Gallego de origen
El nombre "charrúas"
Daniel Vidart
Para Puriña das Cubelas
Creo haber encontrado la fuente originaria de la voz charrúa.
Como muchas otras palabras indígenas o criollas, que considerábamos
propias de nuestro continente, esta fuente también nos enfría
el entusiasmo americanista, dado que pertenece al acervo lingüístico
europeo -y dentro suyo, al idioma gallego- como se leerá a continuación.
Cuando preparaba mi libro El espíritu del carnaval (1997;
2ª ed, 2001), me había llamado la atención, al consultar un erudito
estudio de Julio Caro Baroja dedicado al tema (El carnaval,
l965), que entre los participantes gallegos del introido
-así se denominan los tres días de carnestolendas que introducen
a la Cuaresma- existía una comparsa llamada los charrúas,
perteneciente a una suerte de "máscaras fustigadoras".
Dichas máscaras se caracterizaban, como dice su nombre, por golpear
a diestra y siniestra, atropellando y agrediendo a los espectadores.
En un primer momento pensé que esa denominación había emigrado
desde el Nuevo al Viejo Mundo, llevada por los marinos que frecuentaban
nuestras costas. También había supuesto lo mismo acerca de un
pueblo del Valle Central de Chile, así denominado, y de una bahía
venezolana que, según contaba el Dr. Eugenio Petit Muñoz, se conocía
como la de Los Charruases.
Pero mi mente volvió a inquietarse cuando al transcribir la famosa
carta de Diego García (1527), donde por primera vez se nombra
a los charrúas, en uno de los libros que vengo publicando sobre
los cronistas visitantes de la Banda Oriental (El Uruguay visto
por los viajeros. Tomo I, Paranaguazú, el río como mar,
1999), leí lo que sigue: " En todo este descubrimiento
que hicimos vimos muchas islas y arboledas y muchas parcialidades
de indios que son los siguientes :la primera parcialidad a la
entrada del río, a la banda del Norte, se llaman los Charruases.
Estos comen pescado y cosas de caza y no tienen otros mantenimientos.
Habita en las islas otra parcialidad que se llama los Guaraníes.
Estos comen carne humana como arriba digo. Tienen y comen mucho
pescado y maíz que siembran y recogen, como también calabazas.
Andando río arriba hay otra parcialidad que se llaman los Janaes
y otros que moran junto a ellos y se llaman Janaes atembures.
Todos estos comen maíz [escribe abitir por abatí,
que así se le dice al maíz en guaraní], carne y pescado "
Se nombran aquí con claridad a los charrúas, los guaraníes, los
chanás y los chanás timbús. Los guaraníes del Delta del Paraná
eran antropófagos y plantaban maíz y no mandioca, como hoy sostienen
equivocadamente algunos compatriotas recién llegados a estos temas.
Pero no se trata ahora de enmendar yerros ajenos. Nos interesan
los charrúas mentados por Diego García y la etimología y el lugar
de nacimiento del nombre
Y bien, Diego García, un avezado piloto portugués al servicio
de España, venía al Plata (1527) por tercera vez. Había viajado
con Solís la primera y con Magallanes la segunda. Conocía, sin
duda, el aspecto físico y la vestimenta de los indios de las dos
orillas. Lo importante del asunto es que la tercera expedición
había partido desde la Coruña, y Galicia era una tierra por él
bien conocida. La cultura galaico-portuguesa comparte formas de
vida y modos de ser reflejados en las festividades religiosas
y las profanas, que por ese tiempo establecían una especie de
contrapunto ritual a lo largo del año. De ello debe deducirse
que el introido, el carnaval gallego, con sus mascarones
pintados de vivos colores y fachas estrafalarias, le era familiar.
Entonces les llamó charrúas a unos indios de rostros extraños
y pintarrajeados, a medias cubiertos con mantos de pieles decoradas
con dibujos geométricos, y cuyos gestos eran tan chocantes y sus
atuendos tan astrosos como los de las agresivas máscaras gallegos.
Mi razonamiento no quedaría completo si no me remitiera al texto
matriz. Este no pertenece a Caro Baroja sino al folklorólogo F.
Bouzas-Brey quien, al referirse a unas ridículas y mal entrazadas
máscaras existentes en algunas aldeas de Galicia, enumera sus
pintorescos apelativos : choqueiros, lanceiros, madamitos,
vellos, maragatos, muradanas, felos, borralleiros, murrieiros,
irrios, cocas, charrúas, troteiros y cigarrones. Se
trata de máscaras muy antiguas originarias, por lo menos, del
neolítico, tal como explica el citado especialista (Máscaras
galegas de origen prehistórico. Homenaje a Martins Sarmento,
Guimaraes, l933, pag. 72)
Este dato es relevante. La voz charrúa, por consiguiente,
sería de origen gallego y no indígena americano.
PERO, ¿QUE QUIERE DECIR CHARRUA?
Como no podía ser de otro modo recurrí a un vocabulario gallego
para enterarme del significado del término. El Diccionario
Galego-Castelán de Leandro Carré Alvarellos (Roel, La Coruña,
l951) dice en su pag. 305: " Charrúa. s.f. Mascarón
. Véase choqueiro." Acerca de la voz choqueiro,
que figura en la pag. 310, se expresa lo siguiente: "
Mascarón. Espantajo. Persona ridícula y estrafalaria. Máscara
andrajosa."
