Según la investigadora Sara Roy, desde que
comenzó el proceso de paz, los palestinos "como colectivo político
y social se han sumido en el vacío"
Alarmantes cambios en la sociedad palestina:
el empobrecimiento de la vida política y social
For The Record, núm.
78 (5 de julio de 2001)
En una sesión celebrada el pasado 19 de junio en el Centro
de Estudios de Oriente Medio (CEOM) de la Universidad de Nueva York, Sara
Roy, investigadora y asociada al CEOM, abordó en una charla la falta
de cohesión y el deterioro de las condiciones de vida en la sociedad
palestina. Tales problemas son "agudos particularmente en las actuales
circunstancias de represión" de la Intifada y son "de vital
importancia". Sin embargo, han recibido "escasa atención"
por parte de políticos, donantes y profesionales
Roy comenzó su presentación volviendo la vista al 15 de
noviembre de 1988, cuando el presidente de la OLP, Yaces Arafat, declaró
el Estado de Palestina [en Argel en la reunión del Consejo Nacional
Palestino, parlamento en el exilio]. Roy estaba aquella noche de visita
en casa de una familia palestina de Gaza. Con la Declaración, los
palestinos reconocían a Israel y "renunciaron a sus reivindicaciones
sobre la palestina histórica". Ello significó el más
grande y doloroso compromiso. La declaración fue motivo de regocijo
en tanto que los palestinos aspiraban a disponer de un Estado propio. Aunque
en aquel momento Israel impuso el toque de queda en Gaza y las salidas al
exterior podían significar la muerte, los palestinos emergieron de
sus hogares "sin ningún miedo", abrazados y celebrando
el aconteciemiento. Un hombre le dijo que nunca olvidaría su hogar
en Palestina, "pero si debo decirle adiós por la paz, lo haré.
Demasiada ocupación y demasiado sufrimiento; (...) lo que yo quiero
es una fábrica y una bandera". Esta experiencia, añadía
Roy, "significó sin lugar a dudas un momento de 'posibilidad
real' y de esperanza".
"El optimismo se derrumbó rápidamente" al mantenerse
la violencia [israelí] contra ellos [los palestinos]. Aunque la esperanza
se reestableció cuando Israel y la OLP firmaron la Declaración
de Principios el 13 de septiembre de 1993 [Acuerdos de Oslo en Washington]
se desvaneció de nuevo. Desde el inicio de la actual Intifada y con
la consiguiente represión israelí usando toda la fuerza de
los tanques, excavadoras y helicópteros Apache, "el paisaje
palestino se ha marchitado, se ha arrancado la esperanza, se ha cubierto
de rabia y se le ha desprovisto de infancia".
Los cambios en la sociedad palestina en la última década
"han sido asombrosos". "Desde que comenzó el proceso
de paz, los palestinos -como colectivo político capaz de articular
y perseguir una agenda nacional y como actores sociales capaces de apoyar
a sus familias y a las instituciones de las que dependen- se han sumido
en el vacío. Este "doble empobrecimiento es absolutamente nuevo
en la reciente historia palestina" y se ha vuelto contra su sociedad.
Incluso, se da "una desilusión respecto a los valores morales"
desde que la Autoridad Palestina (AP) empezó a tratar a los palestinos
"de manera irrespetuosa y humillante". La primera Intifada, dijo
un palestino, "no fue sólo una batalla política contra
la ocupación; fue una lucha moral por crear una sociedad mejor. Pero
ahora no tenemos otra alternativa "sino participar en el corrupto
sistema que se ha desarrollado bajo la AP. Los palestinos deben de pagar
mediante soborno para conseguir cualquier cosa, incluso una línea
telefónica".
El proceso de Oslo "introdujo y nutrió las dinámicas
del declive social y económico, creando el contexto para la actual
Intifada". Roy citó "la ocupación de la vida y las
tierras palestinas -mantenida y fortalecida- como un resultado directo de
los acuerdos de Oslo". Ello ha dado lugar a la creación de cientos
de enclaves, islotes separados unos de otros, así como "la institucionalización
de la AP que se ha revelado a si misma como opresora y corrupta".
La creación de la AP y del "sistema de partido único
activamente opuesto a cualquier disidencia" puso punto final al vivo
discurso político que ha sido parte de la sociedad palestina. "Al
pluralismo ideológico" se le ha opuesto "la ausencia de
cualquier tipo de ideología política". Roy sostuvo que
"irónicamente, según ha avanzado el proceso de paz, el
sueño nacional palestino se esfumaba; una pérdida que anteriormente
hubiera sido inconcebible. El liderazgo palestino se concentró en
el "control político" más que en la liberación
y en la autodeterminación. Esta realidad sobre una "ya problemática
sociedad civil" se materializó en la militarización de
la sociedad y en el empobrecimiento deliberado de sus instituciones".
El poder de Arafat se blindó. "La lealtad a Arafat en lugar
de la preparación tecnocrática han sido las cualificaciones
requeridas para detentar poder, estatus e identidad". Como resultado,
"el pluralismo cedió rápidamente al estatismo, a la burocracia
y al autoritarismo", con un ausencia de "ideología unificada
y secular". "La actividad política, privada de ilusiones
y propósitos, trató de restaurar el orden sin conseguirlo,
y lo hizo con el consentimiento de los gobiernos de Israel y de EEUU".
Los palestinos anhelaban un Estado "democrático y completo".
La falta de tal Estado produjo conmoción y confusión entre
la gente, imprimiendo en ella un sentimiento de "alineación
y resignación": la debilidad de la ideología se debe
en su raíz, a la pérdida de ideas y de la filosofía
de las ideas". Tal pérdida es mucho más peligrosa para
una sociedad ... que para el carácter del régimen a la que
está sujeta. (...) "La alienación del liderazgo corrupto
y opresor junto con las dificultades económicas dieron lugar a un
proceso de interiorización" entre los palestinos. "El espacio
privado prevaleció sobre el público" y el individuo sobre
el grupo. Ello contribuyó a que se incrementase la violencia doméstica,
el abuso sexual y el divorcio.
Volviendo a las condiciones económicas, Roy explica que bajo el
periodo de Oslo "Israel mantuvo el control total de la economía
y los recursos palestinos". Igualmente, los cierres israelíes
"se impusieron intensamente" y con mayor grado de intensidad en
la actualidad, devastando la economía. Los cierres "refuerzan"
e incrementan el "localismo". El desarrollo de una economía
local "integrada" que había comenzado a desarrollarse se
corrompió bajo la AP y Oslo haciéndose más localista
y segregada.
El desempleo palestino, el comercio, el acceso al mundo exterior y el
incremento de la pobreza son el resultado de los cierres que se han convertido
en un "régimen permanente".
Debido a esas dificultades económicas, están aumentando,
las cifras de menores trabajando, -menores que se ven forzados a abandonar
la escuela para contribuir al sustento de la familia. Además, en
la actualidad, el gasto dedicado a la alimentación es mayor que el
destinado a la salud, la educación o a cualquier otra cosa.
Incluso en el contexto de la corrupción y los problemas de la
sociedad palestina, EEUU sigue mirando a otra parte. Roy parafraseó
un comentario de Aarón Miller, exadjunto al Coordinador Especia de
Oriente Medio para las negociaciones israelo-palestinas en el Departamento
de Estado de EEUU, en una reciente Conferencia en la Universidad de Harvard.
Según Roy, Miller dijo que en "términos francos, a EEUU
no le interesa si la AP es o no democrática o lo que la AP hace a
su pueblo en tanto haga lo que Israel quiere que haga".
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