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Israel y la violencia sexual. Una misión de introspección

dimarts 24 d’octubre de 2006, per  atom

Arthur Neslen.
The Guardian

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Mientras los jueces empiezan a preparar la acusación contra el presidente de Israel, Moshe Katsav, acusado de violación, acoso sexual y mala conducta, los israelíes parecen preocupados por la reputación del país y la imagen de su más alto cargo. Ze’ev Segal hizo un llamamiento desde el periódico Ha’aretz a Katsav para que dimitiera "para salvar el honor de su presidencia, su propia salud y la fe del público en la institución de la presidencia".

A cierto nivel, era gratificante ver al país hablando de violencia sexual contra las mujeres, aunque fuera indirectamente. Durante mucho tiempo el problema se ha visto confinado a los grupos de mujeres y al interior de las páginas de Ha’aretz. Pero si Israel se sentó a examinarse el alma, parecía estar obviando deliberadamente las partes truculentas. Porque las acusaciones contra Katsav no son más que las últimas de una serie de escándalos sexuales durante el verano.

El recientemente vuelto a nombrar ministro de justicia y diputado por Kadima, Haim Ramon, también fue juzgado esta semana acusado de haber acosado sexualmente a una mujer soldado el 12 de julio, el día que Hizbullah capturó a dos soldados israelíes y empezó la reciente guerra.

El 29 de septiembre el coronel Atef Zahar fue condenado a seis años de cárcel por violar a una mujer soldado que estaba a sus órdenes. A principios de ese mismo mes el abogado militar de los oficiales anunció que ningún sospechoso se enfrentaría a acusaciones criminales por la supuesta violación colectiva de una niña de 12 años que vivía en la base Nevatim de las fuerzas aéreas israelíes.

En vez de ello, un tribunal militar juzgará a treinta soldados, que supuestamente tuvieron relaciones sexuales con la niña, acusados de conducta indecorosa. La primera vez que fue informado del caso por el ministerio de asuntos sociales -dos años y medio antes de que el caso llegara a los tribunales- el ejército había afirmado que "no era asunto suyo". Desde entonces la niña ha estado hospitalizada para recibir tratamiento psiquiátrico.

Durante años los grupos feministas, como New Profile [Nuevo Perfil] han estado alertando de que la militarización de la sociedad israelí estaba desfigurando su frente familiar. Afirmaban que la ocupación de Cisjordania y Gaza estaba revertiendo a través de la Línea Verde sobre el frente familiar mal preparado para enfrentarse a ello. Ahora que su efectos parecen estar a las puertas incluso de la residencia del presidente, la campaña para limpiar el desaguisado parece estar organizada al rededor varios enormes elefantes en el vestíbulo.

Elefante número uno: la violencia doméstica. Entre 2000 y 2005, hubo casi un incremento del 300% en el número de mujeres israelíes asesinadas por armas de fuego, casi la mitad de las cuales fueron asesinadas por parejas que eran soldados, guardias de seguridad o policías.

Los conflictos que enfrentan a jóvenes soldados con guerrillas que operan en poblaciones civiles de las que no se las puede distinguir suelen causan a menudo formas de enfermedades traumáticas y lo mismo hacen los atentados suicidas. Probablemente ambos contribuyeron a los resultados de un informe de 2002 que indicaba que casi uno de cada 10 israelíes sufría algún grado de estrés postraumático. Puede ser un estrés postraumático de un tipo totalmente diferente del que sufren los palestinos, pero aún con todo es un problema social.

Elefante número dos: la violencia sexual en el ejército. Puede que Katsav no haya sido un soldado pero Israel como sociedad sólo ha vivido un año sin un estado de emergencia nacional y fue en 1966. El ejército sigue siendo reverenciado como un ejemplo de lo más granado de la nación, se sigue considerando el reclutamiento como algo que toca a todos por igual y los dirigentes militares llegan a ser dirigentes políticos. Por consiguiente, el ejército impone normas que se difunden hacia abajo.

Esto es preocupante porque en 2003 una investigación de la Fuerzas de Defensa Israelíes [el ejército] demostró que un quinto de las mujeres soldado había sufrido acoso sexual dentro del ejército. La cifra asciende al 81% y 69% respectivamente cuando se incluyen ejemplos específicos de acoso, como insinuaciones humillantes o propuestas sexuales no deseadas.

En 2004 Hilla Kernel-Soliman, la entonces directora de la Asociación de Centros de Crisis de Violaciones [Assotiation of Rape Crisis Centres] en Jerusalén me dijo que había "un ambiente de humillar a las mujeres en el ejército". Afirmó que su organización estaba recibiendo "constantemente" llamadas sobre acoso sexual.

