El "contraejemplo imposible" y la Ley de la Acumulación de Marx

A estos dos últimos mensajes de Astarita respondimos el 28/04/2010 a las 18:00 Hs. por Adjunto:
ROTACIÓN Nº 1 elaborada por Astarita

<<La situación de partida es:

200c + 50v + 50s = 300.

Aquí la tasa de ganancia es 20% y c/v = 4. Tasa de plusvalor = 100%

Suponemos ahora que se produce un aumento de la productividad del 10%. Siguiendo a Marx, definimos aumento de la productividad como producción de más valores de uso con igual cantidad de fuerza de trabajo (alternativamente, de igual cantidad de valores de uso con menos cantidad de fuerza de trabajo). Dado que el aumento de la productividad abarata los medios de producción y los medios de consumo de los asalariados, para producir la misma cantidad de valores de uso haría falta un 10% menos de fuerza de trabajo; el capital constante en términos físicos sería igual, pero tendría un valor 10% menor; y los bienes de consumo de los asalariados (dado que suponemos que el salario real no se modifica) valdrían 40,5. Aclaración: cuando planteo que en este caso la plusvalía sería de 49,5s esto se debe simplemente al hecho de que (según la ley del valor trabajo), si antes 10 unidades de trabajo generaban $100 de valor, ahora 9 unidades de trabajo generan $90 de valor.

Ahora bien, al mismo tiempo que supongo que aumenta la productividad, también supongo que los 50s se invierten. De manera que tenemos aumento de la productividad y aumento de la escala de la producción. El resultado es:

ROTACIÓN Nº2 elaborada por Astarita

a) plusvalor acumulado en la rotación 1 = 50s
b) Aumento de la productividad 10% el capital en funciones se queda en 180c + 45v + 50s = 275
c) Aumento de Inversión en capital constante 40,82c
d) Aumento de Inversión en capital variable 9,18v
e) Nuevo valor de la producción 220,82c + 54,18v + 60,72s = 335,72
f) Composición orgánica del capital: 220,82c/54,18v = 4,08%
g) Tasa de Plusvalor = 60,72s/54,18v = 112,07%
h) Tasa de Ganancia = 60,72s/220,82c + 54,18v = 60,72/275 = 22,08%
i) Aumento del plusvalor = 21,44%
j) Aumento del capital constante = 22,68%.
k) Aumento del captial variable = 8,4%
l) Aumento del capital constante respecto del plusvalor = 22,68% - 21,44% = 1,24%

Hasta aquí la Exposición de astarita de acuerdo con Okishio. A continuación la nuestra de acuerdo con la Ley de la Acumulación Capitalista de Marx.

ROTACIÓN Nº3 elaborada por el GPM

Según progresa la acumulación al ritmo que le impone el aumento promedio de la fuerza productiva del trabajo, la población obrera explotada se incrementa en términos absolutos, aun cuando menos que el crecimiento vegetativo de la población explotable y que el capital constante.

La masa de valor contenida en el mayor volumen de medios producción puestos en movimiento por esa población explotada, aumenta más de lo que tales medios se han desvalorizado por efecto de la mayor productividad del trabajo que los ha producido, para obtener un cada vez menor incremento de plusvalor. Esto es lo que debe reflejar la siguiente rotación Nº 3:
a) Masa de plusvalor obtenida en la rotación 2 = 60,72s
b) Incremento de la productividad c: 10% = -10% s/220,82c = 198,74c
c) Incremento de la productividad v: 10% sobre 54,18v = -10% s/54,18v = 48,76v
d) Capital devaluado rotación 3): 198,74c + 48,76v = 247,50
c) Inversión adicional en capital constante: 26,69% = 53,04c
d) Inversión adicional en capital variable 15,73% = 7,67v
e) Capital en funciones: (198,74c + 53,04c) + (48,76v + 7,67v) = 308,21
f) Nuevo Valor de la producción:= 251,79c + 56,43v + 61,50s = 369,72
g) Tasa de plusvalor: 61,50s/56,43v = 108,98%
h) Tasa de ganancia: 61,50s/251,78c + 56,43v = 61,50s/308,21 = 19,95%
i) Disminución en el incremento del plusvalor (112,07% – 108,98%) = -3,09%
j) Composición orgánica del capital = 251,78c/56,43v = 4,46 = +9,31%

Lo que se refleja matemáticamente aquí, es que, según progresa la acumulación, la consecuente productividad del trabajo no solo desvaloriza el capital en funciones, sino que acorta la parte de la jornada de labor colectiva que resta por convertirse en plusvalor capitalizado, de modo que para incrementar el plusvalor en una proporción que mengua cada vez más (en el ejemplo pasa del 112% al 108,98% = -3,09%) según se suceden las rotaciones, es necesaria una creciente inversión en capital constante que sobrepasa en valor dicha desvalorización por productividad, situación que se refleja en que la composición orgánica del capital aumenta un 9,31% con un incremento del capital constante del 26,69c%, movido por un incremento relativamente menor de trabajo vivo (15,73v%). Esta lógica de la acumulación determina finalmente que la tasa de ganancia baje del 22,08% al 19,95%

La trampa del planteo que tú —de acuerdo con Okishio— habéis venido presentando en tus esquemas sucesivamente corregidos por errores que se te fueron indicando, está justamente en haber computado el menor coste por desvalorización del capital constante empleado, en virtud del cambio tecnológico, sin haber considerado el mayor valor agregado en capital constante (fijo y circulante) que supone la necesaria ampliación en la escala de la producción por el aumento en la productividad del trabajo, respecto del incremento en la plantilla de asalariados que resulta ser cada vez menor respecto del relativamente mayor número de medios de trabajo que dicha fuerza salarial pone en movimiento, para procesar más materias primas por unidad de tiempo empleado en trabajo vivo.

