Iraq-CELSI

Paremos la guerra contra Iraq


Encuentro Internacional contra la Guerra
Madrid, 16 y 17 de noviembre de 2002
En solidaridad
con el pueblo iraquí

Campaña Estatal por el Levantamiento de las Sanciones a Iraq.

Paremos la guerra contra Iraq


Intervención de Denis J. Halliday
Ex coordinador de NNUU para Iraq

16 y 17 de noviembre de 2002
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

"El compromiso de solidaridad con el pueblo iraquí no es una opción. El compromiso es una obligación de los pueblos decentes de todo el mundo, de Oriente Medio, de Europa y de EEUU. Y de esta sala. No tenemos otra opción. Tenemos obligaciones. El concepto es este: si una persona pierde sus derechos humanos, todos los perdemos".

Cuando miré hace unos días el programa y vi que mi intervención en este evento se enmarcaba en el tema "Un compromiso de solidaridad con el pueblo iraquí", dudé, buscando algún ángulo político, que pudiera tratarse de algo más que eso. ¿Me he vuelto paranoico o qué? Una observación sobre la tragedia iraquí: hasta qué punto una simple declaración de apoyo -algo seguramente normal para quienes estamos en esta conferencia hoy- puede resultar sospechosa. De hecho, resulta trágico cómo la desinformación y los juegos políticos en Washington y en Bagdad pueden pervertir la propia perspectiva. ¿A quién podemos creer?, ¿cuál es la verdad?, ¿a qué intereses se sirve?, ¿estamos pensando todavía en el Derecho Internacional y en los derechos humanos?, ¿podemos todavía percibir la realidad por si misma?

Recuerdo el doloroso, superficial y corrupto proceso político del Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (NNUU), como EEUU forzó a cada Estado miembro a alinearse -en su línea- para que se aprobara la Resolución 1441. Las entrevistas de TV desde los sagrados pasillos [de NNUU]; las pías declaraciones sobre las obligaciones de los Estados miembros (sin preocupación alguna por los derechos humanos del pueblo iraquí o del embargo asesino de NNUU); el horror por las armas de destrucción masiva como si los miembros permanentes no tuvieran las suyas propias -¿debemos pensar que las suyas no son peligrosas?. El secretario general hablando de sufrimiento, como si el embargo no fuera más que una tonsilectomía; los pomposos embajadores aconsejando que dejásemos de en paz a la gente con sus absorbentes labores diplomáticas, ¿se piensan que somos estúpidos?, por favor, (como diría mi hija) vaya jerga!

Como todos ustedes saben, se trata de petróleo, petróleo y más petróleo. Y de un consumo codicioso y despreocupado. Y de poder. Del poder del Imperio. Y de las violaciones de los derechos de terceros, sean pueblos o Estados. Se trata del uso del terror por parte de Washington. Lo que mejor sirve a los intereses del pueblo estadounidense -según ha determinado el hombre elegido para la Casa Blanca- no sirve a los intereses de la humanidad. Y por lo que respecta al Derecho Internacional, las NNUU -un simple instrumento de la política exterior de EEUU- solo sirven para abusar de ellas y para facilitar el control de los que tienen menos fuerza y por ello, según parece, menos derechos. En eso se ha convertido el derecho privado en el interior de EEUU: los hijos del emperador están por encima de la ley.

Por lo que respecta a la resolución 1441, se trata de una resolución que, como tantas otras, oculta algo más. En este caso, está designada para imprimir a la guerra que la Administración Bush ansía la respetabilidad de NNUU, una oportunidad para corromper todavía más al organismo internacional ejecutando su concepto de "Ataque Preventivo"como si éste fuera un medio legítimo de guerra patrocinado ya por las propias NNUU.

