LA
PROPUESTA DEL PCE A TRAVÉS DE SU HISTORIA:
Recorrido por
la línea estratégica del PCE desde 1974 hasta la
actualidad
Rafael Pla López
secretario de Formación i Debate del PCPV y miembro de la
Comisión
Redactoral del Manifiesto-Programa
El Manifiesto-Programa
del PCE de 1975 desarrolló la propuesta estratégica
del Partido para la vía democrática al socialismo,
estructurada en una serie de etapas bien definidas:
1) El paso de la dictadura franquista a una democracia política, para el
cuál se propugnaba un Pacto para la Libertad que incluyera a
fuerzas democráticas representativas de todos los sectores
sociales.
2) La Democracia
Política y Social, arrebatando democráticamente el
poder político y económico a la oligarquía
financiera y terrateniente mediante una reforma agraria y la
nacionalización de la Banca y las grandes empresas monopolistas,
bajo la forma política de una República Federal
reconociendo el derecho de autodeterminación para
Cataluña, Euskadi y Galicia. En esta etapa "no se trata de abolir la propiedad privada
burguesa y de implantar el socialismo, sino de establecer un poder
democrático de todas las fuerzas antimonopolistas, comprendida
la pequeña y mediana burguesía, aunque lógicamente
en este poder como en dicha alianza, el papel dirigente debe estar
desempeñado, en definitiva, por las fuerzas del trabajo y de la
cultura, por el bloque de los obreros, los campesinos y los
intelectuales".
3) El Socialismo
en libertad: "El socialismo
sólo podrá triunfar y consolidarse en esta zona de Europa
a través del
desarrollo pleno de la democracia,
afirmando el valor de las libertades personales y colectivas, la no
oficialización de una ideología de Estado, la
articulación democrática, y descentralizada del mismo, la
pluralidad de Partidos, la autonomía sindical, las libertades
religiosas, la libertad de expresión, de la cultura, del arte y
de las ciencias", planteando que "la abolición de toda forma de
propiedad privada capitalista se hará de forma gradual, a medida
que se multipliquen las fuerzas productivas, que se consiga la
abundancia de productos, la extensión de los sistemas de
servicios. Para regular y asegurar la dirección del proceso en
un sentido socialista la clase obrera dispondrá de dos palancas
esenciales: el poder político y la propiedad social de los
medios fundamentales de producción y de crédito que hoy
detenta la oligarquía".
4) El Comunismo
como un tipo de sociedad superior, sin clases y sin Estado, en el que
se aplique el principio "de cada uno
según sus posibilidades, a cada uno según sus necesidades",
el trabajo sea un instrumento para la plena realización humana,
se produzca el fin de la violencia y la coerción, se realize la
plena igualdad entre los hombres y las mujeres y "la humanidad sea verdaderamente libre".
Ahora bien, el inicio de este proceso se fijaba en una ruptura democrática con el
franquismo, que debería abrir paso a un Proceso Constituyente en
el que defenderíamos los objetivos de la Democracia
Política y Social. Pero al fracasar la ruptura
democrática, el franquismo dio paso a una democracia limitada,
en cuyo marco la dirección del PCE encabezada por Santiago
Carrillo aceptó aparcar indefinidamente cuestiones como la
opción entre monarquía y República o el
reconocimiento del derecho de autodeterminación (aunque
éste siguió estando nominalmente en los documentos
congresuales aprobados por el 9º Congreso a través de una
referencia al Manifiesto Programa), dejando también en un
segundo plano los objetivos de nacionalizaciones. De este modo la
estrategia del Partido se difuminó, centrándose en los
objetivos tácticos de consolidación de la democracia
política y la defensa de los intereses inmediatos de la clase
trabajadora. La actualización del Manifiesto-Programa, que se
veía como necesaria, fue aplazándose de Congreso en
Congreso hasta llegar al XIII.
