¿Se disponen los árabes
a reconocer a Israel?
La 'prematura' declaración
de un príncipe heredero saudí
K. Selim*
Le Quotidien d´Oran, 20 de febrero de 2002
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
El príncipe heredero
saudí ha elegido a Thomas Friedman, cronista proisraelí
del New York Times, para lanzar una propuesta que presentará
en la próxima Cumbre Árabe de marzo en Beirut:
una normalización completa de las relaciones entre los
Estados árabes e Israel en contrapartida a una retirada
de los Territorios Ocupados. No falta quien considera -y con
razón- que la propuesta del príncipe Abdallah "no
hará sino debilitar y difuminar la posición de
los palestinos y los árabes", y que supone un incentivo
a la violencia de Sharon
Ahora que la maquinaria represiva de Sharon se discute incluso
dentro del propio Israel, el príncipe heredero de Arabia
Saudí ha acudido, indirectamente, en su ayuda, proponiendo
un reconocimiento total de Israel por parte del Mundo Árabe
a cambio de una retirada de los Territorios Ocupados. Tras las
confidencias del hombre más poderoso de Arabia Saudí,
¿qué puede decir la próxima Cumbre Árabe
de Beirut?
¿Una normalización completa de las relaciones
entre los Estados árabes e Israel en contrapartida a una
retirada de los Territorios Ocupados, incluida Jerusalén?
El príncipe heredero saudí, Abdallah Ben Abdelaziz,
ha elegido a Thomas Friedman, cronista proisraelí del
New York Times, para lanzar una idea que va extendiéndose
por el Mundo Árabe ante la inminencia de la cumbre de
Beirut. Por lo demás, el propio periodista norteamericano
ha titulado su artículo "An Intriguing Signal From
the Saudi Crown Prince" ("Un guiño intrigante
del príncipe heredero saudí"). En dicho artículo,
el príncipe heredero afirma haber preparado un discurso
para la Cumbre Árabe de Beirut de los días 27 y
28 de marzo en el que propondría "la retirada total
[de Israel] de todos los Territorios Ocupados, conforme a las
resoluciones de Naciones Unidas -incluida Jerusalén- a
cambio de una plena normalización de nuestras relaciones"
[1].
Abierta la espita de las confidencias, el príncipe
saudí ha confesado su renuncia a hacer campaña
por esta idea antes de la citada cumbre, ya que "Ariel Sharon
ha extremado los actos de violencia y de represión hasta
límites desconocidos". Pero, según ha confiado
el príncipe Abdallah al New York Times, "el
discurso está redactado y aguarda en mi cajón".
"Es el ofrecimiento más importante realizado por
el Mundo Árabe desde hace décadas", ha declarado
el negociador palestino Saeb Erekat. "Estados Unidos e Israel
no deben desaprovechar esta oportunidad histórica",
ha indicado. Mientras Arafat, arrinconado en Ramala, ha aplaudido
la propuesta del saudí, calificándola de apertura
"importante", los observadores del Mundo Árabe
han demostrado bastante más prudencia, ya que, por más
que el príncipe Abdallah afirme que el citado discurso
yace en su cajón a consecuencia de la escalada de violencia
de Sharon, sus confidencias son lo suficientemente claras para
que la propuesta carezca de tintes "novedosos" cuando
llegue el momento de entablar negociaciones. Peor aún,
las ha realizado en el preciso instante en que Sharon hace gala
de su suficiencia criminal frente al pueblo palestino.
La difusión de una propuesta de normalización completa
de las relaciones con Israel significa, paradójicamente,
un respiro para un Sharon contestado en el interior [de Israel].
La propuesta saudí se presta a que se la presente como
una prueba de que la política de fuerza es la única
que da resultado con los árabes.
Normalización completa de
relaciones
En cualquier caso, da la impresión de que el príncipe
saudí pretende manipular la próxima Cumbre Árabe
anunciando en primicia a un periodista proisraelí el contenido
del "comunicado final", por retomar la fórmula
empleada por el diario As-Safir. Una propuesta de semejante
importancia debería haber aguardado, por lo general, a
la celebración de la propia Cumbre a fin de obtener para
ella el siempre cacareado "consenso", y no cabe sino
interrogarse acerca de las razones que han llevado al príncipe
heredero saudí, tradicionalmente más que parco
en palabras, a dar tal paso. Arabia Saudí, vivamente criticada
por el establishment mediático americano (incluido
el New York Times), lanza de esta manera un doble mensaje:
el de una disponibilidad a la paz con Israel -criterio absoluto
de evaluación para los estadounideneses- y el de su posible
liderazgo de un Mundo Árabe aún más debilitado
tras los acontecimientos del 11 de septiembre. Los egipcios parecen
haberlo comprendido. Si por una parte se han abstenido de criticar
abiertamente al heredero saudí, no han dudado en amonestar
a Thomas Friedman, quien, como afirma Salama Ahmad Salama, conspicuo
editorialista del diario gubernamental Al-Moussawar, "pretende
confundir a los árabes, pues el verdadero problema no
es la negativa árabe a la normalización o al reconocimiento
de Israel, sino la negativa de Israel al reconocimiento de los
derechos de los palestinos y a la retirada de los territorios".
No falta quien considera, y con razón, que la propuesta
del príncipe Abdallah "no hará sino debilitar
y difuminar la posición de los palestinos y los árabes",
lo cual redundará en una especie de incentivo a la violencia
de Sharon, que podrá alardear de obtener importantes propuestas
a cambio de su política de opresión del pueblo
palestino.
Nota de CSCAweb:
1. La propuesta del
príncipe heredero recibió el apoyo de Simón
Peres durante su visita a Madrid del pasado jueves 21 de febrero,
y ha sido considerado "positivo" por la Administración
Bush (El País, 23 de febrero, 2002). Véase
al respecto en CSCAweb: Israel
asesina a más de 30 personas en los Territorios Ocupados
mientras Simón Peres busca apoyos en España para
relanzar su propuesta de negociación ante la Presidencia
de la UE
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