A pesar del humo y de los espejos, quizá nosotros, como la Asamblea Nacional en Bagdad -resistiendo bajo la amenaza asesina de Washington- debemos recordar los muchos años de logros citados ocultados por la UNSCOM: la cooperación del gobierno, la destrucción de infraestructuras y el coste mortal de la población civil por haber hecho estallar las fábricas no de armas sino de leche enriquecida, de productos farmacéuticos, de alimentos infantiles, de procesamiento de alimentos, de almacenamiento, etc. ¿Cómo puedo olvidarlo tras haber vivido y trabajado en Iraq durante más de un año y después de haber visto las consecuencias sociales y sobre la infraestructura cada día? Uno no olvida fácilmente la desesperación y el dolor en los ojos de los niños condenados por la falta de medicinas especiales para el tratamiento de la leucemia -ocultada por NNUU debido a la interferencia política de Gran Bretaña y EEUU en el Comité de Sanciones-, la derecha cristiana conservadora jugando con las vidas de los inocentes, negociando el asesinato de niños. Usando los alimentos como un arma. Las palabras no pueden describir la falta de fibra moral de esos diplomáticos. Despreocupados, ciegos, ocultando los trapos sucios del CS de NNUU (aparentemente apilados para aliviar las conciencias) a la opinión pública.

Petróleo y sólo petróleo

Se trata de petróleo, petróleo y más petróleo. Se trata del Imperio. Se trata de las ambiciones de EEUU por controlar este fastidioso recurso. Como alguien me dijo en Suecia hace unas semanas, "si Iraq estuviera cubierto de brócoli Bush no tendría ningún interés [en este país]". Lo que resulta tan repugnante en la resolución 1441 es que todos nosotros sabemos que para el régimen de Bush la cuestión no tiene que ver con armas de destrucción masiva: no existe ninguna amenaza. Esto es una ficción de Rumself, el secretario de Defensa, y de otros peligrosos geriatras que rodean a Bush . El Pentágono no ve amenaza alguna para EEUU y sabe positivamente que la capacidad defensiva de Iraq ha disminuido enormemente. Como lo saben sus vecinos. La CIA ha cuestionado las declaraciones de Bush sobre la capacidad nuclear [de Iraq]. Y a pesar de la maquinaria propagandística de Bush, millones de estadounidenses se preguntan sobre lo acertado de ir a la guerra para bombear petróleo barato. Algunos se preocupan por el pueblo de Iraq. Muchos más por los costes y por la pérdida de vidas estadounidenses. Para ellos, las muertes de otros que no sean estadounidenses no tienen consecuencias -como Colin Powell indicó claramente durante la guerra de Afganistán cuando se disminuyeron los datos sobre las bajas de civiles.

Por supuesto, estoy comprometido en la solidaridad con el pueblo de Iraq. Tuve la oportunidad de vivir y trabajar en Iraq en 1997 y 1998. A pesar de las extremas condiciones de dificultad que afrontaba el pueblo de Iraq originadas por el embargo genocida impuesto y mantenido por el CS de NNUU dirigido por EEUU, sin olvidar los bombardeos criminales y deliberados contra la infraestructura civil iraquí durante la Guerra del Golfo de 1991 por Bush I. Hice algunos amigos iraquíes. Pude ver y sentir por mi mismo el dolor y la humillación que sufre la gente, la gente común de Iraq, gente como ustedes o yo. Y a pesar de que a los medios de comunicación de EEUU les gusta olvidar que la gente y las familias iraquíes son como las suyas y la mía, con los mismos sueños y esperanzas, la gente de Bagdad, de Mosul, de Erbil y de Basora somos nosotros. No hay diferencia.

No hay nada como una velada en el hogar de una familia iraquí, la infinita hospitalidad, la amistad, el compartir y el orgullo mostrado en familia: los logros de sus hijos -del chico amante del deporte, de la hija enamorada de la música. Y todo ello en el contexto de la necesidad, de las escasas provisiones, del dinero siempre escaso para los bienes esenciales de la vida que permiten pasar de la mera subsistencia al nivel de la satisfacción o incluso del placer.¿Existe alguna ley internacional que diga que los niños, el pueblo de Iraq deba ser castigado por NNUU? No, no existe. El castigo colectivo de los iraquíes (desde los kurdos iraquíes del norte a la mayoría chií del sur) infringiendo la ley, constituye un crimen de guerra contra los civiles, es desproporcionado en relación a los supuestos propósitos de las resoluciones de sanciones de NNUU. Es intencionado y se mantiene con el absoluto conocimiento del secretario general y de los estados miembros del CS de NNUU. Y es un genocidio (revisen ustedes una copia de la Convención si no me creen) debido a los 12 años de embargo y bombardeos criminales de EEUU en 1991, de nuevo en 1998, y mantenidos desde entonces e intensificados como hemos podido saber. La guerra de Bush ya ha comenzado, está en marcha. Hace diez días vi con disgusto como unos cientos de tropas estadounidenses pasaban por el aeropuerto irlandés de Shannon haciendo señales a los compatriotas que se dirigían a casa. Ellos no lo saben todavía, pero son también las víctimas del régimen de Bush. No importa lo que se piense del gobierno de Bagdad: no hay justificación para la guerra contra la población. Y esto es lo que constituye para los héroes estadounidenses el bombardeo a gran escala: la guerra contra inocentes.