Semejante desarrollo de la fuerza productiva aplicado a la jornada colectiva de labor, supone que la parte o tiempo de esa jornada en que los asalariados trabajan para reponer el valor de sus medios de vida, se va reduciendo en la misma medida que se incrementa el plusvalor capitalizado. Y según se incrementa la fuerza productiva del trabajo que reduce la parte de la jornada de labor aumentando el plusvalor capitalizado, el tiempo de trabajo necesario menguante que resta por convertirse en plusvalor capitalizado disminuye. Por tanto, según se suceden las rotaciones del capital, el plusvalor capitalizado aumenta, pero cada vez menos, al mismo tiempo que la composición orgánica del capital se incrementa relativamente más. Y esto fue verificado por Marx matemáticamente en la Primera Parte de los “Grundrisse” (Fundamentos), donde explica cómo el aumento del plusvalor evoluciona a la baja según aumenta la fuerza productiva del trabajo en la medida en que el trabajo necesario se reduce por la misma causa, es decir, dado que la fuerza productiva del trabajo enajenado es fuerza productiva del capital:

<<Tercero: cuanto mayor sea la plusvalía del capital antes del aumento de la fuerza productiva, cuanto mayor sea la cantidad presupuesta del plustrabajo o plusvalor del capital, o cuanto menor sea la fracción del día de trabajo que constituye el equivalente del trabajador, que expresa el trabajo necesario (o tiempo de esa jornada en el que trabaja para producir sus medios de vida equivalentes a su salario), tanto menor es el aumento del plusvalor que el capital obtiene del incremento de la fuerza productiva. Su plusvalor aumenta pero en proporción siempre menor al desarrollo de la fuerza productiva…>> (“Grundrisse” Primera mitad. III. Ed. Cit. Pp. 275)

Tú, siguiendo a Okishio, has aplicado el progreso de la fuerza productiva a los medios de producción y al salario, sin computar a capitalización en la rotación siguiente el plusvalor obtenido en la rotación anterior. Y encima has omitido aplicar el progreso de la fuerza productiva a la relación entre trabajo necesario y excedente, al tiempo que también has omitido computar a costes en concepto de capital fijo y circulante adicional que exige el aumento en la productividad del trabajo. De este modo, el plusvalor y la masa de capital acumulado, es decir, el leitmotiv de la burguesía, en vez de aumentar descendían. Pero con semejante sofistería, la Composición Orgánica del capital y la tasa de ganancia se incrementaban. Que es lo que se quería demostrar, claro. Lo demás no importaba.

Fundamentos económico-matemáticos y estadísticas

Las matemáticas y las estadísticas deben servir para demostrar la certeza de unos fundamentos científicos previamente establecidos —y esto es lo que hizo el compañero mexicano José Luis González González—, no para amañar resultados carentes de fundamentos. Nosotros te pusimos frente a sus estudios, ante lo cual hasta hoy solo tenemos tu silencio. También te pedimos y seguimos exigiendo que pienses y emitas juicio sobre los fundamentos de Marx a propósito de la Tasa de Ganancia y tu actitud fue la misma.

Te repetimos lo dicho en nuestro mensaje anterior que tú has decidido no casualmente pasar por alto: nosotros no presumimos de ser investigadores científicos sino que nos consideramos ser unos aplicados propagandistas del Materialismo Histórico. Pero tampoco acostumbramos a hacer falacia de autoridad, porque de lo que afirmamos estamos convencidos hasta que se nos demuestre lo contrario. Y si es cierto que “la ciencia no consiste solo en repetir textos”, tanto más cierto es que tampoco se puede hacer ciencia ignorando ciertos textos u obviarlos deliberadamente para que las cosas parezcan lo que a cada uno le guste o exija quien paga, como hacían los sofistas y siguen haciendo los postmodernos al servicio —sea o no remunerado— del capital.

El 28/04/2010 a las 20/18 Hs Astarita nos remitió otro correo donde dice:

Estimados compañeros, en primer lugar aquí no se trata de que haya irresponsabilidad intelectual de alguna parte, sino que hay diferencias teóricas. Pueden dejar de lado esas consideraciones sobre responsabilidad intelectual. Si planteo algo no es porque sea "irresponsable intelectualmente", sino porque encuentro cuestiones que no encajan en lo que ustedes defienden. Aunque en este mismo momento estoy con mucho trabajo, voy a responder brevemente algunas cosas:

a) En el cálculo que les envié está considerada la ampliación del capital, la acumulación. Se amplía la escala de la producción porque se capitaliza toda la plusvalía. Además, el aumento de la productividad afecta también al capital constante circulante. En unos días les escribo con más detalle sobre esta cuestión. Pero adelanto que no han respondido al problema.

2) Insisten con la cita de Teorías de la Plusvalía donde dice que la máquina que no se emplea no es capital. La verdad es que no había respondido esto porque me pareció demasiado débil como argumento, y pensé que no iban a seguir con esto. Es que en ese pasaje Marx se está refiriendo a la destrucción del capital por las crisis. Por supuesto, si hay destrucción del capital, esto ya no cuenta en tasa de ganancia alguna. Hay pérdidas. Se DESTRUYE capital.

Sin embargo, cuando Marx se refiere a cómo se calcula la tasa de ganancia, sostiene que hay que calcularla sobre el conjunto del capital adelantado. Esto porque no se está refiriendo a una situación en la que está destruido el capital.

Veamos la cuestión con un poco de detalle: En época de Marx ya era común que hubiera empresas que estuvieran trabajando durante períodos con 80% o menos de utilización de capacidad. Marx conocía este hecho. Ahora bien, cuando plantea el cálculo de la t. de g. en ningún momento se le ocurre la idea de que si la utilización está al 80% de su capacidad hubiera que descontar el 20% en el valor del capital fijo para calcular la tasa de ganancia.

3) Pero además, y MAS IMPORTANTE QUE LO QUE DIJO MARX, es estudiar cómo calculan las empresas la tasa de ganancia. Pues bien, las empresas no descuentan del cálculo del capital invertido la parte "ociosa". Este es un HECHO. Jamás he leído o escuchado que un capitalista descuente el 25% del valor del stock de capital porque la empresa esté trabajando al 75%, cuando calcula la tasa de rentabilidad. Por eso mismo la baja utilización es un factor que afecta negativamente la tasa de ganancia. Este es un hecho ampliamente conocido.