En el XIII Congreso del PCE celebrado en
1991, después de la desaparición de la URSS, se
aprobó un "Manifiesto
del PCE para la izquierda" cuyo texto inicial fue profundamente
modificado a través de enmiendas, entre ellas las presentadas
por la Plataforma Comunista Libertaria constituida en el País
Valenciano y que se disolvió en el mismo Congreso. Lo esencial
de dicho Manifiesto fue ratificado, en forma más resumida, en el
siguiente XIV
Congreso. Así, frente a las propuestas explícitamente
liquidacionistas que abogaban por la disolución del Partido y la
renuncia al comunismo, el XIII y el XIV Congreso proclamaban en sus
conclusiones finales:
" Nuestra finalidad
como comunistas es una humanidad pacífica y solidaria, en
armonía
consigo misma y con la naturaleza, sin clases y sin Estados.
Planteamos como
objetivo de la izquierda para Europa
un socialismo a través de la autogestión individual y
colectiva y de la
propiedad social de los medios de producción colectivos como
base para
una planificación democrática.
Proponemos como
alternativa progresista al Estado
Español una democracia política y social, basada en una
república
federal con una perspectiva solidaria por encima de las fronteras y que
garantice el derecho a la autodeterminación de todos sus pueblos.
Para la
consecución de estos objetivos es necesaria una
organización
revolucionaria que utilice métodos científicos de
análisis, que fomente
el debate sobre los procesos de transformación social, impulse
movimientos sociales emancipatorios y promueva en cada ámbito
una
amplia unidad del conjunto de las fuerzas progresistas y obreras.
Nuestra perspectiva
socializadora debe ser a un
tiempo anticapitalista y antiautoritaria, fundiendo las tradiciones
comunista y libertaria con las aportaciones de los movimientos actuales
en una nueva síntesis emancipatoria."
Tal como se describe en las conclusiones
del Manifiesto, nuestros objetivos democráticos, socialistas y
comunistas ya no se remiten a etapas sucesivas, sino que se articulan a
distintos niveles, de modo que "nos permita relacionar nuestros grandes
objetivos emancipatorios con nuestra actividad cotidiana del día
a día", planteando entre otras cosas:
1) "Una propuesta federal para la socialización del
Estado" a través del cuál "deberá
tanto desarrollarse la
capacidad para ejercer la función institucional con modos y
maneras
diferentes de ética, de eficacia y de ejemplaridad, como dar
lugar a la
generación de participación ciudadana capaz de hacer cada
día menos
indispensable la existencia del Estado. Dicha socialización del
Estado
no será así un horizonte lejano que se aleje a medida que
vamos
avanzando, sino un proceso de transformación desde la realidad
actual"
2) "Una
planificación democrática y articulada" de modo
que "La planificación socialista, que
sólo puede ser democrática, se corresponde con la
propiedad social de
los medios de producción colectivos. Pero la tarea de dar un
carácter
socialista a la planificación no debería supeditarse a la
forma
jurídica de la propiedad: dicha supeditación
significaría, en la
actualidad, supeditarse al Estado como sancionador de dicha forma
jurídica, en vez de dar el protagonismo de la
emancipación de los
trabajadores a los propios trabajadores", así como
que "La planificación democrática debería
desarrollarse a través de la articulación de los
esfuerzos
transformadores a los distintos niveles, disputándole el poder
concreto
al capital, tanto desde las instituciones como a partir de la
organización de los trabajadores y la alianza de estos con otros
sectores populares en un Bloque Social de Progreso".
3) "Los valores de la paz", de
modo que "En cuanto a la
política internacional, el PCE se opone a la intervención
bélica a
cualquier nivel, tanto nacional o regional, de fuerzas ajenas al
conflicto, defendiendo el cese de la violencia y su sustitución
por
marcos de diálogo y entendimiento entre los afectados
(...) El PCE se declara
decididamente partidario de la
disolución del ejército de nuestro país y de todos
los restantes
paises, rechazando la idea de crear u organizar un ejército
europeo".
