Palestina


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1948-2001: El derecho al retorno de los refugiados en el corazón de la Intifada

Comunicado del CSCA, 15 de mayo de 2001

El aniversario del Al Nakba, el Desastre palestino que culminó con la declaración unilateral de la creación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948 y que supuso el desalojo masivo de la población palestina a manos del terror militar sionista, se conmemora estos días en los Territorios Ocupados (TTOO) en medio del asedio y la violencia extrema que ejercen las fuerzas de ocupación israelíes contra la población palestina para contener la segunda Intifada

Tras 53 años de imposición ilegítima del proyecto colonial sionista en Palestina, Israel sigue siendo un Estado que se define por su naturaleza colonial cuya funcionalidad al servicio de los intereses norteamericanos en Oriente Medio y cuya esencia militarista ha engendrado y mantenido el drama palestino. Frente a la injusticia de un proyecto artificial y excluyente que ha sabido adaptar la lógica funcional desde su creación en la época del colonialismo europeo hasta la actualidad del Nuevo Orden Regional norteamericano, con el apoyo incondicional de occidente y sin modificar un ápice su estrategia colonial, sigue alzada, después de 53 años, la realidad del hecho palestino y de su inquebrantable dimensión nacional expresada en la existencia del movimiento nacional palestino y en su resistencia continuada al proyecto que el sionismo puso en marcha a principios del siglo XX en Palestina.

La permanente colonización israelí del territorio palestino con colonos judíos llegados del exterior (desde 1967 en los Territorios Ocupados de Gaza y Cisjordania incluida la parte Oriental de Jerusalén) y la expulsión de su población convertida en refugiada desde 1948 y 1967, constituyen la piedra angular de la estrategia sionista en Palestina. Su aplicación invariable por parte del Estado de Israel ha dado lugar a la desposesión palestina cifrada en la pérdida de la propia tierra y en la miseria soportada durante décadas por todo un pueblo que, no obstante, -y aquí radica su grandeza y dignidad- ha mantenido intacta su conciencia colectiva y su identidad nacional. Por ello, los refugiados palestinos siguen representando, hoy igual que hace 53 años, la dimensión política y humana de Al Nakba, que dio lugar, ya en 1948 al reconocimiento del derecho al retorno de todos los refugiados palestinos y sus descendientes a su lugar de origen por parte de la comunidad internacional representada en la Asamblea General de Naciones Unidas (Resolución 194, III ­ 11/12/1948); derecho que año tras año ha seguido siendo mayoritariamente reafirmado por todos los países salvo por Israel y por EEUU (desde 1994).

Sin embargo, lejos de reclamar una resolución exclusivamente humanitaria al problema de los más de 3 millones y medio de refugiados palestinos -asentados durante décadas en campamentos de Líbano, Jordania, Siria o en los propios TTOO-, el pueblo palestino ha mantenido invariable la reivindicación política del derecho al retorno, ajustando en ella la dimensión nacional en que debe basarse una solución global, justa y duradera al conflicto palestino-israelí y que debe expresarse en la creación de un Estado palestino soberano, para todos los palestinos, incluidos los refugiados, con su capital en Jerusalén Oriental.

Reclamar en el contexto de la actual Intifada, -en medio de la tragedia a que hace frente la población palestina ocupada bajo la cruel represión israelí- el derecho al retorno de los refugiados palestinos, implica, como el propio pueblo palestino ha puesto de manifiesto en estos últimos meses de levantamiento, aglutinar y reafirmar en esta exigencia el firme rechazo popular a la ocupación militar israelí y la defensa de las legítimas aspiraciones nacionales palestinas, una vez desenmascarada ya la falacia engañosa de la pax americana que sólo ha brindado frustración, desengaño, dependencia y más asentamientos de colonos.

La reclamación del derecho al retorno está presente en la Intifada; no en vano de las 456 muertes palestinas, víctimas de la brutal represión israelí en estos últimos meses de levantamiento, más del 95% eran palestinos procedentes de campamentos de refugiados del interior de Gaza y Cisjordania. Igualmente, por ello, el ejército israelí se ensaña desde hace semanas con su formidable arsenal militar contra los campamentos de los TTOO, destruyendo la frágil y escasa infraestructura civil que 30 años de ocupación y dependencia de la ayuda de la UNRWA habían permitido crear para los refugiados palestinos.

Determinados a mantener intacta y viva la memoria de los refugiados y el derecho palestino al retorno, la sociedad palestina se moviliza estos días en el interior de los TTOO y en los campamentos de su exilio exterior, en los suburbios marginados de Beirut, Amán y otras ciudades árabes, en una expresión más de la resistencia colectiva palestina.

Frente al castigo colectivo impunemente practicado por todos los gobiernos de Israel -que tan intensivamente está sabiendo recrudecer Ariel Sharon en la actualidad-, soportando una situación extrema en sus condiciones de vida, aislados, bloqueados, empobrecidos, reprimidos por la fuerza brutal de las armas y los bombardeos en un ejercicio de represión sistematizada y sin precedentes en los últimos 30 años de ocupación militar israelí, los palestinos y las palestinas de Gaza y Cisjordania, resisten después de 53 años, también por el derecho al retorno de los refugiados. Mientras tanto, la Autoridad Palestina sigue reclamando a hurtadillas el retorno a un marco negociador que le devuelva la autoridad perdida y, con ella, los privilegios que sólo Oslo-caduco ya tras ocho meses de Intifada- le confirió.

Por la Intifada palestina

Por el derecho al retorno de los refugiados

CSCA, 15 de mayo de 2001