Index | Iraq 2004
Actualidad
IRAQ

"El petróleo iraquí consigue donaciones"
Hassan Bleibel (Al-Mustaqbal)
CSCAweb: 22-10-04

Club de París

Comunicado de prensa sobre las deudas de Iraq

www.clubdeparis.org
Traducción: Pablo Carbajosa

Con ocasión de su Tour d´Horizon mensual, celebrado el 10 de julio de 2003, los acreedores del Club de París examinaron la situación en que se encuentra Iraq en relación a a ellos.

Tomaron nota de la evolución de la situación externa en el contexto de la aprobación de la resolución 1483 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Respecto a ello, estuvieron plenamente de acuerdo en "lo deseable de una pronta terminación de la reestructura de la deuda iraquí" y confirmaron la disposición del Club de París para cumplir con su papel en este asunto.

Se consideraron los resultados de la recogida de datos sobre la deuda iraquí. De acuerdo con estimaciones preliminares, la deuda pública total de Iraq con los acreedores del Club de París (incluyendo Brasil y Corea) asciende a 21.018 millones de dólares, casi exclusivamente en atrasos en los pagos. Toda esta deuda se deriva de créditos contraídos antes del 2 de agosto de 1990. El total de esta cantidad tiene en cuenta las exigencias rusas de ajuste de lo reclamado en época soviética, de conformidad con la metodología del Club de París.

La tabla adjunta proporciona información detallada de cada acreedor con excepción de los últimos intereses. Los últimos intereses, calculados en principio sobre la base de los tipos establecidos en los contratos originales, se estiman actualmente en una cantidad similar al principal pendiente de pago. De acuerdo con la metodología habitual del Club de París, estos diversos datos deben convenirse de acuerdo las autoridades iraquíes antes de cualquier negociación .

Los acreedores del Club de París examinaron los actuales esfuerzos de las instituciones financieras internacionales por evaluar la situación económica y financiera de Iraq. Dieron una favorable acogida a los esfuerzos del FMI por recoger datos de los acreedores de Iraq que no son miembros del Club de París y recalcaron que la coordinación entre acreedores sería clave para un proceso de reestructura ordenado.

Comparten la opinión de que no esperan que Iraq esté en condiciones de reanudar sus pagos antes de fines de 2004. El Club de París de países acreedores se formó en 1956. Se trata de un grupo informal de gobiernos de países acreedores de importantes países industrializados. Mantiene negociaciones con los países deudores a fin de hallar soluciones coordinadas y sostenibles a sus dificultades de pago y con el objetivo de acordar condiciones concretas de reestructura de su deuda. Se reúne también mensualmente en un "Tour d´Horizon" para mantener una visión de conjunto de las cuestiones pendientes relativas a los países deudores.

CANTIDADES PENDIENTES ADEUDADAS POR IRAQ A LOS PAÍSES ACREEDORES (principal)

Cantidades adeudadas a fecha del 1 de enero de 2003 (en millones de dólares USA, sin los últimos intereses) (1)

PAÍSES ACREEDORES

AUSTRALIA: 499,3
AUSTRIA: 813,1
BÉLGICA: 184,5
BRASIL
(3): 192,9
CANADÁ: 564,2
DINAMARCA: 30,8
FINLANDIA: 152,8
FRANCIA: 2.993,7
ALEMANIA: 2.403,9
ITALIA: 1.726,0
JAPÓN: 4.108,6
HOLANDA: 96,7
COREA DEL SUR
(3): 54,7
FEDERACIÓN RUSA
(2): 3.450,0
ESPAÑA: 321,2
SUECIA: 185,8
SUIZA: 117,5
REINO UNIDO: 930,8
ESTADOS UNIDOS: 2.192,0

TOTAL: 21.017,9 millones de dólares

(1) Definición de la deuda en cuestión: las cifras cubren, de parte deudora, las cantidades adeudadas por el sector público. Desde el punto de vista de los acreedores, las cifras incluyen créditos y préstamos otorgados, o garantizados por los gobiernos o las instituciones correspondientes a los mismos.
Fundamentalmente, las reclamaciones privadas (deuda contraída con acreedores particulares) así como la deuda privada (que adeudan instituciones iraquíes privadas sin garantía pública) se excluyen de los datos recogidos.

(2) Reclamaciones rusas: esta cifra representa las cantidades adeudadas a Rusia tras una simulación del ajuste sobre lo reclamado en época soviética, de conformidad con la metodología del Club de París.

(3) Estos acreedores han sido invitados de forma regular por los miembros permanentes del Club de París a sumarse a sus debates sobre Iraq.

