Intervención de Hans
von Sponeck
Ex coordinador de
NNUU para Iraq
Traducción: Loles oliván,
CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"A la valentía
y la determinación de la conciencia pública internacional
en pro de la justicia para el pueblo iraquí se le ha respondido
con calumnias, intimidaciones, acoso, amenazas, privación
de su intimidad y a veces, con detenciones. Seguir adelante a
pesar de todo ello, eso sí es, creo, un precio que merece
la pena pagarse"
Durante 13 años se ha luchado una batalla política
a costa del pueblo iraquí. Ello fue la causa principal
de mi dimisión como coordinador del Programa Humanitario
Naciones Unidas para Iraq. En el transcurso de este Encuentro
Internacional contra la Guerra [de Madrid], hemos escuchado,
de nuevo, lo que significan las sanciones económicas y
las perspectivas de guerra para el pueblo iraquí. La descripción
del sufrimiento, las privaciones y las muertes que provocan las
sanciones se ha efectuado con detalle. ¿Qué otra
evidencia necesitamos aún? Indicaré dos de los
muchos hechos dramáticos sobre la vida y la muerte en
Iraq:
- En Iraq la tasa de mortalidad infantil en menores de cinco
años ha aumentado entre 1990 y 1999 de 56 muertes por
cada mil nacimientos a 131 por cada mil. De haberse mantenido
la tendencia continuada de los años 80 a los 90, esa tasa
hubiera disminuido al 25 por mil. Ello hace una diferencia de
106 niños y niñas. Y hace que Iraq sea el país
con el más alto incremento de mortalidad infantil entre
los 188 países estudiados por UNICEF. En España,
murieron en 1999 cinco menores por cada mil nacimientos. La primera
causa de la mortalidad infantil en Iraq es la falta de medicinas,
la malnutrición y la contaminación del agua.
- En 1987 Iraq -su mismo gobierno de ahora- recibió
el reconocimiento internacional de la UNESCO por haber rebajado
el analfabetismo el 20%. Según datos de UNICEF, se estima
que en el año 2002 la tasa de analfabetismo ha aumentado
al 50%.
La pregunta que suele hacerse es ¿quién es responsable
del sufrimiento del pueblo iraquí?, ¿qué
parte de responsabilidad le corresponde a la represión
interna?, ¿qué parte de responsabilidad le corresponde
a la equivocada política internacional de las sanciones
económicas? Esto nos hace recordar lo que ha declarado
en repetidas ocasiones el profesor Noam Chomsky: "No hay
modo de cuantificar nuestra responsabilidad. Cualquiera que sea
el factor en lo que a nosotros concierne, es algo sobre lo que
podemos influir directamente".
El Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (NNUU) ha
tenido y sigue teniendo responsabilidad para "influir en
ese factor". ¿Por cuánto tiempo podremos seguir
aceptando en Europa que nuestros dirigentes políticos
permanezcan impasibles ante la marginalización y, peor
aún, la bilateralidad del CS de NNUU?, ¿cómo
puede permitir Europa la aprobación de una resolución
sobre Iraq -la 1441- cuyos contenidos, por provocativos, la convierten
en una profecía [de guerra]?, ¿por cuánto
tiempo podremos tolerar en Europa una guerra psicológica
contra todo un pueblo y permanecer impasibles ante una campaña
de desinformación planificada que trata de vincular a
Iraq con el terrorismo, con la producción de armas de
diversos tipos y con la malversación de los fondos derivados
del [programa] "petróleo por alimentos"? ¿Dónde
está la alarma de Europa ante el coste humano que significará
la guerra interesada contra Iraq?
No renunciar a la lucha
La conciencia pública internacional ha escrito, hablado,
analizado, protestado y alertado sobre ello a pesar de la fuerza
demoledora de quienes quieren que "el Gran Juego" continúe;
de quienes sostienen que la muerte y la miseria son un precio
que merece la pena pagar. Un precio que merece la pena, ¿por
qué?, ¿por la democracia y los derechos humanos
de un pueblo esclavo?, ¡Ojalá fuera así!
No, ese precio a pagar es para mantener las riendas del poder
en sus manos, para mantener el control de las fuentes de energía
que necesitan. Como el ex secretario de Estado Henri Kissinger
observó abiertamente hace muchos años, "el
petróleo es algo demasiado importante como para dejarlo
en las manos de los árabes".
A la valentía y la determinación de la conciencia
pública internacional en pro de la justicia para el pueblo
iraquí se le ha respondido con calumnias, intimidaciones,
acoso, amenazas, privación de su intimidad y a veces,
con detenciones. Seguir adelante a pesar de todo ello, eso sí
es, creo, un precio que merece la pena pagarse.
La conciencia internacional se halla en una encrucijada: o
cedemos a las contundentes presiones para tirar los derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales
en el cubo de la basura de la Historia, o intensificamos nuestra
campaña por la humanización de la vida en nuestra
comunidad global, recordándonos y recordando a otros que
los iraquíes son parte de esa comunidad global.
Las sanciones y la amenaza de la guerra hacen todavía
más imperativo que la conciencia internacional hable más
fuerte y declare su solidaridad con el pueblo iraquí.
¿Qué significa esto? Lo primero y más importante:
significa que no renunciamos a nuestra lucha por el pueblo iraquí.
La desinformación planificada es un arma poderosa.
Para contestar a ella con eficacia, debemos dotarnos a nosotros
mismos con datos e información y extenderla a otros, Viajar
a Iraq para entender la condición humana -como la Campaña
Estatal por el Levantamiento de las Sanciones a Iraq ha estado
haciendo durante estos años- es otra muestra de solidaridad.
Hay que ser valientes para retar cualquier pronunciamiento
político en Iraq que sea falso o inconsistente con los
derechos humanos y conocer la realidad sobre el terreno.
Los protagonistas tienden a evitarse unos a otros. La solidaridad
con el pueblo iraquí debe significar igualmente la búsqueda
por comprometer a aquellos que apoyan las sanciones y la guerra
al igual que al gran número de personas que no le preocupa
en absoluto ni lo uno ni lo otro. La solidaridad significa no
dejar que nuestra posición contra las sanciones y la guerra
se tambalee por quienes quieren despreciar, desdeñar o
marginar nuestra posición;
Recordemos las palabras de Martin Luther King: "El silencio
es la traición".
"Nunca bajes la vista para probar el terreno sin haber
dado el paso siguiente: solo quienes mantienen sus ojos fijos
en el horizonte encontrarán el camino correcto".
(Dag Hammarskjöld, Markings, 1925-1930).
Muchas gracias
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