El compromiso con la solidaridad se manifiesta con el corazón y con la cabeza. Uno se conmueve por esas familias de Iraq que han perdido hijos y padres ancianos en los últimos 12 años debido a la privación [derivada] del embargo. Uno se conmueve por los niños kurdos de Ebril que mueren de malnutrición aguda. Uno se conmueve por los cientos de miles de niños iraquíes que han muerto de enfermedades transmitidas por el agua desde que los estadounidenses destruyeron los sistemas de tratamientos y distribución del agua.

Y uno se horroriza por el incumplimiento del Derecho Internacional, de las numerosas provisiones incumplidas para proteger a los civiles en tiempo de guerra. En una reunión mantenida la semana pasada en Nueva York, alguien sugirió el concepto de "Alerta Preventiva", refiriéndose a que deberíamos alertar al régimen de Bush que el mundo está observando, que más crímenes como los cometidos por su padre no pueden ser, que no serán tolerados; que se están exponiendo y que los procesamientos vendrán después. Hemos visto a Washington advertir a los comandantes iraquíes que no defiendan su país, pero ¿qué pasa con los crímenes de los generales estadounidenses Powell, Schwartchkopt y McCaffrey, por solo mencionar a unos pocos?, ¿qué pasa con la fuerza aérea estadounidense que perpetró la masacre de la carretera de Basora?, ¿dónde están sus procesamientos? Los estadounidenses merecen de hecho la aplicación de los preceptos del Tribunal Penal Internacional.

El compromiso es una obligación

El compromiso de solidaridad con el pueblo iraquí no es una opción. El compromiso es una obligación de los pueblos decentes de todo el mundo, de Oriente Medio, de Europa y de EEUU. Y de esta sala. No tenemos otra opción. Tenemos obligaciones. No solo porque somos responsables de NNUU, de sus decisiones y de sus aplicaciones los estados miembros, sino porque estamos obligados por nuestro reconocimiento y compromiso con los derechos humanos. El concepto es este: si una persona pierde sus derechos humanos, todos los perdemos.

Y siguiendo por esta vía interesada (y tristemente ninguna otra parece realmente recibir atención) podríamos considerar que si el año pasado se produjo la guerra contra Afganistán y este año se avanza hacia la guerra contra Iraq, me temo que el próximo año se desatará otra, ¿quién será el siguiente? Hemos visto el plan de juego de la célula de Cheney, Wolfowitz, Perle y Rumself, adoptado por Bush incluso antes de que se comprase la Casa Blanca, para tomar posesión de Oriente Medio, controlar el petróleo y excluir al resto. Loca y peligrosa construcción del imperio del siglo XIX pero increíblemente real. En efecto, ¿quién será el próximo?

Dejando al margen -si ello fuera posible- nuestros sentimientos por los niños y por el pueblo de Iraq, nuestra indignación por la injusticia, nuestra desesperación ante NNUU, nuestra rabia y nuestro rechazo por la agresión de EEUU y los asesinatos preventivos, y señalando la importancia esencial de aplicar el Derecho Internacional y los derechos humanos fundamentales a todos, la preocupación esencial por la auto-conservación permanece: hay que estar con el pueblo de Iraq ahora, porque si no: ¿quién quedará para apoyarnos a nosotros?

Gracias



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