INTRODUCCIÓN

Ante la noticia de que para octubre o noviembre de 2001 se tiene previsto realizar un congreso de "refundación" o "reconstrucción" de la IVª Internacional, una compañera simpatizante del trotskysmo nos pidió opinión acerca de la necesidad y perspectivas de esa iniciativa. En el presente documento ensayamos demostrar que la trayectoria política de esta organización internacional estuvo signada por el desatinado análisis de Trotsky sobre la naturaleza de la URSS y por su igualmente errónea previsión teorica del estancamiento permanente del capitalismo. Pero según los testimonios históricos que presentamos aquí, más que determinantes de la trayectoria de la IVª Internacional, estos errores teóricos de Trotsky fueron la justificación ideológica del espontaneísmo oportunista por parte de quienes le sucedieron al frente de la organización.

El primero de estos errones -el supuesto carácter obrero del estado soviético- trascendió políticamente por primera vez en 1941, cuando el ejército alemán invadió la URSS y las secciones americana, francesa y británica de la IVª Internacional, se vieron teóricamente legitimadas por la autoridad intelectual de Trotsky para tomar partido en la guerra a favor del bando "aliado" so pretexto de "la defensa incondicional de la URSS. Un segundo momento en el despliegue de la lógica política contrarrevolucionaria implícita en la teoría de Trotsky acerca del carácter obrero del estado soviético bajo el stalinsimo consolidado, se presentó tras la muerte de Stalin, cuando la tendencia "antiestalinista" presidida por Nikita Kruschev, se impuso al interior del PCURS para ejecutar importantes -aunque en modo alguno decisivas- reformas en los diversos aparatos de Estado del llamado "Bloque Socialista". En el marco de la "llamada revolución anticolonial", los dirigentes de la IVª renegaron de la concepción trotskysta acerca de la irremisible naturaleza contrarrevolucionaria de la burocracia soviética, y en la movida de Kruschev quisieron ver una tendencia objetiva a la autorreforma revolucionaria de la burocracia soviética inducida por el ascenso de la lucha antiimperialista de clases a nivel internacional. Según este esquema político diseñado por Pablo y Mandel, la clase obrera, en tanto factor subjetivo de las fuerzas productivas, había dejado de ser el vector directriz del proceso histórico, de modo que sus luchas quedaban supeditadas al conflicto internacional entre los dos bloques estratégicos surgidos de la segunda post guerra: "el mundo capitalista y el mundo stalinista". En esta "nueva realidad social objetiva", no había ya lugar para la movilización política revolucionaria independiente de la clase obrera contra los regímenes imperialista y stalinista bajo la IVa. Internacional. Esto explica por qué en 1963 esta organización internacional abandonó el centralismo democrático para convertirse en una federación de partidos nacionales autónomos. Desde ese momento, en la IVª se operó el divorcio entre su forma organizativa políticamente descentralizada y el contenido político originario recluído así testimonialmente en su centro, de modo que sin renunciar formalmente a los principios que le dieron razón de existencia y siguió pregonando, pudo negarlos una y otra vez en la práctica concreta. A partir de ese momento, la IVª siguió siendo una organización internacional. Pero su descentralización organizativa acentuó la tendencia de sus distintas secciones nacionales autónomas a claudicar ante el movimiento real policlasista de los respectivos países. A instancias del Pablismo, pues, el stalinismo acabó asentado finalmente sus cabales al interior de la organización concebida y creada por Trotsky para combatirle.

En cuanto a la previsión del estancamiento permanente que Trotsky anunció en el Programa de Transición, mostramos que no ha resistido a los análisis de Marx, ni a la prueba de la práctica histórica del proceso de acumulación del capital tras la segunda guerra mundial. Pero sirvió a los discípulos del "viejo" para abonar el espontaneismo oportunista que les permitió diluir la táctica de la IVª en la política de los frentes policlasistas impulsados por el stalinismo, en coherencia con la peregrina teorización del pablismo hegemónico, que daba por consolidada la tendencia objetiva a la autorreforma revolucionaria de la burocracia en los "Estados obreros degenerados", pero que, en realidad, sirvió a la continuidad política stalinista del "statu quo" o estrategia del enfrentamiento-alianza con el imperialismo.

mayo 2001

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