinación de luchar por
la independencia.
La única "democracia
y libertad" que Washington pretende para Iraq es la libertad
de vender todas las empresas estatales y privadas a las explotadoras
y poderosas compañías multinacionales; la de permitir
la propiedad imperialista al cien por cien; la de permitir a
los imperialistas hacerse con los 110 mil millones de barriles
de petróleo de las reserves iraquíes y la de repatriar
los beneficios expoliados al pueblo iraquí; la de instalar
bases [militares] para el Pentágono [en Iraq]; y la de
crear un gobierno títere mantenido por Washington.
Fue por estos objetivos por
lo que Washington lanzó su ilegal y agresiva "Guerra
preventiva" contra Iraq; estos son los motivos que yacen
tras las fraudulentas acusaciones de la Administración
[Bush] sobre las armas de destrucción masiva, el terrorismo,
etc.; es por estos objetivos puramente imperialistas por lo que
las fuerzas de EEUU se han desmandado a lo largo y ancho de Iraq
para intentar aplastar a la resistencia -invadiendo casas, encarcelando
a miles de sospechosos, haciendo rehenes y acorralando dirigentes;
ha sido por todos esos objetivos por lo que Washington ha perseguido
a Sadam Husein.
El mensaje:
doblegarse al Imperio
El jactancioso triunfalismo
de la Administración Bush, sus intentos sistemáticos
de humillar al ex presidente del Estado de Iraq y sus preparativos
para el show de un juicio guiado por el imperialismo pretenden
enviar un mensaje a todo el que rechace doblegarse a los dictados
del imperialismo de EEUU: "Si resistes, te cogeremos",
un menaje que trae a la memoria a los ejércitos imperiales
de Roma que encadenaban a los dirigentes rebeldes o ponían
sus cabezas en picas, y a la caballería de EEUU que exhibía
los cuerpos de los dirigentes nativos [indios] que oponían
resistencia [a la colonización].
Para consternación de
Bush, de Bremer y del ejército la respuesta inicial a
la captura de Sadam Husein ha venido de la mano de coches-bomba,
de ataques con granadas y de manifestaciones de protesta [1].
El propio Bush ha sido cauto en pregonar este suceso como una
victoria definitiva.
Sin duda, tanto él [Bush]
como sus asesores no son conscientes de la Historia más
reciente. Poco después de la toma de Bagdad, los generales
estadounidenses se instalaron en el recién capturado Palacio
de la República y se jactaron de su "extraordinaria
victoria", afirmando prácticamente que Iraq era suyo.
Luego vendría la foto de Bush en el portaaviones [Lincoln
el 1 de mayo] declarando que la guerra había
acabado. Y de nuevo, tras la ejecución de los hijos de
Sadam Husein, Qusay y Uday, se difundieron por todo el mundo
las fotos de sus cuerpos con heridas de bala. Cada uno de esos
momentos de triunfo fue seguido de nuevos actos de resistencia
por parte del pueblo iraquí.
Las Administraciones en Washington,
tanto republicanas como demócratas, han focalizado su
ira contra Iraq durante 12 años, incluyendo dos guerras,
un régimen de sanciones genocidas y ahora una sangrienta
ocupación. Durante este tiempo más de un millón
de iraquíes han sido asesinados y muchos más han
sido heridos o incapacitados. Nadie debe olvidar lo que la secretaria
de Estado de la Administración Clinton, Madelene Albright,
admitió en el programa 60 Minutes de la CBS
de 12 de mayo de 1996. Leslie Stahl preguntó a Albright
sobre las sanciones: "Hemos escuchado que medio millón
de niños han muerto. Esto quiere decir que se han producido
más muertes de niños de las que se produjeron en
Hiroshima. ¿Usted cree que merece la pena este alto precio?".
Albright contestó: "Creo que es una elección
muy dura, pero el precio [] creemos que merece la pena que se
pague".
¿Puede alguien imaginar
que la captura ilegal de Sadam Husein por las fuerzas estadounidenses
tenga algo que ver con la preocupación por el pueblo iraquí?
De hecho, una Administración estadounidense tras otra
ha torturado a este pueblo. La invasión de Iraq por parte
de Washington fue ilegal. Su ocupación es ilegal. Y cualquier
juicio de Sadam Husein o de cualquier otro dirigente iraquí
que establezcan Bush, Rumsfeld, Bremer, Wolfowitz y compañía,
será ilegal
y calculado para extender la opresión y la explotación
del pueblo iraquí.