4) Ustedes protestan porque yo les he dicho que quieren fundamentar todo lo que dicen citando a Marx, y en el mismo texto en que rechazan esta cuestión, APLICAN EXACTAMENTE ESTE MÉTODO QUE LES CRITICO. En lugar de preguntarse cómo es que las empresas en la realidad calculan la tasa de ganancia, citan a Marx. Y para colmo lo citan en un pasaje en que no tiene nada que ver con lo que estamos tratando. Insisto, ¿Pueden demostrar con hechos de la realidad, con datos, que las empresas al calcular la tasa de ganancia sobre stock de capital, toman en cuenta solo la proporción del capital empleado? Si esto fuera así, ¿por qué es que no aparece en ningún balance de empresas (vean las que se presentan en la bolsa de valores)? ¿Por qué es que no lo registran las estadísticas nacionales de rentabilidad? ¿Cómo es posible que sostengan lo que sostienen CONTRA TODA EVIDENCIA EMPÍRICA, blandiendo una cita de Marx, que para colmo está mal citada?? Aquí no se trata de si se es o no "investigador" (de hecho yo trabajo de docente, e investigo en mis ratos libres), sino de qué criterios metodológicos se tienen. El momento de lo empírico es ineludible en todo argumento.

5) Pero además estoy trabajando la evolución de la tasa de ganancia basándome no solo en el stock de capital, sino en la tasa de ganancia calculada sobre capital circulante más la parte que va por amortización del capital fijo. Sin embargo en el trabajo que ustedes citan NO se aplicó este cálculo. Ustedes piensan que PNB – beneficios = capital empleado en la producción. Pues bien, esto NO es así, porque el PNB no toma en cuenta lo que llamaríamos el "capital constante circulante". En las cuentas nacionales no se toman en consideración los bienes intermedios. Por lo tanto en cuanto capital constante, solo entran los cargos por amortización del capital fijo.

De todas maneras, apliqué este método (ya lo había empleado por sugerencia de otros compañeros) y el resultado es que NO se advierte una caída tendencial de la tasa de ganancia, por lo menos desde 1960 a 2009. Esto es, durante 50 años no se ve ninguna caída de la tasa de ganancia tendencial. Sí se ven fuertes oscilaciones; pero no hay una caída tendencia. En 1983 la tasa de ganancia pega un salto hacia arriba, y en 1994 otro, estableciéndose en un nivel relativamente elevado, comparable casi al de mediados de los 1960s.

Por otra parte he empleado el método estricto de trabajar con tasa de ganancia calculada sobre capital circulante más amortización de capital fijo para las manufacturas de EUA (para lo cual hay datos). Esto es, ahora calculo beneficios/ ventas – beneficios. El resultado es que en los últimos 30 años no se advierte la caída tendencial de la tasa de ganancia.

También he tomado la estadística de tasa de beneficio calculada como beneficios / stock de capital de accionistas. El resultado es el mismo: no se encuentra la caída tendencial de la tasa de ganancia.

Por otra parte Sherman toma promedios de tasa de ganancia por ciclos, desde el ciclo 1930-1933, y hasta 1982, no se ve una tendencia secular clara a la caída.Yo mismo he prolongado este cálculo entre 1982 y 2009 y, como les dije, no se ve esa caída.

Aclaro además una cuestión: cuando se calcula la tasa de ganancia, los resultados tienen que tener cierta coherencia. El trabajo que citan ustedes tiene resultados SIN COHERENCIA. Si en 1982 hay crisis, la tasa de ganancia nunca puede ser mayor que en períodos de recuperación y crecimiento. Esto ya no es que está en contra de la teoría de Marx, sino también está en contra del sentido común (que no es malo tenerlo).

Por otra parte, cuando se obtienen resultados tan llamativos, lo menos que se puede hacer es tratar de entender por qué se han obtenido datos que contradicen TODOS los otros estudios. Insisto, cualquier cálculo de tasa de ganancia NO DA ese resultado tan curioso. Los cálculos del Depto de Comercio de EUA de tasa de beneficio, los cálculos de Freeman, Mosley, Dumenil, los míos, a nadie le da que un año de crisis como 1982 tenga una tasa de ganancia más alta que en el resto de la década de 1980s. Ya que hablan tanto de "responsabilidad intelectual"... ¿no deberían ser un poco más cuidadosos? Si rechazan el resto de los cálculos, ¿por qué lo hacen? ¿Por qué aceptan ese que citan? ¿Acaso porque les conviene para lo que siempre quisieron demostrar? ¿Con qué criterios eligen ustedes un cálculo y rechazan otro? ¿Acaso eligen lo que ande bien con las citas de Marx que ustedes piensan que hay que citar? ¿Qué criterio de ciencia es ése?

Este correo fue respondido por el "GPM" mediante archivo adjunto el 20/05/2010 a las 19:23:

Empezar por decirte que en ningún momento hemos hablado nosotros de "irresponsabilidad". Lo que te dijimos textualmente es que:

<<Si tú piensas estar convencido de lo que hoy afirmas tras largos años de convencimiento pensando lo contrario, también debes saber que aquello de lo que alguna vez estuviste convencido es ahora falso, en nuestro caso, los fundamentos económicos expuestos por Marx en los Grundrisse, en “El Capital” y en las “Teorías sobre la Plusvalía”. Pero entonces, sobre ti y los que piensen como tú hoy respecto de la Ley General de la Acumulación Capitalista, recae la responsabilidad intelectual y política de poner la supuesta falsedad de tales fundamentos en evidencia.>>

Los fundamentos, Astarita, los fundamentos. Vamos a insistir una vez más en la soga de los fundamentos, porque es como si vivieras en casa de un ahorcado. El capitalismo consiste en convertir la mayor magnitud de valor creada por los asalariados durante cada jornada laboral, en plusvalor para los fines de la acumulación. Esto supone dividir la jornada laboral —que por naturaleza no puede exceder las 24 Hs. del día— en dos partes: 1) el tiempo en que los asalariados producen por el equivalente a sus medios de vida, para estar en condiciones de seguir trabajando a las órdenes de sus patronos, y, 2) el tiempo de esa misma jornada, en que producen plusvalor para engrosar el capital de la burguesía.

