5) La táctica bolchevique en la estrategia de construcción del socialismo soviético entre 1917 y 1924

Fue Lenin al frente del PC(b) de la URSS y de la dirección colectiva soviética —a cuyo cargo estuvo la tarea de gestionar la economía del primer período de transición en la historia moderna— quien, dadas las formas económicas y sociales específicas, nacionales de Rusia, debió asociar por primera vez la palabra "socialismo" o "socialista", a las estructuras económico-sociales o modos de producción específicos entre el capitalismo y la primera fase del comunismo. En su importante trabajo: "Infantilismo `de izquierda´ y la mentalidad pequeñoburguesa" (mayo de 1918), así como en "El impuesto en especie" (abril de 1921) Lenin describió las cinco estructuras económico-sociales que coexistían entrelazadas en el territorio soviético, a saber:

1.       Patriarcal o economía campesina en régimen de subsistencia.

2.       Economía en régimen de producción mercantil simple. (en esta categoría eran mayoría los pequeños campesinos que vendían sus excedentes.

3.       Capitalismo privado.

4.       Capitalismo de estado.

5.       Socialismo.

E inmediatamente se preguntó cuáles eran -en términos de clase- las categorías que predominaban en este complejo entramado económico-social heredado de la Rusia prerrevolucionaria. Y encontró la respuesta en el censo de noviembre de 1917, a saber: los campesinos pobres y los estratos más bajos de la pequeñoburguesía, esto es, la categoría 2) y los restos de la categoría 3), por un lado. Por otro lado, habida cuenta de que el capitalismo privado explotador de trabajo ajeno en grande y mediana escala -junto con sus medios de producción- habían sido estatalizados, pasaron a conformar la quinta y última categoría descrita: el socialismo (en el concepto de Marx y Engels, primera etapa del comunismo). Quedaba el capitalismo de Estado; lo que Lenin llamaba "su envoltura exterior" (monopolio de los cereales, empresarios y comerciantes explotadores de mano de obra en pequeña escala, y cooperativistas), estaba "desgarrada en una u otra parte por los especuladores" y el principal objeto de esa especulación eran los cereales.

Solventado el primer interrogante de la estructura de clases salida de la Revolución, Lenin formuló el otro interrogante, esto es, de las anteriores condiciones descritas a transformar, ¿cuáles deben serlo en lo inmediato desde el punto de vista de la estrategia comunista? Dicho más claramente, ¿entre qué categorías estaba planteada la lucha de los revolucionarios comunistas, entre la cuarta y la quinta categorías enumeradas? Y Lenin contestaba:

<<Por supuesto que no. No es el capitalismo de Estado el que lucha contra el socialismo, sino la pequeñoburguesía más el capitalismo privado que luchan tanto contra el capitalismo de Estado como contra el socialismo. La pequeñoburguesía se resiste a toda intervención del Estado, a todo registro y control, ya sea capitalista de Estado o socialista de Estado. Es un hecho real, absolutamente irrefutable, y no comprenderlo constituye la raíz de una serie de errores económicos. El especulador, el agiotista, el que entorpece el monopolio [estatal en función social progresiva]: ese es nuestro principal enemigo. (...) Sabemos muy bien que la base económica de la especulación es la capa de los pequeños propietarios, extraordinariamente vasta en Rusia, y el capitalismo privado, que tiene un agente en cada pequeñoburgués. Sabemos que millones de tentáculos de esta hidra pequeñoburguesa aferran, aquí o allá, a diversos sectores obreros, y que la especulación penetra en todos los poros de la vida económico-social en lugar del monopolio de Estado.>> (V.I. Lenin: "El impuesto en especie" 21/04/921. Lo entre corchetes es nuestro.)

    Pero una semana después, durante la reunión del Comité Ejecutivo Central de los soviets de toda Rusia, Lenin introdujo una matización importantísima sobre el comportamiento de la pequeñoburguesía respecto del Capitalismo de Estado bajo la dictadura del proletariado. Después de insistir en que el enemigo principal del proceso de transición tras la toma del poder no es el capitalismo de Estado sino la pequeñoburguesía mayoritaria en el país, Lenin señaló que, la pequeñoburguesía tiene un comportamiento contradictorio respecto del capitalismo de Estado proletario; por un lado se apoya en él para acabar con el gran capital, pero, por otro, una vez realizada esa tarea pretende congelar la lucha de clases en esa instancia institucional del tránsito al socialismo, porque no quiere ir con el proceso más que hasta ahí.

