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Madres Digitales, la estafa del teletrabajo y el cuidado

Domingo 3 de diciembre de 2023

La conciliación no puede ser un significante vacío que no respete el derecho a la desconexión digital y que nos obligue a vivir esclavas de un teléfono móvil sin un equilibrio en las tareas de cuidados.

Texto: Sara Plaza / Imagen: Claudia GR Moneo Pikara

Un bebé duerme tranquilo en un pañuelo de porteo. Las manos de su madre sujetan un móvil que echa humo mientras la paz del pequeño traspasa la pantalla del ordenador. “Convertimos a madres en profesionales digitales utilizando su móvil”. Con esta imagen y esta frase abre su web Madres digitales, una plataforma que promete un futuro emprendedor para las mujeres que han tenido que renunciar a su vida laboral, bebiendo del teletrabajo y las nuevas tecnologías. Una empresa, con apariencia comprometida, que se lucra a base de cursos que prometen salidas como community manager, copywriter o project manager. Todo en inglés, para hacerlo más apetecible.

Detrás de esta idea, dos personas: Billie Sastre y Franc Carreras, que posan sonrientes en la web. Sastre ha sido responsable de social media en empresas como Honda o MRW. Carreras enseña marketing digital en ESADE y tuvo que cerrar su empresa por la pandemia, dejando en la calle a muchas mujeres con hijos e hijas pequeños. No podía dejarlas tiradas, por lo que hoy oferta cursos para que se transformen. Los dos prometen que solo tres meses-90 días-2.160 horas las separan para reinvertarse profesionalmente sin renunciar a cuidar a sus hijos, que revolotearán a su alrededor mientras programan los tuits para una gran multinacional como Font Bella o Iberdrola.

Aseguran que ponen en contacto a madres recién formadas en comunicación con empresas demandantes. Su método, puntero, innovador y progresista, ya ha salido en medios como ABC, La Vanguardia o TVE. “Hay mucho talento fuera del mercado laboral ahora mismo que no puede compatibilizar el cuidar a sus hijos con tener una carrera profesional. Desde tu casa y desde el móvil hoy en día es posible”, cuenta Carreras en la pieza para TVE, grabada en un amplio salón gris marengo, con grandes ventanales que dan a una piscina y dos portátiles Mac que descansan en las piernas de los socios de esta start up. Sastre explica que en España hay ocho millones de mujeres trabajadoras, de las cuales, la mitad ha tenido que renunciar a una oportunidad laboral por el simple hecho de ser madre. Obvia esta moderna emprendedora que cuidar es un trabajo en sí mismo y que una madre no deja de ser trabajadora por el hecho de cerrarle la puerta a un empleo por cuenta ajena. Pero claro, esto no lo pueden reconocer porque lo que pretenden es que trabajemos y cuidemos al mismo tiempo, que multipliquemos nuestras células para escribir post en Instagram al mismo tiempo que intentamos que el crío no se escape del parque. Que encontremos la silla perfecta para poder dar el pecho mientras manejamos el móvil con holgura.

También en esta pieza de TVE presumen de que ya hay más de 150 mujeres que se han incorporado a lo que llaman “su comunidad”. La mitad ya han terminado, el 80 por ciento de estas está trabajando “y dos tercios de ellas lo han hecho a través de empresas que nosotros hemos facilitado”. Para ilustrar su triunfo aparece en escena una madre que maneja el móvil mientras atusa el pelo de su hija que hace los deberes junto a ella. Junto a ella solo de manera física porque en realidad está creando el nuevo blog de una importante compañía. “Si está enferma no tengo que pedir festivo ni cambiarlo en el trabajo”, expresa. Claro que sí, ¿para qué luchar por permisos laborales más amplios y retribuidos –no como los que aprobó el gobierno en funciones– si podemos trabajar mientras ponemos el termómetro? Si con una mano puedes mandar emails mientras con la otra meneas el carro para que la febril retoña deje de llorar, no necesitas permiso que valga, eres una mami digital de pura cepa. ¿Quién dijo que no había posibilidad de cuidar y trabajar al mismo tiempo sin tener que ampliar nuestros derechos laborales?

