En el año 2004 las subvenciones que la Comunidad Europea otorga a los países miembros menos desarrollados de la cuenca mediterránea se acabarán, para pasar a financiar el desarrollo de los nuevos miembros de Europa del Este. Las élites dirigentes de la ciudad de Barcelona decidieron aprovechar hasta el último céntimo de estos fondos, y tuvieron que inventar un acontecimiento especial para justificar esta enorme inversión de dinero. Las Olimpiadas ya estaban asignadas; y ya hacía años que el Ayuntamiento de Barcelona trabajaba para vender al exterior una nueva imagen de la ciudad basada sobre lemas que han ido adquiriendo popularidad en los últimos años: ciudad de la paz, ciudad multicultural, ciudad sostenible.
Si hubo dentro de los organizadores del “Forum Universal de las Culturas 2004” un grupo de promotores culturales realmente comprometidos con unos supuestos “contenidos” a tratar durante los 6 meses de este acontecimiento, éstos fueron totalmente aplastados por la vertiente más empresarial y especulativa, que desde el principio de la organización del acontecimiento se impuso sin duda sobre cualquier otra. Quedó la retórica de los tres “ejes” sobre los que se basará el Fórum, que no son más que llamadas al consenso: paz, diversidad, sostenibilidad. Y un gran énfasis en la “participación”, otra palabra de mucho éxito.
Ya en 2001 los intentos de arraigar el “Fòrum” en el tejido asociativo y social de la ciudad fracasaron miserablemente: la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB) declaró que no veía ningún tipo de respeto hacia sus demandas, y que se requería su participación por una cuestión puramente de imagen; por esta razón se retirò del Fòrum. Al mismo tiempo, muchos de los intelectuales de la ciudad que se habían convocado decidieron no implicarse: fue el caso de Josep Caminal, director general del Teatre Liceu, que tenía que ser máximo responsable del Fórum; de Josep Ramoneda, director del Centro de Cultura Contemporànea, que había sido convocado como uno de los “sabios” que gestionarían los contenidos del acontecimiento; y también se retiró la prestigiosa Escuela de Cultura de Paz de la Universidad de Barcelona.
A estas renuncias siguieron otras, de numerosas ONGs y entidades de la ciudad, así como de varios colegios profesionales (entre otros, los antropólogos de la FAAEE, que denunciaron el uso perverso de la palabra “cultura”). Otra postura fue aquella que adoptaron muchas entidades que, a pesar de no compartir y de denunciar la gestión vertical y empresarial del Fórum, decidieron utilizar sus espacios para darse a conocer y recibir subvenciones.
Frente al fracaso en el frente de los contenidos, que hace que a menos de un año del acontecimiento se sabìa realmente muy poco sobre las actividades de este supuesto “Fòrum Universal”, se produjo simultáneamente un inmensa inversión de dinero y de energías en otros frentes. Primero, el comercial. Las tres administraciones públicas implicadas en la organización del Fórum (Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat de Catalunya y Administración del Estado) empezaron a establecer convenios de colaboración con grandes empresas privadas multinacionales para cubrir los gastos previstos. Entre mil polémicas, se decidió que los financiadores del Fórum de las Culturas debían ser: Telefónica, Endesa, Damm, Iberia, El Corte Inglés, y - con menos publicidad - Indra. Si las políticas de todas estas empresas han sido objeto de muchas polémicas, la participación de Indra llama la atención, por recibir esta empresa la mayoría de sus ingresos del sector de la tecnología militar. Mientras, el Fòrum continuaba proclamando su implicación en el debate sobre la “paz”.
Aún más complicada fue la situación a la hora de estallar el conflito entre EEUU-Inglaterra-España por un lado, e Iraq en el otro: cuando la población barcelonesa invadió las calles en manifestaciones multitudinarias (se habla de màs de 1 millòn de personas, el 15F), se pidió al Fòrum que se pronunciara - como todas las instituciones de la ciudad - en contra de la guerra. Pero la participación del Gobierno en el Fòrum implicó que se tenía que mantener un consenso: y se prohibió cualquier declaración en contra de la guerra en Iraq. Si luego hubo declaraciones individuales o tomas de posición tardías contra la guerra, es cierto que entre los temas a debatir durante el Fòrum hay cinco grandes ausentes, casualmente: Iraq, Afganistán, Palestina, la ex Yugoslavia y el País Vasco.
Como las Olimpiadas de 1992, este Fòrum también es un gran pretexto para una reforma urbanística de proporciones nunca vistas: nada menos que la “recalificación” de todo el litoral norte de Barcelona, zona potencialmente demasiado valiosa para seguir siendo residencia de los vecinos “de siempre” del barrio Poble Nou. Así empezaron las obras de lo que se llamará “distrito 22 @”: una “ciudad del conocimiento”, según la propaganda, que para instalarse necesita el derrumbe de un sinnúmero de edificios históricos del barrio, y la expropiación de miles de viviendas. Lo que se construye en el “22 @” son hoteles, centros comerciales, rascacielos para oficinas, y viviendas de lujo; acelerando el proceso de “gentrification” que vivió la ciudad en los últimos 10 años. En menor medida este fenómeno se verifica también en el centro y en otros barrios de Barcelona; pero en el litoral norte alcanza proporciones inimaginables.
