FUENTES DE OÑORO | La Subdelegación del Gobierno ha confirmado a la Alcaldía que se trata de un caso de violencia de género
Salamancaaldia 20-10-2016 David Rodríguez
Un agente de la Guardia Civil en activo, de iniciales A.R., y de 51 años de edad, ha asesinado en las últimas horas en Fuentes de Oñoro a su mujer, una ciudadana portuguesa cuyo nombre responde a las iniciales I.P.N., y también de 51 años de edad. Según los primeros datos de la investigación, tras haber quitado la vida a su pareja, A. R. se suicidó con el mismo arma, una pistola legalizada aunque no la reglamentaria de la Guardia Civil.
Aunque en las primeras horas tras el hallazgo de los cadáveres no estaban claras las circunstancias de la muerte, la Subdelegación del Gobierno en Salamanca confirmó a primera hora de la tarde del jueves al alcalde accidental de Fuentes de Oñoro, Juan Luis Bravo, que se trata de un caso de violencia de género, según ha explicado el regidor a Salamanca RTV Al Día.
El matrimonio fue hallado sin vida a primera hora de la mañana del jueves en su propia vivienda situada en la calle Manuel de Falla, en una zona de residencia desde principios de los años 80 de miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil, según explica uno de los vecinos de la zona.
La voz de alarma del suceso la dio un familiar de los fallecidos que, según relató a la Guardia Civil, recibió un mensaje que le llevó a acudir a la vivienda, donde se encontró con este lamentable suceso. El vecino en cuestión llamó al 112 -concretamente a las 8.49 horas- para requerir asistencia médica para un hombre y una mujer, apuntando el propio comunicante que parecían fallecidos. Hasta el lugar se desplazó un equipo médico del Centro de Salud de Fuentes de Oñoro, que confirmó la muerte de las dos personas, y a las que los vecinos habían visto en los últimos días con normalidad.
A partir de ese momento se inició la investigación de la Guardia Civil, que a media mañana confirmó que las dos personas habían fallecido por disparos efectuados por un arma perteneciente al varón. Aunque en un primer momento se informó desde la propia Guardia Civil que los diparos habían sido efectuados con el arma reglamentaria del agente, posteriormente se aclaró que no fue así, sino que fueron realizados con otra que tenía legalizada el presunto autor en su condición de agente del Cuerpo.
Hubo una denuncia por violencia de género en 2005
A.R. había residido toda la vida en Fuentes de Oñoro -aunque descendía de un pueblo cercano-, llegando a trabajar allí mismo como agente del Cuerpo benemérito. Sin embargo, hace unos años fue trasladado hasta Guipúzcoa, donde ahora mismo se encontraba en activo. A pesar de ello, y como era el caso en estos momentos, sus días libres los pasaba en Fuentes de Oñoro, donde residía su mujer, una ciudadana de origen portugués que estaba casada con el agente en segundas nupcias, y que tenía una hija de un matrimonio anterior.
El traslado del agente hasta el País Vasco se produjo tras la denuncia por violencia de género que interpuso la mujer fallecida contra él en el año 2005. El hombre fue declarado inocente y la denuncia fue archivada, según explicó en la mañana del jueves el responsable de prensa de la Guardia Civil, que también indicó que desde entonces no había vuelto a haber ninguna denuncia ni actuación en torno al matrimonio por parte suya o de la Policía Nacional.
La mujer fallecida había estado trabajando un par de años, hasta hace más o menos un año por estas fechas, en un restaurante de camioneros situado muy cerca de donde residía. Según apuntaba una vecina, tras no encontrar trabajo en la zona, estaba pensando irse a vivir a Salamanca para estar más cerca de su hija (que es militar allí) y que así su marido no tuviera que hacer un desplazamiento tan largo cuando venía a verlas desde el País Vasco.
Conocido el crimen, se descubrió un mensaje similar a una despedida de la mujer fallecida en su perfil de Facebook, que hizo pensar que se habría producido un suicidio mutuo, siendo de este modo una de las hipótesis que se barajaron en el momento inicial de la investigación dirigida por el Juzgado de Instrucción de Guardia de Ciudad Rodrigo. Sin embargo, con el paso de las horas se confirmó que se trata de un caso de violencia de género