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Paremos la guerra contra Iraq


* Desiderio Martín, asesor y miembro de CAES, participó en la V Delegación del Estado Español a Iraq desplazada a este país entre el 28 de diciembre de 2002 y el 5 de enero de 2003

Enlaces relacionados:

Vª Delegación del Estado español a Iraq (28 de diciembre de 2002 al 5 de enero de 2003): Un vuelo solidario a Iraq, por un 2003 sin guerra ni sanciones
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Agenda 2003 Iraq


...y Bagdad comenzó a llorar

Desiderio Martín*

5 de febrero de 2003. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

"Pero creo que por encima de esta barbarie, sufrimiento, dolor, crueldad... permanece lo que veías y se percibía en la calle, en la gente tranquila en su vida diaria, en su cotidianidad: su capacidad de resistencia, su decisión inequívoca de luchar y su convicción de que tarden lo que tarden, echarán a los invasores de su tierra y de sus vidas."

Son las 0:45 horas del 5 de enero de 2003 y los 137 brigadistas del Estado español, los componentes de la V Delegación a Iraq que organiza el Comité de Solidaridad con la Causa Arabe (CSCA) -este año con los lemas: "Ni guerra, ni sanciones"-abandonamos la capital iraquí, donde sus 4,5 millones de habitantes se quedan con su vida cotidiana, algo distinta, cruelmente diferente a nuestras grandes urbes occidentales, pero preñada de dignidad y resistencia que tan fácilmente se puede leer en los ojos vivos de las mujeres, hombres y niña/os iraquíes.

El poder del imperialismo estadounidense y británico, el poder del capital globalizado ha hecho del pueblo iraquí -de los 26 millones de personas- el objeto de deseo más despreciable: colonizar sus vidas, su cultura, sus tierras..., terminar con su autonomía política, expropiar sus riquezas y convertir a Iraq en un protectorado, en el marco de un nuevo Sykes-Picot [1].

Iraq, la nación iraquí, es el segundo país en reservas de petróleo del mundo y cuenta con una población importante, preparada, culta y desarrollada. Para el eje EEUU-Israel es estratégico cambiar las reglas de juego en la zona de Oriente Medio, y la lógica que persigue esta reordenación es anterior al 11-S de 2001, inclusive al inicio de la guerra de 1990/91.

En los años 80, comienza en la zona un proceso de apertura democrática. La guerra [del Golfo] de 1991 rompe esta lógica y determina el desmantelamiento de las relaciones comerciales y de capital humano que Iraq había logrado instaurar en el mundo árabe. Se quiebra la economía jordana y se anula el desarrollo económico de Iraq, imposibilitando su existencia como un referente para la nación árabe de desarrollo económico y político autónomo. Los gobiernos árabes de la región se ven amenazados con la quiebra de sus economías, siendo su respuesta la represión de sus pueblos, desmantelando de esta manera los mínimos democráticos existentes.

Las opciones sobre el escenario actual son múltiples, pero en todas ellas el "Nuevo Orden" en la zona se muestra diáfano: imposición de un modelo de capitalismo global con líderes claros: EEUU-Israel.

Las políticas impuestas a sangre y fuego -embargo, sanciones y bombardeos sistemáticos desde 1991- se encontraban presididas por esta misma lógica: acabar con el modelo iraquí como referente para el mundo árabe, el cual demostró capacidad de desarrollo autónomo e independiente y que buscaba desde el principio la paridad estratégica con Israel. Fracasada esta política de asedio, toca ahora el asalto final contra el pueblo iraquí.

Los corazones de los brigadistas sangran en el aeropuerto de Bagdad, moderno, brillante, desolado, sin vuelos, vacío, sin que nadie en el exterior se atreva a romper el bloqueo y el miedo ante la Pax Americana impuesta al mundo, y nuestra razón explota por salir y explicar al mundo que el capital global lleva 12 años cometiendo un genocidio racional sobre el pueblo iraquí.

