El canje de prisiones entre
Hizbollah e Israel: las lecciones de la resistencia
CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
5 de febrero de 2004
Nota informativa, CSCAweb, Loles Oliván
"Ha
sido la estrategia invariable que ha mantenido Hizbollah durante
décadas -priorizar con determinación y coherencia
la lucha contra la ilegalidad de la ocupación y el expansionismo
de Israel y hacerlo de manera global, legítima lucha armada
incluida- lo que ha convertido a esta organización en
un bastión y referente singular de la resistencia árabe.
La lección de Hizbollah es la misma que los palestinos,
los iraquíes y amplios sectores árabes expresan
contra Israel y EEUU: resistencia frente a la invasión
hasta liberar la tierra. Es de esperar que la relación
de Hizbollah con Irán y Siria no retrase por más
tiempo su explícito reconocimiento del incuestionable
papel que la resistencia iraquí está jugando en
contener el expansionismo imperialista en la zona, precisamente
y en primera instancia contra ambos países"
El pasado 30 de enero la organización
libanesa Hizbollah y el Estado de Israel llevaron a cabo una
operación de intercambio de prisioneros y de restos mortales
de guerrilleros árabes y soldados israelíes que
perdieron la vida en operaciones militares en las últimas
décadas de la ocupación israelí del sur
de Líbano. La operación, fruto de tres años
de negociación a través de la intermediación
alemana, rompe la lógica aparente que la diplomacia estadounidense
e israelí han tratado de imponer en el conflicto árabe-israelí
mediante su estrategia de "Guerra contra el terrorismo".
A cambio de tres cadáveres
de soldados israelíes [1] y del empresario israelí
y coronel del ejército en la reserva Elhanan Tannenbaum,
Israel puso en libertad a 420 presos palestinos, 23 libaneses
(incluidos el sheij Abdel Karim Obeid y Mustafa Dirán),
otros 12 presos árabes y un ciudadano alemán supuestamente
miembro de Hizbollah, así como 59 cadáveres de
guerrilleros palestinos y libaneses de distintas facciones (siete
de Hizbollah, 23 del Partido Comunista Libanés (PCL) y
de la Organización Acción Comunista, seis afiliados
de Amal, cinco de Fatah, dos del Frente Democrático para
la Liberación de Palestina (FDLP), uno del Frente Popular
para la Liberación de Palestina (FPLP), uno de as-Saiqa
y uno de Creyentes de la Resistencia) [2].
La operación de intercambio
que concluyó mediante un sofisticado y meticuloso proceso
que conectó durante el viernes 30 de enero a Israel, la
Franja de Gaza, Cisjordania, Naqura (en el sur de Líbano)
y el aeropuerto de Colonia (Alemania) venía siendo anunciada
por el secretario general de Hizbollah, Hassan Nasrallah, desde
el año pasado en medios de comunicación árabes
[3].
Reconocimiento
a Hizbollah
Durante la mañana del
viernes, 30 de enero el sur de Líbano fue el escenario
de una realidad insoslayable tanto para el stablishment
israelí como para la diplomacia estadounidense y todos
sus secuaces de la "Guerra global contra el terrorismo",
muy especialmente para los regímenes reaccionarios árabes:
una gruesa representación social y popular de ciudadanos
libaneses, familiares de los presos que retornaban a su país
y de los guerrilleros árabes caídos en combate
rendían en el homenaje a los liberados un reconocimiento
y tributo explícitos a una organización política
que, tachada de terrorista en las listas estadounidenses,
israelíes y de la Unión Europea (UE) ha vuelto
a ganar, tras forzar militarmente la retirada de las tropas de
ocupación israelíes del sur libanés en junio
de 2000, una segunda batalla árabe contra Israel. El propio
Nasrallah lo expresaba así: "esta operación
es un regalo para todos los árabes y muy especialmente
para el pueblo palestino" [4].
Ni siquiera el gobierno y el
parlamente libaneses (representados por el presidente Emil Lahud,
el primer ministro Rafik Hariri, el portavoz del parlamento,
el shi'í Nabil Berri, dirigente de Amal, y el cardenal
maronita Nasrallah Sfeir) pudieron escapar al obligado cumplimiento
de ensalzar el papel desempeñado por Hizbollah y el respeto
que se ha ganado esta organización en amplios sectores
de la sociedad libanesa, incluidos políticos y mediáticos,
además de populares.
