Entre los momentos buenos del no hacer
está el despertar a tu lado mientras aún duermes
mirar al techo el mandala azul de plumas
que me regalaste para tener sólo buenos sueños
libros de derviches girando
y fotos tuyas junto al perro bajo el jazmín violeta del verano.
También están en silencio
los días de tormenta
el río horizontal que corre por el patio
el vivo corazón de estremecida
que aplaca el calor que da no saberse solo
mientras a mi lado respiras
y los pies un perro se despereza
y nada quiebra
y nada está herido
y todo vive dentro de la casa
hormigas, pájaros, peces, ratones, arañas
y hasta el mulo de la casa vacía
ha sido siempre uno de entre nosotros
y por más que miro
me parece todo
limpio y puro
en este espacio de pureza
tan sin herida
que me cuesta entender
qué hacen los hombres
negándose a conquistar
lo mismo que yo llevo dentro
lo mismo que yo estoy sintiendo.
Antonio Orihuela, Narración de la llovizna, Ed. Baile del Sol, Tegueste, Tenerife 2003.