Paremos la guerra contra Iraq


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Las mentiras de la guerra

Frente a la guerra "aséptica", "quirúrgica" y de "precisión" que el Pentágono está vendiendo mediáticamente y sobre la que muchos comentaristas y expertos militares basan sus análisis para desinformar a la ciudadanía a través de emisoras de radio, prensa y televisión.

1 de abril de 2003. Nota CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

En su empeño por ocultar la realidad de la invasión militar contra Iraq, los gobiernos de Bush, Blair y Aznar, y con ellos los que reproducen las informaciones que emanan del Pentágono y del Comando Regional estadounidense en la región del Golfo Pérsico, pretenden presentar al mundo que la ilegal guerra de agresión que han lanzado contra el pueblo de Iraq está dirigida exclusivamente a atacar instalaciones militares y gubernamentales del país en el marco de su objetivo de "acabar con el régimen de Iraq". Bien al contrario, el testimonio de quienes como los Brigadistas en Iraq contra la guerra 'Mohammad Belaidi' conviven cada día junto a la población de Bagdad [1], da cuenta de cómo la aviación estadounidense está bombardeando de noche y a pleno día ciudades abiertas y lanzando misiles en áreas densamente pobladas. Frente a la guerra "aséptica", "quirúrgica" y de "precisión" que el Pentágono está vendiendo mediáticamente y sobre la que muchos comentaristas y expertos militares basan sus análisis para desinformar a la ciudadanía a través de emisoras de radio, prensa y televisión, se oculta que, solo en Bagdad, el impacto de las bombas de fragmentación y los misiles Tomahawk que lanzan los cazabombarderos y los B-52 estadounidenses desde que comenzó la agresión han causado ya más de un centenar de víctimas mortales y cientos de heridos todos ellos civiles, así como la destrucción de casas y centros e instalaciones ajenas al ejército y al gobierno en diversos barrios de la ciudad. Las imágenes dantescas provocadas por el impacto de dos misiles el miércoles pasado en el barrio popular de Sha'ab, o las del bombardeo del mercado de Shu'ala el sábado, 29 dan cuenta, junto a las más de ochenta víctimas mortales que causaron, de la brutalidad de esta guerra ilegal.

Asimismo, los gobiernos de EEUU, Gran Bretaña y España pervierten obscenamente el lenguaje y los conceptos cuando denominan "fuerzas aliadas" o "coalición internacional" a sus ejércitos, cuyos mandos y tropas acatan órdenes ilegales y antidemocráticas y por lo cual deberán hacer frente a la responsabilidad legal, moral y material en que incurren cumpliéndolas de manera tan descarnada.

Se reitera la expresión "liberación de Iraq" reproduciendo el indecente nombre de "Operación Liberar a Iraq" con que denomina la Administración Bush su guerra de agresión, cuando lo que opera es la abierta invasión militar con el fin explícito de imponer por la fuerza una ocupación neocolonial contra un Estado legalmente constituido, reconocido por NNUU y cuya soberanía e independencia han sido violadas. Igualmente, manipula la realidad y pervierte el concepto hermoso de lo que significa liberar una ciudad o un territorio quien, como Bush, Blair y Aznar, símbolos de el fascismo reeditado, llaman a la ocupación por la fuerza militar de la pequeña localidad cercana al puerto marino de Um Qasr, en el sur de Iraq, "ciudad abierta y segura" [2].

Kurdos buenos "aliados" y kurdos malos "islamistas"

Buena parte de los medios de comunicación internacionales y españoles [ya sean estatales o privados] transmiten abiertamente el discurso oficial del Pentágono cuando se refieren al Kurdistán iraquí como "territorio liberado" obviando el hecho de que la población kurda de Iraq ha sido la primera que se ha visto forzada a desplazarse, incluso antes de que comenzase la invasión, debido a que las dos organizaciones kurdo-iraquíes mayoritarias que administran las provincias kurdas de Iraq bajo el manto protector de Washington desde 1991, el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), han convertido el territorio kurdo-iraquí en una base militar estadounidense al servicio de las tropas invasoras para facilitar las operaciones militares a EEUU desde el norte del país.