4) "Una alternativa al modo de vida",
para la cuál "es necesario crear otra
valoración distinta en la colectividad sobre el bienestar,
así como
crear conciencia de la posibilidad y ahorro de otros hábitos de
consumo
que, de asumirse socialmente, significarían una mejora real de
las
condiciones de vida con un menor coste energético y una mayor
posibilidad de equilibrar el reparto internacional. Se trata de
proponer placeres alternativos al consumismo, socializables, basados en
las relaciones interpersonales y el desarrollo de la creatividad.
Es
en este sentido que hablamos de síntesis del "ascetismo" y el
"hedonismo". Nuestra alternativa no puede ser la
sociedad de la "abundancia", pero sí debe ser la sociedad del
placer,
de un placer y un modo de vida generalizable al conjunto de la
humanidad".
A su vez, en el informe aprobado por el
Congreso se planteaba como tarea central del Partido "la articulación de tejido social
alternativo con voluntad de alternativa a lo existente" frente a
"la conquista del poder"
por medios insurreccionales o parlamentarios. Ello no suponía
renunciar
a la lucha en el marco de las instituciones del Estado, sino priorizar
el trabajo del Partido por "la
autoorganización social en un proceso de superación del
mercantilismo y del estatalismo" y el desarrollo de un movimiento político y social
plural i alternativo de izquierdas, que se correspondía con
nuestro
proyecto de Izquierda Unida y en el marco del cuál
desarrollaríamos
dicha lucha.
Posteriormente, el XV Congreso introdujo
de nuevo una cierta "difuminación estratégica" de
nuestros objetivos comunistas, pero que a diferencia del período
anterior al XIII Congreso era menos "institucionalista" que
"movimentista". Pero tanto el XVI como el XVII Congreso reafirmaron "los objetivos indicados en el "Manifiesto
del PCE para la izquierda" aprobado en el XIV Congreso". En el
XVI Congreso se señaló que "nuestra propuesta de una nueva
síntesis emancipatoria
que funda las tradiciones comunista y libertaria con las aportaciones
de
los nuevos movimientos emancipatorios está empezando a tomar
forma
a escala internacional en el seno del movimiento contra la
globalización
capitalista, que tiene entre sus señas de identidad
fundamentales
el anticapitalismo y el antiautoritarismo.
Debemos esforzarnos por contribuir, desde nuestra posición
comunista,
al desarrollo internacional de la necesaria alternativa que aúne
movimiento y objetivos". Y en XVII Congreso abrió el
proceso para la redacción de un nuevo Manifiesto-Programa. En ello
estamos.
En este marco, desde la secretaría
de Formación del PCPV propusimos la elaboración de un Manifiesto-Programa de transición al
comunismo, buscando precisar objetivos comunistas por los
que
luchar aquí y ahora. En esa perspectiva, propusimos:
1) La liberación
de la
cultura como un patrimonio común de la
humanidad al servicio de la misma, con la abolición de la
propiedad intelectual, que el desarrollo de los medios de
comunicación, y en particular de Internet, han hecho obsoleta.
2) La desmercantilización
de las relaciones sociales, con la erradicación de la
prostitución en todas sus formas y el desarrollo de servicios
públicos gratuitos según el principio de atender a cada
cuál según sus necesidades.
3) La socialización
de los medios de producción, priorizando el paso al
sector público de los sectores económicos
estratégicos y de la propiedad del suelo, con un reparto de la
fuerza de trabajo que permita la aportación de cada cuál
según sus capacidades y el desarrollo de éstas.
4) La socialización
del poder político, federalizándolo a todos los
niveles y desarrollando una democracia participativa.
Dichas propuestas, como planteamos en la síntesis
de las respuestas del PCPV al cuestionario sobre el
Manifiesto-Programa, deben enmarcarse en el desarrollo del Socialismo del siglo XXI entendido
no como una etapa, sino como un proceso de transformación social
para llegar al comunismo.
Alacant, 1 de febrero de 2008