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Contra instalación de Antenas de Telefonía Móvil en viviendas
 
Cientos de vecinos comienzan a movilizarse contra las antenas de telefonía móvil  
   
En cuestión de meses se han instalado una veintena de estos aparatos en las azoteas de edificios de la ciudad, lo que ha motivado la preocupación de un buen número de albaceteños  
(La Verdad Albacete. 13 de Octubre de 2.000)

De un tiempo a esta parte, en un buen número de comunidades de vecinos de Albacete se ha suscitado un polémico debate sobre la idoneidad o no de aceptar una propuesta de alquiler de la azotea a una operadora de telecomunicaciones para la instalación de una antena de telefonía móvil a cambio de uno o dos millones de pesetas al año. El asunto se está convirtiendo en noticia un día sí y otro también en todo el mundo, y por eso, y ante las dudas existentes sobre la influencia o inocuidad de las ondas electromagnéticas que generan las discutidas antenas, un grupo de albaceteños ha comenzado a moverse para poner en funcionamiento una plataforma ciudadana en contra de la instalación de estos artilugios. En los últimos meses, solamente en la capital, se han instalado cerca de veinte de estas antenas, y según el Ayuntamiento, lo han hecho sin licencia en la mayoría de los casos porque el asunto no está todavía regulado adecuadamente.

El pasado 6 de octubre, la comunidad de vecinos del edificio situado en la calle Nuestra Señora de la Victoria número 6, conocido como La Pajarita, denunciaba la instalación de una caseta en su azotea para la colocación de una antena de telefonía móvil –con un peso de 14.000 kilos, según afirmaron– sin contar con licencia municipal.

Con esta denuncia pública, el debate sobre la legalidad e idoneidad de instalar este tipo de antenas de telecomunicaciones en las azoteas ha saltado a la opinión pública en Albacete. Pero estos vecinos no son los primeros. Desde hace un mes aproximadamente, un grupo de albaceteños ha comenzado a moverse en contra de la colocación de antenas de telefonía móvil en los bloques de viviendas, y van camino de constituir una plataforma ciudadana.

Dos de las responsables de este movimiento ciudadano, Felicidad Cid y Juana Campos, han promovido una campaña de recogida de firmas para abrir el debate y conseguir que el Ayuntamiento entre de lleno en este asunto, a fin, como mínimo, de elaborar una normativa que regule la instalación de estos artefactos. De momento, han conseguido que unos 500 albaceteños se sumen a su iniciativa, «y ésto no ha hecho nada más que empezar», comenta Juana Campos.

«Todo comenzó –explicó a este diario Felicidad Cid– en nuestro lugar de trabajo (una administración pública), surgió la preocupación sobre las posibles consecuencias de la colocación de este tipo de antenas en nuestros edificios, se fue extendiendo el comentario y ahora somos bastantes los que estamos tratando de que ésto se regule».

Cartas de denuncia

En los últimos días, han remitido un buen número de cartas al Ayuntamiento denunciando la colocación de antenas en las azoteas de diversos edificios, probablemente, de forma ilegal, «y vamos a seguir con estas cartas, dando direcciones concretas», indicó Juana Campos.

A juicio de Campos, muchas comunidades de vecinos solamente se preocupan de fijar un buen precio de alquiler a las compañías operadoras de telefonía sin hilos para sufragar sus gastos de portal y calefacción, «pero no reparan en las posibles consecuencias que para la salud pueden tener estas antenas, además de otras cuestiones, como la alteración de la estructura del edificio, ya que los aparatos en cuestión suelen pesar varias toneladas».

«Aquí el problema fundamental –destaca Felicidad Cid al respecto– es la falta de información que tienen los vecinos, ya que cuando se les comenta algo sobre los estudios que se están realizando, la cara de los que viven en estos bloques de viviendas elegidos por las compañías de telefonía cambia y se ponen a dudar sobre si han hecho bien o han hecho mal, pero muchas veces ya es tarde».

