ÚLTIMOS VIENTOS DE GUERRA
<<Aquellos que te hacen
creer absurdos pueden hacerte cometer atrocidades>>. Francois Marie Arouet (Voltaire). <<Lo que más temen quienes
gobiernan el Mundo, es que sus gobernados sepan lo que hacen y por qué. La
verdad nos hará libres>>. GPM.
01. Introducción
El pasado
05 de enero, el senador republicano por el Estado norteamericano de Tennessee, Bob
Corker, presentó un proyecto de Ley “sobre la prevención de la agresión rusa” (RAPA
por sus siglas en inglés), donde se le exige a ese país que “retire sus tropas de la frontera Oriental
de Ucrania”. O sea, por detrás de los lindes de su propio territorio, lo
cual supone imponerle la humillación de renunciar a su soberanía nacional. Toda
una provocación.
Además,
el texto de la Ley autoriza al Departamento de Defensa estadounidense, a que
asuma la tarea de evaluar las oportunidades y necesidades de las fuerzas
armadas de Ucrania, así como “que el
presidente, una vez finalizada esta evaluación, proporcione asistencia militar
a Ucrania”. Dentro de este plan, se prevé activar la tercera fase del “proyecto de defensa antimisiles
europeo”, cuyo tiempo de preparación podrá extenderse "a más tardar hasta finales del año
calendario 2016". Mientras tanto, de acuerdo con el RAPA, Estados
Unidos debería suministrar a Ucrania equipo bélico y armas por un valor de 100
millones de dólares (armas antitanque y antiaéreas, lanzagranadas,
ametralladoras, municiones, etc.). La ley también autoriza a que el Presidente
norteamericano exija que Rusia retire sus tropas de Crimea “en
un plazo de siete días a partir de la fecha de entrada en vigor de la ley"[1].
Este
proyecto de Ley fue seguido por otro, que una veintena de senadores de la
misma bancada republicana presentó cuatro meses después, el 30 de abril, “para fortalecer la respuesta estadounidense
a la agresión rusa en Europa". Contempla un incremento de las sanciones
económicas, cuya lista de personas sancionadas incluye al presidente de Rusia, Vladimir
Putin. Los capitalistas norteamericanos justificaron cínicamente
su iniciativa belicista, en la supuesta “amenaza a la seguridad
y la prosperidad fundamental para mantener el crecimiento económico en Estados
Unidos”.
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[1]. La secesión del territorio sudoccidental de Crimea respecto de Ucrania, tuvo lugar
a raíz del golpe de Estado del llamado movimiento Euromaidan
en ese país, liderado por el partido parlamentario de extrema derecha “Svoboda” —proclive a la integración de Ucrania en la
Unión europea— que el pasado 22 de febrero acabó destituyendo al gobierno democráticamente
electo presidido por el mafioso Víctor Yanukovich.
Sedición en la que, según acaba de reconocer, tuvo significativa participación
el magnate norteamericano George
Soros. Una escena a mayor escala geopolítica, muy similar por su
carácter a los enfrentamientos entre bandas de delincuentes rivales, como la de
John Dillinger en
los años treinta del pasado siglo, o la de Vito Corleone entre
la década de los cuarenta y los cincuenta, que tuvo por escenario a las mismas calles
de New York.