El presupuesto total del Fórum 2004 es de alrededor de 2000 millones de Euros; de estos, sólo 319 son los que se destinarán a los contenidos; los otros 1740 millones, a los proyectos urbanísticos. Obviamente, quienes realizarán las ganancias serán los grandes lobbys y compañías inmobiliarias (Procivesa, Servihabitat, ...); y las multinacionales que ya compraron las tierras - antes públicas o propiedad de vecinos - del antiguo Poble Nou, desde General Electrics, hasta La Caixa, Retevisión, AXA, Deutsche Telekom, etc.
Durante el verano anterior al Fórum, después de las grandes movilizaciones contra la guerra, se produjeron diversos acontecimientos que demuestran la voluntad de la Administración de Barcelona de acabar con las “diversidades” internas a la ciudad. En primer lugar, el asedio constante y las detenciones arbitrarias de decenas de inmigrantes que vivían en los cuarteles abandonados de Torres y Bages. El Ayuntamiento quiere “limpiar” esa área, pero sin ofrecer ninguna solución para los 600 “sin papeles” que duermen allí. En segundo lugar, las órdenes de desalojo a dos casas okupadas entre las más antiguas y activas de Barcelona: Les Naus y la Casa de la Muntanya, en la vila de Gràcia. No debe extrañar, ya que durante el año anterior asistimos a numerosos episodios de este tipo: desde la actuación policial en noviembre de 2002 contra los vecinos del Forat de la Vergonya, a los múltiples desalojos de espacios “contra la guerra” en calle Avinyó (18 febrero) y en la Placeta del Pi (20 marzo); sin nombrar los muchos desalojos de viviendas más dificiles de contabilizar (en Vallcarca, en Santa Catalina, en el Guinardó...). La intención es tener una ciudad limpia para cuando vengan los invitados del Fórum de las Culturas.
La pretensión de dicho acontecimiento es impresionante, cuando leemos las cifras de visitantes que se espera que tendrá Barcelona en los meses entre mayo y octubre 2004: más que Roma durante el Jubileo de la Cristianidad, más que en la Meca. El número de personas que - según la expresión de los promotores del Fórum - seran “sensibilizadas por los argumentos del Fórum”, aunque no puedan venir a visitar Barcelona, es de 1,000,000,000: alrededor de un sexto de la población mundial. No nos equivocamos si tachamos estas declaraciones de delirio de omnipotencia. Básicamente el Fórum será: la programación teatral del Grec, las Festas de la Mercé, las actividades del verano barcelonés, para acabar con las Festas de Sta. Eulalia: es posible que acudan más turistas que otros años por la presencia de artistas internacionales y por el enorme despliegue de propaganda a que ya estamos asistiendo, pero Barcelona siempre ha sido una ciudad de mucha actividad cultural sin necesidad de ningun Fòrum.
Después del Fòrum, cuando los turistas y los artistas habrán vuelto a sus casas, nos quedará una ciudad transformada, lista a entrar en una nueva fase de su historia; se habrá afirmado algún nuevo dominio sobre el espacio público y sobre el imaginario de sus habitantes. Lo que queda por ver es cómo jugaremos los diversos actores implicados en este acontecimiento: las administraciones, las multinacionales, y la población de la ciudad, en particular el tejido asociativo y contestatario. Muchos procesos llegarán a su ápice, en 2004, y hay mucho que reflexionar y debatir sobre cómo actuar antes y durante el Fórum. La retórica de la “paz” y de la “multiculturalidad” es extremadamente sutil; crea una división muy fuerte, entre los que conseguimos ver que sólo se trata de una capa de retórica, y los que se quedan atrapados por el consenso espontáneo que estas palabras suscitan. Así que los promotores del Fórum intentarán captar la adhesión de los “no-global” (¡no es casual el uso de la palabra “Fórum”, que recuerda Florencia y Porto Alegre!), invitando a intelectuales disidentes como Ignacio Ramonet, Noam Chomsky o José Saramago, e imitando el estilo y el diseño “alternativo” barcelonés. Incluso podrá haber buenos conciertos y debates. La esencia del Fórum se puede resumir en el lema publicitario de Telefónica: “Hablen de lo que hablen, pero hablen con TARJETAS TELEFÓNICA”.
Forum 2004. Donde la globalización armada se tiñe de los colores del arco-iris.
Mira tambien:
Barcelona Indymedia - pagina forum 2004
Egran circo de las culturas, por Manuel Delgado, anthropologist
http://barcelona.indymedia.org/fron... Carta abierta por Oficina 2004 El futuro en tiempo de descuento por August Fancelli
Comunicat de la Assemblea de Resistncies al Forum 2004
Paris Social Forum contro el Forum 2004
Forum Universal de las Culturas, pagina oficial
lista de correo electronico de la Assemblea de Resistencies al Forum: llistainsostenible@sindominio.net
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