Index | Palestina 2006
Actualidad
PALESTINA


* Miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.

Enlaces relacionados

Rosa Regàs: No seamos nosotros como la Unión Europea

Declaración de los Comités de Trabajo para la Salud de Palestina con respecto a la situación humanitaria en Gaza

Gaza, al borde de una catástrofe humanitaria

Raji Sourani: Los palestinos preparan la paz mientras que Israel reactiva la guerra


Palestina y el cómplice silencio de las buenas personas

Miguel A. San Miguel*

La Nueva España, 11 de julio de 2006 / CSCAweb, 12 de julio de 2006

"Nuestros gobernantes de la UE no les dicen nada a los sionistas, no les recuerdan las incumplidas resoluciones de la ONU, ni les hacen la mínima amenaza de represalia económica, más bien, al revés, acusan a los palestinos de extremistas, porque reclaman lo que es suyo, porque resisten con fuerzas desiguales y porque en unas elecciones limpias han elegido un Parlamento que no es del gusto de Occidente. Los mandamás de la vieja Europa condenan a la víctima, no al verdugo, un Estado que expolia, secuestra y asesina. En este momento no podemos por menos que recordar las recientes declaraciones de Pinter, el premio Nobel de Literatura:'¿Cuántas personas hay que matar para ser considerado asesino de masas y criminal de guerra?'."

Estos días asistimos, en medio de la indiferencia general, a la noticia de los bombardeos sobre población civil, asesinatos y secuestros por parte de Israel en Palestina.

¿Estos días? No, todos los días desde 1948. Unas veces estas tropelías tienen foto, pie de foto y titulares; otras, la mayoría, se hacen en el silencio mediático, para ocultarlas, para que no existan. El Estado de Israel, con el apoyo de la mayoría de su pueblo, a veces con prisa, pero siempre sin pausa, desde hace mucho tiempo secuestra, hace limpieza étnica, asesina, destruye casas y roba las tierras de los palestinos.

Y la pregunta obvia es: ¿cómo ocurre todo eso en la más absoluta impunidad? ¿Qué hace la vieja Europa, la de las libertades, la los derechos humanos? Esta Europa que de vez en cuando vierte lágrimas ¿de cocodrilo? en los santuarios del Holocausto ¿Por qué mira hacia otro lado para no ver el horror cuando se trata de Palestina? ¿Qué hacen esos purpurados que tanto hablan de moral? ¿Es que estos entierros son de tercera? ¿Por qué callan nuestros repúblicos, que se jactan de ser gentes de diálogo y van por la vida de prudentes?

Su silencio, su indiferencia, no es por ignorancia. De sobra saben que cuatro millones de palestinos viven en campos de refugiados, que los han echado de su tierra, de sus casas. Por los informes de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados conocen bien que una tercera parte de los refugiados del mundo son palestinos. Tampoco al Papa viajero se le rompía el alma con las imágenes de los helicópteros ametrallando la basílica de Belén, y su sucesor Benedicto, cuando recuerda otras maldades del pasado, prefiere responsabilizar a Dios.

¡Que fácil es echar la culpa a los demás! Entiendo, aunque no lo justifico, que el pueblo alemán por su historia reciente se resista a condenar el sionismo y mire hacia otro lado. Es cierto que el pueblo judío ha sufrido, como pocos, grandes persecuciones a lo largo de la Historia, pero esto no les da derecho a robar, matar ni secuestrar asumiendo los mismos roles de quienes fueron sus verdugos.

En este momento los palestinos están solos; inermes ante una máquina de matar impresionante que actúa con total impunidad, ante una potencia nuclear que se jacta de incumplir por principio las resoluciones de la ONU. No sólo no se retiran de los territorios ocupados, no destruyen el muro, no facilitan el retorno de los refugiados, sino que, antes al contrario, prosiguen con la limpieza étnica, la ocupación de tierras por medio de los asentamientos, de tal manera que los palestinos ya sólo controlan el 12% de la Palestina histórica. Les están destruyendo los recursos económicos: en los últimos años les han arrancado más de cien mil olivos y se han adueñado de las tres cuartas partes del agua. Y además han convertido esta tierra en una prisión en la que los palestinos ven limitada totalmente su libertad de movimientos. Los dejan sin luz eléctrica, impiden el paso de médicos y material sanitario; todo ello para quebrar su resistencia, para que abandonen su hogar. ¿Caben más maldades?

La Cruz Roja dice que si nadie lo remedia estamos en puertas de una catástrofe humanitaria; pero nadie mueve un dedo: los gobiernos árabes y la mayoría de su población prefieren las buenas relaciones con EE UU a la solidaridad con sus hermanos.

¡Mal asunto es cuando una problemática así no conmueve a nadie! ¡Mal asunto es cuando la inmensa mayoría de los repúblicos del llamado mundo democrático y de las libertades viven más obsesionados por la erótica del poder y por la adulación de sus corifeos que por poner freno a las maldades que se cometen día a día! ¡Malo es que una sociedad entera, sumida en el nirvana del consumo, viva anestesiada ante el televisor y sólo se preocupe de ver a veintidós multimillonarios corriendo tras un balón.

Nuestros gobernantes de la UE no les dicen nada a los sionistas, no les recuerdan las incumplidas resoluciones de la ONU, ni les hacen la mínima amenaza de represalia económica, más bien, al revés, acusan a los palestinos de extremistas, porque reclaman lo que es suyo, porque resisten con fuerzas desiguales y porque en unas elecciones limpias han elegido un Parlamento que no es del gusto de Occidente. Los mandamás de la vieja Europa condenan a la víctima, no al verdugo, un Estado que expolia, secuestra y asesina. En este momento no podemos por menos que recordar las recientes declaraciones de Pinter, el premio Nobel de Literatura: "¿Cuántas personas hay que matar para ser considerado asesino de masas y criminal de guerra?".

El pueblo palestino es un pueblo que nada tiene que perder, porque le han quitado todo. Ya no le queda nada. Quizás estemos asistiendo a su final: a un exterminio sistemático que quizá tenga ya fecha; y los palestinos saben que nadie hace nada por ellos, por eso ya no esperan, no creen en nadie. En esta situación no es de extrañar que llegue el día en que todos acabemos pagando nuestro egoísmo demasiado caro.

Del Gobierno de EE UU nada cabe esperar, porque con sus vetos sistemáticos en el Consejo de Seguridad de la ONU y con su ayuda económica y militar incondicional es cómplice directo de estos crímenes. Pero nosotros debemos exigir a nuestros gobernantes, a los de la Unión Europea, que presionen al Estado de Israel para que cese en su política de expolio y represión, devuelva a los palestinos lo que suyo y los deje vivir en paz.

No sé si seremos capaces de parar esa inmensa máquina de muerte y destrucción, pero intentándolo habremos cumplido con nuestra obligación de gente de bien y poder decir como el poeta alemán Matthias Claudius en su poema canción de guerra:

"Por desgracia hay guerra... y lo que ansío
¡es no ser culpable de que se luche!".