You are here

Informe Político Comité Regional 15 junio

Los resultados electorales del pasado 26 de mayo arrojan un nuevo escenario en España y también en Aragón para el próximo periodo. Deberemos prestar atención a cómo se cierran los posibles acuerdos de gobernabilidad, pero todo apunta a avanzar hacia un cierre de restauración de la crisis de régimen, tendiendo a una gobernabilidad ambivalente PP-PSOE-Cs en Aragón y el conjunto de España.

El espacio político a la izquierda del PSOE hemos sufrido una fuerte pérdida de apoyo electoral, siendo Podemos Aragón quien más ha sufrido ese descenso con respecto a IU. Varias son las razones: en primer lugar el trasvase de votos al PSOE por la normalización de los efectos de la crisis económica y la sensación de ser este la garantía de frenar a la derecha desde la moción de censura; ambas cuestiones han supuesto la recuperación de la hegemonía del PSOE en el espacio de la izquierda. En segundo lugar la constante sensación de conflicto que la negociación de las confluencias ha tenido en Aragón y en el conjunto de España, que reforzaba la imagen de apuesta segura del PSOE en el espacio de la izquierda. En lo concreto, esta división ha llevado a presentarnos con 3 papeletas distintas, lo que ha sumado confusión y pérdida de votos.

Más allá del análisis concreto, estos resultados debemos enmarcarlos en la tendencia de fin del ciclo del 15M; un ciclo que en un primer momento fue de movilización social y posteriormente de asalto institucional. Pero conforme se normaliza la precariedad, los efectos de la crisis económica y no han podido ser revertidos ni con la movilización ni con la acción institucional, se ha provocado un descenso del espacio de “Unidas Podemos” y las confluencias.

Aunque somos conscientes que la normalización de los efectos de la crisis no quiere decir que hayan desaparecido ya que lo hemos comprobado durante la propia campaña donde los accidentes laborales han alcanzado las 10 en Aragón. También se ve en los numerosos conflictos laborales que hay abiertos en Aragón: las limpiadores del hospital Miguel Servet, la huelga de educación o la de Sarga. En este último conflicto laboral de Sarga se ha obtenido un alto grado de seguimiento. Un éxito además si se tiene en cuenta que es la primera convocatoria de este nivel. Cabe señalar el cerrojazo de la DGA y la dirección de la empresa. Aun así, se ha producido un salto cualitativo en la unidad de lucha y su organización. La salida de la crisis continúa dándose sobre la desarticulación de la negociación colectiva y la precariedad en el empleo que provoca el aumento de los accidentes laborales. El problema es que esos efectos que perduran se han asumido y normalizado, ya no generan el impulso político propio del malestar. Aun así ese malestar e inconformismo ha sumado 75.000 votos en Aragón representado por Podemos (53.000) e IU (22.000).

A nivel autonómico, a esos números le permiten mantener un diputado, aunque sean 6000 votos menos que en 2015; el resultado podemos clasificarlo como satisfactorio, teniendo en cuenta la invisibilización que hemos tenido IU estos años en las Cortes formando parte minoritaria de un grupo mixto con CHA, dónde nuestra diputada no ha podido estar presente en la mayoría de comisiones, además de la invisibilización de IU a nivel estatal inmersa en un grupo de Unidas Podemos. A su vez, mantenemos la representación de IU en el parlamento aragonés compitiendo con Podemos, CHA y PSOE en el ámbito de la izquierda.

En esta ocasión IU estará sola en el grupo mixto, lo que nos permitirá tener más visibilidad y recursos que en la anterior legislatura, aunque dependerá esto último dependerá de la negociación final, pero en general en este caso hemos ganado con respecto a 2015. Aunque es cierto que IU estamos a pocas décimas de no superar el corte del 3% en las Cortes de Aragón y por lo tanto de desaparecer del parlamento aragonés. Por otro lado tanto en la Diputación Provincial de Zaragoza, como en la de Teruel mantenemos diputado provincial. En Zaragoza por el partido judicial de Zaragoza y en Teruel por Alcañiz. En los ayuntamientos, mantenemos presencia en los principales ayuntamientos de Aragón (Zaragoza, Teruel, Utebo, Barbastro, Ejea, Andorra, Alcañiz, Alagón, etc.) salvo el de Huesca capital y otros en los que ya no estábamos.

