5.-ANEXO

Uno de los medios -tal vez el más importante- en que suele operar el capital especulativo, es la bolsa. Pero esto es excepcional. El mercado bursátil no fue concebido para eso sino bien al contrario. Junto con el crédito comercial, la bolsa es el más poderoso medio financiero para acelerar el proceso de acumulación de capital productivo, a la vez que para acercar el horizonte de cada crisis periódica de superproducción. Al eliminar el tiempo de cada rotación en que el capital productivo se metamorfosea en capital comercial y debe permanecer necesariamente en la esfera de la circulación, todo crédito como medio de compra (8) para la reproducción ampliada, como es el crédito bursátil, independiza a la producción de la circulación y realización del capital por tiempo indefinido, acelerando el ritmo de aumento en su masa y de la marcha hacia la saturación y la crisis. Convierte el tiempo de producción en un "perpetum movile" del capital productivo.

La especulación con acciones comienza cuando este movimiento se interrumpe en el punto culminante de la expansión, cuando la parte del capital productivo que ya no es compensado por la tasa general de ganancia todavía en descenso, comienza a desplazarse hacia éste y otros mercados "de sustitución", presionando sobre la demanda de los limitados valores que allí se negocian. En el caso de la Bolsa, esa presión de la demanda por parte del capital excedentario tiende naturalmente al aumento en las cotizaciones de la masa de valores bursátiles, cuyos precios se ponen así por encima de sus valores nominales (lo que cada uno representa en términos patrimoniales), configurando así la llamada volatilidad de la Bolsa (9) . En este contexto es donde la masa creciente de propietarios capitalistas en poder de capitales superfluos, especulan unos contra otros interviniendo alternativamente sobre la demanda y la oferta de acciones, para intentar comprar barato y vender caro. Esta situación se prolonga hasta que la creciente desinversión en medios de producción acaba por interrumpir la cadena de cobros y pagos en el ámbito del crédito comercial regular de este mercado (el de bienes de producción), generalizándose luego a todos los demás hasta que las tasas de interés suben por encima de la tasa de ganancia, lo cual acentúa el proceso de desinversión (10) . En efecto, si un productor cualquiera retrae parte de su capital acumulado en determinada magnitud de valor y deja de comprar medios de producción por ese equivalente a su proveedor habitual, éste, al no poder colocar toda su producción, acaba por no poder levantar las letras de cambio por el importe de sucesivas compras a crédito para fabricar esos productos invendibles. Esta situación le obliga a recurrir, al crédito bancario. Durante los momentos previos a la manifestación de la crisis, esta insolvencia se generaliza, la demanda de medios de pago a los bancos aumenta y las tasas de interés se disparan al alza dejando sin sentido la producción.

Finalmente, el alza de las tasas de interés derrumba la cotización de las acciones y el propio mercado bursátil impidiendo toda ulterior maniobra especulativa. Es aquí donde la crisis del sistema económico en su conjunto se pone violentamente de manifiesto. ¿Por qué? Porque la tasa de interés es el regulador objetivo inapelable de las cotizaciones bursátiles. Toda acción es el título de propiedad sobre los dividendos del patrimonio empresarial en funciones que representa. Y el precio de cada acción que se negocia en el mercado, en circunstancias normales es igual a la capitalización de esos dividendos a la tasa de interés vigente. Por ejemplo, si una acción rinde 100 Euros de dividendo y la tasa de interés es del 10%, la acción normalmente debería cotizarse a 1.000 Euros. Si la tasa de interés baja al 5%, la cotización sube a 2.000 Euros. Esto quiere decir que cuanto mayor es la tasa de interés, menor es la cotización de las acciones y viceversa. A la vez explica que, cuando las tasas de interés se disparan a consecuencia de la ruptura de la cadena de cobros y pagos en el mercado crediticio comercial, el mercado bursátil se derrumba sin remedio, porque a la baja objetiva de las cotizaciones le sigue de inmediato el pánico vendedor

Lo que ha pasado en Argentina, es que el desfondamiento del sistema financiero no se produjo a través de este proceso previo a las crisis clásicas de superproducción, porque los grandes capitalistas propietarios de esos 16.000 millones de U$S causantes de la crisis financiera, previendo la insostenible paridad del peso con el dólar dada la situación de un país incapaz de realizar su producción exportable, decidieron ponerse a salvo de la inminente devaluación refugiando sus capitales excedentes en EE.UU. (cfr. http://www.nodo50.org/gpm/plusvalia/00.htm). Algo parecido sucedió en Venezuela, cuando un día de 1994 los presidentes, altos ejecutivos y gerentes de los diecisiete bancos principales del país, salieron precipitadamente con sus capitales líquidos hacia los EE.UU, dejando a sus espaldas un agujero negro que costó al Estado venezolano 12.000 millones de dólares. A pesar de que los jueces emitieron órdenes de captura contra 322 banqueros, casi todos ellos consiguieron establecerse en el exterior, la mayoría en Miami y New York.

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Aclaración pública

Compañeros:

En la redacción de nuestro trabajo publicado recientemente bajo el título: Práctica política espontaneísta y teoría económica estancacionista, a pedido de una tercera persona nos referimos críticamente a dos análisis sobre la actual situación política en Argentina. La autoría de uno de ellos: El movimiento de los piquetes, corresponde al "Círculo Comunista de América Latina", una organización simpatizante del BIPR, detalle que pasó inadvertido para nosotros y del que omitimos hacer expresa mención, dado que dicho análisis aparece publicado en el web site del BPRI, y que, además, ambos documentos coinciden en lo esencial.

De este error involuntario nos acaban de sacar los compañeros del BIPR, razón por la cual entendimos necesario y considerado hacer la pertinente aclaración.

Saludos revolucionarios: GPM

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  1. La diferencia que hay entre un medio de pago y un medio de compra, es la misma que existe entre una acción de bolsa y una letra de cambio. La acción es la más importante forma de crédito para la adquisición adicional de factores de la producción, para el incremento autónomo de la inversión, para ampliar la escala de la producción de plusvalor. La letra de cambio esta concebida para posibilitar la compra anticipada de los factores de la producción cuyo valor está en tránsito de ser realizado en el mercado; es un forma de crédito comercial para atender los pagos de la gestión empresarial a una determinada escala de la producción. volver
  2. Durante los meses previos al "crash" de 1987, las compras extranjeras de acciones americanas sobrepasaron los 18.000 millones de dólares, de ellos, 7500 provinieron de Japón, 4.000 de Gran Bretaña, 1.800 de Francia y cerca de 1.000 de América Latina. (Financial Times: 23/10/87). Las transacciones bursátiles de las empresas industriales japonesas han pasado de alrededor de 3,3 billones de yenes en 1983 a cerca de 17 billones en el primer trimestre de 1987, el equivalente a una porción considerable de sus beneficios que intentaron capitalizar a expensas de otros capitalistas fuera de la esfera de la economía real. En 1986 esa porción fue del 53,4% de los beneficios para la Fujisawa, 45% para Hitachi y 60,5% para Matsushita Electric Industrial. (Frederic Burgière en "Japón in extenso" Nº 6 feb/988).volver
  3. Es posible hacer una expansión a crédito cuando la tasa de interés vigente es del 3 o del 4% y la tasa de beneficio industrial sube al 8%. Pero si hay que financiar la producción con créditos cuyos intereses crecen súbitamente del 4 al 12% y la tasa de beneficio industrial en descenso no llega al 7%, la situación se hace insostenible para todos los capitalistas y la ruptura o "crack" del proceso de acumulación es un hecho. volver