Elefante número tres: violencia sexual contra árabes. Está es una de las áreas más difíciles de investigar debido al estigma añadido a estos crímenes en la comunidad palestina y en otras. En diciembre de 2004 la acusación de dirigente de la guerrilla libanesa Mustafa Dirani de que había sido violado mientras estaba bajo la custodia israelí destapó, al menos, el problema.

Pero abundan los relatos de ex -soldados israelíes y de ONGs palestinas sobre incidentes que nunca se investigaron convenientemente o que fueron encubiertos o que, en ocasiones, no se investigaron en absoluto. Kernel-Soliman también relató varios incidentes de supuestos acosos sexuales por parte de soldados israelíes a mujeres palestinas en los checkpoints.

Por supuesto, las acusaciones nunca se pueden tomar como pruebas del crimen. Las cifras que muestran el aumento del acoso sexual pueden ilustrar un aumento de la conciencia del problema entre las mujeres, una mayor confianza para reclamar acerca de las infracciones, incluso una mayor confianza en la capacidad del sistema legal para administrar justicia.

Pero ahí parece haber más de un informe que relaciona el aumento de la violencia sexual y los años de Intifada. Por ejemplo, entre 1999 y 2005 la Asociación de Centros de Crisis de Violaciones en Israel informó de un aumento del número de llamadas a su línea telefónica de ayuda para los casos de violación de más del 100% -de16.682 a 33.424- y que se considera que esto es sólo la punta del iceberg.

Una trabajadora sexual a la que entrevisté para mi libro, Occupied Minds: A journey through the Israeli psyche, afirmó que los soldados israelíes que volvían de los territorios [palestinos]ocupados con frecuencia querían que se les atara, se les gritara, abofetear, o que se les apuntara con armas u objetos puntiagudos. En cambio, la petición más común que hacen los árabes israelíes a las trabajadoras sexuales judías es que se vistan con uniformes del ejército antes de la relación.

Por toda la gravedad de las acusaciones contra él, Katsav es un símbolo de un más amplio malestar entre la sociedad israelí. Para algunos, su supuesta acusación de que ha sido víctima de un complot por parte de oscuras fuerzas políticas parece típico de una manía persecutoria. Aunque a pesar de su pasado en el Likud hay que señalar que entre bastidores Katsav también ha sido un defensor de las conversaciones con Hamas e Hizbullah para liberar a los soldados israelíes capturados en Gaza y Líbano, y para asegurar a Israel la co-existencia en, según lo ve él, un Oriente Medio islámico.

Inocente o culpable, su acusación no remediará la brutalización militar que la sociedad israelí ha sufrido en los últimos seis años. Tampoco curará las heridas sociales exacerbadas por un programa económico neoliberal acelerado que ha suprimido muchas de las pocas redes de seguridad que quedaban para los pobres de Israel. Es más, su comparecencia ante el juez ofrece la posibilidad de una falsa purga nacional que deje la imagen de sí mismo que tiene Israel y su la reputación en el extranjero de una mejorada democracia liberal.

Y esto nos lleva al quizá mayor de los elefantes que merodean por el salón israelí y a cuál es nuestro papel: la identidad israelí. Los fundadores del Sionismo consideraron el país como un puesto avanzado de la modernidad laica europea. En 1896, Theodore Herzl previó a las mil maravillas el país como "una vanguardia de la cultura contra la barbarie": Justo más de un siglo después , Ehud Barak pregonó a los cuatro vientos Israel como "una villa en la selva".

Sólo el fin de semana pasado, el embajador del país en Australia, Naftali Tamir, habló de los dos países que son "hermanos en Asia" porque "no tenemos la piel amarilla y los ojos rasgados. Asia es básicamente la raza amarilla...nosotros somos básicamente la raza blanca".

En un país en el que el 88% de los israelíes de mayores ingresos son asquenazíes (o europeos) y el 60% de los israelíes con ingresos menores son mizrahim (u "orientales") vale la pena señalar que Moshe Katsav, un judío iraní, tampoco forma parte de la raza blanca.

La introspección de Israel acerca de la violencia sexual debería empezar con esta acusación. Pero si acaba ahí, habrá encontrado poco más que in chivo expiatorio.

http://commentisfree.guardian.co.uk/arthur_neslen/2006/10/arthur_neslen_1.html

1 Missatge

  • Israel y la violencia sexual. Una misión de introspección Le 2 d’abril de 2007 à 13:47, per  Yanine Rose Marie

    Hola. Soy una periodista judía residente en España que investiga el tema de la Violencia de Género. Agradeceré mucho a quien pueda enviarme más información sobre el tópico. Si bien este tipo de violencia se da en muchos países del mundo que he investigado, ahora me ocupa en exclusiva Israel. Por ello, reitero mi agradecimiento a quien tenga, de primera mano o material de archivo, articulos o testimonios o stadísitcas de hechos acontecidos en israel. Saludos cordiales, Yanine Rose Marie.

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