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Gara 27 9 2000

 

El Documento de Zaramaga pretende impulsar la vía ciudadana para resolver el conflicto político

* El manifiesto, suscrito por 768 personas, reclama un diálogo político multilateral y una tregua de ETA * Pide a Madrid y París que respeten los derechos de los presos vascos y la palabra de Euskal Herria

Aitzol URIARTE | BILBO

Según explicaron ayer los promotores del Documento de Zaramaga, suscrito por 768 personas, esta iniciativa nació y maduró en el barrio de Gasteiz que le da nombre. En la rueda de prensa celebrada en Bilbo comparecieron, entre otros, los profesores de la UPV Ramón Zallo y Joseba Tobar, el director de Herria 2000 Eliza, Joseba Goñi, el ex presidente del Parlamento de Gasteiz Juan José Pujana, el empresario José Landaluze, el escritor Andolin Eguskitza y las integrantes de Elkarri Josune Fontetxa y Maixus Rekalde.

Como denominador común del documento subrayaron «el diálogo, la ausencia de violencia y el respeto de todos los derechos humanos». Su pretensión es que ahora la sociedad «se contagie» de su reflexión y ponga en marcha «un procedimiento que supere el conflicto desde la vía ciudadana».

Tal como manifestó Landaluze, los firmantes consideran que «el espíritu de la Declaración de Lizarra-Garazi» está más vigente que nunca, al remarcar que «era imprescindible que este pueblo se dotara de un instrumento para superar el conflicto que enfrenta a Euskal Herria con los estados español y francés». Por ello, afirmó que «el espíritu de Lizarra llena el Documento de Zaramaga».

«Paz, diálogo y distensión»

Bajo el título «Por la paz, el diálogo y la distensión», el texto se identifica con «el sentir de una amplia mayoría de nuestro pueblo que, desde diversos ámbitos, posiciones y diagnósticos, reclama la superación de toda violencia y la resolución definitiva del conflicto». Para lograr este objetivo, se reclaman vías que se basen «en el respeto mutuo, en la justicia y en la expresión de la palabra de Euskal Herria sin ninguna clase de coacción».

Los firmantes hicieron públicos cinco requerimientos que lanzan «a todos los agentes del conflicto, porque pensamos que todos son responsables de la situación que vivimos».

Dirigiéndose a los partidos políticos y grupos sociales, les piden que promuevan diálogos bilaterales y multilaterales sin exclusiones ni imposición de condiciones previas, ya que entienden que «el acuerdo solo será posible desde el diálogo entre todas las fuerzas políticas».

En segundo lugar, se remiten concretamente a las fuerzas de Lizarra-Garazi. «Les animamos a que superen sus dificultades y discrepancias y retomen aquellos hilos que se empezaron a tejer en el verano de 1998», señalan y les instan a «poner en común alternativas y proyectos de superación del contencioso».

En cuanto a ETA, le reclaman una tregua «de gran alcance y duradera», porque «contribuiría al diálogo, a la acumulación de fuerzas y de energías sociales y al debate sobre alternativas, facilitando la apertura de la fase de resolución del conflicto».

Por otro lado, a los gobiernos español y francés les instan a respetar los derechos de los presos, en referencia a la dispersión, la progresión de grado, el cumplimiento de las tres cuartas partes de la condena y la excarcelación de los gravemente enfermos. De la misma manera, emplazan a ambos gobiernos a «levantar su veto sobre el debate de los temas políticos de fondo».

En último lugar, se dirigen a organismos e instituciones internacionales entre otros, se cita la ONU, el Parlamento Europeo Amnistía Internacional o las iglesias, para que sean «testigos y favorecedores de los derechos de Euskal Herria en claves de igualdad y solidaridad con los demás pueblos».

Al elaborar y suscribir el texto, los firmantes del Documento de Zaramaga han evitado «expresamente» la participación de partidos políticos y de miembros cualificados de sus ejecutivas, según explicó Joseba Goñi, quien dijo que, aunque la sociedad vasca está «cansada», también «busca soluciones y quiere superar enfrentamientos, tensiones y todo tipo de violencias».

Sindicalistas, profesores, artistas e intelectuales

GARA | BILBO

Entre los firmantes del manifiesto destaca la abundante presencia de sindicalistas, intelectuales y artistas. El texto ha sido suscrito por numerosos afiliados y responsables de ELA, también firman algunos delegados de LAB y son muy numerosos los firmantes de STEE-EILAS y ESK. También es subrayable la adhesión de profesores universitarios, en su mayoría de la UPV, así como de sacerdotes de trayectoria progresista.

Entre las personas conocidas por su relación con la vida política, hay representantes de corrientes críticas de la izquierda abertzale, como es el caso de los dos personas con más renombre de la corriente Aralar, Patxi Zabaleta e Iñaki Aldekoa; miembros de Zutik, algunos con cargos públicos de EH, como Joxe Iriarte Bikila y otros concejales; y de Batzarre, como la parlamentaria navarra Milagros Rubio, actualmente en el Grupo Mixto. Entre los ediles de EH que firman el manifiesto se encuentra el ex miembro de la Mesa Nacional Iñaki Ruiz de Pinedo, en la actualidad concejal en Gasteiz. Francisco Letamendia, Ortzi, y Julen Madariaga también suscriben el documento.

Una gran parte de los firmantes son identificados por su profesión, entre las que se encuentran las de periodistas Fermin Alberdi, Pili Kaltzada o Luis Fernández, sobre todo del grupo EITB, escritores como Bernardo Atxaga, Itxaro Borda o Paulo Agirrebaltzategi, artistas Mikel Laboa, Niko Etxart o Peio Hospital, profesores Xabier Kintana, Ramón Zallo, Itziar Aldazabal o Iñaki Lasaga- baster ingenieros, médicos, abogados, sociólogos y economistas, entre otras muchas.

Entre quienes se presentan con alguna significación política, se encuentra el que fuera presidente del Parlamento de Gasteiz Juan José Pujana, el dirigente de IU-EB Oscar Matute, el ex alcalde de Donostia Ramón Labaien y el ex diputado de EA Joseba Azkarraga. De este último partido firman un concejal y otra persona que se presenta como militante.

Ninguno de los firmantes aparece como miembro del PNV, aunque sí hay quien está plenamente identificado con este partido, como Emilio Olabarria, ex diputado en el Congreso español y ahora vocal del Consejo General del Poder Judicial. También suscribe el juez español Joaquín Navarro.

Además de la profesión, la carrera profesional y la adscripción a alguna fuerza política de los firmantes, en el listado aparecen algunos nombres identificados por su pertenencia a Elkarri.

Este es la segunda declaración que, promovida desde ámbitos culturales y sociales y cen- trada en el conflicto político, se difunde en las últimas fechas .

Se da la circunstancia de que del anterior manifiesto titulado «El silencio no es cobijo» y dirigido contra ETA y «su entorno», son doce los firmantes que repiten en el manifiesto de Zaramaga, entre ellos el prestigioso escritor Bernardo Atxaga, el profesor Balere Bakaikoa, la periodista Elixabete Garmendia y el euskaltzaina Txomin Peillen.