Nuevo retroceso
para Israel
Desde Israel, por el contrario,
la operación ha sido ampliamente criticada en los medios
de comunicación y entre la opinión pública
[5], máxime si se tiene en cuenta que el anuncio
del intercambio se ha hecho de manera inesperada y en contra
de todo pronóstico, en el periodo más virulento
de la estrategia de acoso y derribo de Sharon. A ello se añaden
las críticas por lo que los analistas israelíes
califican de desproporción, al haberse canjeado
a 429 árabes vivos por un solo israelí, Elhanan
Tannenbaum, de cuya identidad y labor en Líbano los gobiernos
de Israel venían ofreciendo una versión pública
confusa que rechazaba cualquier vinculación del empresario
con los servicios secretos israelíes [6].
Pero más allá
de las críticas internas israelíes, merece la pena
reflexionar sobre el significado y la trascendencia de esta operación
y el papel desempeñado por el gobierno de Sharon, que
sin duda contradice la ofensiva diplomática y política
públicas en que ha envuelto su discurso oficial sobre
el "terrorismo palestino" (y por extensión árabe)
desde su ascenso al poder, y muy particularmente desde que la
"Guerra global contra el terrorismo" de Bush se convirtiera
en el axioma desde el cual exigir y perseguir el "cambio
de régimen" de la Autoridad Palestina (AP) e imponer
una interlocución palestina acomodaticia con las exigencias
de Israel. Esta operación pone de manifiesto el diferente
alcance de los límites que impone a Israel la determinación
y la fuerza de Hizbollah frente a la debilidad de una AP creada
para ser vulnerable y desvela por qué, al mismo tiempo
que Israel puede aniquilar políticamente a un Arafat previamente
debilitado, reconoce a y pacta con la dirección de una
organización política que, tildada terrorista,
criminalizada a nivel internacional a causa de las "listas
negras" creadas por EEUU y la UE, es la única que
ha forzado a Israel a retirarse de un territorio árabe
ocupado ilegalmente tras más de 20 años de resistencia.
La lección de Hizbollah
es la misma que los palestinos, los iraquíes y amplios
sectores árabes expresan contra Israel y el proyecto sionista
y contra EEUU: resistencia frente a la invasión hasta
liberar la tierra. Es de esperar que la relación de Hizbollah
con Irán y Siria no retrase por más tiempo su reconocimiento
explícito por el incuestionable papel que la resistencia
iraquí está jugando en contener el expansionismo
imperialista en la zona, precisamente y en primera instancia
contra ambos países. A pesar de las especulaciones de
algunos analistas sobre un supuesto papel de Hizbollah en la
resistencia iraquí, diplomáticos y otros expertos
afirman que no se está produciendo entradas de miembros
de Hizbollah a Iraq. El propio secretario del departamento de
Asuntos Exteriores de la organización libanesa Nawaf Al-Mussawi
declaraba el pasado 30 de enero a este respecto que los miembros
de su organización tienen prohibido viajar a Iraq incluso
para peregrinar a los lugares sagrados del shi'ismo en ese país.
Sobre la resistencia iraquí declaró: "creemos
que el pueblo iraquí tiene capacidad para liberarse a
si mismo" [7].
La bochornosa
oficialidad árabe
No es de extrañar que,
como comenta el diario israelí Haa'retz, "[...]la
cobertura informativa de los canales de TV árabes, como
si fuera una decisión colectiva, lo presentara como una
representación local de un asunto libanés. Mientras
que al- Manara, el canal de Hizbollah cubrió cada
segundo de las 24 horas en las que transcurrió, la TV
siria prácticamente lo ignoró, la jordana lo dio
como noticia breve, la egipcia emitió películas
y otras noticias y al-Jazeera, al-Arabiya y otros
canales árabes de TV por satélite pasaron de la
ceremonia inicial al atentado de Jerusalén y después
a Iraq. La distancia entre la cobertura libanesa, particularmente
la de Hizbollah y la del resto del mundo árabe, simboliza
la importancia de Hizbollah. Al final, el mundo árabe
[oficial] se siente inquieto de que una organización religiosa
shi'í, definida por Occidente como terrorista y que considera
a la mayoría de los regímenes árabes como
peones en manos de Occidente y como traidores a la causa árabe,
haya triunfado donde los importantes dirigentes han fracasado"
[8].
Lo que no acaba de concluir
el comentarista israelí es que ese fracaso de los
dirigentes árabes no es más que el resultado de
la sumisión y el abandono oficial de sus regímenes
a la lógica impuesta por estadounidenses e israelíes
mediante falsas iniciativas de paz y desequilibrados procesos
negociadores que, lejos de estar orientados a conseguir una negociación
en pie de igualdad con Israel, solo han contribuido a un mayor
deterioro de las condiciones de vida de los palestinos, a la
intensificación de la hegemonía regional israelí
y al incremento del rechazo popular a los designios del sionismo.