Hasta el año 1968 -fecha de la revolución iraquí- toda la riqueza de Iraq se encontraba en manos del capital estadounidense y británico, fundamentalmente; sólo 500 millones de dólares revertían en el país. En 1972 se expulsa a las compañías extranjeras y se nacionaliza el petróleo. Los ingresos de Iraq pasan a ser de 25.000 millones de dólares que se reinvierten en el país: creación de infraestructuras de agua, saneamiento, eléctricas, etc.; red sanitaria, red educacional, etc., inexistentes hasta ese momento, pasando a convertirse en una Estado moderno y el más desarrollado de toda la zona (en 1980 un dinar iraquí valía 3 dólares, ahora 1 dólar corresponde a 2.000 dinares iraquíes). Estos son motivos para la agresión, es decir, retornar a la monopolización del mercado del petróleo.

El embargo comienza terminada la guerra irano-iraquí en 1989. El Senado de EEUU aprueba entonces una resolución por la cual Iraq no debe recibir tecnología. Entre 1990 y 1996 -tras la aprobación de las sanciones por el Consejo de Seguridad como consecuencia de la ocupación iraquí de Kuwait y la guerra- Iraq no puede exportar su petróleo, perdiendo 180.000 millones de dólares, perjudicando el comercio mundial y produciendo la muerte de 1.700.000 iraquíes, de los cuales la mayoría son niña/os menores de 5 años, al privarles de alimentos, medicamentos, agua potable, red de saneamiento, energía básica.

'Petróleo por alimentos'

La entrada en vigor, desde 1997, de la Resolución 986 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (conocida como "petróleo por alimentos") modifica parcialmente la situación. Desde 1997 a 2001 Iraq exporta petróleo por valor de 60.000 millones de dólares, de los cuales llegan a Iraq 22.000 millones, es decir 3.900 millones por año, lo cual es sangrante si se considera que antes del embargo Iraq contaba con una población de 18 millones de habitantes y ahora cuenta con 26 millones de habitantes. Esta renta anual representa el 20% de las importaciones antes del embargo y menos del 15% en relación a la población actual. El resto de dinero (hasta los 60.000 millones de dólares) se destinan al pago de las indemnizaciones de la guerra y a programas de desarme y humanitario de NNUU [2].

De los contratos que el gobierno iraquí tiene con las distintas compañías extranjeras solamente les ha llegado el 76% de alimentos, el 35% de medicamentos, el 54% en agricultura, el 34% en electricidad, el 24% en red de aguas y saneamiento, el 15% en educación superior, el 5% en educación primaria, el 50% en transportes, el 34% en infraestructuras petrolíferas y el 18% en industria. ¿Porqué hacen esto el eje EEUU-NNUU?: porque sin tener cubiertas las necesidades primarias (agua, luz, alimentación, saneamientos, educación, etc.) no existe desarrollo para el pueblo iraquí.

El gobierno iraquí en 1990 puso en marcha el cupón de abastecimiento consistente en el reparto de comida a todo residente en suelo iraquí, poniendo un precio mínimo -simbólico, de hecho- a una cartilla que incluye nueve kilos de harina, tres de arroz, dos de azúcar, 200 gramos e té, litro y medio de aceite, un kilo de legumbres, medio litro de leche en polvo, medio kilo de detergente, un cuarto de jabón y, cuando la familia tiene niños menores, leche maternizada en polvo (10 botes), comida infantil y detergente y jabón extras. Se entrega mensualmente por familia a través de una red de 50.000 tiendas privadas en todo el territorio iraquí -inclusive en el protectorado kurdo del norte, bajo mandato de NNUU-, siguiendo el principio de acercamiento territorial de estas tiendas a la gente, a din de que el pueblo no tenga ningún gasto en transporte por su adquisición. Este sistema de reparto -reconocido por las propias NNUU como un sistema justo, eficaz y sin corrupción- ha impedido que la población iraquí muera de hambre.