Ésta misma es también la estrategia de poder pequeñoburguesa con su instrumento policlasista: el frentepopulismo, en su lucha contra el imperialismo en el contexto del capitalismo. Pero una cosa es practicar el frentepopulismo para luchar contra el gran capital, con la burguesía en el poder, al interior de un Estado capitalista, y otra muy distinta condición es el frentepopulismo para la lucha conjunta contra la gran burguesía, pero en el marco político del poder proletario dominante, y al interior de un Estado obrero. Porque dentro del capitalismo, el frente popular que sintetiza en el capitalismo de Estado burgués sólo puede estar dirigido por la pequeñoburguesía, por su programa, en tanto que bajo la dictadura del proletariado, el Capitalismo de Estado está presidido por la estrategia de poder socialista y por los métodos en proceso de ruptura completa con la ley del valor, con el capitalismo. Por lo tanto, el pequeñoburgués tiene también un comportamiento contradictorio con el capitalismo de Estado proletario. Dentro de la sociedad capitalista se apoya en la gran burguesía en tanto ve en ella la plena garantía de subsistencia de la propiedad privada capitalista, de la explotación de trabajo ajeno; pero, al mismo tiempo, teme ser expropiado por ella y ser socialmente degradado a la condición del asalariado en paro; de ahí que luche para evitarlo buscando el apoyo del proletariado y el cobijo político del capitalismo de Estado nacionalista burgués.[ [18] ] Dentro de la sociedad de transición al socialismo, el pequeñoburgués se apoya en el capitalismo de Estado proletario para luchar contra la gran burguesía y al mismo tiempo se resiste al control obrero, pero lo acepta porque sabe que el poder soviético se lo impone por la fuerza de la mayoría social, pero que no le va a expropiar por la fuerza ni le degradará económicamente dejándole en la ruina, como hace la burguesía con su ley selvática del mercado; porque ve que tiene ante los ojos la alternativa del trabajo cooperativo. Y cuando en medio de esta experiencia compruebe que los costes de sus productos se ponen por encima de los precios en los grandes almacenes del Estado, y que su ganancia no supera el salario medio de sus propios obreros ante la demanda creciente en las grandes factorías del Estado, operando en condiciones de expansión de sus medios de producción, entonces, ese pequeñoburgués sabrá qué hacer con su pequeño capital productivo.   

¿Qué fue, pues, para Lenin, el socialismo como modo de producción transitorio entre el capitalismo y la primera fase del comunismo en las condiciones específicas de la Rusia de 1917? El paso siguiente después del monopolio capitalista de Estado proletario; el paso desde la instauración del monopolio capitalista de Estado proletario -tras la expropiación de la grande y mediana burguesía industrial y agraria- hasta la instauración del monopolio socialista de Estado; después de convertir la pequeñoburguesía a la condición asalariada, empezando a abandonar este monopolio socialista de Estado, para pisar los umbrales del modo de producción comunista y entrar en su primera fase.

Ahora bien, la condición necesaria para completar la transición socialista entre el capitalismo monopolista de Estado y la primera fase del comunismo, es el Estado democrático soviético; su condición suficiente, la teoría revolucionaria y la memoria histórica del proletariado encarnadas en el partido bolchevique, aplicadas creativamente a la realidad en curso.

De este razonamiento se desprende, en primer lugar, que la diferencia entre el marxismo bolchevique y el "marxismo" reformista, consiste en que estos últimos pugnan por congelar la lucha de clases y el desarrollo de las fuerzas productivas, en la etapa del capitalismo de Estado al servicio de la explotación del trabajo en pequeña y mediana escala, tratando de contrarrestar tanto la tendencia hacia el capitalismo monopolista de Estado burgués, como las luchas del proletariado por la socialización de todos los medios de producción, por el socialismo, por entrar en la primera etapa de transición al comunismo. En este sentido, puede decirse con total certidumbre que las condiciones históricas que propiciaron la experiencia de los bolcheviques en su intento frustrado de que la humanidad abandonara el capitalismo para entrar en la primera etapa de transición evolutiva hacia el comunismo, les permitieron sin embargo aportar a la memoria histórica del proletariado llenando de contenido teórico económico, social y político, lo que Marx y Engels sólo pudieron enunciar genéricamente como una posibilidad abstracta; precisamente porque el fracaso de la revolución Europea de 1848 y el fracaso de la Comuna de París, le negaron toda posibilidad real de teorizar e implantar la realidad del capitalismo de Estado proletario, categoría que los bolcheviques han alumbrado como necesaria para pasar a la primera fase del comunismo llamado socialismo. Categoría tanto más necesaria cuanto mayor es el atraso relativo de la revolución en un país dado.