Un pueblo
ultrajado
El pueblo iraquí se
siente ultrajado por la captura de Sadam Husein. Ello se refleja
en el hecho de que, aun habiéndolo intentado tanto como
han podio, los canales de TV estadounidenses no han podido producir
ninguna instantánea de manifestaciones masivas celebrando
su captura, ni siquiera por parte de sus más enérgicos
oponentes. Todas las tomas de video reflejan estrechas instantáneas
de pequeños grupos. Mientras los periodistas a sueldo
de la prensa escrita y los comentaristas de la televisión
fantasean sobre las manifestaciones de celebración
por todas partes, las cámaras son incapaces de hallarlas.
Por contra, las tropas estadounidenses están disparando
y asesinando a los manifestantes que protestan contra la captura
de Sadam Husein.
Si alguien tiene alguna duda
sobre el carácter reaccionario de esta operación,
basta con escuchar las proclamaciones de otros gobiernos imperialistas.
Los antiguos colonizadores del mundo, de Londres a París,
a Berlín, a Roma, a Madrid, a Tokio, han saludado el suceso.
¿Pueden esos ladrones -promotores de la globalización
de las corporaciones y de los esquemas neoliberales que pisotean
la soberanía de los gobiernos y saquean las economías
nacionales de los pueblos oprimidos de Asia, África, Latinoamérica
y el Mundo Árabe- alegrarse repentinamente porque la democracia
y la libertad estén de camino hacia Iraq?
Dentro del marco de la revolución
nacional iraquí -que comenzó con la expulsión
de la colonización británica en 1958- Sadam Husein
ha jugado un papel contradictorio y a veces reaccionario. Entre
otras cosas, él y los baasistas ilegalizaron al Partido
Comunista de Iraq y lanzaron una guerra burguesa y reaccionaria
de conquista contra Iraq aceptando incluso el apoyo de Washington
para esa tarea.
Por otra parte, a diferencia
de las petromonarquías feudales del Golfo, que
se han convertido en clientes absolutos del imperialismo petrolífero,
Sadam Husein utilizó los beneficios del petróleo
de Iraq para construir la infraestructura económica del
país desde una base burguesa y amplia bajo el capitalismo
de estado. Durante su régimen, Iraq se convirtió
en uno de los países más desarrollados de Oriente
Medio. Aumentaron de manera importante los beneficios sociales
para el pueblo incluidos la atención sanitaria gratuita,
la extensión de la educación y la alfabetización,
los derechos de las mujeres y la red de la seguridad social.
Pero sobre todo, sin embargo, el presidente iraquí rechazó
que el imperialismo tomase el control del país.
Los sectores más agresivos
de la clase dominante de EEUU, particularmente las compañías
de petróleo, hace tiempo que decidieron la destrucción
de Sadam Husein y del Estado nacional de Iraq exactamente por
esas mismas razones: porque mantenían la independencia
nacional y el control sobre el petróleo, conquistas fundamentales
de la revolución anticolonial de 1958. Con la llegada
al poder de Bush, esos elementos han galvanizado a toda la clase
dominante de EEUU que ha apoyado con determinación su
programa de conquista.
La captura de Sadam Husein solo puede ser evaluada en el contexto
de la lucha de EEUU y Gran Bretaña por un lado, y por
el otro del pueblo iraquí que lucha por socavar la ocupación.
Bajo estas condiciones, todo el que se opone al imperialismo
debe rechazar el derecho de EEUU a encarcelarle y a que el Consejo
Gubernativo [iraquí] de Washington sirva para llevarle
a juicio.
Sea cual sea el papel que Sadam
Husein haya jugado en la resistencia, si es que ha jugado alguno,
es una ilusión de los hacedores del Imperio de Washington
pensar que el pueblo iraquí vaya a acomodarse alguna vez
con la esclavitud colonial, sea bajo el control directo, a través
de una ocupación, o indirecto, a través de un gobierno
títere. La justicia para el pueblo iraquí comenzará
el día en que los criminales de guerra de Washington sean
llevados a juicio.

Nota de
CSCAweb:
1. Véase:
Diario
de la resistencia iraquí - Diciembre de 2003
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