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IRAQ

Impactante imagen -difundida en portada en la mayoría de los diarios de tirada nacional e internacional del 7 de mayo- de una de las habituales prácticas de tortura a los presos de la cárcel bagdadí de Abu Ghraib. La 'soldado-carcelera' estadounidense Lynndie England arrastra con una correa a un preso desnudo por los pasillos de la prisión.

* Munir al-Yaloudi es corresponsal de la cadeba de TV 'al-Jazeera' en Bagdad. Este artículo ha sido publicado en la web de 'al-Jazeera' en su edición en árabe y traducido por Humad el-Badawi para CSCAweb.

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Munir al-Yaloudi: Las imágenes de las torturas en Abu Ghraib - No es difícil torturar a presos para quien bombardea las casas de los civiles y mata niños y mujeres


La vida de un iraquí "vale" 2.500 dólares

Munir al-Yaludi*

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 7 de mayo de 2004
al-Jazeera (Bagdad) 6 de mayo de 2004
Traducción para CSCAweb de Humad el-Badawi

EEUU ha promulgado una ley por la cual obliga a sus soldados a pagar 2.500 dólares en indemnización por cada iraquí que maten "por error" sin que se impute al asesino ningún otro cargo. El gobernador civil Paul Bremer ha emitido un decreto en virtud del cual queda prohibido que tribunales iraquíes atiendan denuncias [de iraquíes] contra las fuerzas de ocupación o contra los ciudadanos de los países de la coalición.

"En un contexto de guerra y de ocupación puede ocurrir de todo". Este es el comentario que tienen los iraquíes en la boca respecto a las vejaciones de los ocupantes estadounidenses. Entre los hechos más habituales en la vida cotidiana de los ciudadanos iraquíes destacan las escenas de asesinatos a manos de soldados estadounidenses, sea por los bombardeos de barrios populares o por los disparos indiscriminados cuando los soldados se sienten amenazados o por los asaltos a viviendas acompañados de explosiones y violencia.

A raíz de estos incidentes y de las muchas protestas que han generado, los estadounidenses se han visto obligados a tener que admitirlos aunque también a justificarlos. Por ello, a consecuencia del malestar de los iraquíes y de la condena de las organizaciones de derechos humanos dentro y fuera del país, EEUU ha promulgado una ley por la cual obliga a sus soldados a pagar 2.500 dólares en indemnización por cada iraquí que maten por error sin que se impute al asesino ningún cargo más.

Algunos juristas consideran que esta ley alienta a los soldados a matar por motivos que pueden ser frívolos ya que les proporciona amparo e impunidad.

El abogado Mohamed Chikhli, miembro del órgano supremo de derechos humanos considera que el primer problema de esta ley es que no engloba a los afectados antes del 16 de abril de 2003, fecha declarada como el día del fin de las operaciones militares en Iraq. Ello supone un agravio y una desigualdad hacia las personas que vieron como sus casas fueron destruidas y sus familiares asesinados [por las fuerzas estadounidenses].

El mismo abogado recalca en una entrevista con al-Jjazeera.net que el gobernador civil Paul Bremer ha emitido un decreto en virtud del cual se prohibe que tribunales iraquíes atiendan denuncias contra las fuerzas de ocupación o contra los ciudadanos de los países de la coalición. Según esta ley, ni se puede juzgar ni se pueden atender denuncias concernientes a la ocupación o a ciudadanos de países de la coalición, sea cual sea la gravedad del caso.

Iman Ahmad Jammas, directora del Observatorio Internacional contra la Ocupación, sostiene que las fuerzas ocupantes se han dedicado a jugar sucio con esta ley puesto que solo una mínima parte de los damnificados han recibido indemnizaciones mientras que la mayoría de las reclamaciones han sido rechazadas por considerar que los daños sufridos se han producido en [situaciones de] combate.

En su entrevista con al-Jazeera.net, Iman Jamas cuenta que los damnificados están obligados a cumplir con una serie de requisitos y a superar muchas barreras para conseguir estas indemnizaciones. Igualmente, aquellos que las cobran están obligados a firmar un documento donde se compromete a cerrar definitivamente la causa y a no reclamar más derechos.

La activista de derechos humanos se opone firmemente a la cantidad que se paga a las víctimas iraquíes cuando un país como Libia se ha visto forzado a pagar 10 millones de dólares por cada víctima estadounidense [en el caso] del avión de Lockerbie, lo que significa que la vida de un estadounidenses valdría lo que la de 4.000 iraquíes juntos.

La semana pasada las fuerzas de ocupación iniciaron la entrega de la primera partida de indemnizaciones a damnificados que tuvieron que aceptar incontestablemente a pesar del agravio consumado.

La historia de Haj Ali Naif

Entre los casos que hemos conocido es el de Haj Ali Naif al que hemos visitado en su casa en la zona de Abu Gharib. [Ali Naif] Es un hombre de 58 años que sufre una parálisis y que vive con sus hermanos y sus hermanas en una modesta casa donde habitan en total una docena de personas. Esta es su historia: En una noche del mes de Ramadán [Noviembre] pasado, sobre las 02:00 horas de la madrugada, su casa fue rodeada por tanques estadounidenses. Los soldados explosionaron la puerta y asaltaron la vivienda para sorprender quien estaba dentro. La metralla de la explosión impactó en los ojos de Haj Ali causándole ceguera inmediata además de la parálisis. Su hermano menor murió en el acto.

Haj Ali fue detenido en el hospital donde había ingresado [tras el ataque] y fue conducido a la prisión de Abu Gharib a pesar de ser una persona con parálisis y de haber perdido la vista.

Después de cuatro meses de detención fue puesto en libertad. Su hermano Ahmad de 35 años, ingresó en la misma cárcel y fue acusado de haber atacado a las fuerzas de ocupación a pesar de haber sido detenido en su propia casa para que no pudiera reclamar indemnización por la muerte de su hermano menor, la perdida de vista de su hermano mayor y por los daños causados a la casa. Desde entonces muchos vecinos del barrio de Abu Gharib empezaron a dejar abiertas las puertas de sus casas para evitar que sean explosionadas con todo el daño que podría suponer para la casa y para los que la ocupan.