< Iraq

 

Iraq

 

En el X Aniversario de la intervención militar contra Iraq de 1991, la guerra y las sanciones continúan

CSCA (16 de enero de 2001)

El 17 de enero se cumple el décimo aniversario de la intervención multinacional contra Iraq de 1991, una guerra de devastación que se prolongaría hasta el 28 de febrero. Si la excusa para desencadenar la denominada Guerra del Golfo fue liberar el emirato de Kuwait de la ocupación iraquí "después de que EEUU desbaratara cualquier arreglo diplomático", durante los más de 40 días que duró la campaña aérea de bombardeos y lanzamiento de misiles desde buques, EEUU y sus aliados arrasaron intencionadamente la infraestructura civil del país, ocasionando a Iraq daños evaluados por Naciones Unidas en más de 22 mil millones de dólares. Entre su legado, 300 toneladas de residuos de uranio empobrecido, causante del denominado Síndrome de la Guerra del Golfo, en los veteranos norteamericanos y europeos, y de la duplicación de las tasas de leucemia infantil, malformaciones congénitas y otras enfermedades entre la población iraquí, especialmente en el sur del país.

La agresión contra Iraq fue el primer episodio de aplicación del denominado "Nuevo Orden Mundial", que no es nada más que el ejercicio sin límite alguno de la hegemonía militar, política y económica estadounidense, luego repetido en otras partes del Planeta. EEUU no duda en desencadenar toda la devastación de su poderío militar para imponer sus proyectos políticos y, con éstos, su dominación económica, que hoy denominamos globalización. Las imposiciones neoliberales de los organismos financieros internacionales (el Banco Mundial y el FMI) y la expansión capitalista de los grandes consorcios se sustentan en este ejercicio de violencia que pretende justificarse cínicamente como humanitario o defensor del Derecho Internacional.

Diez años después, EEUU sigue imponiendo a Iraq un embargo genocida (más de un millón y medio de civiles han muerto a causa de las sanciones) y atacando diariamente a su población, en la que ya es la mayor campaña aérea desde la Guerra de Vietnam. Tras la Guerra del Golfo, EEUU ha tratado de imponer en Oriente Medio su Pax Americana, es decir, garantizar el control de sus reservas petrolíferas y preservar la superioridad estratégica de Israel y la supervivencia de los regímenes árabes aliados: la intervención contra Iraq fue la premisa obligada de la puesta en marcha del "proceso de paz" árabe-israelí, que no es nada más que la careta de un proceso de normalización con el que se pretende insertar a Israel económicamente en la región árabe y a ésta en la economía globalizada.

Iraq alberga las segundas reservas petrolíferas del planeta. Pese a ello, los daños ocasionados al país durante la Guerra del Golfo y diez años de sanciones han sumido a su población en la miseria, la muerte y la desesperanza. Según Naciones Unidas (NNUU), Iraq ha pasado de ser un país de desarrollo medio a situarse en el puesto 42 de los 77 más pobres del mundo:

El PIB se ha reducido al nivel de 1949, antes del inicio de las exportaciones de petróleo. La renta per capita era en 1989 de 3.508 dólares; hoy el programa humanitario de la ONU concede a cada iraquí 252 dólares al año.

El 60% de las fábricas han cerrado; el resto funciona a una capacidad del 10%. El paro afecta a más del 50% de la población activa.

En 1990 1 dinar iraquí correspondía a 3 dólares; hoy 1 dólar son 1.800 dinares. La inflación, que ha llegado a alcanzar cuatro dígitos, fue del 140% en 1999.

El coste de una caloría alimenticia se ha multiplicado por más de 500; el salario medio de un funcionario se ha devaluado un 80% (al cambio, 2 a 3 dólares).

Más de la mitad de la población vive por debajo del nivel de la pobreza, más de 4 millones y medio de personas en la extrema pobreza.