Para calcular la evolución de la relación entre estas dos partes en que se divide el trabajo diario de los asalariados según progresa la fuerza productiva del trabajo —y, por tanto, la Composición Orgánica del Capital por mediación del cual una parte creciente de trabajo vivo se convierte en trabajo muerto—, digamos que la jornada de labor colectiva resulta de multiplicar las horas de trabajo de cada jornada por el número de asalariados en función; y la masa de plusvalor, multiplicando la tasa de plusvalor (resultante de dividir el plusvalor sobre el salario) por el número de obreros empleados. Finalmente, el plusvalor relativo se incrementa incorporando el desarrollo científico técnico a los medios de trabajo, para posibilitar que un número cada vez mayor de ellos puedan ser puestos en movimiento por cada vez menos asalariados.

O sea, que se trata de ir reduciendo la parte de la jornada colectiva de labor en que los asalariados trabajan creando el equivalente a sus medios de vida, para ir aumentando el tiempo de esa jornada en que crean plusvalor cumulado propiedad de sus patronos. Pero, con tal propósito, la burguesía no puede evitar el tener que operar esa transformación del salario en plusvalor, dentro de los límites naturales infranqueables de la jornada colectiva de labor. Y el caso es que, según progresa la fuerza productiva del trabajo social mediante el desarrollo científico técnico incorporado a los medios de trabajo, el número de asalariados en función aumenta cada vez menos; y la mayor productividad de su trabajo, va achicando la parte de la jornada colectiva —en la que producen el equivalente a sus medios de vida— en la misma medida en que aumenta el plusvalor capitalizado. Es decir, que según se incrementa el plusvalor a expensas del trabajo necesario, esta parte de la jornada de labor disminuye, es decir, el número de explotados por el cual se multiplica la tasa de plusvalor para obtener su masa. Y aquí viene a cuento el pasaje de la obra de Marx donde nos pone ante el sencillo razonamiento que hace temblar a los agentes intelectuales de la burguesía, y repetirlo dadas las presentes circunstancias, tal parece que nunca será suficiente:

<<Dos obreros que trabajan 12 horas diarias. No pueden producir la misma masa de plusvalor que 24 obreros que solo trabajan 2 horas cada cual, inclusive si pudiesen vivir del aire, por lo cual no tendrían que trabajar en absoluto para sí mismos. Por eso, en este aspecto, la compensación de la mengua en el número de obreros mediante el incremento en el grado de explotación del trabajo (por el progreso tecnológico), encuentra ciertos límites insuperables. Por tanto, puede ciertamente obstaculizar la baja de la tasa de ganancia, pero no anularla.>> [K. Marx: "El Capital" Op. Cit. Libro III Cap. XV – II)]

Y si bien es cierto que la productividad del trabajo abarata los elementos del capital constante (maquinaria y materia prima), del mismo impulso al desarrollo de la productividad para incrementar el plusvalor relativo, se deriva un incremento absoluto en el empleo de trabajo vivo aunque crecientemente menor que el aumento en el número y variedad de medios de trabajo para el metabolismo de mucho más valor en concepto de materias primas por unidad de tiempo, de lo cual resulta el aumento en la composición orgánica del capital c/v.

Por tanto, según se suceden las rotaciones del capital, el plusvalor capitalizado aumenta, pero cada vez menos, al mismo tiempo que la composición orgánica del capital se kincrementa proporcionalmente más. Y esto fue comprobado por Marx matemáticamente en la Primera Parte de los “Grundrisse” (Fundamentos), donde explica cómo el plusvalor evoluciona a la baja según aumenta la fuerza productiva del trabajo en la medida en que el trabajo necesario se reduce por la misma causa, es decir, dado que la fuerza productiva del trabajo enajenado es fuerza productiva del capital:

<<Tercero: cuanto mayor sea la plusvalía del capital antes del aumento de la fuerza productiva, cuanto mayor sea la cantidad presupuesta del plustrabajo o plusvalor del capital, o cuanto menor sea la fracción del día de trabajo que constituye el equivalente del trabajador, que expresa el trabajo necesario (o tiempo de esa jornada en el que trabaja para producir sus medios de vida equivalentes a su salario), tanto menor es el aumento del plusvalor que el capital obtiene del incremento de la fuerza productiva. Su plusvalor aumenta pero en proporción siempre menor al desarrollo de la fuerza productiva…>> (“Grundrisse” Primera mitad. III. Ed. Cit. Pp. 275)

Según estos fundamentos descubiertos por Marx hurgando con su pensamiento y un método epistemológico específico en las entrañas del capitalismo, el aumento de la masa de ganancia debe reducirse históricamente, al tiempo que, para eso, el capital invertido debe aumentar porcentualmente más. Y mientras no se demuestre que los resultados de estas investigaciones de Marx son erróneas, cualquier estadística que niegue tales resultados, es falsa de toda falsedad.

Estos fundamentos que nosotros acabamos de poner delante tuyo en este correo, es la segunda vez que lo hacemos y tu por segunda vez te los has pasado por la entrepierna. Nosotros no hicimos tal cosa con lo que tú has dejado escrito y te exijimos reciprocidad. No hagas lo que Grossman atribuyó a Rosa Luxemburgo: emular a los sofistas escolásticos que daban importancia a los argumentos que favorecían su propia interpretación de la realidad, al tiempo que hacían un vació de silencio en torno a razonamientos que la desmentían.

La más autorizada confirmación de esto que nosotros pensamos sobre las estadísticas, la dio hace aproximadamente siglo y medio en un arrebato de sinceridad el político conservador Benjamin Disraeli, primer ministro de la reina Victoria en los años de mayor apogeo del Imperio Británico durante la segunda mitad del siglo XIX, al afirmar en cierta ocasión que existían tres tipos de mentiras: "Simples mentiras, grandes mentiras y estadísticas" («lies, damned lies and statistics»). Nos referimos especialmente a las oficiales. Y si después vienen los que interpretan el dato estadístico, pues, llegamos a la posibilidad real del último y supremo grado de mentira. Los datos de las cuentas nacionales son elaborados por organismos estatales. Y si como es cierto lo que dijera Einstein: "El Estado miente deliberadamente"¿cómo extraer la verdad de los datos falsos que proporcionan los patrocinadores de las estadísticas oficiales? Tal es el desafío.