Enlaces relacionados:

Iraq: los millones perdidos


La deuda externa iraquí asciende a 125.000 millones de dólares

El gobierno colaboracionista de Iraq quiere cobrar lo que le prometieron

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 20 de octubre de 2004

El gobierno colaboracionista iraquí ha utilizado la conferencia de donantes de Tokio realizada la semana pasada, la cuarta desde que se inició la guerra y la primera después de la denominada "transferencia de soberanía" para reclamar a los países donantes no sólo que no le abandonen, sino para recordarles que las cantidades acordadas en las conferencias anteriores no han llegado y la anulación de la deuda externa iraquí, que suma unos 125.000 millones de dólares.

El gobierno colaboracionista iraquí ha utilizado la conferencia de donantes de Tokio realizada la semana pasada, la cuarta desde que se inició la guerra y la primera después de la denominada "transferencia de soberanía" para reclamar a los países donantes no sólo que no le abandonen, sino para recordarles que las cantidades acordadas en las conferencias anteriores no han llegado y la anulación de la deuda externa iraquí, que suma unos 125.000 millones de dólares. Sobre la condonación de la deuda de Iraq, ya el Club de Deudores de París se reunió el pasado verano (ver información anexa).

Se trata de un ruego desesperado, puesto que la situación bélica en el país no hace posible la materialización de tales pretensiones, que no consisten en la pretensión de nuevos compromisos financieros, sino en que los gobiernos y las organizaciones multilaterales desembolsen la asistencia prometida en las conferencias anteriores.

El "ministro" de Planificación y Cooperación para el Desarrollo, Medi Hafedh, y el "viceprimer ministro", Abraham Saleh, mantuvieron en la reunión que el cumplimiento de las promesas es fundamental para las tareas de reconstrucción y dar una pátina de legitimidad al "gobierno interino" y al que pueda salir de las elecciones de enero de 2005, si finalmente se celebran.

Sin embargo, los países participantes ­53 en total, entre ellos altos representantes de los gobiernos de Alemania, Francia y Rusia- se limitaron a discutir y revisar el destino de los 1.000 millones de dólares que el Banco Mundial y el Grupo de Desarrollo de las Naciones Unidas destinaron al Fondo Fideicomisario Iraquí, administrado por ellos mismos. Esa cantidad tenía que haber sido empleada en la financiación de obras como la construcción de carreteras, escuelas y hospitales, pero apenas se ha desarrollado el plan. Para impulsar su realización, el gobierno japonés prometió aportar una cantidad de 490 millones de dólares, la Unión Europea decidió ofrecer 10 millones de dólares e Irán, sorprendentemente, se convirtió en el miembro número 15 de dicho fondo con una aportación de otros 10 millones de dólares [1].

El coordinador ejecutivo del Fondo, el representante de la ONU Bisrat Akilu, consideró que el sólo hecho de que 53 países se hubiesen podido reunir para discutir sobre el Fondo implica un compromiso de la comunidad internacional de continuar mejorando la situación del pueblo iraquí. No obstante, todos los participantes coincidieron en afirmar que el proceso de reconstrucción sólo podrá avanzar si el gobierno colaboracionista lograba controlar definitivamente el país y reducir el nivel de violencia. Y para ello sólo caben dos opciones: la celebración de las elecciones y la toma de las ciudades controladas por la insurgencia.

Sobre el primer caso, los nubarrones cada vez adquieren un color más gris. A la situación de guerra hay que añadir que dos de los principales sindicatos de empleados de la ONU exigen la retirada del personal en Iraq. En una carta dirigida al secretario general, Kofi Annan, la Federación de Asociaciones de Servidores Civiles Internacionales y el Comité Coordinador de Sindicatos y Asociaciones Independientes del Personal del Sistema de la ONU han dicho que no sólo no debe enviarse ningún funcionario más a Iraq, sino que debe instruirse a aquellos que están allí para que abandonen el país en el plazo más breve posible. El comunicado dice que "si los militares mejor armados y equipados del mundo no pueden garantizar su propia seguridad en ese ambiente [de violencia] cómo podría garantizarse, aun remotamente la seguridad del personal de la ONU?" [2]. Hoy quedan unos 35 trabajadores extranjeros de la ONU en Bagdad, la mayoría residiendo en la "zona verde" y con la finalidad de brindar apoyo logístico a los preparativos de las elecciones.

Sobre el segundo caso, a medida que los ocupantes estadounidenses y los colaboracionistas estrechan el cerco sobre Faluya, los combatientes de la resistencia se están moviendo a otras aldeas iraquíes de la provincia de Anbar para abrir nuevos frentes [3] con los que dificultar el asedio a Faluya e impedir la toma de la ciudad.

