El contubernio entre los capitalistas, la UE y sus Estados miembros

Microbiólogos como Richard Lacey han estado previniendo de estos riesgos desde hace seis años. Lacey estima que unas 500.000 personas podrían estar afectadas en el 2010. Lacey acusa al gobierno de poner los intereses financieros y de la multimillonaria industria vacuna británica por delante de las necesidades sanitarias de sus ciudadanos. El doctor Harash Narang está de acuerdo con esta opinión. Él fue despedido del Servicio de Laboratorio de Salud Pública hace dos años, después de haber creado un test rápido para detectar la encefalopatía espongiforme en el ganado vacuno. Afirma que su despido se debió a que sabía demasiado, luego que el gobierno ignoró las pruebas vitales sobre los vínculos posibles que presentó a un Comité Selecto en 1990. "Encontré que dos de los cuatro casos de Creutzfeldt-Jakob que estudié eran atípicos. Eso significa que el modelo era distinto de los demás casos y que se parecían a la enfermedad de las vacas".

Narang ha estado estudiando la enfermedad desde 1970. En 1972 identificó una estructura conocida como "nemavirus", que indicó la presencia de EEB en el cerebro. A partir de este descubrimiento, en 1988 ofreció una prueba de diagnóstico de la enfermedad al Ministerio de Agricultura, pero la rechazaron. "No se trata de que el test no sirva o que cueste demasiado dinero, es simplemente el costo que supone tener que matar a los animales", declaró el Dr. Narang. Luego continuó su investigación apoyado por el empresario Ken Bell, pero sufrió varios atentados. Le hicieron explotar las ruedas de su coche cinco veces, le estropearon los frenos en un claro intento de asesinato, y entraron a su apartamento en Newcastle, donde revolvieron todos sus papeles. (nota 4.- Fuente: SUNS/IPS).

¿Qué pasó tras haber sido rechazado el test del Dr. Narang? Este interrogante acaba de ser desvelado por el Ministerio de Agricultura Británico en un informe donde se reconoce que este paías vendió harinas animales infectadas con la enfermedad de las "vacas locas" a 69 países (esto ocurrió después que los piensos como alimento para las reses fueran prohibidos internamente en 1988), y exportó reses vivas sin saber si tenían o no la enfermedad a más de 30. Esto puede haber extendido el mal a medio mundo, según los últimos datos conocidos. La revelación -señalaron expertos británicos- añade una nueva dimensión al escándalo de las "vacas locas", y aumenta los temores de que la epidemia se propague al Sudeste Asiático, India, el Norte de África y la Europa del Este. Durante la última semana de enero del presente año, se hizo pública la muerte de una sudafricana, primera víctima humana de la nvECJ fuera de Europa.

A la luz de los datos revelados por el periódico "The Independent on Sunday", la alarma no es gratuita. Entre 1988 y 1996, desde que se prohibió en el Reino Unido la venta de las harinas animales fabricadas a base de huesos y órganos triturados de ovejas y otros mamíferos, hasta que hizo explosión la crisis de las "vacas locas", el Reino Unido exportó miles de toneladas del producto a países europeos como Alemania, Holanda y Luxemburgo, y del Tercer Mundo como Tailandia y Kenia, según documentos oficiales cuya existencia reveló el periódico. Entre los principales compradores están Indonesia, con 60.000 toneladas, Israel (31.000) y Rusia (3.000). Se ha sabido ahora en Londres que, durante todo ese período, el Reino Unido exportó más de tres millones de reses vivas a 36 países. Éste puede ser el origen de la expansión de la epidemia por el mundo. Cuando la venta de los piensos se prohibió en Gran Bretaña en 1988, las empresas se refugiaron en las exportaciones, primero dentro de la UE y luego al resto del mundo. Episodios aislados han aparecido en países tan "distantes y distintos" como Omán, Canadá o Malvinas. La FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) ha advertido que todos los países importadores de las harinas animales infectadas, hechas a base de órganos y huesos triturados de mamíferos y procesados a temperaturas inferiores a las debidas, están expuestos a una epidemia de "vacas locas".