La tendencia a la baja de la tasa de ganancia debe ser probada empíricamente, dices tú. Pues, aquí la tienes, hoy está a la vista de todos. La sobreacumulación absoluta de capital se ha dado y esto no puede suceder sin el cumplimiento de la tendencia descendente de la tasa de ganancia.

Nosotros, los que sostenemos esta tesis contra quienes reniegan de ella rehuyendo mirar de frente a sus fundamentos, no rechazamos a priori ningún cálculo. Tú nos has presentado el teorema de Okishio y nosotros te hemos demostrado que la evolución de la tasa de ganancia sin computar la incidencia del capital fijo es una superchería.

Has querido demostrar que la tasa de ganancia no baja exponiendo sólo dos rotaciones donde el capital constante y variable de la segunda solo acusan el progreso en la productividad del trabajo provocando el descenso de su valor, pero no incorpora el plusvalor obtenido en la primera, con lo cual la masa de capital en vez de crecer disminuye, negando así el hecho fundamental del capitalismo que es la acumulación de plusvalor.

En una tercera exposición de dos rotaciones, vinculaste la primera rotación con la segunda aumentando el capital para inversión, pero en vez de suponer que la población obrera empleada aumenta la hiciste disminuir absolutamente, con lo cual dado el límite de la jornada de labor, según esta lógica la acumulación también fracasa antes de tiempo, tal como Marx lo demostrara matemáticamente.

Nos has pedido un ejemplo numérico y te lo hemos ofrecido partiendo de la segunda rotación expuesta por ti, pero respetando la Ley General de la Acumulación capitalista, frente a la cual tú permaneces mirando hacia donde se agrupan todos los Okishios del Mundo, después de haber afirmado que "un ejemplo semejante no es posible". Sin embargo te hemos demostrado que si lo es, distribuyendo el plusvalor acumulado de modo tal que la población explotada aumente en valor económico absolutamente aunque bastante menos que el capital constante fijo y circulante.

Pero también te hemos dicho, siguiendo a Marx, que esto no sirve para nada porque, para probar empíricamente si la tasa de ganancia sube tendencialmente o desciende —aunque sin datos estadísticos—, hace falta considerar, al menos, un ciclo de rotaciones del capital global de entre siete y diez años. Tal como ha hecho Grossmann. Sin embargo tú, sobre esto, también has hecho otro vacío de silencio.

Crisis por superproducción de capital y sobrecapacidad por déficit de la demanda de mercancías

Cierto. El pasaje de “Teorías sobre la Plusvalía” donde Marx afirma que "la maquinaria que no se emplea, el trabajo que no se explota y las materias primas que no se transforman, no son capital", está dicho en el contexto donde se refiere al problema de las crisis. Pero conceptualmente, esta afirmación es de validez omnicontextual. Porque cualquier trabajo no se convierte en capital por el hecho de su determinabilidad material ni por la naturaleza de su producto, sino por la específica relación social que lo pone en movimiento para una finalidad social determinada, también específica: la de servir para producir y acumular plusvalor:

<<Por ejemplo, un actor teatral, incluso un clown, es, según esto, un trabajador productivo, siempre y cuando trabaje al servicio de un capitalista (un "entrepreneur" o empresario), al que retribuya más trabajo del que recibe de él en forma de salario; en cambio, el sastre remendón que trabaja en la casa del capitalista repasándole los pantalones, se limita a suministrarle un valor de uso y es, por tanto, un trabajador improductivo>>

Esto no es verdad porque lo haya dicho Marx en “Teorías sobre la Plusvalía” distinguiendo entre trabajo productivo e improductivo, sino porque es el resultado de un razonamiento científico, aplicado a la especificidad del capitalismo. Y si este razonamiento es válido para el trabajo en tanto que uno de los extremos de la relación social dialéctica que define a la sociedad burguesa, también lo es para los componentes materiales del otro extremo de esa relación social propiedad de los burgueses: los medios de producción. Por lo tanto, haya crisis o no, un medio de trabajo que una empresa no utiliza o una materia prima que permanece sin transformar en los almacenes de esa misma empresa u otra, ni siquiera cabe decir que es capital improductivo —como el dinero que se gasta o detrae para emplear asalariados administrativos— en cualquier empresa, sino que propiamente no es capital. Porque no actúa como tal, dado que no sirve para producir plusvalor, es decir, más capital. ¿Por qué? Porque la tasa de ganancia media lo ha expulsado de la cofradía burguesa para el reparto del plusvalor global.

La sobrecapacidad de medios de producción antes de que se produzca la sobreacumulación absoluta que desata la crisis, se hace presente en cada vez más fracciones del capital global en distintas partes del Planeta, según aumenta la productividad con una más alta Composición Orgánica, cuyo consecuente descenso de la tasa de ganancia deja de compensar al plusvalor producido por capitales convertidos así en marginales, cuya composición técnica fijan sus correspondientes medios de trabajo ya obsoletos.

Otra cosa es lo que sucede en países como China, por ejemplo, con una tasa de ganancia también a la baja por el aumento en su composición orgánica del capital, cuya sobrecapacidad en determinadas ramas de la industria se ve agravada por la caída de sus exportaciones hacia grandes mercados internacionales tradicionalmente compradores en franca recesión, como es el caso de los EE.UU. y Europa. Pero incluso esta realidad de la sobrecapacidad remite también a la misma causa esencial, que reside en el descenso tendencial de la tasa de ganancia como consecuencia del aumento en la composición orgánica media del capital, es decir, de la productividad del trabajo socialmente necesario.

