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Comunicado de FPLP relativo a la designación de Ahmad Qureiy como primer ministro palestino

12 de septiembre de 2003
Buró de Prensa del Frente Popular para la Liberación de Palestina
Comunicado del 8 de septiembre de 2003
Traducción: Nureddin Awwad (CSCAweb: www.nodo50.0rg/csca)

"Consideramos que debe formarse una Dirección Nacional Unificada que abra sus puertas a la participación de todo el espectro político [palestino] como adecuado instrumento y dirección provisional y referencia política que propicie el proceso de construcción democrática que nuestro pueblo necesita."

En relación a la decisión del presidente Yaser Arafat de designar al presidente del Consejo Legislativo, Ahmad Qureiy, para formar un nuevo gabinete en sucesión del dimitido presidido por Mahmud Abbas, partiendo de nuestros deberes hacia nuestro pueblo, de nuestra valoración de los desafíos que acechan su lucha por la consecución de sus inalienables derechos nacionales, de los desafíos que se reflejan en la escalada de agresión del enemigo sionista contra nuestro pueblo y su movimiento patriótico (mediante la continuación de la ocupación, la colonización, el muro del apartheid y los asesinatos políticos de todo patriota que rechaza la agresión e insiste en el derecho de nuestro pueblo a la resistencia) y la intensificación de la determinaciópn de Israel y EEUU por imponer hechos consumados a nuestro pueblo obligándolo a rendirse ante sus planes liquidacionistas,

el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) señala lo siguiente:

El FPLP considera que era más adecuado que el presidente Yaser Arafat y el Comité Ejecutivo [de la OLP] identificaran las causas que condujeron al surgimiento de la crisis en las instituciones de la Presidencia y del Consejo de Ministros que, a nuestro juicio, sobrepasa la discrepancia sobre las prerrogativas [de Arafat y Abbas], siendo la expresión de una crisis de esencia política, resultado del incremento de las injerencias externas israelíes y estadounidenses en los asuntos internos palestinos que han traído como consecuencia la aceptación de la "Hola de Ruta" por parte de la Autoridad Palestina.

En este sentido, si quien paga el precio de las crisis internas de la Autoridad Palestina (AP) es el pueblo palestino, la tarea de identificar esas diferencias y de definir sus causas esenciales no puede ser patrimonio de una persona o una facción u organización, sino responsabilidad colectiva y conjunta de la totalidad de la formación política y comunitaria directiva palestina. Por ende, era deber del presidente Arafat y de los miembros del Comité Ejecutivo que participaron en la toma de esa decisión convocar un diálogo nacional, serio e integral, que pusiera el dedo en la llaga, identificando los aspectos deficientes de la política oficial [palestina] y trazara las perspectivas para salir de sus sucesivas crisis, pues la insoluble crisis que aturde al panorama directivo palestino no se resuelve designando un primer ministro o a un nuevo gabinete, sino trazando el marco y la visión política realista que debe servir de base a la construcción de esas instituciones.

Al ser conscientes de la realidad de la discrepancia política y metodológica entre la AP y sus aliados en el Movimiento Nacional Palestino, por un lado, y la Oposición Patriótica Democrática e Islámica, por el otro, reiteramos nuestra posición de que la continuación de esa discrepancia exige de los que toman las decisiones en la AP y en OLP que preparen las condiciones necesarias para celebrar elecciones democráticas generales de todas las instituciones políticas y profesionales de la sociedad palestina -en primer lugar, de la propia OLP-, así como que reclamen de la comunidad internacional asegure a nuestro pueblo, según el derecho internacional, las condiciones para ejercer ese derecho y ese compromiso interno, como una parte de su derecho a la autodeterminación.

Por último, consideramos que debe formarse una Dirección Nacional Unificada que abra sus puertas a la participación de todo el espectro político [palestino] como adecuado instrumento y dirección provisional y referencia política que propicie el proceso de construcción democrática que nuestro pueblo necesita.



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