Comunicado de prensa del
Centro Palestino de Derechos Humanos sobre la ocupación
israelí de la Casa de Oriente en Jerusalén Este
Gaza, 12 de agosto de 2001
(Traducción: CSCA-Málaga
para CSCAweb)
El Centro Palestino de Derechos Humanos condena la ocupación
por parte de Israel de la Casa de Oriente en Jerusalén
Oriental el pasado viernes 10 de agosto de 2001 como el último
acto de agresión en la continua ilegal y beligerante ocupación
de los Territorios Palestinos.
El viernes por la mañana a primera hora, un grupo de oficiales
israelíes se apropiaron por la fuerza de la Casa de Oriente,
arrestando a un grupo de guardias y arrancando la bandera palestina
y colocando la israelí. El Gobierno de Israel ha declarado
que esta ocupación es la represalia por el ataque suicida
en una pizzería en Jerusalén el jueves [anterior]
por la tarde y en el cual perecieron 15 israelíes. Sin
embargo el Centro Palestino de Derechos Humanos asegura que la
toma de la Casa de Oriente constituye una respuesta ilegal al
ataque suicida.
La Casa de Oriente se ha convertido en el símbolo de
las aspiraciones del pueblo palestino por su derecho a la autodeterminación.
Se convirtió en el centro cultural y político del
pueblo palestino en Jerusalén Oriental y ha sido reconocida
por Gobiernos de todo el mundo como una institución civil
y el símbolo político del derecho del pueblo palestino
a un Estado independiente. Por ello, as declaraciones del Gobierno
israelí de que la toma de la Casa de Oriente era una medida
legítima y necesaria de seguridad tras el ataque suicida
carece de todo significado. Ninguna actividad desarrollada en
la Casa de Oriente ni ninguno de sus actividades puede ser considerado
una amenaza para la seguridad del Estado israelí. Si la
incautación se realizó según consideraciones
relacionadas con la falta de seguridad, ninguna orden previa
de alerta había sido dada. La toma de la Casa de Oriente
por la fuerza es, por lo tanto, ilegal de acuerdo con la legislación
israelí, así como una violación de la legislación
internacional humanitaria y derechos humanos.
Queda claro que la toma de la Casa de Oriente no proporcionará
ningún beneficio para la seguridad del Estado de Israel
ni para sus ciudadanos. En efecto, la reivindicación de
su necesidad militar ha sido rechazada por las declaraciones
del Gobierno de EEUU, así como por los ex ministros israelíes
de Justicia y Educación, Yossi Beilin y Yosi Sarid, respectivamente.
Por otra parte este acto puede ser contemplado solamente como
una muestra de que el Gobierno israelí busca continuar
la ocupación ilegal y beligerante de los Territorios Ocupados.
La obvia naturaleza provocativa de este acto indica también
que el Gobierno israelí no tiene ninguna intención
de controlar la seguridad, sino que lo que pretende es llevar
a cabo una escalada de violencia y tensión en los Territorios
Palestinos Ocupados. Más aún, las declaraciones
del ministro de Seguridad Interna, Uzi Landau, reclamando que
esta medida acaba con los edificios que "retan la soberanía
de Israel sobre Jerusalén" carece de valor, dado
que las reclamaciones de Israel sobre Jerusalén no tienen
base [legal] alguna: la ocupación y posterior anexión
de la ciudad ha sido reconocida como ilegal y una violación
de la legislación internacional humanitaria por la comunidad
internacional -incluida Naciones Unidas- desde 1967.
La ocupación por la fuerza de este Centro de carácter
completamente civil constituye una profunda violación
de la Convención de Ginebra del 12 de agosto de 1949,
relativa a la protección de las personas civiles en tiempo
de guerra (Cuarta Convención de Ginebra), que es aplicable
a todos los Territorios Ocupados, incluida Jerusalén Oriental.
La Cuarta Convención de Ginebra proporciona protección
a todos los civiles y a las propiedades civiles; la apropiación
de propiedades protegidas "no justificadas por necesidades
militares y llevadas a cabo de modo ilícito y arbitrario"
es una grave violación de dicha Convención según
lo dispuesto en el artículo 147. El Centro Palestino de
derechos Humanos asegura que esta última acción
forma parte de la política de Israel de "judaizar"
Jerusalén, una forma de limpieza étnica que es
una grave y directa violación del artículo 49 de
la Cuarta Convención de Ginebra que prohibe los desplazamientos
de población a territorios ocupados.
El Centro Palestino de Derechos Humanos hace un llamamiento
a la comunidad internacional, incluidos gobiernos, organizaciones
internacionales y estados parte de la Cuarta Convención
de Ginebra:
- A condenar este último acto de agresión contra
el pueblo palestino así como a demandar al ejército
israelí a su retirada inmediata de la Casa de Oriente.
- El Centro Palestino de derechos Humanos manifiesta que este
último hecho deja clara la necesidad de una fuerza de
protección independiente y efectiva para el pueblo palestino
en los Territorios Ocupados y hace un llamamiento a la comunidad
internacional a desplegar, de manera inmediata esas fuerzas.
- El Centro Palestino de Derechos Humanos hace un llamamiento
a las Altas Partes Contratantes de la Cuarta Convención
de Ginebra para que se asegure su total aplicación en
los Territorios Palestinos Ocupados.
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