Los teóricos que alertan sobre los riesgos de una creciente sobrecapacidad de capital en la industria, alegando que la expansión de su oferta como mercancías ha superado el crecimiento de la demanda y esa es la causa de que permanezca ocioso, remiten a la demanda efectiva deficitaria del consumidor final —cuya mayoría social absoluta es de condición asalariada— como causa de las crisis.

A todos estos representantes de la teoría subconsumista de las crisis —originaria del economista pequeñoburgués Rodbertus— que dicen hablar en nombre del marxismo, Marx les llamaba "caballeros del "sencillo‘ sentido común". Para poner en su sitio estas auténticas imposturas teóricas con fines políticos que nada tienen que ver con el la realidad del capitalismo, hay que empezar por aclarar de qué "superproducción" se habla para "explicar" el movimiento causal de las crisis.

Desde luego, la única superproducción de mercancías que Marx implica en su teoría de las crisis, es la que corresponde a los elementos del capital productivo (constante y variable) en funciones, no a las mercancías de consumo final individual:

<<Por ello, la superproducción de capital, y no de mercancías individuales —pese a que la superproducción de capital implica la superproducción de mercancías— no significa otra cosa que la superproducción de capital (...) Una superproducción de capital jamás significa otra cosa que una superproducción de medios de producción y medios de subsistencia que puedan actuar como capital, es decir, que puedan ser empleados para la explotación del trabajo con un grado de explotación dado...>> (K. Marx: "El Capital" Libro III Cap. XV. Subrayado nuestro)

Aquí vuelve a aparecer el concepto de superproducción en el cual no entra la sobrecapacidad de capital constante convertido así en mercancía. Para Marx, el carácter del capitalismo consiste en producir para acumular la mayor cantidad posible de plustrabajo y, por tanto, materializar con un capital dinerario dado, el mayor tiempo posible de trabajo directo, alargando la jornada de labor y/o disminuyendo los costes salariales mediante el desarrollo de la productividad del trabajo, el empleo de la cooperación, la división del trabajo, la maquinaria, el empleo de la ciencia a tales efectos, etc., etc. Esto se traduce en la constante tendencia a la producción en gran escala que supera de modo permanente las posibilidades de la demanda solvente, esto es, del mercado de bienes, tanto de consumo productivo como de consumo final.

Sobre esta base, es una ley del capitalismo, que el mercado por el lado de la demanda, se amplíe más lentamente que la producción, es decir, la oferta, con lo que el estado permanente de la sociedad capitalista es el de la superproducción de mercancías. Esto explica que sus escaparates y depósitos a lo largo y ancho del Planeta, estén siempre bien provistos aunque centenares de millones no tengan poder adquisitivo para comprar.

Por tanto, pensar que las crisis capitalistas se producen por la superproducción de mercancías respecto de la demanda solvente lleva lógicamente a concluir que el estado normal del capitalismo es el de crisis permanente, algo que nada tiene que ver con la evidencia empírica que nos ofrece el sistema.

En realidad, la superproducción de mercancías de consumo productivo y de consumo individual que se pregona en nombre de Marx como causa de las crisis, se hace manifiesta bajo la forma de sobresaturación cuando ya ha estallado la crisis, en plena depresión del sector de la industria de medios de producción.

Dado que la reproducción ampliada de capital supone la acumulación de medios de producción, el pasaje de la expansión a la crisis comienza a operarse antes en las industrias productoras de maquinaria y materias primas que en las de bienes de consumo individual. Lo mismo ocurre a la salida de la depresión, donde la sobresaturación del mercado de los bienes de consumo individual, no remite hasta bien entrada la reanimación de la producción de bienes de producción, cuyas sucesivas rotaciones en dirección a una nueva expansión, reciben todo su impulso desde la fase de recuperación del capital productivo, no desde la demanda solvente de los consumidores finales.

Por tanto, es la superproducción de bienes de consumo productivo por parte de los capitalistas de ese sector, lo que invariablemente provoca las crisis. Y no porque haya sobrecapacidad de medios de producción que permanecen ociosos, ni porque falte capacidad de demanda solvente para comprar esos medios de producción y/o los productos de consumo final, sino porque el plusvalor que esos medios en condiciones de sobrecapacidad son capaces de producir, así como el que contienen los productos de consumo final, no es compensado por la tasa de ganancia media.

Bajo el capitalismo, los artículos de consumo más importantes son los de consumo productivo (maquinaria y materias primas), y es la superproducción de estos bienes respecto del menor rédito obtenido por el capital que los produce, lo que origina las crisis, no porque no haya demanda para ellos, ni para los productos de consumo final que esos medios de producción producen —como sugieren quienes aplican el "simple sentido común" a la economía política. De hecho, la mayor parte del trabajo anual en la sociedad capitalista se gasta en la producción de capital constante para la producción de maquinaria y materias primas, mercancías cuyos consumidores no son obreros sino capitalistas industriales.

Por tanto, es también mucho mayor el intercambio de mercancías entre los capitalistas que entre éstos y los asalariados. Y es en el mercado de bienes de producción donde se manifiesta la superproducción de mercancías que da lugar a las crisis. Pero, mientras tanto, puede haber sobrecapacidad —y de hecho la hay— sin crisis. Ergo, el detonante de las crisis no es la sobrecapacidad o superproducción de medios de producción respecto de la demanda, sino la superproducción de capital respecto de su rédito, o sea, que un capital incrementado rinda un plusvalor menor al obtenido antes de su incremento, es decir, que el rédito fijado por la tasa de ganancia media, ya no compense a ese capital incrementado.

