Primera carta de los camaradas anónimos

camaradas: 12 Mayo 99

Queridos camaradas:

Hemos leído atentamente vuestro análisis sobre Yugoslavia.

En el actual debate entre marxistas, nos parece fundamental no caer en las polémicas estériles o hirientes que nada aclaran ni conducen a ninguna parte. No lo decimos por vuestro texto que en este sentido nos parece muy correcto. Procuraremos centrarnos en lo fundamental y de forma breve y clara para poder agilizar los debates.

Antes de entrar en materia, os recomendamos la lectura de los análisis y resolución que 38 organizaciones comunistas, de diferentes partes del mundo, han sacado al final de un seminario en Bélgica con el PTB. Si no lo habéis tenido, decídnoslo y os lo enviaremos. La importancia de esos análisis y de esa resolución, reside en dos cuestiones bastante serias:

Por un lado tratan ya desde hace tiempo, el PTB y sus aliados, de convertirse en un nuevo vaticano marxista-leninista-maoista.

Y por otra parte, los análisis que han publicado son de una miseria teórica que espanta.

El dogmatismo, el sectarismo y el idealismo atraviesan de parte a parte esos análisis, y en un momento dado que citan a Marx, se vuelve contra ellos. Para ellos la historia de la Unión Soviética y del campo socialista es un cuento de buenos y malos. En fin, una historia maniquea. No ha habido errores, solo ha habido traiciones. Nos gustaría que lo leyerais y nos dierais vuestra opinión. Nosotros no sabíamos que había un análisis, primero nos mandaron la resolución contra la agresión a Yugoslavia y la firmamos pero haciendo públicas tres objeciones. Al enviarnos el análisis les hemos pedido que no pongan nuestro nombre ya que tenemos divergencias serias que les daremos a conocer.

Entrando en el texto vuestro diríamos que hay un exceso de celo marxista histórico en cuanto a la apreciación de la situación actual y en particular sobre el desarrollo de las fuerzas productivas en esta etapa final y caótica del capitalismo. Vosotros reemprendéis y aplicáis a las circunstancias actuales el viejo análisis marxista, justo para aquella época. en que se critican los obstáculos que suponen para el desarrollo del capitalismo, y por lo tanto del proletariado y de su lucha de clases, la existencia de las trabas feudales que persisten o de la pequeña producción capitalista que impide las grandes concentraciones proletarias en las grandes fábricas y por tanto el desarrollo capitalista a una escala cada vez más amplia. .

Y ahora fijémonos en la situación real que hay tanto en Yugoslavia como en los antiguos países del campo socialista, si exceptuamos unos pocos muy próximos a la Europa occidental y a su cultura. ¿Qué tipo de desarrollo de fuerzas productivas se esta dando en la Unión Soviética y otros países, no solo del antiguo campo socialista sino del tercer mundo, e incluso en los países del primer mundo? Hay una destrucción sistemática de fuerzas productivas como no se había conocido nunca en la historia del capitalismo. Es indudable que se están creando nuevos centros industriales cada día y con la misma facilidad que aparecen, vuelven a desaparecer para trasladarse a otro lugar, acelerándose la creación y la destrucción de puestos de trabajo y por lo tanto de concentraciones proletarias. Nos parece que son rasgos que caracterizan muy bien -junto a otros elementos del análisis económico- esta etapa final, depredadora y especulativa financiera del capitalismo.

Nadie podrá negar que Catalunya tiene un buen desarrollo industrial moderno y sin embargo nunca floreció tanto como ahora la pequeña empresa familiar en la que cada una de ellas explota un puñado de obreros en condiciones realmente increíbles de no pagarles siquiera las horas extraordinarias que les obligan a hacer. En estas empresas está trabajando la mayor parte de los obreros catalanes con una gran flexibilidad, dado el paro y la legislación vigente. La mayoría de ellas trabajan para los grandes consorcios industriales y de todo tipo. Y no olvidemos que Catalunya ha entrado, al igual que España, y del brazo de ella en muchas ocasiones, en la etapa imperialista del capitalismo. Basta echar una ojeada a sus inversiones y sus transnacionales en latino-américa a donde van, como todos los imperialistas, para esquilmar a aquellos países destruyendo muchos más puestos de trabajo de los que crean, aliados eso sí, en la mayoría de los casos, con las burguesías locales, que no nacionales, que se convierten en lacayos del imperialismo. Colombia es un caso típico. En cambio, Venezuela es un caso atípico que estamos siguiendo con mucho interés porque hay un intento de un sector de las clases medias (burguesía, indudablemente y nacional) que trata de oponerse a la política imperialista. Claro que esa vía no tendrá salida alguna de tipo histórico en la etapa actual pero puede permitir a la clase obrera y a las masas en general organizarse y luchar en mejores condiciones e incluso contar con un aliado circunstancial.

