Esta obra, que nunca llegó a ser inaugurada oficialmente, entró en funcionamiento en la primavera de 2007, acumulando en su tramitación y construcción un importante número de “presuntas anécdotas”.
Este tipo de aplicación (fumigación aérea) requiere medidas preventivas importantes, como evitar masas de agua (donde el diflubenzurón es mucho más dañino) márgenes de ríos y zonas habitadas.
Trabajos recientes demuestran que el diflubenzurón altera de forma importante las comunidades de artrópodos en el suelo y afecta gravemente a las abejas y los saltamontes.
El pasado martes 28 de octubre tuvimos la suerte –es un halago sincero, nada protocolario– de ser invitados por el Departamento de Ecología de la Universidad Complutense a un encuentro con estudiantes de cuarto curso. En lo que sigue vamos a hacer algunos comentarios respecto a una ficha de trabajo realizada por el alumnado del año anterior. Antes de ello, queremos insistir en nuestro agradecimiento por tener la ocasión de compartir y exponer lo mucho o poco que sabemos; nuestro agradecimiento también por tener la ocasión de aprender del alumnado (y del profesorado, claro), de su conocimiento, de su valor al confrontar con los alcaldes en intervenciones atrevidas, con curiosidad y pasión por esa disciplina que, como nos recordó una estudiante, puede entenderse como la ciencia sobre ese hogar común que es el planeta (oikos, logos), un planeta amenazado por las costumbres o normas económicas de ese mismo hogar (oikos, nomos).
Sin entrar en comparaciones, resulta insultante la reciente gestión de la Comunidad de Madrid, obstinada en fumigar la comarca pese a la movilización ciudadana (se recogieron más de 2.300 firmas en contra), los escritos y conversaciones de las asociaciones medioambientales e incluso la petición realizada por el equipo de gobierno de San Martín de Valdeiglesias, unidos todos en un frente común: “NO A LA FUMIGACIÓN”. Ateniéndonos a los hechos, da la impresión de que nos considera interlocutores “no válidos” para defender el territorio sobre el que vivimos, imponiéndonos su tutela para nuestra mejor administración y correcto funcionamiento. Como si estuviéramos carentes de conocimiento, sentido común e interés por la calidad del entorno que, a fin de cuentas, es la que sustenta nuestra propia calidad de vida.
0 | ... | 5 | 10 | 15 | 20 | 25 | 30 | 35 | 40 | 45 | ... | 230