Elecciones bajo ocupación
(2)
Santiago González
Vallejo
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 28 de enero de 2005
"Así
se escribe la farsa. Los presos del corredor de fondo
tienen que ser apaleados y estar agradecidos que durante la función
(con cámaras de televisión y significativos tribunos)
los check points se conviertan en puestos de control,
sigan sin salir al patio de Jerusalén, ni los jerosolimitanos
puedan entrar libremente en su vecindad o que el muro y los asentamientos
contrarios al Tribunal de La Haya o la Convención de Ginebra
no sean visibles para esos personajes. Que al cabo de unos días
el Gobierno laborista-likud en su política de abrir la
ventana de la esperanza anuncie nuevas expropiaciones
a los palestinos, como lo han estado haciendo desde tiempos de
Al-Nakba, en Jerusalén, no afectan al Cuarteto, Estados
Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas en su
interpretación del terrorismo y condena de la resistencia,
al estar tan interesados en inculcar que son los presos palestinos
los que tienen que redimirse aceptando la derrota, olvidarse
de su propio pueblo refugiado y obligarles a agradecer la libertad
y la pax americana".
Las elecciones en parte de
la Palestina ocupada ya se han hecho. Occidente (e Israel) las
dan por buenas, 'han sido democráticas'. El cinismo galopa
de nuevo alentado por los voceros del gran oriente democrático.
Sólo hay que ver sus declaraciones: el senador estadounidense
Joseph Biden, "tras visitar numerosos colegios electorales,
mi impresión es que estos comicios no son diferentes de
los de Estados Unidos"; Carter, que visitó los puestos
de control israelíes entre Jerusalén y Cisjordania,
los check points, "no he visto que haya intimidación
israelí", (La Vanguardia, 10 de enero de 2005).
Se habla de la retirada de
Gaza y entre las junturas de los comunicados se rebela la esquilmación
continua: 'El Banco Mundial podría comprar los invernaderos
y equipamiento agrícola del bloque de asentamientos judíos
de Gush Katif, en Gaza, a fin de entregárselos a los palestinos.
El plan podría permitir al Gobierno israelí aumentar
las cantidades de dinero distribuidas entre los colonos que serán
evacuados como compensación o ayuda financiera. Según
la propuesta, los palestinos tomarán el control de los
cultivos y de las exportaciones que hasta hora pertenecían
a los colonos. [El portavoz israelí del plan de "desconexión"]
apuntó que Agrexco, una compañía [estatal
israelí] que se encarga de exportar productos agrícolas,
ha expresado su disposición a continuar con esa labor
cuando los terrenos, invernaderos y el equipamiento cambien de
manos.' (La Vanguardia)
Todo son barbaridades, desde
el asunto de la apropiación del agua, su reparto asimétrico;
millonarias indemnizaciones a colonos ilegales mientras el mismo
Gobierno israelí se niega a resarcir a los que, por sus
acciones, son refugiados palestinos; exportaciones agrícolas
a la Unión Europea, aprovechándose del Acuerdo
Preferencial Israel-Unión Europea con el marchamo de Made
in Israel (cuando dicho acuerdo obliga a las partes a suspenderlo
si hay quebranto de los derechos humanos y las colonias parece
que lo son), cuando formalmente es ilegal y, por ultimo, se dice
que como se ha destruido la economía y las empresas palestinas
entre la política de bantustanes y las razzias
periódicas, si queréis exportar, lo haremos los
israelíes y ya fijaremos precios, prioridades y cantidades
a exportar de lo que produzcan los palestinos.
Expulsión o 'transferencias'
de población palestina. Degradación de las condiciones
de habitabilidad, secando campos, apropiándose de terrenos,
arrancando olivos. Cerrando pueblos, amurallando la vida. Pero
han sido elecciones libres.
Así se escribe la farsa.
Los presos del corredor de fondo tienen que ser apaleados
y estar agradecidos que durante la función (con cámaras
de televisión y significativos tribunos) los check
points se conviertan en puestos de control, sigan sin salir
al patio de Jerusalén, ni los jerosimilitanos puedan entrar
libremente en su vecindad o que el muro y los asentamientos contrarios
al Tribunal de La Haya o la Convención de Ginebra no sean
visibles para esos personajes. Que al cabo de unos días
el Gobierno laborista-likud en su política de abrir la
ventana de la esperanza anuncie nuevas expropiaciones
a los palestinos, como lo han estado haciendo desde tiempos de
Al-Nakba, en Jerusalén, no afectan al Cuarteto, Estados
Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas en su
interpretación del terrorismo y condena de la resistencia,
al estar tan interesados en inculcar que son los presos palestinos
los que tienen que redimirse aceptando la derrota, olvidarse
de su propio pueblo refugiado y obligarles a agradecer la libertad
y la pax americana.