Otros 1.000 millones de dólares desaparecidos

Cerca de la mitad de los 5.000 millones de dólares que ha desembolsado el gobierno de EEUU para la reconstrucción de Iraq no aparecen por ningún lado, según la propia ONU, que no es capaz de encontrar los expedientes correspondientes. Una parte considerable de este dinero, 1.400 millones de dólares, fue depositado en un banco del Kurdistán iraquí pero los interventores de la ONU no pueden encontrar ningún expediente que explique si el dinero fue utilizado o permanece en el banco, algo que tampoco pueden probar. Estos interventores también han dicho que no pueden seguir la pista de otros 1.000 millones de dólares de los que fueron repartidos por los EEUU en centenares de proyectos, grandes y pequeños, para la reconstrucción del país. Todos estos fondos se han perdido entre el 1 de enero y el 28 de junio de 2004, período en el que el procónsul estadounidense Paul Bremer estuvo al frente de Iraq[4]. No es la primera vez que se informa de la desaparición del dinero que, supuestamente, ha ido destinado a proyectos de reconstrucción. Ya en el año 2003 se informó de la pérdida de cuatro mil millones de dólares de beneficios del petróleo y otros fondos iraquíes destinados a la reconstrucción del país han desaparecido en opacas cuentas bancarias administradas por la Autoridad Provisional de la Coalición, el cuerpo controlado por EEUU que administraba Iraq al mando de Bremer [5].

Y mientras todo ello sucede, aún cuando la campaña militar de EEUU esté en el caos más absoluto por el auge de la resistencia, la rentabilidad económica que las grandes compañías estadounidenses está consiguiendo es muy alta. La empresa Halliburton, a la que ha estado vinculado el vicepresidente Dick Cheney, ha firmado contratos en Iraq por valor de 18.000 millones de dólares y sólo en lo que va de año ha visto cómo aumentaban sus beneficios un 80%, comparada la cifra con igual tiempo del año 2003 [6]. El grupo Bechtel tiene contratos por valor de 3.000 millones de dólares y ha visto aumentar sus beneficios un 158% desde 2003. La Chevron Texaco, con una cantidad igual, 3.000 millones de dólares, ha visto aumentar sus beneficios un 90% durante la primera mitad de 2004 comparando las cifras con la primera mitad de 2003.

La administración de Bremer se distinguió por emitir una serie de órdenes de gobierno que aseguraban que ninguno de los beneficios que hiciesen las empresas contratistas en Iraq tenían que ser reinvertidos en la economía iraquí o en ayudar a la reconstrucción. Todo el beneficio, íntegro, revertía a EEUU. Ello ha provocado que estos beneficios generados por la guerra hayan aparecido en las cajas del Partido Republicano. Halliburton ha donado un total de 165.949 dólares a los partidos políticos estadounidenses, pero el 85% de esa cantidad ha ido a parar a las arcas del Partido Republicano. La Chrevon Texaco ha donado un total de 367.731 dólares, el 83% de ellos a los republicanos. La Lockheed ha donado 1.397.132 dólares, el 59% de esa cantidad ha ido a parar a los republicanos. Bechtel, por su parte, ha donado 199.847 dólares, el 53% de los mismos para el Partido Republicano de George W. Bush.

No es extraño, entonces, que en un seminario realizado en Viena el pasado mes de septiembre, al que asistieron representantes de países miembros de la OPEP, las grandes compañías realizasen suculentos pedidos al "ministro" iraquí del Petróleo, Thamir Ghadhaban. El terreno ya había sido abonado por el primer ministro del gobierno colaboracionista, Iyad Alaui, cuando habló de la aceleración de la producción petrolífera y anunció la retirada de su gobierno de la gerencia directa de las empresas comerciales de crudo. Alaui dijo textualmente que "los días de la economía iraquí centralizada y planificada por el Estado han terminado". Y de inmediato anunció que el desarrollo de los campos petrolíferos existentes correrá a cargo de una nueva compañía nacional, pero que la explotación de las reservas de petróleo y gas debe correr a cargo de las "compañías internacionales competentes".

Ante esta situación, un alto funcionario de una firma occidental presente en la reunión de Viena dijo que"ninguna compañía petrolera respetable puede no hacer caso de Iraq". En su opinión, "se mira cuidadosamente cómo se desarrollan los acontecimientos, especialmente las elecciones de enero de 2005, y se apuesta por la restauración de la seguridad y la estabilidad" que haga posible los movimientos de las firmas internacionales a finales del año 2005 o inicios del 2006 [7].

Notas:

[1] Agencia IPS, 14-octubre-2004
[2] Agencia IPS, 6-octubre-2004
[3] Iraqwar, 19-octubre-2004
[4] Boston Globe, 6-octubre-2004
[5] Véase en CSCAweb:
Iraq: los millones perdidos
[6] The Financial Times, citado por Khilafal.com 17-octubre-2004. Todos los datos que aparecen a continuación han sido tomados de esa página de internet.
[7] Daily Star, 18-octubre-2004