Nos estamos remitiendo aquí al concepto materialista histórico que Marx denominó "sobreacumulación absoluta de capital", que no tiene por referente al mercado, es decir, a la circulación del capital, sino a la producción de plusvalor. Por ejemplo, cuando la masa de capital acumulado pasa de 1.000 a 1.150 unidades monetarias, y la tasa de ganancia del 15 al 9% quiere decir que haciendo invertido 1.000 al 15% obtuvo 150, mientras que con esos 1.150 a una tasa del 9% pasaría a obtener sólo 103. En semejantes condiciones, la nueva inversión del plusvalor de 150 no se realiza, porque ahora, para volver a ganar poco más que esas 150 de plusvalor, el capitalista tendría que invertir un capital mayor a las 1.150 unidades monetarias disponibles. Exactamente 525 más (1.000+150+525 = 1.675 x 9% = 150,75 ) lo cual le significa una pérdida neta de capital. No sólo porque no le compensa sino porque no dispone de esa masa de valor adicional, con lo que tiene que pedir un crédito, de modo que, entonces, su ganancia ni siquiera sería ya del 9% sino menos, el equivalente a la diferencia con la tasa de interés a pagar por el préstamo. A este fenómeno Marx le llama "Sobreacumulación absoluta de capital".

Tal es la causa y origen de las crisis. La causa es el aumento en la Composición Orgánica del capital que provoca el descenso tendencial de la tasa de ganancia. El origen: la sobreacumulación absoluta de capital, es decir de medios de consumo productivo: trabajo vivo y medios de producción (maquinaria, edificios o tierra cultivable, materias primas, consumibles y auxiliares).

En tu anterior correo solicitaste que intentáramos lograr un ejemplo numérico en el que se reflejaran los fundamentos de Marx, habiendo afirmado antes que eso es imposible. Ahora dices que no hemos "respondido al problema". Lo hemos hecho continuando tus dos rotaciones en una tercera incluida en el archivo de extensión .pdf titulado "Rolando2" adjunto a nuestro último correo que te remitimos el pasado 28 de abril a las 18:00 Hs.

Dices tú que:

<<…cuando Marx se refiere a cómo se calcula la tasa de ganancia, sostiene que hay que calcularla sobre el conjunto del capital adelantado.>>

En el capítulo IX del Libro II referido a este asunto, define el concepto de "capital adelantado" no como capital bajo la forma material de salarios, maquinaria y materia prima, sino bajo la forma de dinero una vez realizado o vendido su producto que media o enlaza entre una rotación y otra, donde se incluye la deducción correspondiente a la cuota de amortización por desgaste del capital fijo en funciones. También contempla la circunstancia de que estos medios prolonguen su vida después de haber sido amortizados, o su reemplazo antes de que agoten su vida útil por "desgaste moral" u obsolescencia técnica. A los que siguen funcionando tras ser totalmente amortizados les considera como un elemento de la naturaleza sin coste o contraparte alguna para la producción de plusvalor.

A los que son expulsados de la producción de plusvalor por obsolescencia antes de ser amortizados les considera una pérdida para la empresa afectada. En este caso, las cuotas de amortización restantes sí entran en la formación de la tasa general de ganancia media aunque ya no produzcan plusvalor. Tienes razón respecto de lo que dices en los puntos 3) y 4. Esto presiona a la baja de la tasa de ganancia. Pero no por déficit de la demanda, como sostienes tú, sino a raíz de que ese 20 o 25% del capital ha sido separado de la cofradía capitalista por el desarrollo de la fuerza productiva a instancias de la tasa de ganancia media.

Dices tú que: en el trabajo de José Luis González no se aplicó el método de calcular la tasa de ganancia:

<<Marx conocía este hecho. Ahora bien, cuando plantea el cálculo de la t. de g. en ningún momento se le ocurre la idea de que si la utilización está al 80% de su capacidad hubiera que descontar el 20% en el valor del capital fijo para calcular la tasa de ganancia.>>

Lo ya amortizado de ese capital puesto en movimiento se supone que ya fue cargado durante rotaciones anteriores en el denominador de la tasa de ganancia. Y si al momento de reducir su funcionamiento al 80% ya fue totalmente amortizado, como dijimos antes el plusvalor que rinda ese 20% se considera como un elemento de la naturaleza, no ya como un producto del trabajo social en tanto que su valor ha sido totalmente transferido a su producto y, por tanto amortizado, de modo que el plusvalor creado por ese medio es puro rédito para el capitalista, lo cual tiende a incrementar la tasa de ganancia.

En el punto 5) de tu último correo criticas el trabajo de José Luis González, porque calcula el capital empleado en la producción restando los beneficios al PNB, resultado que no comprende al capital constante circulante. Y dices...

<<….estar trabajando la evolución de la tasa de ganancia basándome no solo en el stock de capital, sino en la tasa de ganancia calculada sobre capital circulante más la parte que va por amortización del capital fijo. Sin embargo en el trabajo que ustedes citan NO se aplicó este cálculo. Ustedes piensan que PNB – beneficios = capital empleado en la producción. Pues bien, esto NO es así, porque el PNB no toma en cuenta lo que llamaríamos el "capital constante circulante". En las cuentas nacionales no se toman en consideración los bienes intermedios. Por lo tanto en cuanto capital constante, solo entran los cargos por amortización del capital fijo. De todas maneras, apliqué este método (ya lo había empleado por sugerencia de otros compañeros) y el resultado es que NO se advierte una caída tendencial de la tasa de ganancia, por lo menos desde 1960 a 2009. Esto es, durante 50 años no se ve ninguna caída de la tasa de ganancia tendencial. (….) Por otra parte he empleado el método estricto de trabajar con tasa de ganancia calculada sobre capital circulante más amortización de capital fijo para las manufacturas de EUA (para lo cual hay datos). Esto es, ahora calculo beneficios/ ventas – beneficios. El resultado es que en los últimos 30 años no se advierte la caída tendencial de la tasa de ganancia.>>

Pues bien, ¿dónde están esos datos, dónde tus resultados estadísticos? Si es como tú sostienes, que la tasa de ganancia no desciende tendencialmente sino que sube, ¿puedes tú probar que fue menor en 1929 que hoy día; que no se estancó en los años 40 y si pudo mantenerse desde los 70 del siglo pasado hasta 2009, no fue gracias a los flujos financieros corruptos que ahora amenazan derrumbarse a escala planetaria, como no puede ser de otra manera, junto con el capital real sobreacumulado, incluidos los salarios?