Ahora que el escándalo ha alcanzado dramáticas dimensiones, los burócratas de la UE acaban de exculparse acusando públicamente a España, Alemania e Italia de «los más graves errores» con las 'vacas locas'. Dice que estos países han tardado más de cuatro años en tomar las medidas recomendadas por la Comisión, atribuyendo la negligencia al arrogante optimismo de esos Estados miembros ante la ausencia de casos en sus respectivos países, lo cual les indujo a bloquear durante años las medidas recomendadas por la Unión Europea para luchar contra el mal. Culpó a España, Italia y Alemania de falta de rigor en la aplicación de las medidas adoptadas a nivel de la Unión para erradicar la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB).

Como ejemplo de la reticencia de estos países miembros para aprobar medidas de precaución, Byrne recordó la adopción en junio del año pasado de una normativa que prevé la retirada y la destrucción de los llamados materiales específicos de riesgo (MER), medida considerada como «la más importante para asegurar una protección eficaz contra la enfermedad». La propuesta fue presentada a los Quince en 1996, después de la primera crisis de las vacas locas que afectó sólo al Reino Unido. Según recordaron fuentes de la Comisión «España, Italia y Alemania, entre otros países» se negaron durante años a aprobar dicha medida y adoptarla. «Este retraso de casi cuatro años fue debido a la fuerte oposición de algunos Estados miembros que insistían en afirmar que no se habían registrado casos de EEB en su territorio», explicó Byrne.

Byrne recuerda (¿a quiénes?) que la Comisión ha liderado <<constantemente la adopción de medidas a nivel comunitario para combatir esta enfermedad>> y destaca que <<una vez más, los más graves errores proceden de los países miembros de la UE que han insistido en que estaban libres del mal de las vacas locas>> En efecto, Byrne tiene razón en que desde el inicio de esta crisis, los expertos y responsables bruselenses reiteraron insistentemente a los Estados miembros la necesidad de aplicar de manera efectiva las medidas propuestas desde la Comisión, y que estos países miembros se vinieron resistiendo a adoptarlas negandose hasta hace poco a admitir que su ganado estuviese contaminado. Esta actitud se mantuvo a pesar de que en un estudio sobre la evaluación del riesgo geográfico, realizado el año pasado, España, Alemania e Italia fueron identificados como países con un riesgo potencial.

Byrne denuncia ahora públicamente que los países de la Unión y no la Comisión son los responsables de no velar por el cumplimiento de las normas comunitarias, ya que el Ejecutivo comunitario no dispone de un número suficiente de inspectores para realizar esta ingente tarea. <<Este episodio debería servir de recuerdo de los enormes costes en términos financieros y de riesgo para la salud pública, derivados de la tendencia a subordinar la salud a consideraciones de tipo económico o de política interna>> -añade cínicamente el escrito firmado por Byrne- como si pudiera ser de otra manera.

Lo que Byrne y demás burócratas de la Comisión omiten cuidadosamente reconocer, es que -hasta el momento en que la Santa Bárbara oculta en la manipulación alimenticia hizo explosión, todas esas advertencias, recomendaciones y recordatorios no salieron jamás del ámbito restringido a los respectivos despachos ministeriales de los gobiernos que -ahora sí- denuncian públicamente; que todo se hizo mediante los clásicos métodos y medios "democráticos" de la diplomacia secreta, de espaldas al conocimiento y a la decisión de los cientos de millones de "ciudadanos" que componen la base poblacional subalterna de la UE. Tanto como para dejar que todo discurra según la tendencia objetiva dominante de los intereses económicos en juego, y que a la hora de las inevitables consecuencias, la instancia estatal supranacional de la UE quede excenta de toda responsabilidad, descargando toda la culpa no en los capitalistas que compran voluntades políticas sino en los altos funcionarios públicos que se venden. Para eso está previsto el ritual de los comicios y la alternancia "democrática-representativa" de los partidos políticos institucionalizados eventualmente a cargo de los respectivos aparatos estatales, verdaderos fusibles del sistema que, al saltar por efecto del castigo electoral, operan el mágico sortilegio ex post de inducir en los de "abajo" a pensar que "nunca más" y en los de "arriba" a comprobar, una y otra vez, que todo sigue igual. (nota 5.- http://www.lavanguardia.es/cgibin/noticia.pl?dia=29_01&link=vb2927a&sec=soc

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