Mención especial merece la ciudad de Zaragoza y los resultados de Zaragoza en Común. Lo primero a señalar es que no se ha vinculado el voto de Zaragoza en Común a IU en lo autonómico que era uno de nuestros objetivos y nos hubiera permitido aumentar la presencia en la Cortes. Mientras ZeC tuvo 33.000 votos, IU en la ciudad de Zaragoza solo tuvo 13.700 votos en las elecciones autonómicas. Por lo tanto un 60% de las personas que optaron por ZeC en lo municipal, no optaron por IU en lo autonómico. Además de las causas generales de pérdida de votos (normalización crisis, recuperación hegemonía PSOE, ruptura izquierda) en el caso de ZeC se añade el desgaste que siempre provoca gobernar, sumado al bloqueo de PP, PSOE y CS y los virulentos ataques mediáticos y de los poderes económicos que ha sufrido el gobierno de ZeC. Pero desde luego también a fallos propios de primerizos al no alcanzar un acuerdo de gobernabilidad.

En las elecciones municipales se ha evidenciado que dónde se mantiene una estructura y asamblea de IU se obtiene representación. Hemos pasado de 40 concejales en 2011, a 100 en 2015, y a los 60 en 2019 (contando todas las confluencias, por ejemplo en Zaragoza provincia son 12 de IU de 28 concejalxs). Contamos con 8 alcaldías en Aragón: 5 en la provincia de Zaragoza (Pozuel, Morata de Jalón, Ruesca, Piedratajada y María de Huerva) y 3 en Teruel (Fuente de Rubielos, La Puebla de Híjar y Aguaviva).

Estos resultados han sido obtenidos con campaña de IU y las distintas confluencias municipales basadas en tres conceptos:

1. Defensa de los servicios públicos y progresividad fiscal, como garantía de redistribución de la riqueza.

2. Valores propios de la izquierda: ecologismo, laicismo, república, feminismo, memoria histórica...

3. Apuesta por la unidad de la izquierda frente al drama de la ruptura vivida con Podemos un mes antes de la campaña

La primera conclusión que podemos sacar es la capacidad de resistir de un proyecto de izquierdas nítido, incluso compitiendo electoralmente con la marca Podemos. La ruptura política con Podemos ha sido traumática en Aragón por la consecuencia en los resultados y por la forma de producirse por parte de Podemos, con golpes bajos, transfuguismo y esa forma de hacer política de la dirección autonómica de Podemos prepotente, soberbia e institucionalizada.

Una vez producida se ha evidenciado en campaña que tenemos proyectos distintos: su mensaje líquido sin referencias a la clase, a la defensa de lo público y con una obsesión enfermiza en gobernar con el PSOE. Su estética en los vídeos electorales es una prueba evidente de ello. En Aragón, la izquierda parte fragmentada y con pocas perspectivas de unidad en el futuro próximo; será necesario hacer el duelo y restañar heridas si el objetivo es tender a la unidad. Aunque somos conscientes que Podemos Aragón es partidario de las tesis de Carmena y Errejón y quizás nos toque confrontar proyectos desde los grupos municipales y parlamentarios.

Dentro de ese análisis deben observar que en las elecciones europeas Unidas Podemos ha obtenido en Aragón 7000 votos menos (casi un 10% menos) que Podemos e IU por separado en las autonómicas. Por lo que nuestras conclusiones deben ir más allá de ir juntos o separados como axioma y tomar la decisión inserta en la estrategia de ruptura y no en el rédito electoral.

La segunda conclusión es que allí donde tenemos organización, asamblea de IU o se ha hecho un trabajo en los últimos años, se han obtenido mejores resultados. Toca desde luego felicitar al conjunto de la militancia del Partido y de IU por su trabajo en campaña y estos últimos años, en unas condiciones muy duras. Sin duda fortalecer la organización y construir sobre el valor de la militancia es clave en el próximo periodo.

En lo que respecta al resto de fuerzas políticas, los resultados en Aragón han sido similares al resto de España, no solo en el descenso despacio que nosotras representamos, también en la recuperación del PSOE ayudado por la gestión del Gobierno de Lambán y sobre todo por el impulso de Sánchez. A su vez Cs no ha logrado tampoco dar el sorpasso al PP en el bloque de las derechas y Vox no ha entrado con tanta fuerza numérica como lo esperado, tanto en las Cortes con 3 diputados, como en los ayuntamientos (Zaragoza 2 concejales, Huesca y Teruel 1 concejal). Pero aún que la representación sea menor no resta a la gravedad que significa que la extrema derecha esté presente en todas las instituciones aragonesas con su discurso racista, machista y homófobo.

