Prólogo
Advertimos que, como todos nuestros demás trabajos publicados,
no es éste un texto de lectura fácil, aunque el esfuerzo intelectual
que exige tampoco es, ni mucho menos, el que demanda la divulgación de
cualquier otra disciplina científica. Y no exageramos al afirmar que
va poco más allá de ejercitar el pensamiento con la lógica
de las cuatro operaciones aritméticas elementales.
Lo único que habitualmente conseguimos con toda facilidad entender,
se queda en describir lo que percibimos directamente con los cinco sentidos,
es decir, cómo son las cosas —o lo que
parecen ser— según su funcionamiento. Esta
es la forma de "pensar" a la que se nos tiene acostumbrados, o sea:
adecuar nuestro intelecto al “modus operandi”
de la realidad social y política vigente, para
que seamos funcionales a ella, para que nos comportemos
de acuerdo con el orden de cosas establecido. Ni más
ni menos que como somos funcionales a cualquier producto después de entender
lo que dice su correspondiente prospecto o “manual del usuario”.
Distinta es la forma de PENSAR que conduce a la comprensión
de la realidad, al descubrimiento de su esencia, que
la simple funcionalidad de las cosas oculta o escamotea.
Porque NO significa lo mismo entender
que comprender. Para entender, por ejemplo, que la sacarina
es un edulcorante solo basta con probarla y leer la etiqueta donde se describen
jeroglíficamente sus componentes. Pero para comprender y llegar a ser
conscientes de lo que es ese producto en realidad —es decir, para poder
decidir si somos funcionales a él consumiéndolo, o dejar de consumirlo
denunciando su producción y venta por contener sustancias nocivas para
la salud humana—, hay que conocer su esencia,
la naturaleza química de sus componentes y los
efectos que provoca en el organismo humano. O sea,
si esa esencia es racional o irracional.Y
alcanzar este conocimiento no solo supone el esfuerzo intelectual
de conocer la verdad que hay en cada cosa,
sino la previa determinación de hacer ese esfuerzo y, además,
el firme compromiso político con ella.
En tal sentido, lo que distingue a la comprensión respecto del entendimiento,
radica en que el acto de comprender una cosa, de conocer
el núcleo esencial de su existencia, supone el
ser consciente de lo que es según su esencia
Por otra parte, la racionalidad de cada especie de cosas, se define como lo mejor que hay de esa especie de cosas para la especie humana. Y esto es lo que da sentido a, y justifica su existencia, de modo tal que al perder su racionalidad, aunque siga subsistiendo esa cosa deja de tener sentido, o sea, que pierde realidad porque al volverse irracional deja de ser objetivamente necesaria. Aquí es donde deslumbra el conocido aformismo de Hegel: "Todo lo real es racional y todo lo racional es real"
Pero cuando, algo que se conoce en su esencia, deja de ser racional y, por tanto necesario, inmediatamente surge a la conciencia la necesidad de hacer posible otra cosa acorde con lo racional. Esto es lo que está exigiendo el capitalismo como organización social cada vez más irracional según se suceden las crisis y demás noxas sociales asociadas a este sistema de vida, y así lo decimos en la Introducción a este nuevo trabajo:
<<La conciencia sobre lo que resulta objetivamente necesario hacer subjetivamente posible, es algo que los explotados debemos adquirir, porque hacia ese descubrimiento de nuestra situación y consecuente tarea política, somos empujados con la fuerza irresistible generada por las contradicciones del capitalismo, (esto es, por su irracionalidad cada vez más acusada) lo queramos o no lo queramos. Y mientras en ese proceso la burguesía no deja de impulsarnos hacia atrás diciéndonos: “Deja de luchar, tu lucha no vale nada”, la ciencia es el único quehacer que nos alumbra la verdadera consigna por la que merece la pena seguir adelante. A tal objetivo contribuimos también nosotros para acortar y mitigar los dolores de ese inevitable parto histórico de la nueva sociedad. Pero como nada se consigue sin esfuerzo, también así lo exige la tarea de alcanzar la autodeterminación de la conciencia explotada. Y tanto lo expuesto hasta aquí como lo que sigue, es prueba que exige a cada lector ser capaz de vencer su propia pereza intelectual, como condición ineludible de contribuir políticamente a la emancipación humana universal. Porque aunque hace todo lo posible por evitarlo, la burguesía también necesita humanamente ser liberada de la explotación que ejerce sobre otros congéneres bajo el capitalismo>>.
De aquí se deduce la importancia crucial de que los
explotados comprendamos la naturaleza de las crisis, como condicion sine
qua non de que alcancemos a ser plenamente conscientes sobre la necesidad
de trascender políticamente a la sociedad capitalista
arrojándola al basurero de la historia, alumbrando una nueva organización
social cuya esencia se corresponda con la razón
que exige el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas de
la humanidad.
Un saludo: “GPM”
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