Y para que quede clara la diferencia entre los reformistas pequeñoburgueses y los revolucionarios comunistas, Lenin dice que entre el capitalismo monopolista de Estado burgués y el capitalismo de Estado monopolista proletario, no hay una fase intermedia. No existe el capitalismo monopolista de Estado pequeñoburgués, al estilo Yugoslavo Iaquí, Sirio o Libio. Y los modos de producción entre uno y otro son distintos; no sólo porque cambia el sentido de clase de las relaciones de producción dominantes, sino porque cambian también las normas de reparto entre la pequeñoburguesía remanente y el proletariado, determinadas por el control obrero de la producción; aun cuando, en lo que respecta a la clase obrera, el reparto o salario relativo entre las distintas categorías de asalariados, siga en esencia, determinado por la ley del valor, sintetizada en la consigna burguesa: "De cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo", esto es, según su mayor o menor cualificación y condición objetiva de consumo.

En otras palabras, para iniciar el tránsito evolutivo al modo de producción comunista, los bolcheviques sostuvieron, con toda razón, que es imposible partir del capital monopólico, tal como han venido pretextando los reformistas, los socialdemócratas de la IIª Internacional, tesis a la que se adscribió el stalinismo; es necesario romper con él violentamente para instaurar la dictadura del proletariado, esto es, el Estado democrático revolucionario; aunque la premisa material más favorable para iniciar ese tránsito sea el capitalismo monopolista de Estado proletario:

<<...el capitalismo monopolista de Estado (proletario) es la preparación material más completa para el socialismo, su antesala, un peldaño de la escalera histórica entre el cual y el peldaño llamado socialismo no hay ningún peldaño intermedio>> (V.I. Lenin: "La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla" 10-14/09/917. Lo entre paréntesis es nuestro)

¿Por qué Lenin dice que la condición objetiva más madura para el socialismo es el capitalismo monopolista de Estado? Pues, porque es el modo capitalista de producción técnicamente más desarrollado; porque produce con los medios de producción más eficaces, con los rendimientos a escala mayores, la menor penuria relativa y el mayor nivel de vida posibles dentro de ese sistema de reparto.

Pero, además de delimitar precisamente entre reformistas y revolucionarios, el estudio de la transición del capitalismo hasta la primera fase del comunismo permite aclarar si se trata de un solo modo de producción o de varios combinados o entrelazados al interior de la misma sociedad. En este sentido, cuando invita a meditar sobre la institución del "trabajo general obligatorio" -inmediatamente después de la toma del poder- Lenin dice que, aun cuando ya no estaríamos en el modo de producción capitalista típico, el capitalismo de Estado proletario recién impuesto tampoco alcanzaría a ser socialista:

<<El trabajo general obligatorio, implantado, reglamentado y dirigido por los Soviets de diputados, obreros, soldados y campesinos, no sería todavía el socialismo, pero no sería ya el capitalismo>> (Op.cit.)

¿Qué faltaría para ello? En ese momento Lenin ya tenía claro que al modo de producción basado en las relaciones de producción correspondientes al capitalismo de Estado soviético, le faltaba desarrollarse hasta igualar a los principales países burgueses donde predominaba el capitalismo monopolista de Estado, desarrollo que Lenin asociaba a la generalización de la electricidad aplicada a la producción, especialmente a la producción rural, único modo, entendía él -como insuperado maestro del Materialismo histórico que sigue siendo después de Marx y Engels en el tiempo- para ganar la batalla contra las estructuras 2 (producción mercantil simple) y 3 (capitalismo privado en pequeña escala) que coexistían con la estructura 4 (capitalismo de Estado proletario) en la flamante sociedad soviética:

<<Fíjense ustedes en el mapa de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Al norte del Vólogda, al sureste de Rostov del Don y Sarátov, al sur de Oremburgo y Omsk y al norte de Tomsk hay extensiones inmensas en las que cabrían decenas de grandes Estados civilizados. Y en todas esas extensiones reina el patriarcado, la semibarbarie y la completa barbarie. (...)

