19 Mar '07 -Un poema de Helenio Campos Ocaña

PEDRO SOMBRA

Yo tuve un amigo...
Un amigo que deseó esconderse.
Huir de la realidad
y entre las sombras perderse.


Yo tuve un amigo
en el lejano ayer
al que el miedo enfrió sus huesos
y no se atreve a volver.

Perdió su nombre
y a nadie asombra
que en vez de llamarle “Hombre”
se le llame... Pedro Sombra.

Yo tuve un amigo
al que nadie hizo justicia...
Y en un rincón, la tiniebla es testigo
de sus temblores de hambre e injusticia.

¡Pedro Sombra!
¡Amigo Pedro Sombra!
¿En qué rincón de la nada
yace tu alma fustigada?

¡Pedro Sombra!
¡Vuelve otra vez a los llanos
y escupe toda tu hambre
en la faz de los tiranos!

¡No tienes raza ni fronteras!
¡Eres el Hombre de todos lados!
¡Pero la voz y el puño te fueron dados
para que luches con ellos hasta que mueras!
¡Pedro Sombra!
Te dieron corazón.
Te dieron la voz y la palabra.
Te dieron, Pedro Sombra, la razón.

Y tú te escondes, Pedro Sombra,
entre las tinieblas del sojuzgado,
aun cuando tienes tanto, que asombra,
el que todavía no hayas triunfado.

¡Pedro Sombra!
¡Amigo Pedro Sombra!
¡Toma la voz
y transfórmala en palabra!

Toma luego la palabra
y con pericia de artesano,
dale cuerpo a tu razón
y osténtala en la mano.

Y si ellos no te escuchan, amigo Sombra,
si tus hambres tropiezan con el oído vil,
dale cuerpo a la voz, a la palabra y a la razón,
y fabrícate con ellos un fusil.

Abandona la sombra, verdugo del alma
y lánzate hacia los caminos de luz.
No te importe que el premio de tu esfuerzo
sean cuatro clavos y una cruz.

Con tu fusil en la mano, arrójate a la calle,
y verás que la razón sabe también ser plomo.
Aprenderás que hay migajas que se nos dan...
Y que existen panes que conquistamos.

Y entonces, aunque te asombre,
con el pan en la mano, conquistado,
o sobre dos maderos, crucificado,
el mundo oprimido volverá a llamarte... ¡Hombre!

Editado por alberto, el día 19 Marzo '07 - 15:53, en Poemas.