Para los dirigentes árabes, el fracaso no solo se cifra
en la pérdida de toda legitimidad interna sino, fundamentalmente
en la extrema debilidad, dependencia y vulnerabilidad en que
sus propios errores les han situado frente a EEUU e Israel.
Por el contrario, la lección
esencial de este episodio al que premeditadamente no se ha querido
dar relevancia política y escasamente mediática
es que ha sido la estrategia invariable que ha mantenido Hizbollah
durante décadas -priorizar con determinación y
coherencia la lucha contra la ilegalidad de la ocupación
y el expansionismo de Israel y hacerlo de manera global, legítima
lucha armada contra la ocupación incluida- lo que ha
convertido a esta organización en un bastión y
referente singular de la resistencia árabe. Hizbollah
es la única organización árabe reconocida
que ha llevado al Estado de Israel a un pacto y a su cumplimiento
sin dar marcha atrás en su objetivo central. Que ese pacto
haya sido el fruto de la resistencia y no del falso diálogo
-imposición directa- es algo que sin duda hará
reflexionar a más de uno.
Y a este respecto, merece la
pena señalarse que la operación en cuestión
es solo la primera fase de una negociación de mayor calado
por la que está previsto que Israel y Hizbollah alcancen
un acuerdo para intercambiar más prisioneros palestinos
y árabes, entre otros, por la parte libanesa, a Samir
Qontar, libanés druso y el preso árabe más
antiguo de los que cumplen condena en cárceles de Israel
que fuera detenido en 1979. A cambio, Hizbollah tendrá
que ofrecer información acerca del paradero de Ron Arad,
piloto de las fuerzas armadas israelíes cuyo avión
fue abatido en 1986 en territorio libanés.

Notas:
1. Los tres
soldados israelíes habían sido capturados por Hizbollah
en una operación militar en el reducto de las Granjas
de la Sheba, situado en territorio del sur libanés reocupado
en el año 2000 pocos meses después de la retirada
de las fuerzas armadas israelíes del sur del país.
La Vanguardia, 31 de enero de 2004.
2. The Daily Star, 30 de enero de 2004.
3. Al-Ahrwam Weekly, 29 de enero a 4 de febrero de 2004,
núm. 675.
4. Al-Ahrwam Weekly, op. cit.
5. Según cita La Vanguardia, "[...]El
periodista Yoel Marcus, del diario Haa'retz, afirmó
que 'intercambiar un israelí vivo y tres soldados muertos
por más de 400 presos árabes es un escándalo
nacional. El Gobierno de Israel convierte al líder de
Hezbollah, el jeque Nasrallah, en el gran héroe del mundo
árabe, y le da permiso para secuestrar y matar a los secuestrados'.
Otro comentarista, Zeev Sheef, señala que con esta operación
de canje 'queda claro que hay cosas que Estados Unidos no puede
hacer solo en Oriente Medio y necesita la ayuda europea, en este
caso la mediación alemana'. [...] Yediot Ajaronot,
el diario israelí de mayor difusión, resumía
ayer: 'No es casual que la pesadilla de los israelíes
secuestrados en Líbano se mezclara con la pesadilla de
los atentados suicidas. Son las mismas personas que desde Teherán,
Damasco y Beirut mueven los hilos tanto de los hombres y mujeres
bomba como del canje de presos'". La Vanguardia,
31 de enero de 2004.
6. Según Robert Fisk, Elhanan Tannenbaum "[...] fue
a Líbano por causa de Ron Arad, [piloto de las fuerzas
armadas israelíes cuyo avión fue abatido en Líbano
en 1986 y cuya huella desapareció. Hizbollah ha negado
siempre haberlo capturado] atraído según parece
por las mañas de Hezbollah, organización convencida
de que se trataba de un agente del Mossad. La familia de Tannenbaum
siempre afirmó que él era un empresario que trabajaba
en Suiza. El propio Tannebaum declaró anteayer que era
un ciudadano israelí. Pero las misteriosas y enigmáticas
"fuerzas de seguridad" próximas a los israelíes
han dado otra explicación: que Tannenbaum había
sido un agente israelí expulsado en un principio de Suiza
por orden de la policía de ese país y que había
sido reciclado o reinstruido en un centro del Mossad cerca
de Natanya y que había regresado nuevamente a Lausana.
Las fuentes sostuvieron que unos enfurecidos servicios
de seguridad suizos habían vendido a Tannenbaum
a Hezbollah. [...] ¿Era Tannebaum una pieza mucho más
importante de lo que los israelíes nos permitieron creer?
Tal vez lo estemos descubriendo ahora". La Vanguardia,
31 de enero de 2004.
7. The Daily Star, 31 de enero de 2004
8. Haa'retz, 30 de enero de 2003.
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