¿Es concebible una transición directa de este estado de cosas, predominante en Rusia, al socialismo? Sí, es concebible hasta cierto punto, pero con un sola condición (...) Esta condición es la electrificación. Si construimos decenas de centrales eléctricas de distrito (...) y distribuimos energía eléctrica a todas las aldeas, si conseguimos una cantidad suficiente de motores eléctricos y otras máquinas, no necesitaremos pasar -o difícilmente lo necesitaremos- por etapas de transición o eslabones intermedios entre el patriarcado y el socialismo.>> ( V.I. Lenin: "El impuesto en especie" 21/04/921)

Y esta concepción enlaza con la idea expuesta por Marx en el capital, respecto de que, el socialismo no se impone, sino que se construye; no sobre la base del capitalismo sino sobre las nuevas relaciones de producción que la base del capitalismo más desarrollado permite expropiar, que son las grandes empresas oligopólicas:

<<Aunque una sociedad haya descubierto la ley natural que preside su propio movimiento --y el objetivo último de esta obra es, en definitiva, sacar ala luz la ley económica que rige el movimiento de la sociedad moderna-- no puede saltearse fase naturales de desarrollo ni abolirlas por decreto. Pero puede abreviar y mitigar los dolores del parto (socialista).>> (K. Marx: “El Capital” Prólogo a la primera edición)

Está claro, pues, que entre el período correspondiente al capitalismo de Estado proletario —que los “comunistas de izquierda llaman "propiedad estatal"— y el "socialismo" o primera fase del comunismo, median distintos modos de producción combinados y dos modos de reparto. En el primer período de la transición correspondiente al monopolio capitalista de Estado proletario, el modo de producción "socialista" de la "propiedad estatal" se entrelaza con los modos de producción basados respectivamente en la producción mercantil simple y en el capitalismo privado, período en el que, naturalmente los conflictos de clase subsisten y se agudizan. Aquí prevalece la norma de reparto según la ley del valor.

En el segundo período, donde el capitalismo privado en pequeña escala desaparece y, con él los conflictos de clase, las relaciones de producción devienen puramente comunistas aun cuando continúan prevaleciendo las normas de reparto burguesas según el principio: "De cada cual según su trabajo y a cada cual según sus obras". Sólo en la segunda y última fase del modo de producción comunista, una vez desaparecida la penuria relativa que justifica la diferenciación de ingresos entre trabajo simple y complejo, será posible homogeneizar la remuneración del trabajo según el modo de reparto o de distribución comunista definido por la consigna: "De cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades"

Está claro también que -dada la estructura económico social predominante hoy día en la mayoría de países del Planeta, incluidos los de mayor desarrollo relativo, en el supuesto de iniciarse -al menos- dentro de los próximos veinte años, el futuro proceso revolucionario mundial no se libraría de pasar por la misma dificultad del modo de producción combinado entre las relaciones de producción precapitalistas de la producción mercantil simple (trabajadores autónomos), las relaciones de producción del capitalismo privado (explotación del trabajo asalariado en pequeña escala), y las relaciones de producción socialistas, coexistiendo en el seno de una misma sociedad, aunque bajo las nuevas condiciones, el peso de los sectores económicos privados tengan menor peso social relativo que en los primeros tiempos de la Rusia soviética, hace ya casi noventa años. Y esta realidad determinaría durante ese próximo período el programa revolucionario.

Sabemos que la proposición de cuño leninista que acabamos de fundamentar, será recusada calificándola como "desviación bolchevique de derechas", incluso condenarla moralmente con los peores calificativos, como pasó con Lenin cuando, a pesar de ello, consiguió llevarla adelante:

<<Imagino con qué noble indignación rechazarán los "comunistas de izquierda" estas palabras y qué "demoledora crítica" presentarán ante los obreros con respecto a la "desviación bolchevique de derecha". ¡¿Cómo?! ¿En la República socialista soviética la transición al capitalismo de Estado sería un paso adelante...? ¿No es eso una traición al socialismo? (V.I. Lenin "Infantilismo de 'izquierda' y la mentalidad pequeñoburguesa" 05/05/918).

