Palestina


Un carro de combate israelí es transportado a Ramala

Un palestino yace desangrado ante un bulldozer del Ejército israelí

Las tropas israelíes provocan más muerte y destrucción en una nueva ofensiva contra Ramala mientras EEUU 'comprende' la actitud de Sharon
CSCAweb, 30-03-02.-
La ofensiva militar que Israel viene desarrollando contra Ramala, capital administrativa de Cisjordania, es una repetición de las sangrientas jornadas de principios de marzo, que culminaron con la toma de la ciudad, con la particularidad de que esta vez unidades acorazadas y de infantería están atacando la sede de la Autoridad Palestina (AP) donde su presidente, Yasser Arafat, se encuentra aislado y sometido al cerco de las tropas israelíes, que asimismo han realizado decenas de detenciones. La situación de los servicios médicos palestinos se puede calificar como dramática, ya que siguen siendo objeto de ataques y bloqueos que les impiden acceder y asistir a la población herida. Si bien desde el Consejo de Seguridad (CS) de NNUU se ha hecho un tibio llamamiento a Israel para que detenga la ofensiva, el gobierno norteamericano -en boca de su secretario de Estado Colin Powell- ha manifestado no obstante "comprender" la actitud israelí como respuesta a los atentados suicidas y acusa a los palestinos de haber provocado la actual situación. Inmediatamente después de aprobada por mayoría absoluta la resolución del CS el embajador israelí ante NNUU, Yehuda Lancry, ha afirmado que las fuerzas de ocupación no se retirarán de Ramala.

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Palestina


'Por una rápida movilización internacional'

Editorial del diario palestino Al Quds, 30 de marzo de 2002
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 30-03-02

'La angosta y peligrosa coyuntura que actualmente atraviesa la cuestión palestina y que viven tanto el pueblo palestino como su liderazgo con su presidente Yaser Arafat a la cabeza (que ya ha anunciado claramente que ni se arrodillará, ni se rendirá, y que seguirá aferrándose resueltamente a los derechos de nuestro pueblo y a una paz justa y total), deben impulsar a los líderes del mundo árabe e islámico a movilizarse con rapidez para hacer entender a EEUU e Israel que el pueblo palestino sigue vivo y que el mundo árabe-islámico no va a permitir que continúe esta sangrienta espiral'

"El peligroso desarrollo de los acontecimientos en los Territorios palestinos, con el inicio de una nueva etapa de intensificación de las acciones militares israelíes con todo lo que ello conlleva (asesinatos, profundización del odio, y la obstrucción de cualquier vía diplomática o política, así como la pulverización de todas las convenciones que rigen la acción bélica, o el mensaje claramente hostil enviado a los pueblos árabes y sus líderes, que en una acción inesperada y valiente ­ la primera iniciativa árabe de su clase ­ habían hecho una propuesta de paz), todos estos acontecimientos plantean numerosas preguntas no solamente sobre qué es lo que quiere Israel, cuáles son sus intenciones, y qué pretende conseguir con esta política de peligrosas repercusiones para la región, sino incluso sobre cuál es la postura de la comunidad internacional en todo este asunto, y más exactamente cuál es la posición de los Estados Unidos de América, cuyo enviado sigue aún en la zona, así como de la Unión Europea, a quien le quedan algunas cartas para ejercer su influencia y presionar para que se ponga fin a esta sangrienta y terrorífica espiral de violencia.

Pero antes de nada, el mensaje que la nueva ofensiva militar israelí ha transmitido a todas las capitales árabes e islámicas debería encender una luz de alarma que despierte a todos aquellos que todavía vivían aletargados frente a los enormes retos a los que se enfrenta no solamente el pueblo palestino, sino también el mundo árabe e islámico en general; retos que van más allá de los intereses directos árabo-islámicos y que afectan a la influencia del mundo árabo-islámico en la escena internacional bajo los auspicios de un sistema internacional que EEUU pretende conducir a su manera, respondiendo tan sólo a sus propios intereses.

Si ésta es la respuesta de Israel a la iniciativa de paz árabe, y si Israel apuesta por la ocupación y la colonización y sus condiciones políticas mediante la fuerza militar, retando así al derecho internacional y a los sentimientos del mundo árabe e islámico, entonces lo más adecuado es que los líderes de los países árabes e islámicos se movilicen rápidamente para hacer frente a estas provocaciones y asuman sus responsabilidades en lo tocante a la cuestión palestina así como al compromiso que cabe exigirles, frente a este incesante drama que desde hace ya más de medio siglo vive el pueblo palestino, parte indivisible del mundo árabe e islámico.

¿Es capaz el mundo árabe e islámico, con toda la grandeza que emana de su historia, su cultura, y sus tradiciones, dejar de ser mero observador frente a lo que está ocurriendo? ¿Puede vencer sus divergencias secundarias y dejar a un lado sus estrechos intereses particularistas para dedicarse a lo que de verdad afecta a sus pueblos y su dignidad?

Debe decirse que la angosta y peligrosa coyuntura que actualmente atraviesa la cuestión palestina y que viven tanto el pueblo palestino como su liderazgo con su presidente Yaser Arafat a la cabeza (que ya ha anunciado claramente que ni se arrodillará, ni se rendirá, y que seguirá aferrándose resueltamente a los derechos de nuestro pueblo y a una paz justa y total), deben impulsar a los líderes del mundo árabe e islámico a movilizarse con rapidez para hacer entender a EEUU e Israel que el pueblo palestino sigue vivo y que el mundo árabe-islámico no va a permitir que continúe esta sangrienta espiral.

Por lo que respecta a EEUU y Europa, tienen la obligación de asumir su responsabilidad histórica y darse prisa en detener la ofensiva total israelí contra nuestro pueblo y sus líderes, y hacer comprender a Israel que su ocupación ilegal y por la fuerza de territorios ajenos es la causa principal de que no haya paz ni seguridad en la región. Esto es lo que debe quedar claro para que pueda abrirse una nueva etapa en la historia de la región que beneficie a todos sus habitantes.

La comunidad internacional, y antes de nada las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad, deben movilizarse sin excepción antes de que ocurra una catástrofe en la línea de un enfrentamiento generalizado que no traería sino más sufrimiento y destrucción a todos los pueblos de la zona y que no contribuiría prcisamente a consolidar la estabilidad internacional".


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