Lo más destacable es la reducción considerable del espacio aragonesista con tan solo 6 diputados en las Cortes (3 CHA y 3 PAR) y 0 concejales en el Ayuntamiento de Zaragoza, siendo la primera en la historia de los ayuntamientos democráticos que no hay representación aragonesista en Zaragoza, quedando ya tan solo 2 concejales del PAR en Teruel como representación aragonesista en las 3 capitales. La tendencia viene dándose desde hace tiempo; si lo comparamos con los resultados de hace 15 años (2003) se ha pasado de 17 diputados aragonesistas en las Cortes a 6 y de 8 concejales en Zaragoza a 0. Desde esta situación se entiende el acuerdo PSOE-PAR para formar gobierno en Aragón y la llamada de CHA para sumarse a ese acuerdo, que tiene más de mantener la propia estructura de partido que de acuerdo programático.

Pero la pregunta que debemos hacernos es si el sentimiento aragonesista ha descendido tanto o no se siente representado por unos partidos que han abandonado su implantación social y han sido socios obvios de PSOE en caso de CHA o de PSOE y PP en el caso del PAR. En nuestro último congreso del PCE Aragón apostamos por incluir la realidad aragonesa en nuestros análisis, interpelar al aragonesismo desde nuestra apuesta de una república federal. Esa tarea es más importante si cabe en el nuevo ciclo político en Aragón.

La gobernabilidad institucional

Las negociaciones para la gobernabilidad en Aragón, como en el resto de España, se desarrollan sin ser las propuestas programáticas el centro del debate. Son más bien los acuerdos cruzados, al estar el gobierno de España, pero también ayuntamientos y comunidades en la mesa de negociación. El bloque reaccionario parece incapaz de llegar a acuerdos ante la necesidad del PAR que ha optado por la alianza con el PSOE, una manera de bloquear el acuerdo de derechas en Aragón por parte del PSOE, pero también una muestra de la intencionalidad de Lambán de construir hacia la derecha y no hacia la izquierda. A día de hoy en Aragón es más probable que vayamos a un acuerdo de gobernabilidad PSOE-Cs-PAR, - con la coartada perfecta de que la izquierda no suma -, lo que facilita, con matices, la ampliación del espacio de la izquierda desde nuestro trabajo institucional en la oposición, pero que también puede generar contradicciones ante un posible pacto estatal PSOE-UP.

A la hora de definir las alianzas nos encontramos con el riesgo de entender la “gobernabilidad progresista”, la posibilidad de influir en gobiernos del PSOE (fundamentalmente en España) como el objetivo. El objetivo debe ser la construcción de un nuevo ciclo organizando a la clase trabajadora, pero entendiendo los cambios provocados por la crisis económica en la clase. Nuestro reto es organizar a la mayoría social excluida y precarizada por la crisis y en el marco de ese objetivo plantear las alianzas electorales.

Debemos evitar que se ahonde en el cierre de la crisis de régimen, ya sea reaccionaria o de restauración. Por ello nuestro papel debe ser evitar un gobierno de las derechas de Colón en Aragón, pero también no colaborar en la restauración del régimen que plantea opciones como la del PSOE. Nuestras alianzas electorales se deben sostener sobre el programa de izquierdas que representamos IU y las confluencias, propuestas que niegan la normalización de los efectos de la crisis, pero también la gestión de esos efectos.

Reconstrucción de la izquierda en Aragón

Una vez pasado el ciclo electoral tenemos la tarea de definir el espacio “Unidas Podemos”. Los resultados electorales hacen que el debate de la reconfiguración de la izquierda se dé en un escenario nada favorable. Ahora mismo, la izquierda se sitúa en un estado anímico de descenso electoral, con la sensación de volver a la casilla de salida y fragmentada en proyectos distintos y sin ninguna estructura orgánica estable en nuestra alianza electoral con Podemos. Es el terreno idóneo para que no se supere la contradicción desde la política y se utilice como arma arrojadiza. El debate debe darse exclusivamente sobre el debate político, sin ser arma arrojadiza, pero tampoco con posturas apriorísticas y justificativas. Las razones y los retos que tenemos por delante son más complejos que debates binarios.

Pero es evidente que no podemos continuar con el trantrán (sin reflexión) del espacio Unidas Podemos, por su descenso electoral y por la invisibilidad y subordinación de IU y lo que representa, que no puede ser negada. El espacio debe definirse con unas estructuras mínimamente estables y democráticas y bajo un programa y estrategia de mínimos, sino entenderemos la unidad como un fin y no como un medio. En ese espacio, la existencia del PCE con todas sus competencias debe ser indiscutible y su presencia en el espacio debe orientar el cuestionamiento de la arquitectura del régimen del 78 desde la base como objetivo.

Este debate fue lanzado por el último Comité Central del PCE en forma de Conferencia Política que se convocará a la vuelta del verano y concluirá a principios del año que viene. Durante este verano, desde los territorios debemos contribuir a la elaboración de la ponencia inicial aportando desde nuestra realidad concreta.

Zaragoza, 15 de Junio de 2019