Index | Palestina 2007
Actualidad
PALESTINA

Crónicas desde Palestina

Crónica 7

Lidón Soriano

CSCAweb:20/08/07

Los campos de refugiados son una fuente inagotable de historias, pequeñas, grandes historias de gente anodina que consiguen aunar lo mejor y lo peor del ser humano en un combate desigual de 60 años de duración entre la barbarie y la civilización, representada la primera por el estado de Israel y la segunda por el pueblo palestino.

Los campos de refugiados son una fuente inagotable de historias, pequeñas, grandes historias de gente anodina que consiguen aunar lo mejor y lo peor del ser humano en un combate desigual de 60 años de duración entre la barbarie y la civilización, representada la primera por el estado de Israel y la segunda por el pueblo palestino. Aun sin buscarlo, en cada casa, en cada esquina, en cada estrecha callejuela de los campos de refugiados te asaltan historias, historias de lucha, historias de dolor, historias de valor, historias de sufrimiento, historias de resistencia, historias de grandezas contadas desde la pequeñez de las personas sencillas, contadas con tal naturalidad que las convierten en algo inconmensurable. Historias de muerte contadas desde la vida para ser eternas, historias en definitiva sobre la dignidad.

Hemos estado estos días con destacadas figuras de la política palestina, viceministros, parlamentarios, portavoces de los diferentes partidos tanto en Cisjordania, como en Gaza, nos hemos entrevistado con gente de organizaciones sociales tanto en los territorios del 67 como en los territorios del 48, y después de todo el periplo cubriendo todo el territorio de la Palestina histórica y contactando con los diferentes estratos y ámbitos sociales, una vez mas descubro con una mezcla de cariño y admiración que es la gente de los campos de refugiados la que mas sigue poniendo en la balanza de la causa palestina, la que mas fuerte sigue apostando, tan fuerte que lo apuesta todo. Y no es que el resto de gente no luche o resista, por supuesto que si, cada uno a su forma y manera, cada uno en su lugar, pero lo de los campos de refugiados es algo increíble, totalmente inexplicable e incomprensible para nuestras mentes occidentales, por occidentales y por materialistas. Un mensaje queda claro y se repite constantemente como una cantinela en todas nuestras visitas a las casas de los campos de refugiados: "mientras quede una mujer que siga teniendo hijos, el pueblo palestino continuará luchando"

Desde diciembre de 1947 a Enero de 1949 el sionismo desposeyó al pueblo palestino de su tierra, de sus casas, de sus granjas, de sus olivos, el 78% del territorio de la Palestina histórica fue arrebatado a sus legítimos dueños. Les desestructuraron su vida, les convirtieron en nuevos parias, les arrancaron de raíz, 437 pueblos de un total de 550 fueron total o parcialmente destruidos. El 80% de los y las palestinas fueron convertidos en refugiados en solo 14 meses. De un día para otro la gente pasó de tener su casa, su campo, su mar a ser un sin techo, un expulsado, un problema. Se lo quitaron todo , pero no pudieron arrebatarles su memoria, su derecho inalienable a vivir en su tierra, ni la fuerza necesaria para luchar por ella y eso queda patente en muchas personas, pero especialmente entre los refugiados.
Probablemente debido a que ellos han sido los que mas han sufrido, los mas empobrecidos y los que ”menos” tienen que perder, son  también los que más fuerte apuestan, órdago a la grande en cada una de sus decisiones, de sus palabras y de sus actos.

