'Por una rápida movilización
internacional'
Editorial del diario palestino
Al Quds, 30 de marzo de 2002
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 30-03-02
'La angosta y peligrosa
coyuntura que actualmente atraviesa la cuestión palestina
y que viven tanto el pueblo palestino como su liderazgo con su
presidente Yaser Arafat a la cabeza (que ya ha anunciado claramente
que ni se arrodillará, ni se rendirá, y que seguirá
aferrándose resueltamente a los derechos de nuestro pueblo
y a una paz justa y total), deben impulsar a los líderes
del mundo árabe e islámico a movilizarse con rapidez
para hacer entender a EEUU e Israel que el pueblo palestino sigue
vivo y que el mundo árabe-islámico no va a permitir
que continúe esta sangrienta espiral'
"El peligroso desarrollo de los acontecimientos en los
Territorios palestinos, con el inicio de una nueva etapa de intensificación
de las acciones militares israelíes con todo lo que ello
conlleva (asesinatos, profundización del odio, y la obstrucción
de cualquier vía diplomática o política,
así como la pulverización de todas las convenciones
que rigen la acción bélica, o el mensaje claramente
hostil enviado a los pueblos árabes y sus líderes,
que en una acción inesperada y valiente la primera
iniciativa árabe de su clase habían hecho
una propuesta de paz), todos estos acontecimientos plantean numerosas
preguntas no solamente sobre qué es lo que quiere Israel,
cuáles son sus intenciones, y qué pretende conseguir
con esta política de peligrosas repercusiones para la
región, sino incluso sobre cuál es la postura de
la comunidad internacional en todo este asunto, y más
exactamente cuál es la posición de los Estados
Unidos de América, cuyo enviado sigue aún en la
zona, así como de la Unión Europea, a quien le
quedan algunas cartas para ejercer su influencia y presionar
para que se ponga fin a esta sangrienta y terrorífica
espiral de violencia.
Pero antes de nada, el mensaje que la nueva ofensiva militar
israelí ha transmitido a todas las capitales árabes
e islámicas debería encender una luz de alarma
que despierte a todos aquellos que todavía vivían
aletargados frente a los enormes retos a los que se enfrenta
no solamente el pueblo palestino, sino también el mundo
árabe e islámico en general; retos que van más
allá de los intereses directos árabo-islámicos
y que afectan a la influencia del mundo árabo-islámico
en la escena internacional bajo los auspicios de un sistema internacional
que EEUU pretende conducir a su manera, respondiendo tan sólo
a sus propios intereses.
Si ésta es la respuesta de Israel a la iniciativa de
paz árabe, y si Israel apuesta por la ocupación
y la colonización y sus condiciones políticas mediante
la fuerza militar, retando así al derecho internacional
y a los sentimientos del mundo árabe e islámico,
entonces lo más adecuado es que los líderes de
los países árabes e islámicos se movilicen
rápidamente para hacer frente a estas provocaciones y
asuman sus responsabilidades en lo tocante a la cuestión
palestina así como al compromiso que cabe exigirles, frente
a este incesante drama que desde hace ya más de medio
siglo vive el pueblo palestino, parte indivisible del mundo árabe
e islámico.
¿Es capaz el mundo árabe e islámico,
con toda la grandeza que emana de su historia, su cultura, y
sus tradiciones, dejar de ser mero observador frente a lo que
está ocurriendo? ¿Puede vencer sus divergencias
secundarias y dejar a un lado sus estrechos intereses particularistas
para dedicarse a lo que de verdad afecta a sus pueblos y su dignidad?
Debe decirse que la angosta y peligrosa coyuntura que actualmente
atraviesa la cuestión palestina y que viven tanto el pueblo
palestino como su liderazgo con su presidente Yaser Arafat a
la cabeza (que ya ha anunciado claramente que ni se arrodillará,
ni se rendirá, y que seguirá aferrándose
resueltamente a los derechos de nuestro pueblo y a una paz justa
y total), deben impulsar a los líderes del mundo árabe
e islámico a movilizarse con rapidez para hacer entender
a EEUU e Israel que el pueblo palestino sigue vivo y que el mundo
árabe-islámico no va a permitir que continúe
esta sangrienta espiral.
Por lo que respecta a EEUU y Europa, tienen la obligación
de asumir su responsabilidad histórica y darse prisa en
detener la ofensiva total israelí contra nuestro pueblo
y sus líderes, y hacer comprender a Israel que su ocupación
ilegal y por la fuerza de territorios ajenos es la causa principal
de que no haya paz ni seguridad en la región. Esto es
lo que debe quedar claro para que pueda abrirse una nueva etapa
en la historia de la región que beneficie a todos sus
habitantes.
La comunidad internacional, y antes de nada las Naciones Unidas
y el Consejo de Seguridad, deben movilizarse sin excepción
antes de que ocurra una catástrofe en la línea
de un enfrentamiento generalizado que no traería sino
más sufrimiento y destrucción a todos los pueblos
de la zona y que no contribuiría prcisamente a consolidar
la estabilidad internacional".
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