En este punto, Juana Campos apunta que cuando se firma un contrato con una de las tres operadoras de móviles se establecen plazos muy largos, no sé, 10, 15, 20 ó 25 años, «y una vez firmados esos contratos es muy difícil poder romper el compromiso, salvo que la comunidad de propietarios quiera gastarse un dineral en ello».

Juana Campos reconoce que todavía las investigaciones sobre las consecuencias que para la salud pueden tener las ondas electromagnéticas que generan las antenas no son concluyentes, «pero pensamos que ante la duda, es mejor que se tomen medidas preventivas». En este sentido, añadía que es «inconcebible» que tal y como están las cosas, se estén colocando antenas al lado de un centro sanitario como el Hospital General o de colegios, «y por supuesto, junto a viviendas».

Citaba Juana Campos como acertado el ejemplo de la localidad valenciana de Paterna, donde el Ayuntamiento ha obligado a las operadoras de telecomunicaciones a ponerse de acuerdo y a crear un parque de antenas en las afueras de la ciudad, donde no puedan tener consecuencias para los vecinos. Juana Campos indicaba que cada vez son más los científicos que consideran que la prevención es necesaria en este tema, y apuntan que la exposición continuada a las ondas electromagnéticas puede ser motivo de diversas enfermedades, tanto tumores como estrés, pasando por alteraciones neurológicas del cerebro, entre otras cosas.

Felicidad Cid subrayaba por último que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha manifestado su interés por regular este asunto, e incluso, pretende iniciar una serie de mediciones en toda la región.

En cuanto al Ayuntamiento de Albacete, Juana Campos no cree que se haya puesto en serio a trabajar sobre el problema en cuestión, «aunque, evidentemente, sería lo deseable, en cuanto que es la administración más cercana».

 
Las comunidades de vecinos reciben hasta dos millones de pesetas por cada antena instalada  
(La Verdad Albacete. 13 de Octubre de 2.000)

El debate está en la calle. Muchas comunidades de vecinos han aceptado la instalación de las antenas a cambio de unos ingresos anuales que suelen venir muy bien para las maltrechas economías comunitarias, para atender gastos como la calefacción o reparaciones de cualquier tipo.

Los vecinos que están promoviendo la campaña contra las antenas de los móviles ni abogados especialistas en el tema, como Soledad Bernad, están satisfechos de la manera de actuar de las operadoras de telecomunicaciones. Según Soledad Bernad, en primer lugar, deberían cumplir con todos los requisitos medioambientales y urbanísticos que establezcan Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, y a partir de ahí, colocar las antenas lo más lejos posible de escuelas, viviendas y hospitales, máxima preocupación de los ciudadanos.

Recuerdan los promotores de la plataforma ciudadana contra las antenas y también la abogada albaceteña especialista en la materia que en países como Suiza se ha elaborado una legislación muy estricta, incluso por delante de Rusia, China y los países del Este, pioneros en estos asuntos hasta el momento. Otro ejemplo es el de la ciudad austriaca de Salzburgo, donde se ha obligado a las empresas a que reduzcan a niveles muy seguros la potencia de las emisiones sin que con ello se haya perdido eficacia en los sistemas de telecomunicaciones.

La respuesta de las compañías

Pero, ¿qué dicen las compañías ante las quejas de los ciudadanos? A los vecinos, hasta ahora, según explicaron a este diario las promotoras de la plataforma, nada, aunque a Soledad Bernad sí. «Dicen que no hay evidencias, que no hay nada demostrado y que no son perjudiciales».

Según las fuentes consultadas por este diario, aunque depende de la potencia y de otros elementos, las comunidades de vecinos que deciden autorizar la instalación de una de estas antenas pueden recibir hasta 2 millones de pesetas.

En cuanto a los seguros, Soledad Bernad destacó que en los contratos se hace referencia a seguros por daños materiales de la instalación, o de daños corporales a terceros, por si, por ejemplo, se cae una antena, pero sin embargo, ninguna compañía de seguros cubre posibles daños a la salud por las ondas porque están todavía en estudio y no hay conclusiones claras.

