Nadie llora por los niños
de Iraq
Miguel Ángel
Llana*
CSCAweb,
10 de agosto de 2005
"La
prestigiosa revista médica británica Lancet
dice que la ocupación de Iraq ha ocasionado cien mil muertos,
pero se han olvidado de los niños, jóvenes y adultos
asesinados por el hambre y la miseria estratégicamente
impuesta. Ahora ya no hay ni alimentos, ni empleo, ni Estado
y si antes las víctimas eran 120.000 al año ¿cuántas
ahora?"
Desde que Estados Unidos impuso
el embargo, vía Naciones Unidas en 1990, unos 6.000 niños
menores de 5 años morían cada mes como consecuencia
directa del embargo; falta de alimentos, vacunas, cloro para
depuración del agua, toda clase de medicinas y, productos
que, directa o indirectamente, bloquean las actividades básicas
de la economía, sumiendo así en la miseria a la
población, para hacer más fácil el asalto
y la ocupación planeada.
El Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional, aprobado por NN UU en 1998, tipifica expresamente
como crimen de genocidio el embargo que afecta a la población
civil y la condena a la miseria y muerte, y a los niños
sobre todo. Por esta razón, tres directores de Naciones
Unidas, administradores del embargo: Hans von Sponeck, Dennis
Halliday y Jutta Burghardt, dimitieron sucesivamente acusando
de genocidio a Naciones Unidas, a los gobiernos responsables
y a quién participara en el embargo.
De la población de 26,5 millones en el 2003, el 45 por
ciento tenía menos de 15 años. Los 72.000 niños,
menores de cinco años, que han muerto cada año
hasta la invasión en marzo y "victoria" estadounidense
en abril de 2003, llegan a los 900.000, a los que hay que añadir
los de más de 5 años y los adultos, sumando más
de millón y medio las víctimas de este genocidio,
más la miseria de la población restante. A este
espanto, aún hemos de añadir, los bombardeos en
lo que han llamado la "zona de exclusión aérea
", las secuelas del uranio empobrecido utilizado en los
proyectiles y bombas arrojadas sobre la población contaminando
el agua, suelo, vegetales y todo lo existente. En el Hospital
Oncológico de Basora, al Sur de Iraq, donde los tumores
de todo tipo, incluidos los no descritos en la bibliografía
médica y las monstruosas deformaciones de los recién
nacidos, superan cualquier estadística imaginable. La
destrucción de toda la infraestructura de saneamiento,
calles, casas y todo lo que pueda servir para algo era abrumadora,
y me refiero a antes de la ocupación de marzo de 2003.
Lo mismo se puede decir de los Hospitales que he visitado en
Bagdad, incluido el Hospital Infantil, niños y mayores
agonizando en las habitaciones sin más protección
que una manta y rodeados de toda la familia, sin medicamentos
y ante la impotencia del personal sanitario. La farmacia del
Hospital, un cuartucho con unas estanterías llenas de
huecos vacíos y algunos envases y frascos, que por su
tamaño, seguramente no contendrían más que
hierbas y jarabes de fórmula doméstica en su mayoría.
Los continuos ataques, bombardeos
y saqueos a los que sigue sometida la población superan
lo imaginable y no es la Resistencia organizada iraquí.
Según la Convención de Ginebra de 1949 es responsabilidad
exclusiva de los invasores, quienes además, han utilizado
y están utilizando métodos terroristas con la mayor
crueldad posible. El bombardeo y destrucción de Bagdad
ensalzado por Bush como "conmoción y pavor"
y repetido en tantos pueblos y ciudades, como en Faluya.
La "prestigiosa"
revista médica británica Lancet dice que
la ocupación de Iraq ha ocasionado cien mil muertos, pero
se han olvidado de los niños, jóvenes y adultos
asesinados por el hambre y la miseria estratégicamente
impuesta. Ahora ya no hay ni alimentos, ni empleo, ni Estado
y si antes las víctimas eran 120.000 al año ¿cuántas
ahora? Multipliquen por dos o por tres estos dos años
de "democracia" y súmenlos a los muertos por
las bombas. ¡Y el 45 por ciento de la población
es menor de 15 años! ¿Cuándo Estados Unidos
y sus patéticos aliados, guardarán un solo segundo
de silencio por cada niño asesinado y por cada víctima
de su terrorismo al por mayor? Y se sienten amenazados, y se
sienten víctimas, cuando son ellos los que tienen al Mundo
aterrorizado, en la miseria y en un baño de sangre. Tanto
han mentido, que ahora mienten, hasta cuando dicen la verdad.
|