“Yo quiero que mis hijas no tengan que sufrir el presentismo, que sean independientes, que sean valientes y que sepan encontrar la manera de ganarse la vida escogiendo dónde están, con quién están y de qué manera lo quieren hacer”, relata un Sastre feliciano que empuja los columpios de sus dos hijas a dos manos, en una metafórica actitud que responde al multitasking que nos recomienda a nosotras. Y es que el presentismo es mucho más sufrido y más esclavo que el teletrabajo sin control viajando a lomos de la crianza. Dónde va a parar.

Derecho a la desconexión

Mientras desde Mamis Digitales ofrecen la multitarea como la llave para la conciliación de la vida laboral y familiar, y venden un método novedoso que parte de una filosofía más antigua que el hilo negro, la de trabajar fuera y trabajar dentro sin descanso, el anterior gobierno de coalición ha regulado un nuevo derecho: el de la desconexión digital y la adecuada gestión del tiempo de trabajo dentro de la normativa laboral.

Con este sentido nació la ley 10/2021 de 9 de julio de trabajo a distancia, que establece las bases para que el teletrabajo no se coma nuestras vidas. El artículo 18 indica que las personas que trabajan a distancia tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo y recuerda a los empresarios que deben limitar el uso de los medios tecnológicos de comunicación durante los periodos de descanso, además de garantizar el respeto a la duración máxima de la jornada. El control de la jornada laboral es harto complicado cuando se teletrabaja, y aún más complicado cuando se quiere compatibilizar, o más bien simultanear, con la crianza. Todo ello sumado a que el teletrabajo no es inocuo.

En la guía El teletrabajo desde la perspectiva de género y salud laboral de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO se habla de riesgos laborales psicosociales relacionados con el estrés como la adicción al trabajo o el tecnoestrés laboral, que incluye la tecnofobia, derivada del sobreesfuerzo realizado para adaptarse a las nuevas tecnologías; la tecnofatiga, considerada la fatiga mental derivada del uso prolongado y continuado de tecnologías de la información; o la tecnoadicción, caracterizada por una incontrolable compulsión a utilizar nuevas tecnologías durante largos períodos de tiempo.

Teletrabajo y corresponsabilidad

Viendo pues que estamos ante nuevas formas de explotación laboral, cabe preguntarse si, desde una perspectiva de género, invita al desequilibrio. Aún siendo una herramienta estupenda si a ella se acogieran hombres y mujeres en igualdad, lo que permitiría que ambos progenitores compartieran tareas domésticas por tener más tiempo de presencia en el hogar, la realidad ha indicado que el teletrabajo se ha convertido en un salvavidas más al que se han aferrado las mujeres para poder cuidar.

Según el estudio de UGT Teletrabajo y corresponsabilidad, durante la pandemia, mientras el número de hombres que pasaron a teletrabajar se incrementó un 86 por ciento, el de mujeres lo hizo un 160 por ciento. Además, los hombres se acogieron en mayor medida al teletrabajo ocasional, mientras que las mujeres se acogieron al teletrabajo permanente. Este estudio concluye que el grueso del esfuerzo conciliatorio recayó en las mujeres y, por tanto, existe una relación negativa entre teletrabajo en pandemia y corresponsabilidad. Dicho de otro modo, el trabajo a distancia no presenta diferencias respecto al resto de medidas de conciliación familiar (reducciones de jornada, permisos, excedencias) y, por tanto, se suma a las tareas de cuidados con un claro sesgo de género. Y avisan: si no se ajusta con medidas de equilibrio y perspectiva de género no mejora por sí misma la corresponsabilidad.

La clave está en que iniciativas como la de Mamis Digitales tienen un claro público objetivo: las madres, que son y serán las que eternamente cuiden y que trabajan 24 /7 aún sin hacerlo para terceros. La conciliación no puede ser un significante vacío que no respete el derecho a la desconexión digital y que nos obligue a vivir esclavas de un teléfono móvil sin un equilibrio en las tareas de cuidados. Esto, seguro, no te lo enseñaran en sus cursos.

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