Réplica
a Uri Avnery
'Su milagro de la
paz no será posible con la ocupación'
La ocupación legitima la resistencia
y, con la doble moral, el doble rasero y la justicia a la carta,
no puede haber paz en Israel, ni en ninguna otra parte
Miguel Ángel
Llana
CSCAweb,
28 de noviembre de 2005
Los ocupantes de Palestina
como los de cualquier otro país- siempre dicen estar
muy preocupados por la paz y la democracia, pero solo de la propia
e intransferible, y esto es el resumen del artículo "Un
gran milagro"(1), de Uri Avnery, quién reitera una
y otra vez su apuesta democrática; de demócrata
ocupante -sionista en este caso- y que leído deprisa cuela
como caramelo envenenado.
Dice Avnery en su artículo
que el gran problema de la paz en Israel, es que el inmigrante
judío procedente de Europa, denominado "Ashkenazi",
ha despreciado y relegado al judío procedente de los países
árabes y de otros países musulmanes, designándolo
como "Oriental" y haciéndole sufrir una gran
diferenciación social dentro de la propia comunidad judía
israelí y que ello es la causa que imposibilita la paz
en Israel.
Rememora Avnery, que desde
1982, él ya defendía la necesidad de incorporar
a estos judíos norteafricanos y, que mientras no se les
integre socialmente en la sociedad israelí, no habrá
paz, y ahora que Amir Peretz, judío Oriental, ha derrotado
al Shimon Peres, judío Ashkenazi, considera Avnery que
este nuevo líder, que controla el partido Laborista, puede
servir de puente entre los dos pueblos, mejorando la situación
económica, reduciendo la pobreza entre ricos y pobres,
eliminando el racismo y haciendo una política de izquierdas,
necesaria para alcanzar la paz. Pero cuidado, está hablando
y se refiere sólo a las diferencias y enfrentamientos
entre judíos, ni siquiera menciona a los árabes
israelíes, en régimen de apartheid y, menos aún,
al resto de los palestinos, para los que la paz es sólo
un concepto.
Seguramente con la idea de
internacionalizar el propio caos ético, moral y de identidad
israelí, que vive y sufre sin duda- el síndrome
de los excombatientes (como los marines de EE.UU.) derivado de
la participación en las atroces guerras de rapiña,
Avnery, termina comparando los incendios de los suburbios de
Francia con los conflictos internos israelíes, que han
sido originados, precisamente, por una forzada inmigración
de judíos, concebida para crear artificialmente un País,
justamente en mitad de Oriente Medio -a costa y encima de los
palestinos- pero como elemento desestabilizador de toda la zona
y, que le cuesta al imperio (EE.UU.), mil millones de dólares
al mes, sólo y exclusivamente por razones geoestratégicas,
que cuando caduquen, habrá caducado también Israel
y su actual empleo geoestratégico en Oriente Medio.
Recuerda Avnery, y se lamenta,
cómo la población de Ramleh, entre Jerusalem y
Tel Aviv, con mayoría de judíos norteafricanos,
han estado discriminados y desatendidos por los sucesivos gobiernos
israelíes. Pero, conviene refrescarle la memoria a Avnery,
pues este pueblo, conocido también como Al-Ramla o Ramle
y que se refiere tanto a una provincia palestina como a su capital,
en 1948 sus habitantes árabes palestinos fueron salvajemente
desalojados por la invasión sionista. En 1922 la capital
de la provincia (2), contaba con 7.312 habitantes de los que
5.837 (80%) eran árabes musulmanes; 1.440 (19,7%) árabes
cristianos; y 35 (0,5%) judíos. En 1.945 la población
se duplica llegando a 15.160 y manteniendo los porcentajes. En
julio de 1948 se produce el gran desastre y son expulsados 17.586
palestinos, de los que algunos cientos son asesinados o mueren
en la persecución, y además, abandonan las 2.339
casas existentes, según el censo de 1.931 y, cuya propiedad,
obviamente pasa graciosamente a manos de los ocupantes israelíes.
Así, en 1.950 la población era ya de 9.224 judíos
ocupantes y, sólo 1.368 (13%) supervivientes árabes
cristianos o musulmanes. Los refugiados palestinos, y sus descendientes,
de la capital Al-Ramle, suman ahora 107.994 y los refugiados
de la provincia 609.046 (3)
¿Cómo puede hablar,
Avnery, de la discriminación y racismo entre los judíos
Ashkenazi hacia los judíos de origen Oriental, olvidando
que tanto unos como otros están viviendo literalmente
en las casas de las que ellos han expulsado sangrientamente a
sus propietarios palestinos y que mantienen aún en campos
de refugiados, o en Gaza y Cisjordania y sin ninguna posibilidad
de supervivencia razonable? ¿Qué es para este señor,
la democracia de la que tanto habla, la paz y la política
social? ¿Cómo puede mencionar la guerra de Líbano
de 1982, como algo ajeno, cuando el ejército israelí
su ejército- ocupó todo el Sur libanés
y hasta el propio Beirut, participando en la masacre de Sabra
y Chatila, y hablar de sus aventuras políticas en su partido
Sheli, al que él representó en la Knesset, citando
sus afirmaciones de hace 23 años, en plena invasión
del Líbano, para decir que no habría paz a causa
del enfrentamiento interno entre judíos?
Menciona de pasada la paz con Palestina, pero refiriéndose
a lo costoso que les resulta la militarización y construcción
de El Muro, como problema que resta medios económicos
para el mejor nivel de vida para todos los israelíes y
causa de las diferencias entre ellos. La marginación apartheid-
de los palestinos que viven en Israel y, el absoluto olvido de
los 4,5 millones de refugiados, del robo diario de tierras con
la construcción de El Muro, el derribo de casas, los continuos
toques de queda, los puestos de control, los asesinatos selectivos,
el cerco sobre Gaza, Cisjordania y la apropiación de Jerusalem
Este, sitúan a los partidos y a sus políticos -sobre
los que Avnery hace tantas consideraciones- como verdaderos halcones
demócratas, pero halcones.
Israel tiene un grave problema,
pero no interno, sino con su política de ocupación
militarizada sobre ocho millones de rehenes palestinos a los
que, además, exige que acepten cada vez más ocupación,
a cambio de cada vez más miseria, menos tierra y menos
futuro ¿No es ésta la evolución exacta de
los hechos desde 1948? ¿No han participado, y siguen participando
en ello, todos y cada uno de los partidos existentes? ¿A
quién le importa quién gobierne en Israel, si estamos
hablando de Gobiernos que nunca han cumplido ni una sola de las
más de cien disposiciones de Naciones Unidas?
La diferencia entre Laboristas
liderados por Peres o por el Peretz, el Likud o cualquier otro
partido, es sólo pura apariencia, todos están siendo
responsables directos y cómplices activos de la misma
ocupación militar y de todo lo dicho y es que apenas si
se diferencian en los modales.

Notas:
(1) www.rebelion.org/noticia.php?id=22886
(2) www.palestineremembered.com
(3) Al-Nakba
(El desastre) El desalojo sionista de Palestina en 1948.
Prólogo de Pedro Martínez Montávez. Editado
por el CSCA.
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