En la descripción de las operaciones militares llevadas a cabo por las fuerzas del PDK y la UPK junto a las tropas estadounidenses en las últimas horas contra grupos que se dice pertenecen a Ansar al Islam en el territorio del Kurdistán iraquí cercano a la frontera con Irán, no se menciona el hecho de que los más de 130 guerrilleros asesinados hoy por las fuerzas del PDK con el apoyo militar estadounidense eran igualmente kurdos iraquíes; mucho menos se publicita que formaban parte de sectores contrarios a la intervención de EEUU en Iraq. Esta ocultación pone de relieve que, bien al contrario del mensaje que se transmite en el Pentágono y en los medios de comunicación acerca de que la población kurdo-iraquí es favorable a la invasión estadounidense, tales afirmaciones son falsas.

Son los dos grupos kurdos, el PDK y la UPK los que con mayor implantación de fuerzas y armados por EEUU están colaborando activamente con el ejército estadounidense, como lo hicieron antes con la CIA, en la invasión militar contra Iraq y contra sectores de su propia etnia y de su propio territorio kurdo-iraquí radicalmente opuestos a la intervención de EEUU. La utilización del argumento de que se trata de "fuerzas islamistas" vinculadas con Al Qaeda no es sino una nueva intoxicación propagandística elaborada en los despachos de la Administración Bush que está siendo muy oportunamente difundida para "justificar" lo injustificable: por qué las milicias kurdas del PDK y la UPK mercenarias de EEUU están actuando, con el apoyo de las tropas estadounidenses, contra sectores también kurdos pero asociados a los grupos de la oposición patriótica iraquí que ha determinado participar activamente en la defensa de Iraq contra la invasión estadounidense y contra sus proyectos de ocupación militar y control de Iraq.

De nuevo, el discurso del terrorismo islamista

Igualmente, la propagación de la información sobre un enfrentamiento contra fuerzas que se califican de "islamistas" y de tener "conexiones con Al Qaeda" se enlaza en los discursos de los representantes de EEUU, y así se transmite en los medios de comunicación, con la difusión de la llegada a Iraq de guerrilleros de Hisbollah procedentes de Líbano. La participación en la defensa de Iraq de estos guerrilleros que nutrieron durante años la resistencia libanesa contra la ocupación ilegal de Israel en el sur libanés hasta expulsarla casi por completo, sirve a EEUU para reforzar su manipulación utilizando el "peligro islamista" dentro de su discurso contra el "terrorismo islámico" y pretende relanzar el mensaje de los vínculos de Iraq con aquel después de que durante meses fueran negados no solo por el gobierno iraquí y por los inspectores de armamento de NNUU sino por los propios servicios de inteligencia de la CIA que afirmaron no habían podido hallar tal conexión calificándola de "bastante improbable". Merece la pena recordar ahora que el Partido de Hisbollah libanés fue de los primeros grupos políticos árabes en condenar públicamente los atentados del 11 de septiembre.

Con ese mismo lenguaje manipulado se informa acerca de los miles de árabes que están llegando a Iraq procedentes de Túnez, Argelia, Jordania y Siria decididos a tomar las armas y a defender Iraq, desfigurando lo que es una muestra contundente de solidaridad interárabe ajena a los regímenes y a los gobiernos pero inherente a sus pueblos mientras se sigue silenciando que otros tantos miles de ciudadanos iraquíes en el exterior están regresando a su país para engrosar las filas de la resistencia.

