Conclusión

Como usted ha podido apreciar, la diferencia entre el GPM y los compañeros del BPRI es sólo de matiz en el análisis de la situación argentina. Pero esto no se debe desdeñar. En 1902 Lenin decía que <<...sólo gente miope puede considerar inoportunas o superfluas las discusiones fraccionales y la delimitación rigurosa de los matices.>>, porque <<De la consolidación de tal o cual "matiz" puede depender el porvenir de la socialdemocracia rusa durante muchísimos años.>>. [Cfr. "¿Qué Hacer?" Cap. 1 d)]: http://www.marx2mao.org//M2M(SP)/Lenin(SP)/WD02si.html

Y Fíjese si Lenin tenía razón en esto -la tiene, porque está más vivo que nunca- que uno de los matices que este trabajo ha puesto de manifiesto, está en la raíz del desvarío político en que permanece cautivo el movimiento del proletariado desde los tiempos de Stalin al frente de la URSS. Porque al opinar equívocamente que la crisis argentina ha sido de carácter especulativo, los compañeros del BPRI están -tal vez sin quererlo- haciendo seguidismo de la idea que correspondió a un capitalismo internacional de "enclave", cuando la explotación del trabajo en la periferia del sistema sólo era interesante para la extracción de materias primas baratas con destino a las metrópolis, porque la figura del capital excedentario crónico sólo era por entonces una previsión teórica todavía intangible.

Seguir sosteniendo hoy que los capitales de las grandes potencias capitalistas incursionan en los suburbios subdesarrollados del sistema para especular, es erróneo por anacrónico, porque supone obviar groseramente el salto cualitativo operado por la medida en la cantidad de capital acumulado, sobre las formas de organización del capital internacional entre la etapa de la acumulación del capital social global correspondiente al colonialismo y la actual etapa de la trasnacionalidad y libre flujo de los capitales. En esta última etapa, la ingente masa de valor excedentario procedente de las metrópolis que opera en los países de la periferia capitalista, han llegado para quedarse como capital productivo, aunque sus gestores no sean siempre los mismos y la propiedad cambie con frecuencia de manos en cuestión de horas.

Esta inercia del intelecto no tendría mayor importancia de no ser porque su corolario es que parece como si , todavía hoy, el imperialismo no tuviera ni posibilidad real ni voluntad política de aportar al desarrollo económico de los países dependientes sino al contrario, mantenerles en el atraso absoluto. ¿No es ésta la otra idea-fuerza que preside el movimiento político nacionalista burgués en los países dependientes, junto con la primordial que consagra al mercado capitalista, no sólo como el mejor sino el único medio social de distribuir recursos productivos y riqueza? ¿No está en estas dos premisas -carentes de todo fundamento científico- el derecho que la pequeñoburguesía ha venido reclamando -hasta hoy con todo éxito en el movimiento de los asalariados- a erigirse como la única alternativa de desarrollo capitalista posible contra el imperialismo? ¿No son estos los dos pilares ideológicos sobre los que la pequeñoburguesía ha venido levantando el tinglado político de los frentes populares desde el sétimo congreso de la IIIª Internacional hasta hoy?

De poco vale decirle a los asalariados que la alianza con este sector de clase burgués no conduce al socialismo y ni siquiera a la derrota del imperialismo, porque les va a traicionar negociando con él, etc., etc., si al mismo tiempo no se les demuestra lógicamente que esta clase capitalista intermedia no puede asegurar el progreso social que el gran capital les niega, porque la pequeña y mediana propiedad capitalista es incompatible con el desarrollo de las fuerzas productivas que posibilitan ese progreso, y que a lo más que han podido llegar en la historia ha sido de la mano de Stalin y de quienes en su nombre o contra él le sucedieron en el poder de la URSS. (Cfr.: http.//www.nodo50.org/gpm/prd_californiano/13.htm). Darle la vuelta ideológica al testimonio de la prueba hoy en manos del aparato de propaganda imperialista, que se ceba en decir que aquello fue comunismo para mantener al proletariado del planeta en el abatimiento político, tal es el sentido primordial del trabajo de concientización para la construcción de una sólida alternativa revolucionaria al sistema. Y esto es imposible con argumentos como los que han esgrimido los compañeros quienes, al menos en los documentos que comentamos aquí, no se han puesto de este lado de la polémica.

Un Saludo: GPM.

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