Y ahora
las de Iraq
Ahí ya si pueden votar,
lógicamente, todos los iraquíes que quieran y
puedan. Incluyendo a los ciudadanos israelíes que en su
día fueron expulsados o emigraron desde Iraq. La paradoja
se dará cuando un responsable israelí de origen
iraquí pueda votar en las elecciones de Iraq, mientras
ha prohibido que pudiera votar un refugiado palestino residente
en Iraq. Con el beneplácito de la comunidad internacional,
observadores y apoyo electoral de Bush o del Gobierno de Rodríguez
Zapatero que parece que ha aportado 20 millones de dólares
para ese acto confuso.
Porque, en el caso iraquí
se quiere seguir legitimando la ocupación y borrar la
memoria. Iraq fue elegido como eje del mal (con la magnifica
coartada de la errática política de Sadam Hussein)
hace muchos años y su pueblo ha sufrido un embargo criminal
con la complicidad occidental-, tras la aniquilación
de la estructura ofensiva de su ejército en la primera
guerra del golfo. Era uno de los frentes a destruir que Israel
(y su aliado estadounidense) necesitaba para que su 'normalización'
se vaya completando. Los siguientes de la teoría del dominó,
en su lectura imperial, son Siria y subsidiariamente Irán.
Estados Unidos lidera un proyecto
hegemónico. La Unión Europea se deja llevar en
esta aventura, haciendo jirones su discurso amable de ser diferente.
Sólo las acciones de resistencia iraquí y las presiones
populares están consiguiendo que se deje desnudo
al Ejército aliado, Estados Unidos, Reino Unido, Australia
y ya en un segundo estadio Japón y Corea del Sur. Tras
el desestimiento visual del Gobierno de Rodríguez Zapatero
(sigue apoyando las ofensivas estadounidenses a través
de las bases militares de 'utilización conjunta' que dicha
potencia tiene en el Estado español y de aportaciones
económicas administradas por el responsable de la ocupación,
embajador de EEUU, Negroponte) con la retirada de tropas españolas
y de los países centroamericanos, el día después
del día 30 de enero puede ser la excusa lógica
para que se vaya cayendo el castillo de naipes de apoyos militares
testimoniales que tenía la coalición. Ya están
anunciados disminuciones o retiradas de tropas de Ucrania, Polonia,
gendarmes portugueses... Pero la partida estratégica ya
tiene un monto de apuestas considerable. Estados Unidos va a
seguir profundizando una estrategia punitiva hacia Siria, va
a obligar al reconocimiento político e internacional del
Gobierno iraquí que resulte de las elecciones; seguirá
controlando la reconstrucción y la privatización
de la economía y la internacionalización de ésta.
Tiene varias cartas todavía sin sacar, la fragmentación
del país; el reconocimiento de Israel (y la condonación
de las reclamaciones de éste a Iraq tras la primera guerra
del Golfo y la permuta de reclamaciones de ciudadanos israelíes
de origen iraquí por la de un contingente de refugiados
palestinos que se establecieran con 'todos los derechos' en Iraq);
atacar a Siria donde el Gobierno 'legítimo' iraquí
considera que se encuentran las bases logísticas de la
resistencia iraquí, etc.
La fragmentación y tribalización
de Iraq se hará más rápida en tanto y cuanto
haya grupos armados, resistentes o bandidos, que elijan para
sus objetivos violentos aspectos de un prisma ideológico
no secular. A su vez, el futuro Gobierno colaboracionista estará
tan marcado por sus patrocinadores que estará anulado
para cumplir un mínimo rol pan arabista, pero será
curioso cómo se gestionan y escenifican las discrepancias
entre el procónsul y el nuevo Gobierno.
En esta situación tan
dinámica es necesario mantener acciones solidarias con
los pueblos iraquí y palestino, limitar el alcance de
las declaraciones de sus dirigentes formales y de los responsables
de las tramoyas y creando o fortaleciendo acciones que desequilibren
los discursos vacíos de nuestros dirigentes occidentales,
obligándoles a tomar partido, aunque sea limitado, por
nuestros propios intereses internacionalistas.
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