Tres formaciones brasileñas de izquierda, el Partido Socialista y de la Libertad (PSOL), el Partido Socialista de los Trabajadores Unidos (PSTU) y el Partido Comunista Brasileño (PCB), han escogido a una mujer para disputar las elecciones presidenciales del 2 de octubre. Se trata de la presidenta y fundadora del PSOL, Heloísa Helena Lima de Moraes Carvalho, de quien se dice con ironía que ya tiene algo más que Lula, la longitud de su nombre.
Heloísa Helena, que es como la conoce la gente de la calle, es la presidenta del PSOL, un partido de izquierda recién fundado, tras haber recogido medio millón de firmas, y que nace como escisión del Partido de los Trabajadores (PT) diezmado por los escándalos de corrupción.
Heloísa Helena es una senadora que fue expulsada del PT junto con otros cuatro diputados al inicio del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva por haberse negado a votar la reforma de la seguridad social que, por vez primera, obligaba a los jubilados a pagar impuestos. Les pareció entonces una acción de derechas realizada por el primer Gobierno de izquierda del país. Protestaron, no votaron y los expulsaron.
El PSOL, que se une ahora a dos partidos menores de la izquierda clásica, se presenta en estas elecciones como la herencia de izquierdas del PT que acabó aburguesándose con el cambio de rumbo hacia el centro y la derecha dado por Lula una vez en el Gobierno.
La formación aspira a acoger a los huérfanos de la izquierda del PT y los desilusionados con Lula, que ha vuelto a repetir, esta vez al diario Le Monde, que a él “nunca le gustaron las etiquetas de izquierda”.
12 millones de votos
En este momento, las encuestas dan ya a Heloísa Helena el 8% de los votos a nivel nacional y en algunas ciudades, como Río de Janeiro, hasta un 12%, lo que supone unos 12 millones de votos. Y está llamada a incrementar su popularidad en cuanto comience la campaña electoral que, paradójicamente, estará centrada en las críticas al PT y a Lula.
Además de la atracción del nuevo partido, creado por cinco expulsados del PT al que se han unido una serie de diputados que voluntariamente abandonaron el partido de Lula, la figura de Heloísa Helena despierta mucho interés en la opinión pública. Ya se trataba de una senadora que gozaba del máximo respeto en el Parlamento Nacional y hoy levanta la bandera de la ética, abandonada en la práctica por el PT tras los escándalos de corrupción.
La candidata a la Presidencia, que se enfrentara en los comicios a su antiguo jefe, el presidente Lula, lloró el domingo al ser elegida y dijo que en su paso por el Senado había pisado el “territorio de la burguesía” sin “venderse”, aludiendo a la ola de escándalos que zarandean al actual Parlamento.
Fuente: El País