Se da la circunstancia de que en algunos edificios de Albacete se han colocado hasta dos antenas de telefonía móvil de distintas compañías. Se buscan edificios altos y con el menor número de obstáculos en su entorno. El incremento del negocio de la telefonía móvil está provocando que las azoteas de los edificios estén cada día más solicitadas.

El Ayuntamiento ha abierto varios expedientes por la colocación de antenas en diversos edificios

El concejal de Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente, José Eduardo Martínez Valero, manifestó en declaraciones a este diario que el Ayuntamiento ha comenzado a documentarse para modificar la Ordenanza Municipal de Medio Ambiente (OMMA) a fin de introducir algún artículo en el que se incluyan medidas preventivas con respecto a las antenas de telefonía móvil y su instalación en azoteas de edificios.

De cualquier manera, dijo Valero, el Ayuntamiento está ojo avizor supervisando e inspeccionando aquellos edificios en los que se han instalado uno de estos pesados aparatos con el objetivo de analizar su legalidad o ilegalidad. De momento, apuntó, se han abierto varios expedientes que serán resueltos en los próximos días.

Se calcula que en cuestión de unos pocos meses se han colocado una veintena de estas antenas.

 
«Las antenas se han instalado sin control»  
   
«En Castilla-La Mancha no existe ningún tipo de regulación al respecto», afirma Soledad Gallego  
(La Verdad Albacete. 13 de Octubre de 2.000)

Soledad Gallego Bernad, abogada de Albacete, es una de las especialistas en Medio Ambiente más demandadas en toda España en estos momentos en los pleitos contra la instalación de antenas de telefonía móvil. La publicación en Internet de un informe jurídico sobre Comunidades de propietarios e instalación de antenas de telefonía móvil – se puede encontrar en la dirección www.grn.es/electropolucio/juridic.htm – ha motivado que las consultas le lluevan de toda España. En esta entrevista asegura que las antenas se están instalando sin control, y pide que se tomen medidas preventivas en este asunto.

Pregunta. ¿Está justificada la preocupación creciente que existe por las posibles consecuencias de las antenas de telefonía móvil?

Respuesta. Sí, y pienso así por el sencillo motivo de que los científicos no se han puesto de acuerdo todavía. Hay algunos científicos que no encuentran motivos de preocupación, pero otros opinan que sí. De cualquier forma, todos creen que hace falta investigar más sobre los posibles perjuicios sobre la salud. La gente no sabe que pensar, y opina que ante las dudas es mejor tomar medidas preventivas. La Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS) están recomendando que se tomen prevenciones y que se investigue más.

P. ¿Son legales las antenas?

R. Legal es si la empresa de telecomunicaciones solicita licencia y el Ayuntamiento se la concede. Pero para eso, el Ayuntamiento debe tener regulado el asunto, lo que no sucede en la mayoría de los casos. La técnica ha ido por delante del derecho, y ha pillado a los Ayuntamientos, a las Comunidades Autónomas y a los Estados sin regulación. Las telecomunicaciones se están desarrollando a toda velocidad; las antenas se han instalado por muchos lugares sin control mientras que los científicos no se ponen de acuerdo sobre si tienen consecuencias negativas o no sobre la salud. Ahora es cuando las administraciones se están poniendo a regular el asunto gracias a las denuncias y de las quejas. Pero ésto está trayendo otro problema, la dispersión normativa, y éso también preocupa a los ciudadanos, que ven como en unos sitios se establecen medidas de protección más contundentes que en otros.

P. ¿Qué efectos se pueden producir en el edificio por la instalación de una antena de estas?

R. Bueno, aparte del ingreso extra de dinero que supone para la comunidad por parte de la operadora, una antena de estas características, que pesa varias toneladas, puede afectar a la estructura del edificio. Otra cosa son los efectos de las ondas electromagnéticas.