Tú dices que:

<<….estudiando la crisis de 1929 encontré que no hubo una caída tendencial de la tasa de ganancia en los 25 años que preceden a la crisis del treinta>>

Pero no has ofrecido ningún dato que avale tal afirmación. Y encima te cebas con un supuesto error en los datos de José Luis sobre la tasa de ganancia para 1982 exigiendo "coherencia". Y es que el error no es tal, porque, ¿a qué llamas tú recuperación, a que la acumulación se acelere por el aumento del capital mínimo requerido para la explotación del trabajo vivo bajo las condiciones determinadas por la tasa de ganancia media? Esto induce a un aumento en la masa de ganancia mientras la tasa no deja de descender.

En efecto, el aumento del capital mínimo requerido supone un mayor ritmo e intensidad en la explotación del trabajo, un aceleramiento de la acumulación y una mayor centralización de los capitales en poder de menos propietarios del capital social global, que son los que operan con una mayor Composición Orgánica del capital y su respectiva productividad del trabajo puntera, lo cual induce a un nuevo descenso de la tasa media general de ganancia. Esto es así, dado que el capital adicional no se incrementa según el nivel de la tasa de ganancia sino según la magnitud del capital ya acumulado en funciones:

<<…más allá de determinados límites, un gran capital con una tasa pequeña de ganancia, acumula con más rapidez que un capital pequeño con una gran tasa de ganancia.>> (K. Marx: “El Capital” Libro III Cap. XV Aptdo. III)

Ello conduce a que gran parte de los capitales de menor magnitud relativa y más baja composición orgánica en funciones, cuya masa de plusvalor obtenido no es compensada por la tasa de ganancia media, se vean obligados desde ese momento, a convertir su plusvalor o capital adicional producido y realizado, en "capital de riesgo" comprometido con todo tipo de actividades especulativas, donde lo que arriesgan sus propietarios no es la ganancia esperada —como sucede en la esfera de la producción bajo circunstancias normales— sino todo el capital invertido en esos nuevos mercados de sustitución especulativos. Y esto favorece aun más la centralización del capital social global a expensas de esos capitales menores que son expropiados:

<<En la competencia, el mínimo creciente de capital que, con el aumento de la fuerza productiva, se torna necesario para la actividad exitosa de una empresa industrial autónoma, se presenta de la siguiente manera: apenas el nuevo y más oneroso equipamiento de la empresa se ha introducido de manera generalizada, en lo sucesivo los capitales menores se ven excluidos de la actividad>> Cfr.:“El Capital” Libro III Cap. XV Apartado IV)

Esta es la situación que se vio agudizada desde principios de los años ochenta, que estuvo en la raíz de la crisis actual. Tratar de derribar al adversario teórico poniendo el dedo en la llaga de un presunto error en sus cálculos estadísticos. Esto es lo que has hecho cuando, en realidad, el error ha sido tuyo al confundir con una recuperación, el proceso de aceleración de la acumulación ante la caída tendencial de la tasa de ganancia en los años previos al estallido de la crisis. Y los resultados están a la vista. ¡Sobre todo cuando tú no has aportado ningún dato que muestre lo contrario!

De lo que se trata es de juzgar el conjunto de un trabajo. E insistimos y parece que nunca será suficiente: Nosotros no aceptamos nada según convenga "a lo que siempre quisimos demostrar", como nos has imputado tú. Porque nadie nos paga para eso y ésta es la condición básica de todo pensamiento libre. Nosotros tomamos por referencia primordial fundamentos científicos de los que tú pareces huir como de la peste y no se pueden diluir en ningún edulcorado "estudio empírico" que refleje como en un espejo los datos elaborados por el enemigo de clase. El pensamiento que nosotros reivindicamos por respeto a la verdad histórica es otro.

"Mide lo que sea medible y lo que no, conviértelo en medible", dijo Galileo, considerado el padre de la ciencia moderna. José Luis González lo dijo así: "La ciencia, según creo, es hacer medible lo que no ha sido posible medir”. Es decir, lo que las furias del interés privado escamotean. Éste es el principio que presidió el meritorio esfuerzo hecho por el compañero José Luis siguiendo esa máxima en base a datos de las cuentas nacionales, que la burguesía norteamericana ofrece a través de sus "investigadores" trabajando para el “Bureau of Económics Analisis” (BEA). Y no podrás decir tú que estos tipos buscan la verdad por encima de sus intereses creados, porque "el que allí se mueva, no sale en la foto".

Y desde luego que nosotros, frente a quienes en solo dos rotaciones descoyuntadas creen haber sido coherentes "demostrando" que el cambio tecnológico sólo se traduce en una desvalorización del capital empleado para que suba la tasa de ganancia, sin advertir que así la acumulación del capital fracasa porque desciende su masa, nosotros desde luego estamos con quienes se afanan en demostrar estadísticamente la Ley General de la Acumulación Capitalista, mal que les pese a los agentes ideológicos del capital como el señor Nobuo Okishio y acólitos. Y repito, a ver si tú puedes rebatir lo que en nuestra primera contestación te pusimos negro sobre blanco como fundamento de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que ahora te volvimos a exponer destacado en rojo pero que decidimos no incluir por razones de espacio.
Dices tú:

<<Ustedes piensan que PNB — beneficios = capital empleado en la producción. Pues bien, esto NO es así, porque el PNB no toma en cuenta lo que llamaríamos el "capital constante circulante". En las cuentas nacionales no se toman en consideración los bienes intermedios. Por lo tanto en cuanto capital constante, solo entran los cargos por amortización del capital fijo>>.

Cierto. Pero si resulta que computando solo el capital constante fijo la tasa de ganancia desciende, está aclaro que sumándole su parte circulante la tendencia descendente se acentuará todavía más.

Remitimos adjunto acompañando a éste, tres archivos de José Luis González González sobre la realidad económica norteamericana, elaborados esta vez según datos del ingreso nacional neto, deduciendo la depreciación del capital fijo: 1)Tasa del capital en EE.UU entre 1929 y2009; 2)Tasa del capital en EE.UU entre 2001 y2009; y 3)Tasa del capital en EE.UU en el 2007.

GPM.

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