Solo el 44% de la población tiene acceso a agua potable (en 1990, el 92%). Incluso en Bagdad tan solo puede ser tratado el 32% de las aguas residuales. Ello favorece la expansión de las enfermedades infecciosas que combinadas con la malnutrición provocan una mortalidad en menores de 5 años tres veces mayor más que antes de las sanciones, más de 5.000 al mes.

La esperanza de vida se ha reducido de 66 a 57 años.

Pese a que ha evitado la hambruna, la cartilla gubernamental de aprovisionamiento (en el año 2000, 2.188 calorías/día) no cubre las necesidades nutricionales. La malnutrición infantil es comparable a la del África Subsahariana: afecta a más del 60% de los niños y las niñas. Un informe de la FAO y del Programa Alimentario Mundial, del pasado 13 de septiembre de 2000, confirma que las tasas de malnutrición infantil "no han mejorado significativamente y los problemas nutricionales siguen siendo serios y generalizados".

En los meses de verano los cortes de luz han alcanzado las 18 horas por día fuera de Bagdad, y de cuatro a ocho en la capital. 50.000 hogares siguen sin luz.

El 37% de las escuelas visitadas recientemente por un equipo de NNUU no alcanzan los más mínimos requerimientos educativos. Los niños y las niñas abandonan los estudios para ayudar a la economía familiar.

Las medidas puestas en marcha por el Consejo de Seguridad para aliviar la crisis humanitaria que vive Iraq no han resultado eficaces, como lo confirman las dimisiones sucesivas de los coordinadores del programa Dennis J. Halliday y Hans von Sponeck en 1998 y 2000, respectivamente. El pasado diciembre el programa humanitario para Iraq, conocido como "petróleo por alimentos" (resolución 986), cumplió sus primeros cinco años de aplicación. En su último informe del mes de noviembre sobre la aplicación de la 986, el Secretario General de NNUU, Kofi Annan, insiste sobre las limitaciones estructurales del programa para afrontar y aliviar eficazmente la grave crisis humanitaria causada por diez años de sanciones. Además, EEUU y Gran Bretaña siguen obstaculizando en el seno del Comité de Sanciones la aplicación del programa "petróleo por alimentos", al bloquear contratos en sectores que son estratégicos para la normalización de la vida cotidiana en Iraq "como el eléctrico, el de los transportes o el petrolífero" por considerarlos de "doble uso", civil y militar. A 29 de diciembre, la cantidad de dinero bloqueada en contratos pendientes de aprobación había aumentando hasta más de 2,9 mil millones de dólares, según informa NNUU.

 

Por otra parte, Iraq destina más dinero al pago de la indemnizaciones por la Guerra del Golfo que a la adquisición de productos humanitarios: según datos de NNUU, desde 1997 Iraq ha recibido en productos humanitarios una cantidad inferior a la que ha tenido que destinar al pago de indemnizaciones: 8,6 mil millones de dólares frente a 10,5, respectivamente; durante el pasado año 2000 Iraq ha pagado en deuda de guerra más del doble de lo que ha recibido en productos humanitarios. Iraq afronta aún un volumen de indemnizaciones de 320 mil millones de dólares (sin contar los intereses devenidos en estos diez años desde el fin de la Guerra del Golfo), de los que ya 32 mil millones están aprobados y a la espera de pago. El pasado 5 de diciembre el Consejo de Seguridad aprobaba un pago de 15,9 mil millones de dólares para la petrolera Kuwait Petroleum Corporation por pérdidas causadas durante la ocupación del Emirato por el ejército iraquí.

La confirmación de Bush como nuevo presidente norteamericano y las renovadas amenazas contra Bagdad desde Washington lanzadas por el nuevo secretario de Estado, Colin Powell, así como la prolongación de las sanciones, no permiten prever el fin de esta década de sufrimiento para el pueblo iraquí.

Toda nuestra solidaridad con el pueblo iraquí.

Comité de Solidaridad con la Causa Árabe