Hemos estado con varias familias, pero solo voy a contar dos casos, uno el de la familia Al Mabruq y otro el de la familia Harb.
En 1948 el señor  Abu Nasser que en aquel entonces tenia tan solo dos años de edad  fue expulsado junto a su familia, la familia AL Mabruq de un pueblecito cerca de Nazaret, donde la familia vivía y se ganaba la vida con los frutos que le daba la madre tierra, tierra heredada a sus padres y a los padres de sus padres y así hasta donde la memoria alcanza. En los alrededores de Nablus Naciones Unidas les ubicó, junto a unas quinientas personas mas en un pequeño espacio de terreno equivalente a 7 campos de fútbol (0.045 Km.) denominándolo Campo n 1 o AL Ain en donde acondicionaron unas tiendas de campaña para resolver el “problema temporal” consecuencia del éxodo palestino provocado por los grupos militares y paramilitares sionistas que sembraron el terror entre la población civil durante los 14 meses desde la aprobación de la resolución 181 en  noviembre de 1947 al armisticio de enero de 1949. El 11 de diciembre de 1948 las Naciones Unidas aprobaron la Resolución 194 que reconocía el Derecho al Retorno de los Refugiados o su derecho a recibir indemnizaciones por los  daños causados, sin embargo Israel ignoro la resolución , en lo que seria el inicio de una larga lista de incumplimientos impunes, y el problema temporal se fue agravando convirtiéndose en un problema crónico y en una vergüenza para la humanidad, que dura ya 60 años.
Al principio el campo n 1, como el resto de campos carecía de toda infraestructura básica y con el paso de los años la gente empezó a construir alcantarillados, edificios de cemento mas sólidos  pero muy  básicos, les construyeron escuelas y centro de salud y les suministraban los alimentos básicos. La población fue creciendo en los campos, (no en vano el pueblo palestino ostenta un alto índice de natalidad (6.7))  pero estos al ser territorio de naciones unidas tienen limites inextensibles con lo que la densidad demográfica alcanza a día de hoy cifras desorbitadas. Las estructuras se han ido volviendo obsoletas, la gente construye casas una encima de otra sin orden ni concierto para dar un techo a la nueva familia de sus hijos y el espacio ha ido menguando hasta convertir algunas calles en pequeños pasillos  por los que tienes que pasar de lado si quieres llegar al otro lado de la calle, la salubridad es insuficiente y la intimidad inexistente. Como me decía un compañero del campo:”aquí no se puede hacer el amor a determinadas horas y aunque lo hagas en silencio los vecinos se
acaban enterando ”y terminaba bromeando:”este es el gran problema de los campos de refugiados y no otro”. Bendito humor palestino que les ayuda a sobrevivir y a nosotros a admirarles mas y mas.
Abu Nasser y su mujer Fatima, a pesar del “problema de los campos” tuvieron cinco hijos y dos hijas, y aunque no tenían recuerdos nítidos de su pueblo sus padres se encargaron de que no se olvidaran de el. Les contaban historias, sacaban la llave de la casa y dibujaban con un palo sobre la tierra que tanto aman, mapas con la ubicación de la mezquita, de la casa de Abu Majed, de la familia Khader, la calle principal, el horno,…..Sus hijos e hijas recibieron la misma herencia, la desposesión de una tierra y la posesión de un sueño, de un sueño y de un derecho.
Uno de sus hijos, Emad, con el paso de los años se convirtió en el líder de las brigadas de Abú Alí Mustafá , el brazo armado del Frente Popular para la Liberación de Palestina y es que el campo nº1 esta poblado mayoritariamente por gente de izquierdas, aunque con mentalidad tradicional, algo que a nosotros con nuestra predisposición a clasificar y a unificar, nos rompe moldes y se nos hace difícil de entender.
Cuando el ejercito israelí va a entrar en el campo o durante una incursión son los hijos de los que llegaron al campo en su tierna infancia los que defienden a sus familias, son ellos los que luchan contra las fuerzas de ocupación, fuerzas de ocupación ilegales e inhumanas, son ellos los que luchan por la libertad de su pueblo.
Un día lluvioso del invierno de 2005 el ejercito rodeó la casa de Abú Nasser, buscaban a su hijo Emad. Entraron en la casa y sacaron a toda la familia de sus habitaciones, como no le encontraron les sacaron a la calle en pijama teniéndoles de pie bajo la lluvia mientras les preguntaban por su paradero.
En un momento dado cogieron a Abú Nasser y lo metieron en el cuarto de baño, le apuntaron el M16 a la cabeza mientras le exigían que delatara a su propio hijo. De repente se escucho una ráfaga de disparos, tras decirle algo al oído a su oficial se marchó, entonces el oficial le dijo a  Abú Nasser : quieres saber donde esta  Emad? Le subieron al tejado de su casa y allí vio como su hijo todavía en pijama y cubierto con una gruesa chaqueta verde agujereada por 72 balas yacía en un charco de sangre.
Hace cuatro días el ejercito volvió a su casa, se llevo detenidos a todos los hombres, les pusieron una venda en los ojos, las esposas de plástico en las muñecas y estas cruzadas en la espalda, al padre debido a su edad accedieron a atarle las manos por delante del tronco y se los llevaron al centro de detención de una colonia próxima..A los dos días todos menos uno de los hijos,  Jihad, eran puestos en libertad. Al tercer día Ayman, el hijo que llevaba cuatro años y medio preso era liberado. La razón de esta maquiavélica sinrazón: que esta familia no pueda disfrutar de una mínima tranquilidad, les liberan a un hijo y le meten casi el mismo día a otro en prisión. Maldad, no se me ocurre otra palabra.