Vamos a Yugoslavia: no puede enfocarse el desarrollo económico de Yugoslavia sin tener en cuenta los elementos que aún subsisten desde le punto de vista económico e industrial. 50 fábricas destruidas por la aviación de los imperialistas han dejado en paro a 750.000 trabajadores.

A los imperialistas no les interesan los Balcanes para que haya un desarrollo de las fuerzas productivas y por tanto del proletariado allí. Nada más lejos de sus planes. Lo que les interesa es el dominio de una zona de alta importancia estratégica, tanto para hacerse con las materias primas esenciales como para sus planes militares imperialistas contra la Unión Soviética y quizás después contra China.

No olvidemos que en esta etapa del capitalismo y del imperialismo, la reproducción del capitalismo se realiza sobre todo sobre la base de la explotación de unos países sobre otros. Cada vez es mayor le número de la aristocracia obrera en los países imperialistas que no solamente ya no producen plusvalía sino que las empresas tienen que poner una parte de los superbeneficios imperialistas para pagarles. Sobre todo esta ocurriendo en las empresas transnacionales imperialistas. Eso no impide que al mismo tiempo se esté contratando obreros en condiciones de precariedad, de tiempo y de salario.

Volviendo a Yugoslavia: dadas las tendencias actuales del imperialismo y lo que está pasando en todo el mundo podemos afirmar, sin lugar a dudas, que no volverá a haber allí una concentración proletaria y una tasa de empleo como la que tenia antes de los bombardeos. Entonces la pregunta que nos hacemos nosotros y que os pedimos que reflexionéis en ella, es muy sencilla: ¿Por qué el proletariado en su estrategia internacional hacia el triunfo de la revolución social, no debe, bajo determinadas condiciones y circunstancias, tener como aliado circunstancial ciertas burguesías nacionales?.

Nos parece que ésta puede ser una cuestión clave y muy importante de cara a una estrategia efectiva. Creemos que tan importante como dominar todo el bagaje teórico comunista es esforzarnos también en dominar la actual realidad cambiante y nueva que se está dando es esta etapa final del capitalismo y que adquiere unas características que eran imposibles de prever no solo hace 150 años, sino hace tan solo 15 o 20 años.

Sinceramente creemos que la consigna de ¡Convirtamos cualquier guerra inter-burguesa en guerra revolucionaria contra el capitalismo! aplicada a la agresión imperialista a Yugoslavia es un transplante mecánico de consignas bolcheviques de la primera guerra mundial. ¿Qué significa esta consigna para los obreros yugoslavos en estos momentos?

Y nos parece importante el no caer en posiciones eurocentristas y tener presente que el centro de gravedad de la revolución mundial se desplaza hacia los países del tercer mundo saqueados por los países imperialistas. En este sentido creemos que a los comunistas de estos países imperialistas nos corresponden tareas muy difíciles y complejas sobre todo aquí en la Europa occidental dado el hundimiento de la izquierda o mejor dicho el paso de esa izquierda a las filas del imperialismo, incluidos amplios sectores del comunismo europeo. Y creemos que lo que queda del comunismo, en general, se mueve o entre posiciones revisionistas todavía bien afianzadas, o en base a un dogmatismo no superado que procede de la época del "marxismo-leninismo" que buscaba la cobertura oficial de Tirana, o de Pekín o de quien fuera. Como comunistas pensamos desde hace ya mucho tiempo que hay que hacer un ajuste de cuentas implacable tanto con los errores del pasado como con las concepciones dogmáticas que inevitablemente engendró la gran crisis del comunismo y de las que el seminario de Bélgica es, a nuestro parecer, un buen exponente.

Estamos seguros de que tendremos más ocasiones para seguir ciendo estos temas con vosotros.

Creemos que que hay una coincidencia entre nosotros sobre los problemas de fondo.

Recibid un saludo comunista fraternal.

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