P. ¿Qué son las ondas electromagnéticas y qué consecuencias pueden tener?

R. Estas antenas cubren una zona determinada, y envían y reciben señales de todos los móviles que se desplazan por ese área. Estas señales se llaman ondas electromagnéticas, que penetran fácilmente en edificios y personas. Su potencia va disminuyendo conforme se van alejando de la antena, en cuyo alrededor se producen los niveles más altos de emisión. Los efectos biológicos que causan en el ser humano son objeto de estudio en estos momentos. Los científicos no se ponen de acuerdo. Las personas que viven, duermen, trabajan, juegan o estudian mes tras mes y año tras año cerca de una de estas antenas se ven expuestas de manera continuada a niveles emisión mucho más bajos que los que recomiendan las normas de protección, que sólo tienen en cuenta periodos de exposición cortos, como 6 minutos, lo que no produce quemaduras ni calentamiento, pero sin embargo, según avisan muchos científicos, se pueden producir otro tipo de efectos no térmicos por pasar largos periodos de tiempo en un radio de hasta 300 a 500 metros respecto a la antena.

Estudios científicos

P. ¿Pero hay estudios científicos que ponen la piel de gallina?

R. Sí, y por eso es necesario tomar precauciones. Creo que no es bueno crear alarma social, pero sí es necesario estar informado. En los países en los que se han tomado las medidas más drásticas por precaución se han tenido en cuenta las investigaciones científicas en las que se dice que la población expuesta de forma continuada a niveles de radiación similares a los emitidos por las antenas de telefonía móvil podrían experimentar un aumento de abortos, daños en el ADN, cambios en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea, descenso de los niveles de melatonina, depresiones, insomnio, dolores de cabeza, síndrome de fatiga crónica, afección del sistema inmunológico, cáncer, tumores cerebrales y leucemia infantil.

P. ¿Qué otras consecuencias negativas pueden conllevar bajo su punto de vista estas antenas?

R. Apunto dos más, la depreciación del valor del inmueble y daños psíquicos y morales a los vecinos, que sienten temor al verse obligados a vivir al lado de esas antenas.

P. ¿Existe algún tipo de regulación en Castilla-La Mancha?

R. En absoluto, en Castilla-La Mancha no existe ningún tipo de regulación al respecto, pero tampoco en ninguna otra comunidad y ni siquiera a nivel estatal, aunque me consta que en la Junta de Comunidades existe un gran interés por ponerse manos a la obra. En el caso de Albacete, el Ayuntamiento aprobó en mayo de este año una serie de normas para la instalación de antenas, pero tan solo tiene en cuenta cuestiones de estética, no entra en otras consideraciones, como los riesgos para la salud. Lo que sucede es que esas normas están sirviendo de respaldo para la instalación de antenas de todo tipo. Hasta ese momento, todas eran ilegales.

P. ¿Comienzan los vecinos a presentar denuncias contra la instalación de este tipo de antenas?

R. Sí, ésto es como una bola de nieve. Cuantas más noticias aparecen en torno al asunto, más ciudadanos se interesan y más denuncias se presentan en los tribunales. Al final se le tendrá que dar una solución. Hasta ahora se presentaban denuncias ante la preocupación que existía por el peso de las antenas y por si afectaba a las estructuras de los edificios. Las denuncias que se están presentando de un tiempo a esta parte ya afectan a los posibles perjuicios para la salud.

La postura de la comunidad

P. ¿Si en una comunidad no existe unanimidad en la decisión de permitir la instalación de una antena, qué pasa?

R. Pienso, por un lado, que es necesaria la unanimidad, ya que por el peso de la antena se va a modificar la estructura del edificio, incluso aunque realmente no afecte a la seguridad del bloque de viviendas o de la construcción que se trate. Normalmente es necesario hacer obras en elementos comunes, como es la cubierta o la terraza, y además, a esa parte no se podrá acceder de forma segura si hay una antena. Los trabajadores que quieran reparar, por ejemplo, unas goteras, tendrán que andarse con ojo por el peligro de la antena en cuestión. Por otro lado, entiendo que para arrendar espacios comunes, la Ley de Propiedad Horizontal dice que hace falta el acuerdo mayoritario de los tres quintos de los propietarios, ahora bien, los directamente afectados deben dar su consentimiento. Si ese cualquier propietario que pueda verse afectado, por ejemplo, el vecino del piso inmediatamente inferior a la terraza donde está la antena no da su consentimiento, no se puede instalar.

 

 

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