Deshonrar al pueblo de Basora

En un ejemplo escandaloso de manipulación de los hechos y de perversión de los conceptos, los portavoces de la Administración Bush y sus cómplices políticos y mediáticos presentan la catástrofe humanitaria de Basora, ciudad mártir que ha sumado a los doce años de sanciones impuestas a todo el país por el CS los efectos de los bombardeos sistemáticos lanzados por la aviación estadounidense y británica desde la ilegal zona de exclusión aérea impuesta a Iraq unilateralmente por EEUU y Gran Bretaña desde 1991, como una realidad provocada por el ejército iraquí para no rendirla. Han sido las bombas y los misiles lanzados en las primeras horas de la invasión militar de EEUU y Gran Bretaña los causantes de la destrucción de la red eléctrica y del sistema de purificación del agua para consumo potable de la población. Basora, sin luz y sin agua, está sufriendo un asedio medieval sostenido por parte de quien ilegalmente trata de ocuparla. Y es el ejército iraquí quien, junto a milicianos y población civil está tratando de reconstruir sobre la destrucción causada por las bombas estadounidenses el suministro de luz y agua.

Afirmar que los habitantes de Basora "están siendo utilizados como escudos humanos por las fuerzas iraquíes"[3] cuando se confirma que en el interior de la ciudad la población está determinada a no rendirse a la invasión sin hacerle frente es mentir y deshonrar ante el mundo a una población que, aún sabiendo que está condenada a sufrir un baño de sangre cuando las tropas que le acechan utilicen todos sus arsenales militares para dominarla, mantiene el coraje de un último esfuerzo de resistencia colectiva. Las noticias difundidas acerca de una "sublevación embrionaria contra el régimen" en el interior de Basora y la "imposición de un régimen de terror a los civiles", en palabras de un alto mando del ejército británico, tuvieron que ser desmentidas poco después por el Pentágono cuando la televisión qatarí Al Yasira mostró las imágenes de una ciudad asediada pero tranquila. Así, una nueva intoxicación informativa elaborada como tantas otras en los despachos militares del Pentágono o del ministerio de Defensa británico sirve no solo para seguir desprestigiando la determinación del gobierno de Iraq de resistir sino para lanzar falsos mensajes a su población a fin de socavar su moral y su capacidad de resistir.

Como en Palestina, resistencia frente a la invasión

Contra todo pronóstico elaborado por la Administración Bush, la población de Iraq, sorprendentemente no solo no ha dado la bienvenida a las tropas estadounidenses y británicas sino que parece determinada a resistir. A pesar de la estrategia de terror contra la población civil ejecutada por el sobrevuelo incesante de los cazas estadounidenses y por los bombardeos intermitentes ­incluso a plena luz del día- los habitantes de las ciudades de Bagdad, Mosul, Kirkut o Basora siguen saliendo a la calle cada día a rehacer sus vidas en un ejemplo de coraje que ilustra la determinación de no someterse y de permanecer en su tierra. Según los datos oficiales de ACNUR y Cáritas, frente a las expectativas de que millones de desplazados iraquíes se dirigieran a las fronteras del país atemorizadas por la guerra, hasta el jueves, 26 de marzo únicamente se había registrado las salida de 400 personas, la mayoría trabajadores residentes en Iraq pero de otras nacionalidades.

La estrategia de una invasión que se había planificado para ser ejecutada en breve plazo con el soporte de la sofisticada tecnología y el poderío militar de la gran superpotencia se ha dado de bruces con lo inesperado. Frente al discurso utilizado por la Administración Bush y reproducido cansinamente por Blair y particularmente por Aznar y su gobierno sobre la "liberación de Iraq" y la "acogida" que tendrían las fuerzas estadounidenses y británicas por la población iraquí, esas mismas fuerzas estadounidenses y británicas primero, y el Pentágono y la Casa Blanca después, no han podido ocultar, a pesar de sus declaraciones en sentido contrario durante los tres primeros días de la invasión, que el conjunto de la población civil de Iraq ha tenido una reacción bien diferente e incontestable: ni la agresión a su país ha sido recibida como una "liberación" sino como lo que es, una invasión en toda regla, ni la población está aceptando pasivamente la agresión sino que se ha sumado junto al ejército y las milicias civiles, en el esfuerzo de la defender la patria.