La educación, incluida la superior, es gratuita. El sistema sanitario es universal y gratuito, y el precio de los medicamentos, simbólico. El Estado financia hasta el 70% los productos para la construcción y subvenciona hasta el 50 % de la compra de coches. Los productos de frutas y verduras -en las cuales el país es autosuficiente- varían de precio según temporada, ocurriendo un fenómeno muy interesante como consecuencia del embargo: la población acumula estos productos de temporada, cuando son más baratos y hace conservas, de las cuales tiran cuando los precios suben por ser escasos. Las carnes y los pescados siguen siendo caros para su poder adquisitivo.

Las consecuencias del embargo son dramáticas, genocidas: la mortalidad infantil en 1990 era de 25 niños por 1.000 nacidos vivos; en 1999 se dispara a 108 por 1.000. Los efectos crueles afectan sobre todo a los más débiles, las/os niñas/os, ante la ausencia de vacunas y medicamentos, la malnutrición, la carencia de potabilizadoras de aguas (en Bagdad más del 25% de la población bebe agua del río Tigris) y la contaminación del medio ambiente, etc. En los bombardeos de 1991 se dañaron 98 hospitales y 898 centros de salud, y se destruyeron cuatro almacenes de stocks de medicamentos.

Cinco años después de nacionalizar el petróleo el país contaba con 30.000 camas hospitalarias, material médico-quirúrgico avanzado y miles de profesionales muy preparados. En 1990 morían 500 niña/os menores de 5 años al mes en todo el país; en 2001 mueren 7.500 al mes. Para los mayores de 5 años, las cifras eran de 1.600 al mes en todo el país en 1990 y en 2001 se disparan a 9.000. Aparecen enfermedades que estaban erradicadas: cólera, polio, tuberculosis, tos ferina, paperas, difteria, malaria, etc., ligadas todas ellas al proceso social degradado por la voluntad genocida de los gobiernos del mundo. Las enfermedades por malnutrición se multiplican por tres desde 1990 y aparecen enfermedades que sólo se sabía de su existencia por los libros a consecuencia de la utilización del uranio empobrecido en una parte muy importante del territorio iraquí, sobre todo en la zona sur: cánceres, tumores malignos, leucemias, malformaciones congénitas (casos idénticos a los hijos de los soldados americanos participantes en la guerra del golfo), insuficiencia renal, esterilidad. Las personas afectadas por la utilización de armas con uranio empobrecido se cifra en el 45% de la población. La radiación perdurará 4.000 millones de años, contaminando tierras, aguas y personas.

La situación a la cual se ha querido llevar al pueblo iraquí se resume en las palabras que el antiguo Secretario de Estado James Baker dijo al viceprimer ministro iraquí pocas horas de iniciarse la segunda Guerra del Golfo: el objetivo es retrotraer a la nación iraquí a la era preindustrial.

Cuando salíamos, todo esto te viene a la mente. Pero creo que por encima de esta barbarie, sufrimiento, dolor, crueldad... permanece lo que veías y se percibía en la calle, en la gente tranquila en su vida diaria, en su cotidianidad: su capacidad de resistencia, su decisión inequívoca de luchar y su convicción de que, tarden lo que tarden, echarán a los invasores de su tierra y de sus vidas.

Este pueblo es un pueblo con una dignidad demostrada. No lo abandonemos. Parar la guerra, terminar con el embargo es una necesidad de todas/os los pueblos del mundo. Como se gritaba ante la sede de NNUU en Bagdad: "No al embargo", "Paremos la guerra", "OTAN no, bases fuera".

...y Bagdad se puso a llorar a nuestro regreso -es decir, llovía.


Notas:

1. Derrotado el Imperio Otomano, se hizo público el Tratado secreto de Syles-Picot de 1916, por el cual Francia e Inglaterra se dividían los territorios árabes: Siria para los franceses -expulsados posteriormente- y Mesopotamia para los ingleses.
2. Para más información sobre el embargo, sus consecuencias y su funcionamiento ver CSCAweb y el libro colectivo publicado por la editorial Hiru en su colección Sediciones núm. 21 (véase en CSCAweb la reseña de Pascual Serrano:
Pascual Serrano: Reseña "Iraq, asedio y asalto final"



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