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RESPUESTA A NORBERTO GALASSO

"La deuda ha operado como un instrumento de saqueo y sumisión semicolonial"

Alejandro Jasinski - De la Redacción InfoSUR

 

Esta definición corresponde al gran historiador Norberto Galasso. Fue hace apenas 6 años, en ocasión de su importante investigación histórica sobre la deuda externa argentina. Ahora, sostiene que no se puede cuestionar su legitimidad porque ha sufrido en los últimos años una "especie de legalización". Desde InfoSUR, reproducimos parcialmente las conclusiones de su libro, dedicado a la militancia popular y libertaria.
 
 
 
19-Ene-2010 | “Desde la contratación del primer empréstito (1824), la deuda externa ha operado como un instrumento de saqueo y sumisión semicolonial”. Así decía el historiador Norberto Galasso, al comenzar la introducción de uno de sus principales libros, entre tantos otros que acercaron una lectura de la historia argentina desde los sectores nacionales y populares. También sostenía que “esta obra cumple alguna función en el sentido de ayudar a comprender la historia de nuestra dependencia”.

Este es el comienzo del libro “De la banca Baring al FMI”, del año 2003, de este hijo y continuador del revisionismo histórico argentino, donde se enhebra un relato historicista, año por año, crónica por crónica, de este “gran instrumento de saqueo y sometimiento”.

Allí también, Galasso recordaba, en algunas páginas, a este “gran patriota” que fue Alejandro Olmos y su denuncia: “Con notable perseverancia, Olmos activa permanentemente con nuevas comprobaciones y testimonios (…) para demostrar que la deuda y su ilicitud constituyen claves para el destino de nuestro país.”

La claridad de la exposición de este gran historiador, su capacidad didáctica, era acompañada por la propuesta, un clásico en la narrativa revisionista. El último capítulo, se dedicaba a este punto justamente. “Esclavitud nacional”, “Expoliación social”, “El gran frente de las mayorías populares”, algunos de los apartados, para finalizar con uno que reproduciremos parcialmente, porque un clásico es un clásico, no pierde vigencia, y porque no queremos intervenir la claridad de una propuesta actualizada para terminar con este latrocinio financiero.

“¿Y la deuda externa?”

“En este trabajo se ha insistido en la doble opresión que significa la deuda externa, tanto sea el saqueo permanente, como la imposición de planes económicos expoliadores. Se ha insistido, asimismo, en su ilegitimidad, proveniente no solo de operaciones fraudulentas sino de tasas usurarias. Además, su crecimiento determina hoy la imposibilidad de su pago.”

(…)

“Desde hace ya varios años, Fidel Castro se ha preocupado por denunciar las causas originarias de la gravosa deuda externa que pesa sobre tantos países: tasas usurarias, discriminación comercial, intercambio desigual, sobrevaluación del dólar, etc. En agosto de 1985, se refirió especialmente a estas cuestiones, como así también a la impagabilidad de la deuda (...) Castro formula la necesidad de organizar un club de deudores, como condición insoslayable para defender los intereses de América Latina y del Tercer Mundo, en general.”

(…)

“Desde otra óptica, en noviembre de 1999, el Papa Juan Pablo II proclama el Jubileo del año 2000 con un llamamiento a las grandes potencias ‘a fin de que condonen, parcial o totalmente, las deudas contraídas a nivel internacional.’ (…) Asimismo, diversas organizaciones políticas y entidades sociales intensifican su militancia denunciando la ilegitimidad del endeudamiento y exigiendo el ‘no pago’. En Buenos Aires, se realizan –durante el año 2000- diversas actividades de este tipo, algunas impulsadas por el Foro Argentino de la Deuda Externa, alentado por Alejandro Olmos (…) Desde el sufrido norte, llega, a su vez la voz del obispo Joaquín Olmedo: ‘Ustedes han hecho de la vida un paisaje de la muerte. La deuda externa ilegítima e inmoral está provocando en el mundo la muerte prematura de millones de inocentes…”

(…)

“Últimamente, Alfredo Eric Calcagno sostiene: ‘Antes de preguntar qué posibilidades hay de pagar, habría que saber si queda algo legítimo por pagar. Porque la deuda contraída por la dictadura entre 1976 y 1982, debería haber quedado paga en 1988. Y la asumida durante los 90, igual que aquella, lo fue a intereses usurarios, una práctica condenada en todas las legislaciones serias del mundo’. Por lo tanto, debe plantearse el desconocimiento de toda deuda externa originada en maniobras financieras tramposas, como autopréstamos, facturaciones indebidas de exportaciones e importaciones, maniobras con paraísos fiscales, etc., así como también exigir que todos aquellos intereses que se han pagado por encima de tasas razonables se imputen a amortización de deuda, con lo cual el endeudamiento queda reducido a cero.”

(…)

“Pero, como se comprende, frente a la avidez de las burguesías imperialistas no solo se trata de argumentos con verdad y razón, sino de poseer decisión y la fuerza suficiente, lo cual solo es posible mediante gobiernos auténticamente populares, concertados férreamente para acabar con esta pesadilla. La resolución de la cuestión de la deuda externa se inserta, pues, para nosotros, en la lucha por la liberación, unificación y transformación de América Latina.”

Una "especie" de resignación

Así terminaba el fabuloso libro para lectura militante, para la educación en un proyecto popular, de igual énfasis libertario como la maravillosa biografía sobre San Martín.

Los que así entendimos este libro, nos quedaremos allí, porque quiere decirnos querido compañero Galasso, ¿qué hacemos con estas cuatrocientas páginas que nos devoramos, ahora que usted nos dice en un reportaje de actualidad que “la deuda que impugnaba Olmos no tiene nada que ver con la actual”? ¿Cuándo se produjo ese pozo ciego en su relato, si el libro termina en el año 2000 y no en el primer gobierno democrático, como gusta decir a la presidente Cristina Fernández? 

También dice ahora que “es casi imposible desentrañarla” y considera que “los sucesivos gobiernos la han aceptado, han negociado sobre ella y realizaron una especie de legalización”. ¡Una “especie de legalización”! ¿Usted se refiere a una “especie de legalización” de ese “instrumento de saqueo y sometimiento” al que le dedicó 400 páginas? Compañero Galasso, a cada “especie de legalización” de las que usted menciona, le corresponde un compendio de ilicitudes y nuevas causas en la Justicia argentina, y unos cuantos tomos sobre doctrinas jurídicas de las cuales servirse, como la doctrina de la "deuda odiosa" o la del "delito de ejecución continuada". En otra nota se lo comentaremos.

Finalmente, termina aduciendo que “ahora hay que favorecer la unidad latinoamericana y proponer que todos los países denuncien que fueron estafados y que no se paga”. Bueno, pues, le informamos que Ecuador ya comenzó. Sería bueno, por la unidad latinoamericana, acompañar a estos hermanos de la Patria Grande.