Tanto la población del sur como la del frente norte y la de la capital se mantiene firme en los núcleos urbanos mientras las tropas invasoras de EEUU y Gran Bretaña ofrecen al mundo como "avance" lo que no es sino rodeo y a veces repliegue a las puertas de las ciudades. En el frente del sur, la ciudad de Basora de población mayoritariamente shi'í ha rechazado la invasión y muchos civiles han tomado las armas para resistir junto a los soldados y los milicianos del Partido Baa'th en el asedio. Ello, no solo contradice hasta el momento las falsas expectativas creadas por quienes han mantenido durante estos años que los sectores de población shi'í recibirían de buen grado la descomposición de su país y la caída del gobierno de Iraq por la fuerza de EEUU sino que confirma que hay una voluntad de resistencia entre la población que no está condicionada por su pertenencia confesional sino por su conciencia nacional y por la defensa del país ante una nueva edición de la injerencia extranjera y la colonización ya conocida y padecida por el pueblo de Iraq y que pesa como una losa sobre su pasado nacional.

Estrategia de terror contra la población

La población de Iraq resiste y por ello se explica que desde que comenzase la invasión, la aviación estadounidense haya combinado sobre las pobladas Bagdad, Basora, Mosul, Kirkit, Nayda, Nasiriya, Kerbala y otras ciudades del territorio iraquí el lanzamiento de misiles y bombas con la presencia permanente de aviones de combate, cazabombarderos y B-52 sobrevolando el cielo sin interrupción. En una táctica diseñada y ejecutada para amedrentar el ánimo de la población, a los ataques indiscriminados contra barrios de población civil que han causado ya centenares de víctimas mortales se suma el sonido continuo de aviones sobrevolando el cielo urbano durante la noche y el día y operando como una máquina de presión colectiva sobre los ciudadanos de Iraq siempre alertas y siempre esperando que se produzca el próximo lanzamiento de bombas y misiles. Esta es una estrategia de terror planificada que solo busca amedrentar a la población y debilitarla. Frente a ello, todo indica que en Iraq hay una firme determinación de no rendirse: soldados, miembros del Partido Baa'th, milicianos y civiles armados expresan en las calles de Bagdad pero también en Basora, Mosul, Kerbala y otros lugares de la geografía iraquí, su disposición a permanecer en el país, a hacer frente a la agresión aunque ello haya de significar el frente a frente con las tropas estadounidenses y británicas en lo que se presagia será, particularmente en Basora, y sobre todo en Bagdad, un derramamiento de sangre hasta el final.

Tal y como atestiguan los miembros de la Brigada internacionalista contra la Guerra 'Mohamed Belaidi' desde Bagdad, el pueblo iraquí, curtido ya desde hace doce años en soportar cotidianamente situaciones extremas, se mantiene a pesar del horror de la guerra con la moral muy alta y el orgullo intacto. En Bagdad, soldados, milicianos y civiles armados siguen cavando trincheras y subterráneos para resistir a lo que saben será una batalla de sangre cuando las tropas invasoras de EEUU y Gran Bretaña lleguen a la ciudad y se produzca el enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Defender Bagdad y resistir es una consigna colectiva que emana de la conciencia popular. Es impensable aceptar que bajo las duras condiciones y la agresión que vive Iraq, el espíritu de sacrificio y la dignidad que alienta a esta gente pueda ser inducido por presión o por dictado de ninguna autoridad. Iraq, invadido por bombas y tropas extranjeras es un país asediado pero unido en la determinación de resistir.

Paremos la guerra junto a ellos.


Notas:

1.- Véase en CSCAweb: Brigadas a Iraq contra la guerra 'Mohammad Belaidi'
2.- La Vanguardia, 26 de marzo de 2003
3.- Ibídem.



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