03. Recesión mundial e ingobernabilidad política del Mundo
La
llamada “Pax Americana” ha
sido un producto de la política exterior de los EE.UU. como resultado de la
Segunda Guerra Mundial, cuando este país salió de aquel infierno bélico erigido
en la más poderosa potencia económica, militar y diplomática del Mundo en 1945.
Fue un período que la burguesía imperialista norteamericana pudo atravesar, sin
conflictos con los eslabones de la misma cadena de países dominantes en el
Occidente capitalista, aunque muy pronto lideró la “Guerra fría” con la ex
URSS, interviniendo militarmente en países subdesarrollados como Corea,
Vietnam, Afganistán e Irak, de los cuales como es evidente, no ha podido sacar
los réditos políticos que se propuso.
Hoy,
bajo circunstancias económicas
internas muy difíciles de controlar, con bonos de su deuda por un billón de
dólares en poder de China, se le acumulan a los lobbies norteamericanos una
serie de conflictos, como en Ucrania, Irak, Gaza, Libia y Egipto. Sobre todo
cuando ese tan enorme como poderoso país asiático de los ojos rasgados, se ha sumado
a un mercado común alternativo, junto a Rusia, Brasil, India y Sudáfrica, en lo
que ya se conoce como el B.R.I.C.S.
Esto
sucede bajo condiciones en las que, según el Ministerio de hacienda de EE.UU.,
la venta de títulos a largo
plazo y de activos a corto plazo en ese país, ascendió en mayo pasado a 153.500
millones de dólares, frente a una compra de 33.100 millones. O sea, que en
EE.UU. se verifica una disminución del capital privado disponible, debido a que
los inversores de China y Japón han vendido sus bonos del Tesoro norteamericano,
recuperando el dinero invertido en ellos, lo cual supone una pérdida de
confianza en las posibilidades de la economía en ese país.
Como es
sabido, la cotización de acciones y demás títulos en la bolsa de valores, bajo condiciones normales varía
en relación inversa respecto
de la tasa de interés vigente del dinero a crédito. Esto es así, porque dicha
tasa se nutre de la ganancia industrial, de modo que los réditos crecientes
estimulan la demanda de crédito para inversión productiva adicional, es decir, expansiva, que así regula la tasa de
interés moderadamente al alza. Bajo tales condiciones es esa tasa el factor que
determina la cotización de
los valores bursátiles. Pero cuando las ganancias industriales se retraen el dinero huye de la producción hacia la
especulación, la cotización de dichos valores pasa a depender exclusivamente de
la oferta y la demanda, determinando su mayor o menor “volatilidad”.
El hecho
de que desde 2008 la tasa de interés en los EE.UU. se haya mantenido en torno a
cero —al igual que en Europa desde 2010—, demuestra la persistencia de dos
fenómenos concatenados: 1) que la tasa de ganancia industrial sigue hundida y,
consecuentemente, 2) que la más alta volatilidad de las cotizaciones bursátiles
tiende a inflar la burbuja especulativa en el mercado de valores, prolongando
la recesión economía mundial.
En este
gráfico que describe todo el traumático proceso de acumulación capitalista
desde la Revolución Francesa, los últimos tres
datos recogidos corresponden al período entre el 31/05/06 y la
previsión al próximo 30/09/2014. De sus valores registrados se deducen dos hechos
de la mayor importancia: 1) que desde 1789 hasta hoy, la masa de capital
acumulado no ha dejado de aumentar históricamente y, 2) que según la previsión
de S&P, la volatilidad de la burbuja especulativa en EE.UU. alcanzará el
mismo nivel que cuando pinchó en marzo de 2007, iniciando la actual recesión.
Así lo reflejó la analista financiera Abigail Doolittle:
<<La
renuencia de la Reserva Federal a elevar las tasas de interés desde mínimos
históricos, podría desatar una corrección en el mercado que competiría con la
caída observada en 2007 durante la recesión global. Por desgracia, creo
que podría venir una caída similar a lo que
ocurrió en 2007", dijo Doolittle a CNBC. Se
puede ver que toda la tendencia alcista de los últimos cinco años se ha comenzado
a revertir>>.
No hay tal “renuencia” de la Reserva Federal. Si bajo
las presentes circunstancias la tasa de interés aumentara por decisión política, la
volatilidad especulativa se moderaría, pero al mismo tiempo agudizaría todavía
más el actual estancamiento de la economía real, al elevar el coste de producir
ganancia financiada crediticiamente[1].
Aludiendo a su país, el multimillonario americano Donald Trump ha
declarado que:
<<…la tasa de desempleo real es más del doble de lo que se informa en este momento, y señaló que la cifra de desempleo de 8,2% “no es un número real”. La tasa verdadera ha ascendido a 16%, e incluso algunos creen que la tasa de desempleo es tan alta como un 21%, mencionó el empresario>>.
http://www.nodo50.org/gpm
e-mail: gpm@nodo50.org
[1] Toda acción es el título de propiedad sobre los dividendos (ganancias) del patrimonio de una determinada empresa. Y el precio de cada acción que se negocia en el mercado, en circunstancias normales, es igual a la capitalización de esos dividendos a la tasa de interés vigente. Por ejemplo, si una acción rinde 100 Euros de dividendo y la tasa de interés es del 10%, la acción normalmente debería cotizarse a 1.000 Euros: el rendimiento de 1.000 al 10% = 100. Ergo, si la tasa de interés baja al 5%, la cotización sube a 2.000 Euros, o sea, la volatilidad es mayor. La acción es la más importante forma de crédito para la adquisición adicional de más factores de la producción, es decir, para el incremento autónomo de la inversión, para ampliar la escala de la producción de plusvalor. Por su parte, la letra de cambio fue concebida para posibilitar la compra anticipada de factores de la producción (máquinas, materias primas y mano de obra) cuando el valor de lo ya producido está todavía en tránsito de ser realizado (convertido en dinero) en el mercado; es una forma de crédito comercial para atender los pagos de la gestión empresarial a una determinada escala de la producción. Durante los meses previos al "crash" de 1987, las compras extranjeras de acciones americanas sobrepasaron los 18.000 millones de dólares, de ellos, 7500 provinieron de Japón, 4.000 de Gran Bretaña, 1.800 de Francia y cerca de 1.000 de América Latina. (Financial Times: 23/10/87). Las transacciones bursátiles de las empresas industriales japonesas han pasado de alrededor de 3,3 billones de yenes en 1983 a cerca de 17 billones en el primer trimestre de 1987, el equivalente a una porción considerable de sus beneficios que intentaron capitalizar a expensas de otros capitalistas fuera de la esfera de la economía real, es decir, mediante operaciones puramente especulativas. En 1986 esa porción fue del 53,4% de los beneficios para la Fujisawa, 45% para Hitachi y 60,5% para Matsushita Electric Industrial. (Frederic Burgière en "Japón in extenso" Nº 6 febrero/1988). Es posible hacer una expansión de la producción a crédito, cuando la tasa de interés vigente es del 3 o del 4% y la tasa de beneficio industrial sube al 8%. Pero si hay que financiar la producción con créditos cuyos intereses crecen súbitamente del 4 al 12% y la tasa de beneficio industrial en descenso no llega al 7%, la situación se hace insostenible para todos los capitalistas y la ruptura o "crack" del proceso de acumulación es un hecho.