Declaración desde organizaciones
árabes y antiimperialistas al respecto del desastre del
Katrina
FAV
/ NAZACAI / CSCAweb, 12 de septiembre de 2005
Traducción de Natalia Litvina para CSCAweb
"Fustigada
por el huracán, inundados sus hogares, abandonados sin
comida, refugio, agua, o atención médica, los habitantes
de la costa del Golfo pueden haber muerto por miles, víctimas
de la maquinaria de guerra imperial, tal y como hubieran muerto
bombardeados en Gaza o Faluya"...
"Un desaste creado
por el hombre" es como describe el New York Times,
adalid de la propaganda sionista e imperialista norteamericana,
la catástrofe en la costa estadounidense del Golfo. Ni
siquiera los mass-media de EEUU han intentado maquillar que las
negligencias cometidas respecto a los diques de Nueva Orleans
o el recorte de los presupuestos destinados a prevenir tal desastre,
tantas veces advertido, son el resultado del sistemático
saqueo de los recursos del país a favor de distintas guerras
por todo el mundo, saqueo liderado por la tropa sionista y neo-con
que lleva el timón en Washington.
El legado de los recortes en
gasto social, el asalto sobre el sistema de seguridad social,
los beneficios fiscales sobre las grandes fortunas suponen sólo
un aspecto del retrato imperial estadounidense el otro es
la llamada "guerra contra el terror"- que representa
la guerra desatada por el terror estadounidense tras el colapso
de la Unión Soviética, y cuyo objetivo es asumir
un control indiscutible sobre todo el globo.
En los días que siguieron
a la llegada del huracán Katrina, el 29 de Agosto de 2005,
cientos de miles de familas pobres -especialmente afroamericanas
y pertenecientes a grupos étnicos minoritarios- de Luisiana,
Mississippi y Alabama fueron dejadas a su suerte, pudiendo morir
de hambre o por falta de atención médica, ya que
la administración estadounidense continuó en su
habitual estilo de indiferencia social " en casa",
saturada como esta por las ofensivas militares que mantiene en
el exterior.
Fustigada por el huracán,
inundados sus hogares, abandonados sin comida, refugio, agua,
o atención médica, los habitantes de la costa del
Golfo pueden haber muerto por miles, víctimas de la maquinaria
de guerra imperial, tal y como hubieran muerto bombardeados en
Gaza o Faluya.
Sobrecogidos y asombrados por
la indiferencia de la administración estadounidense frente
a las peticiones de las víctimas de su propio país,
numerosos líderes del mundo han dado un paso adelante
para ofrecer su ayuda. Incluso los presidentes de países
en el punto de mira del régimen de Washington, como Fidel
Castro en Cuba, o Hugo Chávez en Venezuela, se han ofrecido
a enviar médicos, medicinas, petróleo y suministros
para las víctimas de la indiferencia del gobierno de EEUU,
mientras Bush apenas ofreció otra cosa que sugerencias
para que entidades privadas de caridad rellenen el hueco que
ha dejado el déficit de la guerra imperial.
Avergonzada ante todo el mundo,
la administración Bush cambió el rumbo un par de
días después, evacuando a medio millón de
personas, de quienes poco antes estaba dispuesto a dejar que
se ahogaran como ratas en una cloaca.
Pero incluso si la administración
Bush ha logrado por el momento dejar de ser señalada por
las condenas a nivel mundial, la economía norteamericana
acaba de recibir un golpe que coloca frente a los EEUU una elección
crítica: continuar su campaña de conquista mundial
o aliviar las deterioriadas condiciones sociales y económicas
nacionales, porque en casa la región más dinámica
del país está sobrecargada con los mismos refugiados
y ruinas que el imperialismo estadounidense ha creado desenfrenadamente
durante décadas.
En este momento crítico,
se debe ejercer toda la presión posible sobre el liderazgo
sionista e imperialista. Ya que los estadounidenses piden explicaciones
y una investigación sobre las razones por las que miles
de personas han muerto sin necesidad en la costa del Golfo, es
ahora que podemos dejar meridianamente claro que la realidad
de la guerra imperialista se hace a costa de las masas, tanto
nacionales como del exterior.
Las peticiones populares para
el inmediato auxilio de cientos de miles de víctimas de
la tormenta, y para los millones de víctimas de la rampante
recesión económica deben ser ampliadas para incluir
la demanda de la retirada de las tropas de EEUU en Iraq, de la
retirada de fondos para "Israel" y para el final de
la deriva enferma por el control gobal que opera bajo la aparencia
de la "guerra contra el terror".
Los vientos del Katrina han
hecho volar el camuflaje que escondía un hecho: el que
los hombres y mujeres jóvenes de las clases trabajadoras
de EEUU que visten uniforme sólo sirven los intereses
de una avariciosa elite. Para esa élite, que la gente
trabajadora y sus familias se ahoguen en casa o revienten en
los desiertos de Iraq o Afganistán es una cuestión
que les produce una indiferencia absoluta si ello sirve a los
intereses económicos y geoestratégicos del imperialismo
y del Sionismo.
¡Ya es suficiente! La
élite imperialista, neo-conservadora y sionista de Washington
debe ser arrinconada por la fuerza conjunta de todas sus víctimas.
Usando todos medios apropiados
a nuestra disposición desde las armas y cohetes de
los luchadores de la Resistencia Iraquí, a las protestas
y manifestaciones de los obreros refugiados y explotados estadounidenses-
debemos unir nuestras manos para formar un amplio frente común.
Juntos, en cada escenario de
la lucha, debemos intensificar nuestra lucha común por
lograr un final a la aventura imperial global y su mundo de desastres
creados por la mano humana.
Junta Editorial de Free
Arab Voice (FAV)
Comité Norteamiercano contra el Sionismo y el Imperialismo
(NAZACAI)
|