Cierto, cuando Lenin escribió "El impuesto en especie" para abundar en sus fundamentos respecto de la "Nueva Política Económica" (NEP), decía que para mantener en funcionamiento la industria mejorando la situación de los obreros, había que desarrollar las fuerzas productivas en el campo manteniendo intactas las relaciones de producción en las estructuras 1 y 2, es decir, tal y como habían sido heredadas del capitalismo. Pero ésta no era más que una razón instrumental, presidida por la estratégica para todo el período postrevolucionario de lucha por consolidar el Estado soviético. Y, para Lenin, esa lucha consistió en mantener y reforzar la alianza entre los asalariados y la pequeñoburguesía rural y urbana; esa fue la política diseñada para la dictadura del proletariado; e insistía en que la dictadura del proletariado no consiste simplemente en hacer tábula rasa con las expropiaciones, sino en saber dirigir la política para transformar políticamente --no por decreto-- las condiciones históricas (económicas y políticas) en que se encontraban las relaciones de producción que conformaban las estructuras económico-sociales 2 y 3. Y si el proletariado había llegado al poder mediante una política hacia la masa pequeñoburguesa de la ciudad y el campo, una vez tomado el poder no había razones para abandonar esa política sino al contrario. Más aun, esa política dirigida a generar su apoyo durante la etapa de lucha por alcanzar el poder soviético, una vez instalado el flamante Estado obrero revolucionario y expropiados el gran capital financiero y los terratenientes, la política del proletariado con la pequeñoburguesía debía seguir pasando por el "registro y control" obrero sobre ella y todos los demás sectores privados, pero tratando de convertir su apoyo político en una alianza de clases con ellos para seguir llevando adelante la lucha inacabada contra la grande y mediana burguesía industrial y financiera en contubernio aliada con los kulaks en el campo. Una alianza sin hacer concesiones teóricas ni políticas al individualismo pequeñoburgués.

¿Está el proletariado actual libre de esas mismas condiciones, o todavía --aunque en menor grado--permanece sujeto a ellas? Y si no está libre, ¿cómo deben esas condiciones económicas ser transformadas políticamente en sentido objetivamente socialista? El materialismo histórico y la memoria de las luchas políticas obreras exige que las relaciones de producción capitalistas deben ser convertidas en socialistas por decreto, sólo cuando están maduras para ello. ¿Y cómo se determina el grado de madurez alcanzado por determinadas relaciones de producción capitalistas? En el trabajo agrícola, por la extensión de la propiedad agraria superior a 100 hectáreas. En la industria, el comercio y los servicios, por el grado de socialización objetiva del trabajo contenido en ellas. ¿Y cómo se mide este grado de socialización del trabajo? Por la mayor magnitud del capital en funciones de cada grupo empresarial, por su máxima centralización y su más alta composición orgánica y técnica. E insistimos en la advertencia de Marx: expropiar despótica y violentamente a la burguesía cuando las relaciones de producción capitalistas que encarnan no están aún maduras para ser transformadas en socialistas, no abrevia ni mitiga los dolores del parto socialista, sino al contrario. Lenin, al frente de la fracción mayoritaria o bolchevique del PCUS, no ha hecho sino intentar cumplir con este principio político universal fundado en la ciencia.

En este sentido, discrepamos con los practicistas revolucionarios en cuanto a que la revolución rusa hasta la muerte de Lenin fue de naturaleza socialdemócrata. Los socialdemócratas reniegan de la revolución proletaria, de la destrucción jurídica, política e institucional del Estado burgués, de la implantación del Estado soviético y de las expropiaciones del mediano y gran capital; defienden hasta el genocidio la propiedad privada de los medios de producción, como hicieron en la Alemania de 1918/19. Decir que los bolcheviques fueron socialdemócratas es todavía más grosero, que homologar a los fascistas con los liberales. Porque la diferencia entre un Lenin y un Noske, por ejemplo, es socialmente sustancial, mientras que neofascistas como Bush y demócratas liberales como Carter, coinciden en su ser, que es de la misma naturaleza política de clase.

    

  

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[18] VSNJ: Consejo Supremo de la Economía Nacional, creado el 5 de diciembre de 1917, veinte días después de haberse promulgado el decreto sobre el control obrero. Charles Bettelheim dice que, en realidad, este "Consejo Central" fue creado para reemplazar al control obrero ante la escasez de verdaderos organizadores del partido con presencia en las fábricas, capaces de "tomar realmente los problemas en sus manos" (“Las Luchas de Clases en la URSS. Período 1917-1923. Segunda Parte Capítulo 2-I-b) El control Obrero.