Vuelvo entonces a Caro Baroja y Bouzas-Bray, quienes dicen que
el " rarísimo" vestuario de los choqueiros, nombre
genérico dado a las máscaras fustigadoras, entre las que se cuentan
los charrúas, incluye, entre otros atavíos, "pieles de gato
montés o zorro cayendo por los costados", "grandes cencerros,
´chocas`, en la cintura" [objetos que sin duda los
expedicionarios confundieron con las boleadoras que llevaban los
charrúas enrolladas en ese sitio] y sombreros decorados,
con "figuras geométricas variadas", tales como las pintadas
en los quillapís indígenas.
¿QUIEN NOMBRA?
No sabemos como se denominaban los charrúas a si mismos. Generalmente
es el Otro quien, desde una posición etnocéntrica, descalifica
las cualidades morales o físicas de los extraños que, por el mero
hecho de serlo, también se consideran enemigos. Los que no hablaban
su lengua, por ejemplo, eran llamados tapuyas por los guaraníes,
y la voz pronto pasó a significar torpes, brutos, idiotas. Lo
mismo quería decir bugres en portugués al referirse a los
gualachos, uno de los nombres despectivos con que se designaba
a los guayanás, denominados mas tarde kaingang por una
componenda lingüística de gabinete. Los esquimales, que a sí mismos
se denominan innuit, los " hombres verdaderos",
fueron despectivamente llamados "comedores de carne cruda"
-eskitmantsik- por los algonquinos, y de ahí les quedó
el remoquete con que son conocidos. Los griegos trataron de barbaroi,
bárbaros, a quienes no se expresaban como ellos, porque "barbotaban"
las palabras. Luego el término cambió de sentido: calificó
la brutalidad, las extrañas costumbres, los bajos instintos atribuidos
a los pueblos no helénicos.
Con los charrúas ocurrió lo mismo Un catálogo de epítetos, malevolentes
los unos y caprichosos los otros, pero siempre venidos desde afuera
de su sociedad tribal, les fueron endilgados por hombres de letras
que se creyeron capaces de interpretar y nominar a los pueblos
prealfabetos o ágrafos, como los designa la jerga de los antropólogos..
De tal modo inventaron retorcidas etimologías, sujetas a explicaciones
poco verosímiles cuando no del todo descabaladas.
El historiados Pedro de Angelis (Indice Geográfico e Histórico,
1836) afirma que charrúa en guaraní significa "somos
turbulentos", o "somos revoltosos". Juan Manuel
de la Sota (Historia del territorio oriental del Uruguay, 1841),
asevera que charrúa, también en guaraní, quiere decir " somos
inquietos".
Vicente Fidel López (Geografía histórica del territorio argentino,
1869) propone una serie de variantes. Como chara equivale,
en el guaraní por él pergeñado, a "los acuáticos", los
charrúas serían los " litorales" o los "ribereños"
Pero no se contenta con esta etimología. También le parece probable
que la voz pueda provenir de Char - huá, las " langostas."
Por su lado Francisco Bauzá (Historia de la dominación española
en el Uruguay, 1895-1897) sostiene que la voz, también guaraní,
significaría "los iracundos" o "somos destructores".
Rodolfo Schuller (Prólogo a la Geografía física y esférica
de las Provincias del Paraguay y Misiones Guaraníes de
Félix de Azara, 1904) dice que por un lado el nombre designaría
a "los pintados", "los manchados", y por el
otro a "los mutilados", voz vinculada con el ritual
fúnebre de cortarse las falanges de los dedos de las manos. Allá
por el año l950 Julio Estavillo, en un libro manuscrito que me
obsequió (Los indígenas litorales), sostenía que
las voces charrúa y chaná parecen provenir de los términos char,
chan, o kan, referidos al tótem de la serpiente,
y de ahí la designación de las tribus que lo reconocían como tal,
entre las cuales se hallaban, además de las citadas, los charos
(yaros) y los charayes (xarayes). Charará quiere decir
serpiente: por lo tanto los nombres de los caciques [un
término arawac que deberíamos desterrar del vocabulario rioplatense]
Chamadú (Yamandú) y Zapikan (Zapicán) tenían que ver con ese animal
totémico.
César López Monfiglio (El totemismo entre los charrúas,
1962) deducía que la voz significaba "nosotros los
jaguares" Para ello se apoyaba en una etimología sugerida
por Buenaventura Caviglia, quien mezclaba la voz guaraní cha,
nosotros, con la raíz arawac arúa, jaguar. Pero Buenaventura
Caviglia al comentar que Diego García llamó Río de Aos al Río
de la Plata, afirma también que ao significa lobo o perro
marino. Y a partir de ahí mete a los charrúas en danza para despacharse
con la etimología mas caprichosa que conozco. En efecto, charrúa
significaría nada menos que "perro de agua".
Con lo hasta ahora expresado creo que mi pequeño descubrimiento
remite a la fuente mas creíble, o quizá menos endeble, del origen
y significado de la voz charrúa. Este nombre, ya existente en
Galicia, fue utilizado por un europeo para designar al Otro, asociándolo
con los pintarrajeados mascarones, el ridículo aspecto y la vocación
agresora de los charrúas del introido, el carnaval
gallego.
Quizá el asunto no revista mucha importancia pero tiene un bien
ganado interés anecdótico, ya que no histórico. Y como tal lo
entrego al juicio de los lectores.
|