Los olivares ocupados
Sonny Inbaraj
IPS
/ CSCAweb, 27 de diciembre de 2004
El aceite
de oliva es a la economía Palestina lo que el petróleo
es a la de Arabia Saudita, según la activista. Es, además,
básico en la alimentación de las comunidades rurales.
Los olivares representan más de 40 por ciento del área
cultivada en Cisjordania y Gaza, y representan casi 80 por ciento
de los árboles frutales cultivados. En total, desde la
llamada guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel
se enfrentó con varios países árabes, más
de un millón de olivos palestinos fueron destruidos. El
ataque sistemático contra los olivares de Palestina constituye
un inmenso desastre económico y ambiental que tendrá
un gran impacto en la sociedad palestina por varias generaciones.
Además de su costo económico,
social y en vidas humanas, las incursiones de Israel en territorio
árabe acaban con una plantación básica para
la economía y el ambiente de Palestina: los olivos.
"Los árboles garantizan la vida de las personas.
Detengan la destrucción de los árboles en Palestina",
reza uno de los tantos carteles desplegados en Bangkok, donde
se desarrolla el III Congreso Mundial de la Naturaleza.
El problema de la destrucción
sistemática de olivares en los territorios palestinos
ocupados por Israel integró la agenda de esta conferencia,
organizada por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN,
por sus siglas en inglés).
La directora del Grupo Árabe
para la Protección de la Naturaleza, Razan Zuayter, llegó
la capital de Tailandia en busca de respaldo a una iniciativa
para plantar un millón de árboles, en especial
olivos, en tierras palestinas. También intentará
captar la atención mundial sobre la crítica situación
social y económica de los cultivadores de olivos en Palestina,
desplazados por tropas israelíes.
"El olivo ha sido cultivado
en Palestina durante 6.000 años. Ahora, estos árboles
son arrasados por la ocupación. Lamentablemente, no sólo
destruyen los árboles, sino toda la historia de Palestina",
dijo Zuayter en el Congreso.
Esta conferencia mundial, a
la que asisten hasta este jueves representantes de 81 gobiernos,
114 agencias oficiales, 800 organizaciones no gubernamentales
y 10.000 científicos y expertos de 181 países,
es considerada una de las mayores reuniones de carácter
ambientalista de la historia.
El aceite de oliva es a la
economía Palestina lo que el petróleo es a la de
Arabia Saudita, según la activista. Es, además,
básico en la alimentación de las comunidades rurales.
Los olivares representan más de 40 por ciento del área
cultivada en Cisjordania y Gaza, y representan casi 80 por ciento
de los árboles frutales cultivados.
Las tropas israelíes
avanzan con excavadoras en los territorios palestinos destruyendo
casas y también las plantaciones de olivos, afectando
la supervivencia de los granjeros y de sus descendientes, alertó
la activista. Desde que estalló la segunda "intifada"
(insurrección popular contra la ocupación) en septiembre
de 2000, las fuerzas israelíes desarraigaron casi 400.000
olivos por un valor de 60 millones de dólares, calculó
la organización humanitaria católica Cáritas.
En total, desde la llamada
guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel se enfrentó
con varios países árabes, más de un millón
de olivos palestinos fueron destruidos. "El ataque sistemático
contra los olivares de Palestina constituye un inmenso desastre
económico y ambiental que tendrá un gran impacto
en la sociedad palestina por varias generaciones", advirtió
Cáritas en un comunicado.
Muchos olivares en sitios estratégicos
fueron arrasados para construir colonias judías. Además,
el Ejército israelí lanza frecuentes operaciones
contra comunidades rurales palestinas enteras y acaba con su
producción como forma de intimidación.
"Estos ataques sistemáticos
con excavadoras son cada vez más frecuentes. La destrucción
de la tierra es muy grande, ya que arrasan la capa superior,
que es la más fértil, y de esa manera cambian toda
la estructura de la tierra. Además de desarraigar los
árboles, desarraigan a las personas, y eso es cruel",
dijo Zuayter.
Segunda
Intifada
Unos 1.000 israelíes
y 3.000 palestinos han muerto desde que empezó la segunda
intifada en septiembre de 2000.
En 2002, el primer ministro
israelí Ariel Sharon lanzó la "Operación
Muro Defensivo" para acabar con la insurrección popular
palestina y anunció la construcción de una "muralla
de seguridad", que separa el territorio de Israel de Cisjordania,
para impedir el ingreso de atacantes suicidas árabes a
ciudades israelíes. La mayor parte de los 640 kilómetros
de la pared es de cemento, con una superestructura coronada por
alambres de púas y sensores electrónicos.
El trayecto sinuoso del muro
aisló y dividió a muchas localidades palestinas.
Una de las más afectadas es Qalqilya, antes conocida como
la "canasta de frutas" de Cisjordania.
"Está dividida
en tres partes: sus granjas, sus mercados y sus recursos hídricos,
los segundos más importantes de la zona. El único
acceso a la localidad, con 40.000 habitantes, es a través
de un puesto de control israelí", dijo el director
de proyectos de la ONG Comité de Ayuda a la Agricultura
Palestina (PARC, por sus siglas en inglés), Abdul Latif
Mohammed.
"Más de 30 pozos
de agua en Qalqilya fueron afectados durante la primer fase de
construcción de la muralla, con graves consecuencias para
las tierras agrícolas", dijo Abdul Latif. Además,
la propagación de los asentamientos judíos en los
territorios palestinos está amenazando los recursos hídricos
de Cisjordania, según el director de PARC.
"La mayoría de
las colonias son edificadas en la cumbre de las montañas,
que atrapan el agua de la lluvia para abastecer a los acuíferos",
subrayó Abdul Latif. El activista señaló
que los colonos con frecuencia lanzan desechos tóxicos
directamente en el agua de la zona.
"Esto está prohibido
en Israel, pero lo hacen en los territorios palestinos. Esto
es en verdad preocupante, ya que contaminan el suelo y el agua
subterránea, dejando a los palestinos sin un importante
recurso para su agricultura", afirmó.
Mientras, en Gaza, los niveles
de agua subterránea decrecen con rapidez, reveló
un estudio elaborado por la Autoridad Palestina de Aguas. En
1975 había 1.200 metros cúbicos, pero en 1995 se
redujo a 800.
El estudio prevé que,
debido al crecimiento de la población palestina y a la
propagación de las colonias judías, los acuíferos
de Gaza desaparecerán para 2020.
|