La otra historia es mas antigua pero a mi no deja de impresionarme, quizá sea por la fuerza y expresividad que posee el padre cuando habla que te tiene anonadada mirándole a sus arrugados ojos azules comprendiendo todo, sin entender una palabra. Este año no nos contó su historia familiar, se dedicó a decirnos lo cansado que está del mundo, lo hipócrita de la política internacional y nuestra ineficacia a la hora de actuar, algo que puede dolernos pero que no le podemos rebatir. Un discurso inteligente  que denotaba, comprensible y compartidamente, hastío, descrédito y asco hacia la política mundial.
Esta es la historia de la familia Harb: La familia Harb llego a Nablus en 1948 huyendo de la destrucción de su pueblo Misqi, en los alrededores de Tel Aviv, por las tropas sionistas. En 1950 Naciones Unidas por medio de su agencia para los refugiados les asentó en el campo de Balata. El campo de refugiados de Balata es una extensión de terreno de un cuarto de kilómetro cuadrado aproximadamente (0.252 Km2) en el que comenzaron viviendo unos centenares de personas y en donde a día de hoy se hacinan unas 22.000 personas en condiciones infrahumanas similares a las descritas para el campo de Al Ain. Aquí, Mohamed Harb se caso y tuvieron 9 hijos y 4 hijas. En el peor periodo de las incursiones de la II Intifada, en 2002, su hijo Khalil fue asesinado de un disparo por la espalda del ejercito israelí cuando estaba labrando las tierras de un vecino, su hermano Lad, estaba delante y nada pudo hacer por detener la hemorragia y evitar que muriera.
Desde ese día, según cuenta su padre, Lad, no fue el mismo, no solía sonreír y ya no quería estudiar, ni estar en la calle con sus amigos, todo le daba igual. Una tarde de la primavera de 2003 Lad salio de casa para, como cada mañana, ir a clase, pero esta vez sus pasos se dirigían a Tel Aviv. Tenia 17 años. El contacto que tenia que recogerle en la frontera del 67 no apareció y después de un rato de espera decidió volver a su casa. Al llegar al checkpoint entre Qalqilia y Nablus, los soldados le pararon y le obligaron a
levantarse la camisa, el pregunto la razón asegurando que no llevaba nada, ante los gritos mas soldados se acercaron y en ese momento una fuerte explosión descuartizó el cuerpo de Lad que llevaba un año muerto llevándose por delante a cuatro soldados e hiriendo a otros dos.
No se que porcentaje hay de venganza en estas acciones, supongo que solo la persona que lo lleva a cabo lo sabe, lo que cada vez tengo mas claro es que es la desesperanza más absoluta y aniquiladora la que está detrás de cada una de estas acciones, desde la de Lad a la de la abuela de Gaza Fátima Najar, que con 9 hijos y 41 nietos, una verdadera hacedora de vida, no quiso seguir viviendo otra masacre como la de Beit Hanoun, poniendo fin a su vida de una forma que, soy consciente de que la mayoría de las personas occidentales y acomodadas  jamás van a entender. Otra impresión ya convertida en certeza tras estudiar algunos de estos casos, es que la  razón primera y ultima que empuja a estas personas a la inmolación es la ocupación.

Mohamed Harb nos dijo que sus hijos no eran más importantes  que los hijos de otros vecinos o amigos asesinados también por Israel, nos dijo que las persona van y vienen, pero que la tierra permanece. Supongo que para nosotros, personas desarraigadas y alejadas de ama lurra, de pacha mama, de la madre tierra, este concepto resulta también incomprensible, pero para esta gente la tierra es una prolongación de sus vidas, es mucho mas que el suelo que pisan, y su confiscación, expropiación, robo, supone una enorme tragedia, porque les arrebatan una parte de su esencia, una parte de su ser.

Salud, amor y fuerza. Lidón Soriano
09-08-07. Palestina

Crónica anterior Crónica siguiente